Durante el pasado mes de septiembre de 2024, diversos rumores apuntaban a que la República Popular China había concretado la venta de cazas J-10C para equipar a la Fuerza Aérea de Egipto. La noticia, que según diversas fuentes habría tenido lugar en agosto del mismo año, señalaba que la decisión del país del norte de África estaba justificada por la necesidad de reemplazar los más antiguos aviones de combate F-16 de origen estadounidense en su inventario. Sin embargo, los últimos reportes indican que el portavoz del Ministerio de Defensa chino ha desmentido la realización de estas operaciones de venta de equipamiento militar entre Pekín y El Cairo.

Al día de la fecha, la Fuerza Aérea de Egipto cuenta con diversos programas de reequipamiento de envergadura con el fin de reemplazar, en el corto y mediano plazo, varias de sus plataformas. Entre ellas, se destacan aeronaves de origen ruso/soviético como los MiG-29M, así como modelos de origen occidental, como los Mirage 2000.

Estas podrían ser las razones por las cuales, durante los meses de agosto y septiembre, circularon diversos rumores que afirmaban que la Fuerza Aérea de Egipto se convertiría en el segundo operador internacional del caza Chengdu J-10C, fabricado por la República Popular China. No obstante, ni el gobierno egipcio ni el chino emitieron comunicados oficiales al respecto durante los pasados meses.
Además, dichos rumores indicaban que la oferta china se había impuesto en la consideración oficial por sobre la modernización de los F-16 a la versión Block 70 Viper y, más recientemente, que Egipto ya había recibido los primeros misiles aire-aire PL-15.

La situación llevó a que recientemente portavoces del Ministerio de Defensa de China se pronunciaran, informando que no se han firmado acuerdos ni contratos para dotar a la Fuerza Aérea Egipcia con el J-10C o su variante de exportación “CE”. En palabras del portavoz de la cartera de defensa de China, Wu Qian: “No coincide con los hechos. Noticias falsas totales”.

Recientemente, también se habría manifestado el interés de la Fuerza Aérea de Sudán en equiparse con el caza de origen chino, justificando su adquisición por las disputas con la vecina Etiopía y la acuciante necesidad de renovar sus medios de combate aéreo.
*Fotografías empleadas a modo de ilustración.
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