Conferencias, entrevistas y programas de Nicolás Kasanzew.-

Daniel G. Gionco

Veterano Guerra de Malvinas
Cosas veredes, Sancho... La Asociación de Veteranos de Malvinas de Saladillo, que me había invitado a dar un par de charlas en la ciudad, ahora plantea en el sitio web de Saladillo, que no está de acuerdo con mis dichos. Me asombra que lo haga ahora, ya que mientras estuve en Saladillo, compartí con sus integrantes mucho tiempo, almuerzo incluido, y en ningun momento me cuestionaron nada, cara a cara. Es más, durante mi charla frente a los alumnos secundarios de Saladillo, el veterano José Sixto, espontáneamente, salió a respaldar lo que yo había estado diciendo.
Además, en el texto de los veteranos publicado en este sitio web, se incurre en una serie de inexactitudes. En ningún momento dije esto tan absurdo de que la sociedad civil había pedido a los militares tomar Malvinas, sino que la misma apoyó la recuperación, por ser una Causa Nacional, repudiando al mismo tiempo al gobierno de Galtieri, lo cual se puede escuchar claramente en el audio de los videos de la Plaza de Mayo el 10 de abri del 82.
Es verdad que dije, y lo reitero, que mientras estuve en Malvinas, ningun soldado me comentó de ningún abuso sufrido por parte de la superioridad. Pero tambien agregué en mis alocuciones, que despues de la guerra, me enteré por boca de varios conscriptos, que esos abusos habían existido y manifesté mi más enérgico repudio e indignación. Es más, en el documental de Malvinas que realicé para Cablevisión en 1984, fui el primero en denunciarlos, dedicándole al tema alrededor de 20 minutos, que incluían el testimonio del conscripto del Regimiento 7 Miguel Savage, muy conocido en estos días por su denuncia de tales abusos.
Y si bien es cierto que dije que en toda guerra se pasa hambre, agregué inmediatamente que en Malvinas se pasó más hambre de lo que hubiera sido inevitable, por cuanto los generales habían prohibido carnear las 300 mil ovejas que había en las islas y le habían prohibido a los soldados hacer compras en las tiendas de los kelpers.
Obviamente, todo el mundo tiene a derecho de discrepar conmigo, pero hubiera preferido que lo hicieran frente a frente, sin esperar a que me vaya de la ciudad, y sobre todo, sin tergiversar mis dichos.

Es algo casi kafkiano, me invitan, me agasajan, me escuchan, me aplauden... Y despues de varios dias dicen que estan en contra y me adjudican cosas que no dije. Para esto, sali a las 7 de la matina de Bs. As. y volví a las 3 de la matina del día siguiente. 20 horas de una maratón dedicada a los veteranos de Saladillo, para que después me salgan con esto. Incomprensible... O los habra retado alguien?



De "Oráculo manual y arte de prudencia, de Baltasar Gracián":

205. Saber jugar del desprecio. Es treta para alcanzar las cosas depreciarlas. No se hallan comúnmente cuando se buscan, y después, al descuido, se vienen a la mano. Como todas las de acá son sombra de las eternas, participan de la sombra aquella propiedad, huyen de quien las sigue y persiguen a quien las huye. Es también el desprecio la más política venganza. Única máxima de sabios: nunca defenderse con la pluma, que deja rastro, y viene a ser más gloria de la emulación que castigo del atrevimiento. Astucia de indignos: oponerse a grandes hombres para ser celebrados por indirecta, cuando no lo merecían de derecho; que no conociéramos a muchos si no hubieran hecho caso de ellos los excelentes contrarios. No hay venganza como el olvido, que es sepultarlos en el polvo de su nada. Presumen, temerarios, hacerse eternos pegando fuego a las maravillas del mundo y de los siglos. Arte de reformar la murmuración: no hacer caso; impugnarla causa perjuicio; y si crédito, descrédito. A la emulación, complacencia, que aun aquella sombra de desdoro deslustra, ya que no oscurece del todo la mayor perfección.

