Durante el curso de esta semana, mas particularmente el día miércoles, el gobierno de la República Popular China ha anunciado que impondrá sanciones a doce empresas de los Estados Unidos del sector complejo militar industrial y a diez de sus ejecutivos. El motivo se encuentra en dos frentes, uno de ellos aparece como represalia al suministro de armamento estadounidense a Taiwán, mientras que el segundo se plantea como réplica a las sanciones estadounidenses a empresas chinas por el suministro de armas a Rusia.

Las sanciones impuestas por China se enmarcan dentro de lo que se conoce como Ley Antisanciones Extranjeras de China, la cuál prevee la congelación de activos de las empresas señaladas y la prohibición de la entrada al país asiático a los directivos. En esa línea, grandes entidades del complejo militar norteamericano tales como, Lockheed Martin, General Dynamics, Raytheon, Boeing y Northrop Grumman se verán afectadas por la medida.

Cabe aclarar que éstas no son de ningún modo las primeras sanciones que el Gigante Asiático decide implementar a las empresas de defensa mas importantes de EE.UU. Ya en el mes de enero, en línea con el primero de los argumentos planteados anteriormente, China había decidido sancionar a cinco empresas que habían tomado parte en el paquete de ayuda de mas de 300 millones de dólares enviado a Taiwán; estas fueron: BAE Systems Land and Armament, ViaSat, Alliant Techsystems Operation, Data Link Solutions y AeroVironment. Otros antecedentes de la escalada pueden encontrarse en el año 2019 y 2021.

Resultará útil también recordar que la llegada del nuevo presidente de Taiwán, Lai Ching-te, ha significado un aumento de la retórica independentista de la isla que China considera propia, y que depende fuertemente del vínculo con los Estados Unidos obligado por ley a garantizar el suministro de armas al territorio en disputa. Recientemente, con el anuncio de importantes ejercicios militares rodeando la isla, el Gigante Asiático demuestra que está fuertemente determinada a cortar de raiz cualquier posibilidad de independencia que rompa con la idea de “una sola China”, incluso por las armas.

Con respecto al segundo frente presentado al inicio, los Estados Unidos habían aumentado la presión sobre empresas chinas a inicios de este mes con la implementación de sanciones a quiénes fueren acusados de colaborar con el esfuerzo bélico ruso. Se trataba de cientos de empresas involucradas tanto en la venta de armas a Rusia, como en tareas de facilitación en la evasión de sanciones impuestas por Occidente.

Resumiendo ambas cuestiones el Ministerio de Asuntos Exteriores de China declaró que las sanciones se decidieron despues de que los EE.UU: “impusiera indiscriminadamente sanciones unilaterales ilegales a varias entidades chinas basándose en los llamados factores relacionados con Rusia (…) y continuara vendiendo armas a Taiwán de China”.

*Imágenes utilizadas a modo ilustrativo

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