En el marco del ejercicio “Silver Dagger”, Fuerzas de Operaciones Especiales Neozelandesas recibieron apoyo de dos helicópteros NH90 de la Real Fuerza Aérea de Nueva Zelanda. Para los pilotos, esta actividad puso a prueba sus habilidades en un vuelo nocturno sobre un terreno montañoso.

Varios detalles del ejercicio se mantienen clasificados, pero es sabido que su objetivo fue evaluar las capacidades de una unidad de las Fuerzas de Operaciones Especiales para llevar a cabo actividades de respuesta a situaciones de crisis en un entorno semipermisivo. Silver Dagger tuvo base en el campamento de West Melton y se desarrolló en varios puntos de la Isla Sur del país. Contó con apoyo de los Escuadrones N° 230, Nº 3 y Nº 40, el Pelotón de Restauración del Ejército de Nueva Zelanda, el 3° Batallón de Apoyo al Servicio de Combate, el 2/4 y el 3/6 Batallón y miembros de las Fuerzas Armadas de Singapur y de las Fuerzas de Defensa de Australia.

Durante el ejercicio, se realizaron tareas de apoyo antes y durante acontecimientos de crisis, vigilancia y reconocimiento de inteligencia e infiltración de ala fija y rotatoria para llevar a cabo operaciones especiales.

En lo que refiere al vuelo de los NH90, éste se realizó en formación y se simuló un escenario complejo con una gran variedad de amenazas. Al ser un ejercicio nocturno (desarrollándose aproximadamente desde las 20:00 hasta las 3:00), en el que ni siquiera había luz de luna, los pilotos debieron utilizar gafas de visión nocturna.

El Teniente de Vuelo George Bellamy, que se involucró en el ejercicio, declaró: “Teníamos nuestra base en West Melton y las misiones iban desde Dip Flat hasta Tekapo. Así que recorrimos la mayor parte de la Isla Sur. Volábamos por montañas, colinas y aeródromos. También aterrizamos en una costa al sur del cabo Campbell, en la cima de la Isla Sur (…) Todo se hizo al amparo de la oscuridad. Fue un ciclo inverso al normal, así que no hubo vuelos diurnos, por lo que tuvimos que pensar en la fatiga más de lo normal”. Bellamy destacó, también, la complejidad agregada al trabajar con otro helicóptero en condiciones meteorológicas difíciles.

El Teniente de vuelo explicó que este tipo de ejercicios requieren una importante cantidad de pensamiento táctico. Para cada vuelo existió una planificación detallada y constantes comunicaciones entre los pilotos de los NH90.

Imágenes de: NZ Defence Force.

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