breve reseña del comienzo de la guerra de la triple alianza
Todo empezó en el Uruguay. El general Venancio Flores, del partido Colorado, buscaba desalojar del poder al presidente blanco Bernardo Berro y contaba con las simpatías del mandatario argentino, Bartolomé Mitre, y del emperador de Brasil, Don Pedro II, que habían encaminado a sus países en el liberalismo económico, aunque el último era una monarquía parlamentaria con esclavitud y el nuestro una república.
El oriental Berro acudió entonces al presidente del Paraguay, Francisco Solano López, para solicitarle apoyo para la independencia uruguaya y asegurar el "equilibrio continental". El Paraguay se había desprendido en 1811 del virreinato del Río de la Plata y se había mantenido aislado, gobernado por dictadores. Solano López había heredado de su padre el poder absoluto y regía un país dedicado a la yerba mate, la madera y el tabaco, que contaba con un ferrocarril, telégrafo, una fundición de acero y algunas fábricas.
Cuando Brasil envió un ultimátum al Uruguay y luego invadió su territorio, el paraguayo apresó un buque brasileño y la guerra se desencadenó. Mitre trató de mantener la neutralidad y comunicó a paraguayos y brasileños que no iba a permitir que sus tropas pasaran por territorio argentino. Pero Solano López envió un contingente por Corrientes y declaró la guerra a la Argentina, que firmó entonces con Brasil y Uruguay el tratado de la Triple Alianza, que le daba el mando de las tropas a Mitre y el de las fuerzas navales al almirante brasileño Tamandaré. "En 24 horas estaremos en los cuarteles, en quince días en campaña y en tres meses en Asunción", dijo Mitre, y la juventud porteña se enroló para liberar al Paraguay de un "dictador abyecto" y llevar allí la modernidad.
Las cosas iban a ser más difíciles y la guerra duró más de cinco años. En Curupaytí murieron 4.000 aliados y 92 paraguayos, mientras que en Tuyutí cayeron 13.000 paraguayos y 4.000 aliados. En el interior argentino la guerra tuvo resistencias, en tanto que Buenos Aires lloró la muerte de los jóvenes Francisco Paz, hijo del vicepresidente Marcos Paz, y de Dominguito Sarmiento, hijo del "Cuyano Alborotador". Desde París, Juan B. Alberdi dijo que era una guerra hecha por la vanidad de los gobernantes.
La mitología sostiene que la guerra fue provocada por Inglaterra para ahogar el proyecto de economía cerrada y autónoma de un Paraguay industrialista, pero historiadores como Miguel Angel de Marco han señalado que hubiera sido incoherente que Gran Bretaña apoyara las tendencias hegemónicas del Imperio. Ni Paraguay constituía una amenaza económica para el país europeo ni existen documentos que muestren preocupación en el Foreign Office por el conflicto en Sudamérica. El conflicto nació acá y la Argentina y Brasil ampliaron su territorio. Acaso los poetas lo entendieron mejor. Cuando los brasileños tomaron Paysandú, Olegario Andrade cantó "¡Sombra de Paysandú! Sombra gigante/ que velas los despojos de la gloria". Y cuando cesó la lucha, Carlos Guido y Spano se lamentó: "Llora llora, Urutaú/ en las ramas del yatay./ Ya no existe el Paraguay/ donde nací como tú".
Todo empezó en el Uruguay. El general Venancio Flores, del partido Colorado, buscaba desalojar del poder al presidente blanco Bernardo Berro y contaba con las simpatías del mandatario argentino, Bartolomé Mitre, y del emperador de Brasil, Don Pedro II, que habían encaminado a sus países en el liberalismo económico, aunque el último era una monarquía parlamentaria con esclavitud y el nuestro una república.
El oriental Berro acudió entonces al presidente del Paraguay, Francisco Solano López, para solicitarle apoyo para la independencia uruguaya y asegurar el "equilibrio continental". El Paraguay se había desprendido en 1811 del virreinato del Río de la Plata y se había mantenido aislado, gobernado por dictadores. Solano López había heredado de su padre el poder absoluto y regía un país dedicado a la yerba mate, la madera y el tabaco, que contaba con un ferrocarril, telégrafo, una fundición de acero y algunas fábricas.
Cuando Brasil envió un ultimátum al Uruguay y luego invadió su territorio, el paraguayo apresó un buque brasileño y la guerra se desencadenó. Mitre trató de mantener la neutralidad y comunicó a paraguayos y brasileños que no iba a permitir que sus tropas pasaran por territorio argentino. Pero Solano López envió un contingente por Corrientes y declaró la guerra a la Argentina, que firmó entonces con Brasil y Uruguay el tratado de la Triple Alianza, que le daba el mando de las tropas a Mitre y el de las fuerzas navales al almirante brasileño Tamandaré. "En 24 horas estaremos en los cuarteles, en quince días en campaña y en tres meses en Asunción", dijo Mitre, y la juventud porteña se enroló para liberar al Paraguay de un "dictador abyecto" y llevar allí la modernidad.
Las cosas iban a ser más difíciles y la guerra duró más de cinco años. En Curupaytí murieron 4.000 aliados y 92 paraguayos, mientras que en Tuyutí cayeron 13.000 paraguayos y 4.000 aliados. En el interior argentino la guerra tuvo resistencias, en tanto que Buenos Aires lloró la muerte de los jóvenes Francisco Paz, hijo del vicepresidente Marcos Paz, y de Dominguito Sarmiento, hijo del "Cuyano Alborotador". Desde París, Juan B. Alberdi dijo que era una guerra hecha por la vanidad de los gobernantes.
La mitología sostiene que la guerra fue provocada por Inglaterra para ahogar el proyecto de economía cerrada y autónoma de un Paraguay industrialista, pero historiadores como Miguel Angel de Marco han señalado que hubiera sido incoherente que Gran Bretaña apoyara las tendencias hegemónicas del Imperio. Ni Paraguay constituía una amenaza económica para el país europeo ni existen documentos que muestren preocupación en el Foreign Office por el conflicto en Sudamérica. El conflicto nació acá y la Argentina y Brasil ampliaron su territorio. Acaso los poetas lo entendieron mejor. Cuando los brasileños tomaron Paysandú, Olegario Andrade cantó "¡Sombra de Paysandú! Sombra gigante/ que velas los despojos de la gloria". Y cuando cesó la lucha, Carlos Guido y Spano se lamentó: "Llora llora, Urutaú/ en las ramas del yatay./ Ya no existe el Paraguay/ donde nací como tú".