“La imagen de los Ejércitos como guardia pretorianos de un orden político, económico y social injusto es en extremo perniciosa para la salud de los pueblos, para el logro de sus aspiraciones, para la conformación del ser nacional y para su proyección continental (…) Existe un tipo de subversión que aunque a veces artificiosamente provocada se engendra en causas reales. Cuando a los ciudadanos de un país se les niega justicia, se los persigue ideológicamente, se los vulnera en sus libertades y se los priva de lo que legítimamente les corresponde, la subversión exclusivamente interna o provocada y alentada desde el exterior puede ser la respuesta. En este caso, la guerrilla se desarrolla y actúa con el apoyo de la población que le proporciona todas las facilidades que necesita y entonces las fuerzas del orden son impotentes para destruirla. Por eso sostengo que, cuando existen causas reales de la subversión, sólo se conseguirá hacerla desaparecer cuando se actúe decididamente sobre las causas en el plano político, económico y social. El empleo del poder militar no va más allá de la anulación transitoria de los efectos, que naturalmente se incrementan a medida que las causas persisten o se agravan.”
No mis amigos, este discurso no es del Che Guevara. Este es un extrato de un encendido discurso formulado por nada más y nada menos que el General Jorge Raúl Carcagno, Comandante en Jefe del Ejército Argentino, en la Décima Conferencia de Caracas, la que reúne a los Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armas de Latinoamérica durante el mes de septiembre de 1973. En la misma reunión, el General Carcagno, junto con el Comandante General y Ministro de Guerra de Perú, General Mercado Jarrín, propusieron suprimir del Reglamento utilizado en la Conferencia la expresión “coordinar la lucha contra la agresión del comunismo”, pero fueron aún mas lejos ya que elevaron una moción para que se incluya a Cuba en la próxima reunión. Esta moción fue apoyada por las delegaciones de: Argentina, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela y Panamá; se opusieron: Estados Unidos, Brasil, Paraguay, Bolivia, Uruguay, Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Republica Dominicana y Honduras.
Los Generales Carcagno y Mercado Jarrín aceptaron la votación, pero lejos de amilanarse, contraatacaron proponiendo una segunda moción la cual proponía que en la próxima reunión se excluyera a Estados Unido y solo se reunieran los Comandantes Latinoamericanos, después de todo, en nombre de Latinoamérica se realizaba la convocatoria… Ante el rechazo de sus propuestas, el General Carcagno decidió abstenerse de participar en la reunión, retiro sus ponencias, pidió disculpas, realizo el discurso ya citado y regreso ese mismo día al país. En otros partes de su discurso, Carcagno denunció abiertamente que eran las empresas monopólicas transnacionales y el endeudamiento externo los verdaderos enemigos de los pueblos, contradiciendo de esa manera y poniendo en tela de juicio nada menos que el discurso de la Seguridad Nacional propugnado por Estados Unidos.
El General Carcagno fue ascendido a ese grado por el entrante Presidente Campora, de esa forma se descabezaba todo el generalato vinculado al golpista general Lanuse. Carcagno era un duro, el en persona había conducido las tropas federales que reprimieron el Cordobazo sucedido los días 29 y 30 de mayo de 1969, en donde la represión causo entre 20 a 30 muertos y varios cientos de heridos y detenidos. Se dice que él lamento estas muertes, pero que dado el nivel de violencia y la utilización de armas de fuego por parte de muchos de los manifestantes, no hubo posibilidad de atravesar el incidente sin derramamiento de sangre.
Pero así como no le temblaba la mano a la hora de obedecer ordenes, el sabía muy bien cuales eran las aspiraciones del pueblo y quien era el verdadero líder popular. Con él, llego a la Jefatura del Ejército al Coronel Juan Jaime Cesio, en calidad de Secretario Político del Ejército Argentino, (ya postee algo de Cesio y mas adelante lo volverá a hacer) de hecho él redacto el discurso formulado en Caracas. Cesio también creía en que había que cambiar la línea del EA, y tuvo la idea, como forma de apaciguar a las masas peronistas y de emitir una señal clara a la sociedad, de restituirle el grado y uniforme militar a Perón, para ganarle de mano al Congreso. Con Perón ya en el país, Carcagno se reunió con él en la casa de Av. Gaspar Campos para ponerlo en conocimiento de la decisión toma, en la oportunidad le dijo: “Mi general. Lo necesito en el Ejército para quitárselo como bandera a la guerrilla”. Durante la asunción de su Comando Carcagno dijo abiertamente que: “ahora se abre una nueva etapa, la del imperio de la Constitución y el reconocimiento de que el pueblo es el único depositario de la soberanía”.(…) el Ejército “honrará sus armas y contribuirá a la unión de los argentinos”. También se refirió a que "pueden existir convicciones distintas y tan válidas como las nuestras", y que "jamás había que dejar de lado el respeto por la persona humana".