Son discípulos de Heróstrato...
 

Nicolas Kasanzew

Corresponsal Veterano Guerra de Malvinas
Ademas de calumniar, censuran. Esto es lo que me escribe el soldado conscripto, veterano del Regimiento 25, Rubén Brodsky: "Asociación de Veteranos de Guerra de Malvinas de Saladillo: no compartimos muchos de los dichos de Nicolás Kasanzew." Esa nota la lei en infosaladillo y me permiti contestar tambien. Hoy buscando alguna respuesta me encuentro conque mi opinion no figuraba en la pagina.Me llamo la atencion porque solo dije una verdad,aquella que se pierde toda vez que hay una guerra.Decia que siempre fuiste consecuente con tus apreciaciones,que ellas eran siempre las mismas,del mismo tenor y con la rigurosidad aderezada con enorme patriotismo.Por otro lado exprese que lo veia como una traicion porque no podia imaginarme que pudieran invitarte y luego hablar en contrario de tu figura asi como de tus expresiones.Tambien comente que en la guerra aparece lo mejor de nosotros,pero tambien lo peor,y dije ademas que daba la sensacion que esa situacion se estaba repitiendo ahora.No se porque no esta mi comentario al pie de la nota...Finalmente , "dar por el pito más que lo que el pito vale" es un esfuerzo que no vale la pena.Un abrazo camarada!"
Además de Rubén Brodsky, varias otras personas me dijeron que sus comentarios fueron borrados de Info Saladillo y ABC Saladillo. Supuestamente están en contra de la dictadura, pero actuan en forma dictatorial.
 

Nicolas Kasanzew

Corresponsal Veterano Guerra de Malvinas
El cipayo de la década, el "historiador" Luis Alberto Romero, puesto en evidencia por un verdadero historiador, Ricardo Tabossi.

UNA PROPUESTA INDECENTE
Por Ricardo Tabossi

Recuerdo una película vista en el Cine Argentino (el sitio más frecuentado por mi niñez, viviendo a una cuadra) que trataba de la ocupación colonial inglesa de la India y de un nativo al servicio de los europeos que ejercía de aguatero. Su aspiración era convertirse en un soldado británico, y llevaba siempre consigo una corneta. Con ella logró dar el toque de alarma y salvar a su regimiento de una trampa mortal preparada por los nacionalistas indios. Gunga Din, que así se llamaba el personaje, recibió por esta acción, el grado de soldado británico.
Años más tarde, siendo ya casi un hombre, cayó en mis manos un libro de José Luis Torres titulado Los Perduelli. De su lectura aprendí que en la antigua Roma se llamaba “perduellis” al enemigo interno de la Patria.
Símbolo de servilismo es Gunga Din. Símbolo de la estirpe desmayada y entreguista de todos los tiempos, es el “perduellis”.
¿Acaso en la Argentina están presentes estos símbolos?

