Turquía habría concretado esta semana la entrega de tres helicópteros de ataque T129 ATAK a las Fuerzas Armadas de Somalia, como parte de un creciente apoyo militar destinado a combatir al grupo extremista al-Shabab. La información fue revelada por Middle East Eye (MEE), que citó a fuentes cercanas a la operación.
La entrega de los helicópteros se produjo luego de una conversación telefónica entre el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y su homólogo somalí, Hassan Sheikh Mohamud, el pasado sábado. Durante el diálogo, Erdogan reafirmó el compromiso de Ankara con las operaciones antiterroristas en el país del Cuerno de África.

El envío de los T129 Atak representa una escalada significativa en la cooperación militar entre ambos países. En paralelo, Turquía también habría entregado dos helicópteros utilitarios a la Armada somalí, en cumplimiento del acuerdo de defensa firmado en febrero de 2024, que contempla la creación de una fuerza naval somalí con apoyo turco.
El T129 Atak es uno de los vehículos militares más exportados por Estambul, no solo hacia África, sino a varios continentes. Como es el caso de los helicópteros vendidos a Nigeria en el 2022, y a las Filipinas también en ese mismo año. Aunque éste último también solicitó otro lote de los T129 en el 2023.
De acuerdo con fuentes consultadas, pilotos somalíes fueron entrenados durante el último año por personal militar turco, completando recientemente la fase final de capacitación para operar los helicópteros de ataque. Imágenes satelitales y reportes de inteligencia de fuente abierta detectaron la llegada a Mogadiscio de al menos seis aeronaves de transporte militar turcas y cataríes, presuntamente utilizadas para trasladar los equipos.

“La entrega de los helicópteros Atak no solo implica una transferencia de armamento, sino también la construcción de una capacidad bélica integrada para Somalía”, indicó una fuente conocedora del envío.
Este refuerzo militar coincide con un repunte de los ataques perpetrados por al-Shabab, que busca desestabilizar al gobierno en vísperas de las elecciones previstas para 2026. La elección, que se proyecta realizar mediante voto directo —en reemplazo del actual sistema basado en clanes—, es vista como un paso clave hacia la consolidación democrática del país.
Turquía ha duplicado su presencia militar en Somalía desde abril, superando los 500 efectivos desplegados, quienes cumplen funciones de protección en la base militar turca Turksom, operaciones con drones armados y seguridad en el puerto de Mogadiscio. A esto se suma el despliegue de drones Akinci, equipados con visión nocturna avanzada y capacidad de vigilancia continua, que se integran a las operaciones de los TB2 Bayraktar ya existentes en el país.

El fortalecimiento de la presencia turca se da en un contexto de reducción de la participación estadounidense en Somalía. Aunque Washington incrementó sus ataques aéreos contra facciones vinculadas al Estado Islámico, recortó en marzo los fondos destinados a la unidad Danab, fuerza de élite clave en la lucha contra al-Shabab.
Más allá del ámbito militar, la relación entre Turquía y Somalía también incluye un componente económico y energético. Desde la visita humanitaria de Erdogan en 2011, Ankara ha profundizado su rol en el país africano. En 2023, ambas naciones firmaron un acuerdo de exploración energética, y recientemente Turquía envió buques técnicos para estudiar la costa somalí.
Durante declaraciones televisadas el lunes, el presidente Erdogan insinuó que pronto habría “buenas noticias” en torno a descubrimientos energéticos en la región. Según el gobierno turco, durante su conversación con Mohamud el fin de semana, Erdogan reiteró el respaldo de Turquía al “desarrollo de Somalía a través de la democracia” y a sus esfuerzos por erradicar el terrorismo.
Imágenes a modo ilustrativo.
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