Un año posterior tras el hecho ocurrido, medios británicos se han hecho eco de un desperfecto que afectó a un submarino balístico de propulsión nuclear de la clase Vanguard de la Royal Navy. De acuerdo con la información difundida, este sufrió una mal funcionalidad en sus medidores de profundidad mientras se preparaba para iniciar misiones de patrullaje portando misiles Trident 2. Por cuestiones de seguridad, no se ha revelado el nombre de la unidad ni la profundidad a que se sumergía al momento de registrarse esta novedad. 

Una fuente cercana a la Cartera de Defensa británica declaró que, mientras el submarino balístico estaba cerca de comenzar con la navegación, el profundímetro principal falló mientras se sumergía, pero siguió funcionando uno secundario permitiéndole a los ingenieros el frenado de la inmersión.

Los medidores de profundidad o profundimetro indican a la dotación la distancia vertical a la que se encuentran con respecto a una superficie de referencia. Debido a esto, se creía que la nave estaba nivelada cuando en realidad se encontraba sumergiendo. Según un medio inglés, el submarino se encontraba dentro de los límites de seguridad o de profundidad en la que puede operar, pero se estaba sumergiendo a su “profundidad de aplastamiento” antes de que saltara la alarma.

Los submarinos balísticos nucleares de la clase Vanguard tienen su base en Faslane (Escocia) y, según la Royal Navy, cuentan normalmente con una tripulación de aproximadamente 132 personas. En cuanto al armamento, transportan misiles Trident II D5 y torpedos autoguiados Spearfish. Al momento, Reino Unido posee cuatro unidades de la clase Vanguard, solo dos de ellos se encuentran operativos, mientras que los otros dos se encuentran en trabajos de renovación y pruebas de mar.

Por otro lado, también debe resaltarse que enero de este año se informó de que los inspectores habían encontrado un “defecto” en el HMS Vanguard, la unidad principal de los cuatro submarinos balísticos de la clase, mientras se sometía a trabajos de mantenimiento. Las principales autoridades de la Royal Navy han puesto en marcha una investigación de seguridad urgente, pero las fuentes afirman que el accidente no interrumpió la disuasión nuclear del Reino Unido.

*Fotografías empleadas a modo de ilustración.

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