II

El nombre de Luis Alberto Romero tiene una envidiable reputación de historiador erudito, pero sus declaraciones al diario Los Andes de Mendoza, el 7 de abril de 2015, respecto al 2 de abril, vuelven a mostrarnos una realidad cotidiana y trágica: cómo la inteligencia británica sigue disponiendo de la colaboración desinteresada de auxiliares internos, de periodistas, escritores e historiadores anglófilos.
Así dice, empleando un lenguaje mordaz, porque ofende con maledicencia, y cínico, por la desvergüenza de la propuesta, que “los hechos de 1982 no deben CONMEMORARSE el 2 de abril, día de la invasión a las Islas, sino el 14 de junio, día de nuestra RENDICIÓN ante las fuerzas británicas. Debe ser día de memoria y ARREPENTIMIENTO.”
La sola lectura de estas líneas despertará una involuntaria mirada de asombro en el desprevenido lector. ¿Celebrar la rendición argentina, el arrío del pabellón patrio en Malvinas? Eso mismo. No más “Día de las Malvinas”, sino “Día del Arrepentimiento”, como acto encaminado a reparar el daño cometido.
¿Qué daño? ¿A quién?
Responde el afamado académico: “El 2 de abril de 1982 tropas de nuestro país irrumpieron en la vida de una comunidad pacífica e inerme. Lo hicieron al amparo de discutibles derechos -Gran Bretaña esgrime otros, igualmente discutibles- pero sobre todo con el apoyo popular largamente construido por nuestro nacionalismo.”
Es decir, el nacionalismo es el responsable de haberle lavado la cabeza a cinco generaciones de argentinos que venían pidiendo la restitución de la tierra perdida, reclamo que se inicia con el pedido del diputado Francisco Ugarteche al ministro de Guerra Enrique Martínez, el 22 de enero de 1833, de enviar una expedición militar para la retoma de las Malvinas. ¡A los 19 días de ocurrida la invasión inglesa y a sólo7 días de llegada la noticia a Buenos Aires!
Dice Romero: “Los isleños tenían presencia continua hacía 150 años, los suficientes para ser considerados ´originarios´. La invasión que servía a los propósitos inmediatos de un régimen criminal, se justificó con argumentos provenientes de nuestro patológico nacionalismo.”
Quien así habla, con repugnancia del “régimen criminal”, omite decir que fue colaborador del Proceso como asesor en la Municipalidad de Buenos Aires en 1981, y que en 1978 colaboró en Convicción, la revista del almirante Massera, creada para sus aspiraciones políticas.
El escozor que le produce el nacionalismo, al que califica como lo peor de nuestra cultura política (no así el británico, que pasa a ser devoción patriótica resumida en la vehemente frase: My country, right or wrong. “Mi Patria, así esté en lo cierto o no”), que describe benévolamente de enano maldito escapado de una botella, de traumático, combinación de soberbia y paranoia, el nacionalismo argentino, decía, lo enardece de tal forma a Romero, que lo lleva a incurrir en gruesos errores históricos, imperdonables por venir de un referente del saber histórico nacional.
Veamos: los isleños son “originarios”.
Hasta hace unos treinta años no se usaba el término “originarios”. Ahora hay toda una onda, y no es casual que ella sea apoyada por la izquierda cultural y por los indigenistas, constituidos en ONG mapuche, con sede en Bristol (Inglaterra).
Por pueblo “originario” se entiende una comunidad indígena o sus descendientes. Los malvinenses no son originarios. Son descendientes de los colonos traídos por los ocupantes, después de apoderarse de las Islas. Es población trasplantada a través de un control migratorio cerrado en reemplazo de una población argentina que fue desalojada compulsivamente. Como si dijéramos que los israelíes asentados en territorios árabes y palestinos ocupados, son originarios.
Tampoco puede hablarse de una “presencia continua” de los isleños durante siglo y medio. En un primer momento, las Malvinas fueron constituidas como base militar naval, bajo la superintendencia de un comandante militar. Sólo ocho años después de la expulsión de los colonos argentinos, con el nombramiento de un gobernador y la llegada de los primeros inmigrantes civiles -colonos provenientes de Escocia, y después, familias llegadas de todas partes del mundo- las Islas conseguirían un status normal dentro del Imperio Británico. Es decir, que la escasez de habitantes llevó a la Corona a considerar las Islas como “posesión” o “establecimiento”, situación que se extendió hasta 1842, cuando se la declaró “colonia”.
La inteligencia de Romero -miembro de la Comisión Asesora de Historia del CONICET y severo evaluador de las investigaciones históricas que allí se presentan- se vuelve amnésica cuando, defendiendo la condición “originaria” de los kelpers por vivir 140 años en el lugar, pasa por alto la situación de los ilois, habitantes de la isla Diego García, que fueron obligados por Inglaterra a emigrar por razones militares. Los ilois (negros descendientes de africanos del Este) fueron sistemáticamente removidos de sus hogares ancestrales, y depositados exiliados en otra isla entre 1965 y 1968, sin ningún proyecto de rehabilitación, dejándolos en una pobreza abyecta. Este secuestro masivo fue llevado a cabo en el más absoluto secreto. La isla, arrendada a los EE. UU., convirtióse en una base de aviones superbombarderos B-52, que tuvo luego participación en las guerras de Afganistán y del Golfo Pérsico.
Pero el pleno de la orquesta –o el toque final de corneta de Gunga Din- se alcanza cuando dice que “el 14 de junio fue el día de la rendición, de la humillación, de la expiación que todavía no completamos” ¡Expiación! ¡Borrar las culpas, purificarse de ellas, por el pecado de haber ofendido a Inglaterra!
“El 14 de junio descubrimos la realidad del relato triunfalista de los militares, en el que tantos creyeron, porque querían creer, porque estaban preparados para creer.”
¿Qué cosa “querían creer”?
Que las Malvinas son argentinas.
¿”Preparados para creer” por quién?
Por generaciones de docentes que enseñaron que las Malvinas fueron, son y serán argentinas.
¡Ay, qué frágil se vuelve la memoria Mordisquito!, diría Discépolo.
Porque entre los que creyeron el “relato” estaba el expresidente Arturo Illia (presidente constitucional derrocado por un golpe militar), que el 2 de abril izó la bandera en el mástil de la plaza principal de Viedma, durante el acto con el cual la población rionegrina expresó su júbilo por la recuperación, y también el escritor Ernesto Sábato (comunista activista en su juventud y presidente de la Conadep, después de Malvinas), que en una entrevista por la Radio Nacional de España, al referirse a la guerra, les dijo a los europeos: “no se engañen, no es una dictadura la que lucha por las Malvinas, es la NACIÓN ENTERA.”

