En una operación perfectamente planificada de 8 horas, dos bombarderos Tu-160 de las Fuerzas Aeroespaciales rusas lograron completar vuelos a través del espacio aéreo sobre las aguas neutrales del Mar de Barents y el Océano Ártico, de acuerdo a lo comunicado recientemente por el Ministerio de Defensa de Rusia. Junto con esta revelación, compartieron un breve video en su canal de Telegram complementando la noticia.

A lo largo del vuelo, los bombarderos rusos fueron escoltados por cazas Su-35S de la Fuerza Aérea Rusa. El Teniente General Sergey Kobylash, comandante de la aviación de largo alcance, aseguró que el vuelo se desarrolló siguiendo estrictamente las reglas internacionales para el uso del espacio aéreo.

Kobylash enfatizó, además, que los pilotos de la aviación de largo alcance frecuentemente realizan vuelos sobre aguas neutrales en diversas regiones globales, como el Ártico, el Atlántico Norte, los Mares Negro y Báltico, y el Océano Pacífico. Estas operaciones destacan la regularidad y amplitud de sus actividades.

Los vuelos programados de los bombarderos rusos Tu-160 sobre aguas neutrales pueden tener diversos motivos y objetivos tácticos. Uno de ellos podría ser mostrar las capacidades militares de Rusia y afirmar su presencia en la arena internacional. A través de estos vuelos, Rusia puede demostrar su capacidad para proyectar poder más allá de sus fronteras e intimidar posiblemente a otros países. Además, estos vuelos pueden ser oportunidades de entrenamiento para los pilotos y miembros de la tripulación rusos, permitiéndoles practicar misiones de largo alcance y mejorar sus habilidades.

Otro motivo de estos vuelos podría ser recopilar información sobre los sistemas de defensa aérea y los tiempos de respuesta de otros países. Al volar cerca del espacio aéreo de otros países, Rusia puede evaluar sus tiempos de reacción e identificar debilidades en sus sistemas de defensa aérea. Esta información puede ser utilizada para mejorar las propias capacidades de defensa aérea de Rusia y desarrollar contramedidas contra posibles amenazas.

Desde una perspectiva táctica, estos vuelos también pueden servir como elemento disuasorio contra posibles adversarios. Al demostrar su capacidad para realizar misiones de largo alcance, Rusia puede disuadir a otros países de adoptar acciones agresivas. Además, estos vuelos pueden comunicar la disposición de Rusia para defender sus intereses y aliados en la región.

No obstante, estos vuelos también pueden aumentar las tensiones y provocar respuestas de otros países. Si no se realizan de manera transparente y predecible, estos vuelos pueden ser interpretados como una amenaza y dar lugar a malentendidos y cálculos erróneos. Por lo tanto, se considera que Rusia debe comunicar sus intenciones y llevar a cabo estos vuelos de acuerdo con las normas y regulaciones internacionales para evitar consecuencias no deseadas.

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