Durante la mañana del sábado 6 de diciembre, los primeros cazas F-16 de la Fuerza Aérea Argentina se convertían en noticia por su arribo a territorio nacional, con un sobrevuelo de seis aeronaves sobre la Ciudad de Buenos Aires que atrajo las miradas del público y las celebraciones de aquellos que por largos años estuvieron a la espera de la recuperación de esta capacidad supersónica para fortalecer a la institución. Se trató de todo un hito en sí mismo, el cuál permitió a la ciudadanía ver con sus propios ojos a los primeros frutos de un largo proceso de selección y negociación que deriva en su llegada, conformándose como tal en uno de las adquisiciones mas importantes de la historia reciente en materia de defensa. A continuación, les proponemos un repaso sobre la cronología actualizada de este proceso, conocido el Programa Peace Condor.

Avión caza F-16 Fuerza Aérea Argentina Zaragoza (2) rz
Foto: Christian Beeckman Tremul

Punto de partida

Nuestro recorrido comienza el día 16 de abril del año 2024, fecha en la que una delegación argentina liderada por el ahora Diputado Nacional por Mendoza y otrora ministro de Defensa, Luis Alfonso Petri, visitó Dinamarca para rubricar el contrato por el cual se adquirieron 24 cazas F-16A/B MLU Fighting Falcon para la Fuerza Aérea Argentina. El hecho tuvo lugar en la Base Aérea Skrydstrup, contándose con la presencia de su par danés Troels Lund Poulsen, también de diferentes autoridades militares de ambos países e incluso del presidente argentino Javier Milei a través de una videollamada.

F-16 - Fuerza Aérea Argentina

En aquel entonces, el camino quedaba allanado para la llegada de un total de 24 aviones junto a un paquete de apoyo necesario para garantizar su operatividad y brindarles mantenimiento cuando fuere requerido, lo que se logró a cambio de una inversión cercana a los 300 millones de dólares por parte del gobierno argentino. No puede dejar de mencionarse el apoyo de los EE.UU. para concretar este paso, considerando que con su mediación la Argentina pudo acceder a la plataforma que la Real Fuerza Aérea de Dinamarca está reemplazando por los aviones F-35 de quinta generación.

Formalmente, fue el punto de partida para el proceso que a fechas actuales se tradujo en la llegada de los primeros cazas al país, como así también, el fin de las esperanzas para el modelo JF-17 Thunder/FC-1 que era impulsado desde China para equipar a la Fuerza Aérea. Una constante ha sido desde entonces la existencia de voces críticas sobre la elección, también de dudas sacadas a relucir por parte de quiénes no pensaban que la firma del acuerdo tendría un impacto real, extendiéndose hasta la actualidad en cada momento que surgen novedades. Discusiones técnicas de lado, los F-16 estaban en camino.

La “aeronave N° 25”

El siguiente hecho de relevancia tuvo lugar recién en diciembre de ese mismo año, épocas por las cuáles se concretó la llegada al país de la “aeronave n°25”, misma que fue recibida en la I Brigada Aérea del Palomar. El primer F-16 que lució los colores e insignias de la Fuerza Aérea Argentina no contaba con capacidad de operar en combate, pero estaba destinado a cumplir funciones de entrenamiento, instrucción y formación de pilotos; al igual que para las tripulaciones de apoyo, mecánicos e ingenieros que debían familiarizarse con el nuevo sistema de armas.

F-16BM Block 10 – Zona Militar

Se trataba sin embargo, a causa de que fue trasladada en el interior de una plataforma de mayor tamaño, de un caza que no estaba ensamblado al momento de ser recibido. Visita de por medio por parte de las autoridades ministeriales y de la fuerza en diciembre, el F-16 se trasladó a la VI Brigada Aérea de Tandil, donde se iniciaron las tareas de ensamblado durante el mes de enero del año en curso; oficialmente iniciadas el día 12.

Para finales de febrero, la Fuerza Aérea Argentina llevaba a cabo a las 20.00 horas la ceremonia formal de presentación en las mismas instalaciones de la VI Brigada Aérea, reuniendo a las principales autoridades de cada una de las tres fuerzas y a funcionarios ministeriales locales y daneses. Allí, el ex-ministro Petri expresaba: “Con este sistema de armas estamos dando un verdadero salto tecnológico. Estamos elevando nuestras capacidades defensivas. También estamos recuperando y modernizando cada espacio de esta base para que estos F-16 puedan rendir al máximo de sus capacidades (…) Para que la Argentina vuelva a ser grande, necesitamos Fuerzas Armadas fuertes, entrenadas y preparadas.

Avances en materia de formación de futuros pilotos

Con el programa Peace Condor en plena marcha, los siguientes pasos fueron dados en materia de formación de los futuros pilotos argentinos de la plataforma F-16, lo que pudo denotarse en diversos ámbitos. Entre aquellos mas destacables, podemos mencionar que la institución sumo nuevos simuladores DART (Deployable Advanced Readiness Trainer) para dicho fin, los cuáles forman parte del centro de entrenamiento que la Fuerza Aérea erigió en Tandil. Como tales, los simuladores formaron parte del acuerdo alcanzado con Dinamarca para el suministro de las aeronaves, siendo estos suministrados por la compañía IFAD de dicho país e incorporados durante el mes de abril de este año.