III

Reconocer a los isleños entidad de “pueblo originario” –como propone Romero- es aceptar la figura jurídica de la “autodeterminación”, principio introducido por Gran Bretaña ante la UN, ante la debilidad creciente de su posición en el contexto del derecho internacional.
Reconocer que los Kelpers pueden decidir su condición política es promover la ruptura de la unidad nacional y el quebranto de la integridad territorial argentina, base física de la nación.
Y esto, en el antiguo derecho romano, es “perduellio”.
 
El camarógrafo del Servicio de Inteligencia de Ejército, Eduardo Rotondo, viene diciendo hace años, entre otras injurias, que yo me "escapé como una rata de Malvinas". Ahora repite idéntica frase el VGM de Saladillo, Guillermo Ni Coló.
Con respecto a mi escape de Malvinas, que se produjo en la noche del 13 al 14 de junio, bajo fuego de misiles de los Harriers ingleses, con la artillería enemiga reglando la pista y las bengalas británicas iluminando el aeropuerto, quiero volver a decir que estoy muy orgulloso de ese escape, porque en ese momento no había nada más peligroso, que intentar salir. Al tratar de ofenderme a mi, el Sr. Ni Coló, de Saladillo, ofende al mismo tiempo a la heroica tripulación del Hércules comandado por el capitán Víctor Borchert, y a las decenas de combatientes que se subieron a ese vuelo, porque no querían caer prisioneros, como no lo quería yo, ni mi camarógrafo, Alfredo Lamela. Aún hoy, cuando en el Foro postean imágenes de la rendición, yo no soporto mirarlas.
El soldado conscripto-médico Rubén Brodsky, del Regimiento 25, destacado en los alrededores del aeropuerto, me acaba de escribir lo siguiente: "Querido amigo. Todavia tengo presente esa fatidica noche. Estaba a 300 metros de la pista y siempre me pareció lo mas cercano al infierno como se describe este. Fue todo tan violento, tan estremecedor que nosotros, estando acostumbrados al bombardeo continuo en nuestra posición, pensamos que era lo último. Nos estremecía pensar que podríamos estar en ese avión y rogamos que pudiera elevarse. Fue una de esas noches de día. Sabíamos que estaban tratando de irse para el continente y habia una mezcla de envidia y temor. Lo grotesco de la guerra estaba en su ápice y uds. adentro con el avión carreteando. Noche tremenda esa. Honor y gloria para todos uds. pero más aún para la increible tripulación. Un abrazo enorme y te digo que no tenés que defenderte de nada". A ESTO EL SR. NI COLO LO LLAMA "ESCAPARSE COMO UNA RATA".


