Washington y Tokio reubicarán bases norteamericanas en Japón

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EFE)- Japón y los Estados Unidos tratarán mañana de cerrar el mayor plan de reubicación de tropas y bases norteamericanas en el archipiélago nipón desde la II Guerra Mundial, cuya principal dificultad es el elevado coste de la operación.

El ministro japonés de Asuntos Exteriores, Taro Aso, y el responsable de Defensa, Fukushiro Nukaga, viajaron hoy a Washington con el objetivo de aclarar con sus homólogos, Condoleezza Rice y Donald Rumsfeld, el precio que pagará cada país por este traslado de unidades militares.

Tokio y Washington alcanzaron el pasado octubre un acuerdo para reorganizar la presencia de las tropas norteamericanas en el Pacífico Occidental, sobre todo en Japón, con el objetivo de aligerar la carga que soportan varias poblaciones niponas.

Básicamente la operación consiste en trasladar 8.000 soldados norteamericanos de la isla de Okinawa, en el extremo sur del archipiélago nipón, a la de Guam, en el Pacífico estadounidense.

El acuerdo contempla también la reubicación de varias bases norteamericanas en territorio okinawense y otras zonas del país.

Sin embargo, la puesta en práctica del plan permanece bloqueada porque el apartado de la financiación de los gastos no quedó claro.

Fukushino Nukaga, director general de la Agencia de Defensa (con rango de Ministerio), aseguró el pasado martes que había acordado con Donald Rumsfeld que Japón pagaría el 59 por ciento del coste estimado de la operación, es decir, 6.090 millones de dólares, y EEUU el resto, 4.000 millones de dólares.

Esta repartición de los gastos ya levantó las críticas de los partidos de la oposición e incluso dentro del propio Gobierno japonés, por el hecho de que Japón tenga que financiar la construcción de bases norteamericanas fuera de su país, tal y como sucederá en Guam.

Y un día después, el malestar se disparó cuando el subsecretario para Asia y el Pacífico del Departamento de Defensa de EEUU, Richard Lawless, aseguró que Japón deberá en realidad desembolsar unos 26.000 millones de dólares por esta operación.

El ministro portavoz, Shinzo Abe, calificó la cifra de "increíble" y señaló que Lawless quizás haya incluido en ella la contribución ordinaria japonesa por contar con las tropas norteamericanas dentro de su territorio.

Nukaga, por su parte, consideró que esa cantidad, unos 3 billones de yenes (26.000 millones de dólares), podría se el resultado de la "manera americana de hablar en términos generales", y prometió dar explicaciones sobre todos los detalles de los gastos una vez se rubrique el acuerdo final.

Estados Unidos tiene en Japón 44.590 soldados, la mayor parte fuerzas de desembarco y del Ejército del Aire, y casi dos terceras partes de ese contingente están en Okinawa.

El mayor problema para el Gobierno japonés es el fuerte rechazo que despierta la presencia militar norteamericana entre la población nipona, sobre todo en Okinawa, donde las autoridades locales rechazaron el acuerdo bilateral de octubre pasado por no haber sido consultadas.

Pero al mismo tiempo, Japón necesita de la presencia militar estadounidense como medida de protección complementaria a las llamadas Fuerzas de Auto Defensa japonesas, debido a que la Constitución pacifista nipona prohíbe al país dotarse de un Ejército.

Okinawa quedó bajo control de los Estados Unidos al finalizar la II Guerra Mundial y fue devuelta a Japón sólo en 1972.

Además de las reuniones denominadas "dos por dos" que mantendrán en Washington los máximos responsables de la Defensa y la diplomacia japonesa y norteamericana, también hay previstos encuentros por separado, según fuentes oficiales citadas por Kyodo.

Entre los asuntos de seguridad regional e internacional que más preocupan a Japón y EEUU destacan la situación de Irak y la presencia de las tropas japonesas en el país árabe, así como los contenciosos nucleares de Corea del Norte e Irán.

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