La Guardia Aérea de Trinidad y Tobago ahora está efectivamente paralizada con un solo avión C-26 operativo. Y, actualmente su flota de cuatro helicópteros AW-139 está en tierra.

La Guardia Aérea de Trinidad y Tobago (TTAG) adquirió cuatro helicópteros AW 139 en el período 2010-2011. Sin embargo, el 29 de junio de 2017, en una decisión inesperada, especialmente después de invertir más de USD 348 millones en la adquisición de los helicópteros y la capacitación del personal, el gobierno de Trinidad y Tobago decidió que ya no podía pagar los costos anuales de mantenimiento de los helicópteros, un total de USD 29 millones.

A pesar del hecho de que el escuadrón AW 139 de TTAG había ganado premios por asistencia humanitaria, y a pesar de que dos administraciones anteriores se habían comprometido a mantener la aeronave en condiciones de volar, el costo de mantener los helicópteros se consideró excesivo. Dado que el TTAG sigue siendo totalmente dependiente de contratistas externos para el mantenimiento de los AW139, los mismos han sido quitados del servicio y se encuentran en tierra desde junio de 2017 en un hangar cerrado en la Estación Aérea de Ulric Cross en el Aeropuerto Internacional de Piarco.

Otros problemas afectan a la División Aérea del Centro de Operaciones Nacionales, que había desarrollado una fuerza de apoyo aéreo extremadamente efectiva para hacer cumplir la ley. Las horas de vuelo se han reducido salvajemente de más de trescientas horas por año en promedio por piloto, a menos de cien con las patrullas de vigilancia aérea en pie deteniéndose. Si bien al menos parte de la reducción en las horas de vuelo se debió a un recorte del uso de los helicópteros de la División Aérea NOC como transportes VIP, los recortes a las patrullas aéreas resultaron ser perjudiciales para el tiempo de respuesta de la unidad en caso de incidentes.

Esta situación se ha agravado por la falta de integración completa de las suites de comunicaciones seguras de Harris, antes de la eliminación del equipo anterior de Motorola, lo que lleva a una ruptura virtual en la comunicación en tiempo real entre los helicópteros de la División Aérea y las unidades de tierra. Además, y de forma algo inexplicable, los sistemas de vigilancia nocturna instalados en los tres helicópteros AS.355 (1) y Bo.105 (2) del NOC ya no están operativos y se han retirado de la aeronave a la espera de reparaciones que no se han realizado hasta la fecha. El equipo restante aguarda en cajas en la base de la División de Aire en Trinidad Central.

El intento de reemplazar los activos obsoletos de la División de Aire de NOC con una nueva flota de cuatro helicópteros Bell 429 y un Bell 412EPI, se ha visto envuelto en una disputa con el Gobierno que enfrenta una acción legal por la falta de pago de los helicópteros, y también por la ausencia de un hangar especial para guardar las aeronaves.

Foto de portada: Agusta-Westland

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