Ladran Sancho...es señal de que cabalgamos!!

Querido Nico, recordas lo que te mostré y comenté hace un tiempo atrás por facebook??!! ;)

Te mando un gran abrazo!!!
 
El cipayo de la década, el "historiador" Luis Alberto Romero, puesto en evidencia por un verdadero historiador, Ricardo Tabossi.

UNA PROPUESTA INDECENTE
Por Ricardo Tabossi

Recuerdo una película vista en el Cine Argentino (el sitio más frecuentado por mi niñez, viviendo a una cuadra) que trataba de la ocupación colonial inglesa de la India y de un nativo al servicio de los europeos que ejercía de aguatero. Su aspiración era convertirse en un soldado británico, y llevaba siempre consigo una corneta. Con ella logró dar el toque de alarma y salvar a su regimiento de una trampa mortal preparada por los nacionalistas indios. Gunga Din, que así se llamaba el personaje, recibió por esta acción, el grado de soldado británico.
Años más tarde, siendo ya casi un hombre, cayó en mis manos un libro de José Luis Torres titulado Los Perduelli. De su lectura aprendí que en la antigua Roma se llamaba “perduellis” al enemigo interno de la Patria.
Símbolo de servilismo es Gunga Din. Símbolo de la estirpe desmayada y entreguista de todos los tiempos, es el “perduellis”.
¿Acaso en la Argentina están presentes estos símbolos?

