En el marco del programa de reemplazo de sus C-130H Hércules, fue apreciado el primer vistazo del nuevo avión de transporte C-130J-30 de la Real Fuerza Aérea de Nueva Zelanda luciendo su nuevo esquema de pintura e insignias. Es hito tuvo lugar el pasado 15 de febrero cuando la aeronave de fuselaje alargado abandono el taller de pintura que Lockheed Martin posee en sus instalaciones del Estado de Georgia. El hecho es significativo, ya que se espera que en los próximos meses tenga lugar la entrega del primer ejemplar a la fuerza aérea del país oceánico.
Después de casi sesenta años de servicio, la Real Fuerza Aérea de Nueva Zelanda confirmó que avanzaría en sus planes para el retiro y reemplazo de sus Hércules C-130H. La flota de aeronaves, de dilatada y destacada trayectoria, comenzó a volar en el año 1965 con el arribo de la primera unidad, operando dentro de la orgánica del Escuadrón de Transporte N° 40 con asiento en la Base Aérea Auckland.
Para el año 2020 el gobierno de Nueva Zelanda confirmó sus planes para reemplazar a los C-130H con la nueva versión producida por Lockheed Martin, definiéndose por los más modernos C-130J-30 Super Hércules de fuselaje alargado. En total la Real Fuerza Aérea de Nueva Zelanda incorporará cinco aeronaves, previendo las entregas del primer ejemplar durante el corriente año.
De tal modo, y en vista de no mermar sus capacidades de transporte, el pasado jueves el primer C-130J-30 abandonó las instalaciones de pintura de Lockheed Martin luciendo su nuevo esquema de pintura e insignias, caracterizada por la escarapela adornada en su centro por el ave Kiwi, símbolo nacional de Nueva Zelanda. Desde las autorizados neozelandesas destacaron que otra aeronave esta próxima a finalizar dichos trabajos, previendo entonces que durante el corriente año sean entregados dos Super Hércules.
Al respecto, desde la Institución destacaron las capacidades que los nuevos Super Hércules brindarán al Escuadrón de Transporte N°40, expresando que: “El nuevo avión puede transportar un mayor número de palés gracias a su longitud adicional de 4,5 metros y su capacidad de carga útil de 21 toneladas. La nueva flota se utilizará como primera opción de respuesta para operaciones de asistencia humanitaria y socorro en casos de desastre, así como para el despliegue de personal y equipos tanto dentro de Nueva Zelanda como en el extranjero”.
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