Enmarcado en el Ejercicio Vigilant Isles 23, en el mes de noviembre el Ejércitó Británico desplegó un total de 128 efectivos de la compañía Brunei-B (Sari Bair) del 1er batallón de los Royal Gurkha Rifles (1RGR) en Japón. Los Gurkhas unieron sus fuerzas en Extremo Oriente con 20 soldados de la 16 Brigada de Asalto Aéreo y 16 efectivos del 3 SCOTS (Real Regimiento de Escocia) que se entrenaron junto con unos 400 efectivos de la Fuerza Terrestre de Autodefensa de Japón (JGSDF).

El ejercicio contó con un punto importante, ya que es la primera ocasión en la que un despliegue como este se lleva a cabo desde la firma de un acuerdo en defensa entre Japón y Reino Unido a principios de este año.  Además, esta relación entre ambos Estados le ha dado al Reino Unido una mayor cooperación con un socio en el Indo-Pacífico que, con el ejercicio llevado a cabo, ha servido cómo una progresión de entrenamiento clave para la validación de la Fuerza de Tarea Indo-Pacífica para el año 2024.

Parte del Ejercicio Vigilant Isles 23 fue impartido por el 3er Batallón de la 1ª Brigada Aerotransportada de la JGSDF y constó de dos fases principales: entrenamiento funcional y entrenamiento integral. En el campo de entrenamiento de Sekiyama, las tropas del 1RGR participaron en un entrenamiento táctico con fuego real con soldados de la JGSDF, utilizando drones, ametralladoras, francotiradores y morteros. Durante la fase de entrenamiento integral en el campo de entrenamiento de Ojyojibara, se camufló en lo profundo de un bosque un centro conjunto británico y japonés de control de ejercicios (EXCON).

Asimismo, luego de la infiltración de algunas unidades se dispuso un total de 24 horas para identificar las ubicaciones enemigas, incluida, sobre todo, su capacidad antiaérea. Posteriormente, , las fuerzas de avance japonesas desembarcaron en paracaídas y se lanzó un asalto de la aviación del ejército británico desde un helicóptero CH-47 Chinook, lo que supuso un ataque bilateral.

Por otro lado, una de las perlas que ha dejado el ejercicio fue la primera implementación de drones del Ejército Británico en Japón, en donde el Grupo de Inteligencia, Vigilancia, Adquisición de Objetivos y Reconocimiento (ISTAR) de la 16ª Brigada de Asalto Aéreo utilizó el despliegue para probar y perfeccionar las capacidades de su sistema de aeronaves no tripuladas (UAS) Puma.

El trabajo llevado a cabo implicó el lanzamiento de un UAS Pumas con el apoyo de un pelotón de morteros del 1RGR. A tal sentido, el Puma identificó las ubicaciones de impacto de los morteros y envió correcciones para permitir ajustes precisos durante la fase de entrenamiento táctico con fuego real de Ex VI23.”Los japoneses no disponen de esa capacidad, por lo que fue muy positivo que pudiéramos superar todos los obstáculos para hacer volar el dron y demostrarlo aquí”, declaró el comandante Carl Schroeder, oficial al mando de la compañía B, 1 Royal Gurkha Rifles. 

El Pumas no fue el único dron del ejército británico desplegado en Japón. Tropas del 3er Batallón del Real Regimiento de Escocia volaron el dron Parrot Anafi para identificar objetivos durante la fase de entrenamiento táctico con fuego real de Ex VI23.

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