II

El nombre de Luis Alberto Romero tiene una envidiable reputación de historiador erudito, pero sus declaraciones al diario Los Andes de Mendoza, el 7 de abril de 2015, respecto al 2 de abril, vuelven a mostrarnos una realidad cotidiana y trágica: cómo la inteligencia británica sigue disponiendo de la colaboración desinteresada de auxiliares internos, de periodistas, escritores e historiadores anglófilos.
Así dice, empleando un lenguaje mordaz, porque ofende con maledicencia, y cínico, por la desvergüenza de la propuesta, que “los hechos de 1982 no deben CONMEMORARSE el 2 de abril, día de la invasión a las Islas, sino el 14 de junio, día de nuestra RENDICIÓN ante las fuerzas británicas. Debe ser día de memoria y ARREPENTIMIENTO.”
La sola lectura de estas líneas despertará una involuntaria mirada de asombro en el desprevenido lector. ¿Celebrar la rendición argentina, el arrío del pabellón patrio en Malvinas? Eso mismo. No más “Día de las Malvinas”, sino “Día del Arrepentimiento”, como acto encaminado a reparar el daño cometido.
¿Qué daño? ¿A quién?
Responde el afamado académico: “El 2 de abril de 1982 tropas de nuestro país irrumpieron en la vida de una comunidad pacífica e inerme. Lo hicieron al amparo de discutibles derechos -Gran Bretaña esgrime otros, igualmente discutibles- pero sobre todo con el apoyo popular largamente construido por nuestro nacionalismo.”
Es decir, el nacionalismo es el responsable de haberle lavado la cabeza a cinco generaciones de argentinos que venían pidiendo la restitución de la tierra perdida, reclamo que se inicia con el pedido del diputado Francisco Ugarteche al ministro de Guerra Enrique Martínez, el 22 de enero de 1833, de enviar una expedición militar para la retoma de las Malvinas. ¡A los 19 días de ocurrida la invasión inglesa y a sólo7 días de llegada la noticia a Buenos Aires!
Dice Romero: “Los isleños tenían presencia continua hacía 150 años, los suficientes para ser considerados ´originarios´. La invasión que servía a los propósitos inmediatos de un régimen criminal, se justificó con argumentos provenientes de nuestro patológico nacionalismo.”
Quien así habla, con repugnancia del “régimen criminal”, omite decir que fue colaborador del Proceso como asesor en la Municipalidad de Buenos Aires en 1981, y que en 1978 colaboró en Convicción, la revista del almirante Massera, creada para sus aspiraciones políticas.
El escozor que le produce el nacionalismo, al que califica como lo peor de nuestra cultura política (no así el británico, que pasa a ser devoción patriótica resumida en la vehemente frase: My country, right or wrong. “Mi Patria, así esté en lo cierto o no”), que describe benévolamente de enano maldito escapado de una botella, de traumático, combinación de soberbia y paranoia, el nacionalismo argentino, decía, lo enardece de tal forma a Romero, que lo lleva a incurrir en gruesos errores históricos, imperdonables por venir de un referente del saber histórico nacional.
Veamos: los isleños son “originarios”.
Hasta hace unos treinta años no se usaba el término “originarios”. Ahora hay toda una onda, y no es casual que ella sea apoyada por la izquierda cultural y por los indigenistas, constituidos en ONG mapuche, con sede en Bristol (Inglaterra).
Por pueblo “originario” se entiende una comunidad indígena o sus descendientes. Los malvinenses no son originarios. Son descendientes de los colonos traídos por los ocupantes, después de apoderarse de las Islas. Es población trasplantada a través de un control migratorio cerrado en reemplazo de una población argentina que fue desalojada compulsivamente. Como si dijéramos que los israelíes asentados en territorios árabes y palestinos ocupados, son originarios.
Tampoco puede hablarse de una “presencia continua” de los isleños durante siglo y medio. En un primer momento, las Malvinas fueron constituidas como base militar naval, bajo la superintendencia de un comandante militar. Sólo ocho años después de la expulsión de los colonos argentinos, con el nombramiento de un gobernador y la llegada de los primeros inmigrantes civiles -colonos provenientes de Escocia, y después, familias llegadas de todas partes del mundo- las Islas conseguirían un status normal dentro del Imperio Británico. Es decir, que la escasez de habitantes llevó a la Corona a considerar las Islas como “posesión” o “establecimiento”, situación que se extendió hasta 1842, cuando se la declaró “colonia”.
La inteligencia de Romero -miembro de la Comisión Asesora de Historia del CONICET y severo evaluador de las investigaciones históricas que allí se presentan- se vuelve amnésica cuando, defendiendo la condición “originaria” de los kelpers por vivir 140 años en el lugar, pasa por alto la situación de los ilois, habitantes de la isla Diego García, que fueron obligados por Inglaterra a emigrar por razones militares. Los ilois (negros descendientes de africanos del Este) fueron sistemáticamente removidos de sus hogares ancestrales, y depositados exiliados en otra isla entre 1965 y 1968, sin ningún proyecto de rehabilitación, dejándolos en una pobreza abyecta. Este secuestro masivo fue llevado a cabo en el más absoluto secreto. La isla, arrendada a los EE. UU., convirtióse en una base de aviones superbombarderos B-52, que tuvo luego participación en las guerras de Afganistán y del Golfo Pérsico.
Pero el pleno de la orquesta –o el toque final de corneta de Gunga Din- se alcanza cuando dice que “el 14 de junio fue el día de la rendición, de la humillación, de la expiación que todavía no completamos” ¡Expiación! ¡Borrar las culpas, purificarse de ellas, por el pecado de haber ofendido a Inglaterra!
“El 14 de junio descubrimos la realidad del relato triunfalista de los militares, en el que tantos creyeron, porque querían creer, porque estaban preparados para creer.”
¿Qué cosa “querían creer”?
Que las Malvinas son argentinas.
¿”Preparados para creer” por quién?
Por generaciones de docentes que enseñaron que las Malvinas fueron, son y serán argentinas.
¡Ay, qué frágil se vuelve la memoria Mordisquito!, diría Discépolo.
Porque entre los que creyeron el “relato” estaba el expresidente Arturo Illia (presidente constitucional derrocado por un golpe militar), que el 2 de abril izó la bandera en el mástil de la plaza principal de Viedma, durante el acto con el cual la población rionegrina expresó su júbilo por la recuperación, y también el escritor Ernesto Sábato (comunista activista en su juventud y presidente de la Conadep, después de Malvinas), que en una entrevista por la Radio Nacional de España, al referirse a la guerra, les dijo a los europeos: “no se engañen, no es una dictadura la que lucha por las Malvinas, es la NACIÓN ENTERA.”