Avión caza F-16BM de la Fuerza Aérea Argentina aterrizando en Zaragoza
F-16AM – Fuerza Aérea Argentina. Foto: Christian Beeckman Tremul para Zona Militar

Por otra parte, haciendo gala de los estrechos vínculos con Washington, la Argentina acordó y concretó visitas de personal de la institución hacia una base de su par estadounidense durante el mes de mayo, más específicamente al 68° Escuadrón de Guerra Electrónica de la USAF ubicado en la Base Aérea de Eglin, estado de Florida. Allí, los efectivos argentinos no sólo pudieron conocer de primera mano las instalaciones y profundizar los vínculos con la que a día de hoy es una nación aliada, sino que también pudieron dar los primeros pasos en la familiarización con el sistema de autoprotección JAMMER que se instalará sobre los cazas.

Cerrando el breve listado propuesto en esta sección, cabe destacar que en el transcurso del mes de julio, los futuros pilotos argentinos del F-16 completaron entrenamientos en condiciones hipobáricas aprovechando las instalaciones del Instituto Nacional de Medicina Aeronáutica y Espacial (INMAE) para simular las características propias de un vuelo a grandes altitudes. Como reportamos oportunamente, el objetivo en particular fue adiestrar a los pilotos en reconocer y actuar ante síntomas de hipoxia antes de que les cause la perdida de conciencia, tratándose de una condición causada por la falta de oxígeno a alturas que giren en torno a los 20.000 pies. Ello no es menor, teniendo en cuenta que el tiempo de reacción de los pilotos para revertir la situación puede ser menor a un minuto.

Obras para la primera morada de los F-16

Mientras estos hechos tenían lugar, la Fuerza Aérea también se abocó a la realización de obras en lo que será el asiento de los primeros seis aviones ya arribados al país, tratándose en este caso del Área Material Río Cuarto (ARMACUAR) como primera casa; mientras también avanzan las labores en la antes mencionada VI Brigada Aérea de Tandil. A través del Grupo Construcciones de la FAA, se trabajó desde el mes de marzo en tareas tales como la reparación de calles de rodaje, ampliación de márgenes y la adecuación del sistema contra incendios con los que debe contar la base como parte de los requisitos de operar el F-16.

Además, se concretó la construcción de un nuevo taller de mantenimiento del sistemas de cable de arresto, alambrados perimetrales, terminales de carga e instalaciones donde se brindará soporte a los sistemas de aviónica de los cazas. A grandes rasgos, se trata de un proyecto que requirió la inversión de mas de $12.700 millones que cuenta con la aprobación del ORSNA, del cuál también se contó con el apoyo de EE.UU. a través del envío de expertos para asesorar al personal encargado de la construcción y así brindarles capacitación bajo los estándares internacionales requeridos. La etapa final de estas actividades se inició en octubre.

El camino hacia el arribo de los seis primeros cazas operativos

Por último, llegaba la hora de llevar a cabo los preparativos para que los seis primeros F-16 operativos concreten el vuelo ferry hacia la Argentina desde Dinamarca, una travesía que superó la marca de los 13.000 kilómetros. En ese sentido, la propia Fuerza Aérea Argentina indicó que los trabajos comenzaron en el curso del mes de septiembre, realizándose diferentes reuniones para definir los detalles de la misión. Además, durante el mismo mes se publicaron las imágenes que mostraban a los F-16 ya equipados con el esquema de pintura furtivo Have Glass V y las insignias de la Fuerza Aérea Argentina.

F-16AM de la Fuerza Aérea Argentina despegando

Para la primera semana de noviembre, se lograba dar otro paso con la aceptación del primer paquete logístico por parte de una delegación técnica de la institución en territorio danés, marcando ello el comienzo formal de la transferencia de equipo a nuestro país en la previa de la llegada de los cazas. La entrega de elementos tales como herramientas, repuestos y diversos componentes iniciales de soporte se concretó tras dos semanas de extensos controles y procesos de aceptación, con las actividades siendo realizadas principalmente en la Base Aérea Fighter Wing Skrydstrup y en la Supply Chain Division danesa.

Finalmente, ha de mencionarse que el vuelo desde el continente europeo fue concretado por un total de cuatro cazas F-16 de la variante BM biplaza, cuyos números de matrícula son los M1004, M1005, M1007 y M1008; siendo estos complementados por otros dos de la variante AM monoplaza con matrículas M1009 y M1020. Comenzando en los últimos días de noviembre desde el aeropuerto de Vojens, el trayecto de los aviones los llevó a realizar escalas en las Bases Aéreas de Zaragoza y Gando en las Islas Canarias, mientras que tras cruzar el Atlántico hicieron una parada en la ciudad de Natal situada al norte de Brasil; contando con el apoyo de personal danés y de aeronaves de reabastecimiento estadounidenses. Para el 6 de diciembre, los veíamos surcar nuestros cielos hasta su llegada a Río Cuarto.

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