Este intento de reencotrar a la Institución Militar con su pueblo, en plenos y convulsionados años 70´, la intrepidez demostrada al enrostrarle a los yankis cuales eran las aspiraciones nacionales y latinoamericanas, en conflicto con la aspiraciones y necesidades yankis, hacen a este militar, todo un revolucionario.
Por distintas razones que relatare en otro momento, finalmente y por presiones políticas, el General Carcagno pidió su pase a retiro.
Fuente: La Voluntad, Tomo III, Pág. 268-69 (versión libre y ampliada)
No mis amigos, este discurso no es del Che Guevara. Este es un extrato de un encendido discurso formulado por nada más y nada menos que el General Jorge Raúl Carcagno, Comandante en Jefe del Ejército Argentino, en la Décima Conferencia de Caracas, la que reúne a los Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armas de Latinoamérica durante el mes de septiembre de 1973. En la misma reunión, el General Carcagno, junto con el Comandante General y Ministro de Guerra de Perú, General Mercado Jarrín, propusieron suprimir del Reglamento utilizado en la Conferencia la expresión “coordinar la lucha contra la agresión del comunismo”, pero fueron aún mas lejos ya que elevaron una moción para que se incluya a Cuba en la próxima reunión. Esta moción fue apoyada por las delegaciones de: Argentina, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela y Panamá; se opusieron: Estados Unidos, Brasil, Paraguay, Bolivia, Uruguay, Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Republica Dominicana y Honduras.
Los Generales Carcagno y Mercado Jarrín aceptaron la votación, pero lejos de amilanarse, contraatacaron proponiendo una segunda moción la cual proponía que en la próxima reunión se excluyera a Estados Unido y solo se reunieran los Comandantes Latinoamericanos, después de todo, en nombre de Latinoamérica se realizaba la convocatoria… Ante el rechazo de sus propuestas, el General Carcagno decidió abstenerse de participar en la reunión, retiro sus ponencias, pidió disculpas, realizo el discurso ya citado y regreso ese mismo día al país. En otros partes de su discurso, Carcagno denunció abiertamente que eran las empresas monopólicas transnacionales y el endeudamiento externo los verdaderos enemigos de los pueblos, contradiciendo de esa manera y poniendo en tela de juicio nada menos que el discurso de la Seguridad Nacional propugnado por Estados Unidos.
El General Carcagno fue ascendido a ese grado por el entrante Presidente Campora, de esa forma se descabezaba todo el generalato vinculado al golpista general Lanuse. Carcagno era un duro, el en persona había conducido las tropas federales que reprimieron el Cordobazo sucedido los días 29 y 30 de mayo de 1969, en donde la represión causo entre 20 a 30 muertos y varios cientos de heridos y detenidos. Se dice que él lamento estas muertes, pero que dado el nivel de violencia y la utilización de armas de fuego por parte de muchos de los manifestantes, no hubo posibilidad de atravesar el incidente sin derramamiento de sangre.
Pero así como no le temblaba la mano a la hora de obedecer ordenes, el sabía muy bien cuales eran las aspiraciones del pueblo y quien era el verdadero líder popular. Con él, llego a la Jefatura del Ejército al Coronel Juan Jaime Cesio, en calidad de Secretario Político del Ejército Argentino, (ya postee algo de Cesio y mas adelante lo volverá a hacer) de hecho él redacto el discurso formulado en Caracas. Cesio también creía en que había que cambiar la línea del EA, y tuvo la idea, como forma de apaciguar a las masas peronistas y de emitir una señal clara a la sociedad, de restituirle el grado y uniforme militar a Perón, para ganarle de mano al Congreso. Con Perón ya en el país, Carcagno se reunió con él en la casa de Av. Gaspar Campos para ponerlo en conocimiento de la decisión toma, en la oportunidad le dijo: “Mi general. Lo necesito en el Ejército para quitárselo como bandera a la guerrilla”. Durante la asunción de su Comando Carcagno dijo abiertamente que: “ahora se abre una nueva etapa, la del imperio de la Constitución y el reconocimiento de que el pueblo es el único depositario de la soberanía”.(…) el Ejército “honrará sus armas y contribuirá a la unión de los argentinos”. También se refirió a que "pueden existir convicciones distintas y tan válidas como las nuestras", y que "jamás había que dejar de lado el respeto por la persona humana".
Este intento de reencotrar a la Institución Militar con su pueblo, en plenos y convulsionados años 70´, la intrepidez demostrada al enrostrarle a los yankis cuales eran las aspiraciones nacionales y latinoamericanas, en conflicto con la aspiraciones y necesidades yankis, hacen a este militar, todo un revolucionario.
Por distintas razones que relatare en otro momento, finalmente y por presiones políticas, el General Carcagno pidió su pase a retiro.
Fuente: La Voluntad, Tomo III, Pág. 268-69 (versión libre y ampliada)