III

Reconocer a los isleños entidad de “pueblo originario” –como propone Romero- es aceptar la figura jurídica de la “autodeterminación”, principio introducido por Gran Bretaña ante la UN, ante la debilidad creciente de su posición en el contexto del derecho internacional.
Reconocer que los Kelpers pueden decidir su condición política es promover la ruptura de la unidad nacional y el quebranto de la integridad territorial argentina, base física de la nación.
Y esto, en el antiguo derecho romano, es “perduellio”.

EXECRABLE!!!...Repito por enesima vez....NADA ES CASUAL y mientras tanto, los argentinos de bien siguen durmiendo "el sueño de los justos". Cuando despierten, será irremediablemente tarde!!!....Un Abrazo Don Nicolas!!!!
 

Nicolas Kasanzew

Corresponsal Veterano Guerra de Malvinas
A tal punto no es casual, querido Tordo, que ahora sale otro supuesto historiador, con la siguiente canallada.


http://xn--lamaanaonline-lkb.com.ar...y-tendria-todo-el-derecho-de-reclamar-formosa

Felipe Pigna: “Paraguay tendría todo el derecho de reclamar Formosa”

27/04 “Sería cuestión de que el Gobierno (paraguayo) haga formalmente (el reclamo) y discutir eso”, dijo el historiador

El historiador argentino Felipe Pigna estuvo el fin de semana pasado en Paraguay, donde disertó sobre la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870), en el marco de la 1ª Feria Internacional del Libro Asunción 2015 (FIL), que se realiza en el Centro de Convenciones Mariscal López de Asunción.
“La guerra fue tremendamente impopular en nuestro país. Mucha gente fue presa, o murió por oponerse a la guerra contra Paraguay”, indicó Pigna durante una conferencia de prensa antes de su disertación. Recordó que intelectuales argentinos como José Hernández, autor de Martín Fierro; Juan Bautista Alberdi; Olegario Andrade, Juan María Gutiérrez, Guido Spano y otros fueron exiliados por denunciar la guerra “infame” contra Paraguay.

Indicó que “Paraguay podría reclamar las tierras arrebatadas por Argentina luego de la contienda. Sería cuestión de que el Gobierno (paraguayo) haga formalmente (el reclamo) y discutir eso, aunque por el momento no está planteado así (Paraguay), tendría todo el derecho de hacerlo”, manifestó el historiador según señala la prensa guaraní.

Distintos medios de Asunción remarcan que “Pigna también afirmó, sin ninguna duda, que Paraguay “tendría todo el derecho” de reclamar el territorio de Formosa, que se anexó a la Argentina tras la Guerra de la Triple Alianza”.

“La guerra fue un enorme genocidio y un extraordinario negocio para unos pocos. Fueron sobre todo (beneficiados) los bancos británicos, los bancos brasileños, los grandes prestamistas. Mi país quedó tremendamente endeudado; las clases populares tuvieron que pagar deudas externas en beneficio de unos pocos tipos que son los contratistas, los beneficiarios directos de la Guerra del Paraguay”, destacó el historiador, durante una conferencia de prensa ofrecida en la sede de la Embajada Argentina.

Anticipando su conferencia: “Los debates en Argentina, en la época de la Guerra de la Triple Alianza”, que ofreció luego en la Feria Internacional del Libro, Pigna afirmó que la contienda fue tremendamente impopular en la Argentina. “Mucha gente fue presa o murió por oponerse a la Guerra del Paraguay por considerarla una guerra fratricida”, dijo.

