Gracias a una serie de imágenes viralizadas recientemente en redes sociales, se pudo corroborar que Rusia ya está utilizando la variante propulsada con motor turbojet del drone iraní: el Shahed-238. En las fotografías se aprecian los restos de un vehículo aéreo no tripulado cuyas formas coinciden con el modelo develado por Irán hace unos meses, incluido su motor.

Que Rusia esté utilizando la nueva variante del drone Shahed no resulta llamativo en absoluto, ya que ante la difusión del nuevo modelo por parte de Irán, era cuestión de tiempo para que el vehículo aéreo no tripulado fuera puesto a prueba en los campos de batalla de Ucrania.

Pese a que no ha trascendido información técnica sobre el Shahed-238, los primero detalles que salieron a la luz estuvieron directamente relacionados con el nuevo motor turbojet. El cambio de motorización le permitiría al drone iraní incrementar su velocidad y reducir su firma sonora, minimizando su vulnerabilidad ante algunos de los sistemas de defensa antiaérea ucranianos más elementales.

Sin embargo, las modificaciones asociadas con el nuevo motor turbojet tendrían algunos aspectos negativos tales como un mayor consumo, por lo que el Shahed-238 debería contar con una mayor capacidad de combustible. Esto podría derivar en un menor alcance o en una reducción de su carga explosiva.

El cambio de motorización también tendría una incidencia en el costo, ya que TEM Tolue-10, una copia del turbojet PBS Aerospace TJ100 de origen checo, resulta más oneroso de producir que el motor pistonero MADO MD-550 (copia del Limbach L550E) que propulsa al Shahed-136.

La aparición en escena del Shahed-238 se suma una nueva variante del Shahed-136, versión que fue optimizada para operar en horas nocturnas gracias a su nuevo esquema de pintura. Ambos drones forman parte de la nueva ofensiva rusa contra ciudades e infraestructura crítica ucraniana, ataques en los cuales también se están utilizando misiles crucero aire-superficie, misiles S-300 y misiles balísticos. En este último caso, también se habría registrado el primer uso de proyectiles provenientes de Corea del Norte.

Los ataques continuos con drones Shahed y misiles de todo tipo también apunta a desgastar a las defensas antiaéreas ucranianas. Ante la paralización de EE.UU. para retomar con la provisión de armamento y munición, Ucrania dependerá de los esfuerzos que vienen realizando sus aliados europeos. Sin embargo, pese a las diversas iniciativas en ejecución, la reposición de material crítico como son los interceptores del sistema Patriot y NASAMS, así como los misiles GMLRS y ATACMS de los HIMARS, depende en gran medida de Washington. Sin este respaldo, sumado a la provisión de munición de artillería y otros elementos críticos, se teme que las defensas ucranianas no puedan sostener la constante presión que está ejerciendo Rusia en varios frentes.

Pese a que su efecto de momento no marcaría una diferencia, las nuevas Shahed-238 sin duda suman un nuevo elemento de presión a la probada defensa antiaérea ucraniana, fuerzas que vienen demostrando su valía pero que ven peligrar sus stocks ante los constantes ataques rusos.

Imagen de portada ilustrativa.

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