una historia interesante..

Estimados foristas,aca le dejo una historia publicada hace pocas horas en un diario digital de Costa Rica.En esta historia hay algunos datos que quizas les puedan interesar,yo por lo menos algunos no los sabia,por lo menos en cuanto a como se vivio la guerra en resto de latinoamerica.

Desde La Mina: ¡Las Malvinas son argentinas!

Por Mauricio Castro-Salazar
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Por esas cosas de la vida, tuve la oportunidad de visitar Ushuaia durante la Semana Santa. Ushuaia es la capital de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, entre las que se encuentran las muy disputadas y siempre argentinas islas Malvinas.

Nunca había estado tan cerca ni geográfica ni políticamente de las Malvinas y por supuesto el leer algunos letreros en la Intendencia que decían “las Malvinas son Argentinas” no pude evitar recordar que hace cerca de 28 años un grupo de jóvenes latinoamericanos con mucho entusiasmo asistimos a un acto de solidaridad con el pueblo argentino en Buenos Aires. Nuestro objetivo era mostrarle a los argentinos que toda Latinoamérica unida los apoyaba en su lucha por recuperar las islas Malvinas, independientemente que en ese momento la Argentina fuera gobernada por militares golpistas.

Invitaron a 5 jóvenes por país. Los ticos muy democráticamente enviaron a un representante por juventud política: Liberación, Unidad y Vanguardia, uno por la FEUCR y otro por la Federación de Estudiantes de Segunda Enseñanza. Yo fui por la FEUCR.

La Municipalidad de San José, para mostrar su solidaridad con los argentinos, aportó un vehículo para que nos trasladáramos a Panamá, lugar de reunión de todos los jóvenes latinoamericanos.

Por supuesto que no preguntamos ni quién pagaba la cuenta ni a qué nos comprometía esa invitación, todavía no se había puesto de moda el “no hay almuerzo gratis…”

Con emoción vimos en el aeropuerto de Panamá aviones y helicópteros con mantas que decían “por Argentina hasta nuestra última gota de sangre” y algo parecido vimos en el aeropuerto de Lima, donde hicimos escala, la fuerza aérea lista para pelear, con letreros que decían “las Malvinas son argentinas…”

Al llegar a Buenos Aires, un jueves de mayo tipo 6 de la mañana, los organizadores de la actividad nos trasladaron a un hotel y nos reunieron en un salón y pidieron que nos dividiéramos ideológicamente: Comunistas, socialistas democráticos, liberales…Y en esa forma nos acomodaron en los cuartos.

Al representante de la Juventud Liberacionista y a mí nos pusieron a compartir cuarto con gente del Partido Social Demócrata de Guatemala y con gente del Partido Radical de Chile. Al colega de la Juventud de la Unidad Social Cristiana lo dejamos en Paso Canoas ya que por esas novatadas juveniles arrancamos el carro sin percatarnos que había dejado su pasaporte en el techo…

Las luces del cuarto se apagaron tipo medianoche y más o menos a las 2 de la mañana oímos que nos tocaban con fuerza la puerta “…majes…ábranme, porfa abran…”. El inconfundible acento tico hizo que nos moviéramos rápido.

“¿Qué pasa maje?”-pregunté al compañero de la Juventud Vanguardista, que me respondió: “….es que los majes con los que me tocó compartir cuarto solo hablan de poner bombas y secuestros…y nosotros los comunistas ticos no creemos en esas varas….además, son demasiado drogadictos…”

Y desde ese momento el compañero comunista se incorporó a las actividades organizadas para los socialistas democráticos, y una de ellas fue un desayuno con el hoy fallecido y por entonces no muy conocido, ex presidente Raúl Alfonsín.

Los jóvenes socialistas democráticos andábamos en reuniones por varios lugares de Buenos Aires y nos cuentan que estando reunidos la mayor cantidad de delegados en el salón del hotel en que nos hospedábamos, esto era a más o menos mediodía del viernes, se presentó un mesero y preguntó que quién podía atender una llamada del canciller Costa Méndez. Alguno –autoproclamado representante de todos los jóvenes– se levantó y fue a tomar el teléfono en medio de la expectativa de los demás, conversó un rato y luego preguntó a todo el grupo: “el Canciller, representante de los asesinos que hoy gobiernan este país, nos invita a cenar hoy por la noche, ¿quién quiere ir a comer con los asesinos?”, por supuesto que el clamor popular se inclinó a no aceptar la invitación.

El auto proclamado representante de los jóvenes solidarios, fue de nuevo al teléfono y le dijo más o menos algo así: “…nosotros con asesinos no comemos…” y la respuesta del Canciller fue: “…bueno…deben salir del país a más tardar el sábado a la medianoche…”

Cuando regresamos al hotel tipo 6 de la tarde el ambiente estaba “rancio” y ante nuestras preguntas nos contaron con detalle lo sucedido. Por supuesto que los ticos dijimos: “…que ridículo, si venimos hasta aquí fue para apoyar al pueblo argentino y el que lleva la pelea diplomática es el Canciller, que mejor que conversar con él para que nos cuente con detalle cómo está la cosa….”

Y con esos ímpetus que solo la juventud da…pedimos un teléfono para llamar al Canciller…por supuesto que nadie creía ni que lo haríamos y mucho menos que nos atendería, pero lo hicimos y nos atendió, nos dijo que lamentablemente él ya no nos podía atender, que saldría para Naciones Unidas en una hora, pero que instruiría al Jefe de Latinoamérica de la Cancillería para que almorzara el sábado con un representante por país, pero que lo de dejar el país antes de la medianoche del sábado se mantenía…

El sábado fue un día de carreras, por un lado hicimos un mitín en el centro de Buenos Aires, en el que los compañeros de la Juventud Revolucionaria Panameña –los torrijistas- se lucieron con sus gritos y cantos y luego nos invitaron a un partido de fútbol al estadio de River, en el que jugaba San Lorenzo de Almagro.
Y en el estadio, que estaba bastante lleno, los bulliciosos panameños empezaron a gritar “el que no brinca es un inglés, el que no brinca es un inglés…” todo el estadio brincaba y por supuesto la gradería vibraba tremendamente, llegando a poner alerta hasta la misma policía federal, que estuvo a punto de suspender el juego o de expulsarnos del estadio.

Terminado el juego, fuimos al hotel y recogimos nuestras cosas y salimos de Argentina. De vuelta en Panamá nos enteramos que quienes nos habían financiado eran los jóvenes peronistas montoneros, una las fracciones más extremistas que había en Latinoamérica en los años 80….

Veintiocho años después de la guerra, nuevamente el tema de la soberanía de las Malvinas vuelve sobre la mesa y hoy como ayer sigo pensando que las Malvinas son argentinas
 
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