En este sentido, recordó a José Hernández, quien tuvo que terminar su célebre poema “Martín Fierro” en el exilio. También a Juan Bautista Alberdi, quien tampoco pudo retornar a la Argentina por oponerse a la guerra. “El poder oligárquico de Buenos Aires lo consideró un enemigo por defender fervientemente al Paraguay y publicar un libro entero (El crimen de la Guerra)”, añadió.

“La primera huelga de nuestro país que recuerda la historia argentina se produce en Corrientes, por parte de los obreros navales que se niegan a construir barcos para pelear contra los hermanos paraguayos”, dijo.
 

Nicolas Kasanzew

Corresponsal Veterano Guerra de Malvinas
Uno de los muchos regalos que recibió ayer mi alma, y seguramente el más impactante, fue el siguiente. Se me acerca una oficial de la FAA, y me dijo que el año pasado, estando de cursante, habia decidido pedir la baja. Pero después de presenciar una charla mía en Ezeiza, en el IFE, ante centenares de cursantes (excepcionalmente, me llevaron a darla los VGM Daniel Marchi y el Osito Herrera), decidió seguir en la Fuerza Aérea! ¿Se pueden imaginar la emoción que sentí?
Y acá viene la paradoja. Me está vedado dar charlas en los establecimientos educativos militares. Distintos cadetes y oficiales me han invitado un sinnúmero de veces, pero al rato me tenían que des-invitar por órdenes de arriba.
 
Última edición:

CHACAL

Colaborador
Colaborador
Uno de los muchos regalos que recibió ayer mi alma, y seguramente el más impactante, fue el siguiente. Se me acerca una oficial de la FAA, y me dijo que el año pasado, estando de cursante, habia decidido pedir la baja. Pero después de presenciar una charla mía en Ezeiza, en el IFE, ante centenares de cursantes (excepcionalmente, me llevaron a darla los VGM Daniel Marchi y el Osito Herrera), decidió seguir en la Fuerza Aérea! ¿Se pueden imaginar la emoción que sentí?
Y acá viene la paradoja. Me está vedado dar charlas en los establecimientos educativos militares. Distintos cadetes y oficiales me han invitado un sinnúmero de veces, pero al rato me tenían que des-invitar por órdenes de arriba.

Eso pasa por Malvinizar!!!!!!!!
 

Nicolas Kasanzew

Corresponsal Veterano Guerra de Malvinas
Feria del Libro. Grupo Argentinidad. Viernes 8 de mayo: Llega de Córdoba el autor Com (R) Veterano de Guerra de Malvinas Pablo Marcos Rafael Carballo, y la presencia tambien el mismo dia del autor periodista en la Guerra de Malvinas, Nicolás Kasanzew - Ediciones Argentinidad - Stand 1811 - Pabellon Amarillo
 
Uno de los muchos regalos que recibió ayer mi alma, y seguramente el más impactante, fue el siguiente. Se me acerca una oficial de la FAA, y me dijo que el año pasado, estando de cursante, habia decidido pedir la baja. Pero después de presenciar una charla mía en Ezeiza, en el IFE, ante centenares de cursantes (excepcionalmente, me llevaron a darla los VGM Daniel Marchi y el Osito Herrera), decidió seguir en la Fuerza Aérea! ¿Se pueden imaginar la emoción que sentí?
Y acá viene la paradoja. Me está vedado dar charlas en los establecimientos educativos militares. Distintos cadetes y oficiales me han invitado un sinnúmero de veces, pero al rato me tenían que des-invitar por órdenes de arriba.
Nico, quizá nunca podamos imaginar la emoción que sentiste, pero andá acostumbrándote porque seguramente la vas a seguir sintiendo cada vez más seguido.
Vos regaste el desierto cuando te decían que era inútil y lo seguiste regando cuando además de decirte que era inútil, te cerraban el grifo de la manguera, entonces usaste baldes. El desierto sigue estando, pero ahora, en él, hay un lugar donde sabemos que se puede beber agua. Y lo más importante, hay un sendero marcado para saber... de donde viene el agua.
Un abrazo.
 
Arriba