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¿Águilas o estorninos? Las nuevas amenazas aéreas y las tendencias para su neutralización​

Vicente Luján, 9 de marzo de 2024


Poco conocido prototipo de torre con sistema Meroka, actualmente en el Museo de la Academia de Artillería en Segovia (autor)

La artillería antiaérea siempre ha tenido una gran desventaja operativa, como ha sido la reactividad. Sus sistemas y materiales no se han desarrollado como un avance proactivo previo a la aparición de la amenaza aérea, sino que se ha desarrollado tras la previa aparición de un sistema aéreo al que era necesario neutralizar de la mejor manera posible.

Así, las primeras piezas de artillería antiaérea fueron cañones de tiro tenso con proyectiles calibrados para su explosión al transcurrir cierto periodo de tiempo, y así destrozar con su metralla a los aviones atacantes. Después evolucionaron hacia los cohetes guiados por radar o por emisiones de calor. Luego surgieron los misiles autoguiados por su propio radar, los misiles antiradiación, que detectaban las emisiones de los aviones enemigos y los destruían, etc.

Pero todos estos sistemas se dirigían hacia un enemigo definido y concreto: un avión, más o menos grande, y más o menos veloz, y más o menos armado según su misión. Pero un avión con unas dimensiones máximas y mínimas, y capaz de trasladar como mínimo a un piloto.

Pero las cosas han cambiado. La actual amenaza aérea no proviene de una gran aeronave con múltiples bombas de gran calibre o precisos misiles guiados, todas ellas de alta tecnología y disparado coste unitario, sino que proviene de miles de pequeños artefactos voladores de limitadísima capacidad individual de daño, pero gigantesca capacidad de destrucción en grupo.

Es decir, nuestra amenaza no es una enorme águila de gigantescas garras, sino que es una bandada de humildes estorninos que actuando bajo las directrices de un algoritmo de inteligencia artificial son capaces de seleccionar su objetivo de modo autónomo y lanzarse a destruirlo en bloque. Y el ataque de esos miles de estorninos a un objetivo es capaz de destruirlo o neutralizarlo sin necesidad de invertir enormes recursos en I+D para desarrollar un gigantesco avión de combate cuya carga letal de bombas sea superior a las defensas enemigas.

El concepto de amenaza ha cambiado, y la defensa antiaérea debe igualmente cambiar. Pero, ¿cómo luchamos contra una bandada de estorninos de vuelo cambiante y cuasi aleatorio? Ante el ataque de un águila en picado podemos diseñar misiles guiados o proyectiles de interceptación, pero ante una bandada de estorninos no podemos lanzar un misil, porque estallará en el aire sin llegar a destruir la bandada completa....................................................


Un Meroka naval hace fuego a bordo de la fragata Numancia (Armada)

 
El Grupo Táctico Acorazado "Málaga" lleva a cabo la operación 'Cohesion' junto a sus aliados del ReinoUnido . En el ejercicio, de fuego real, han intervenido, entre otros, carros de combate, artillería, y aviación.
Trabajar conjuntamente en el multidominio permite una mayor protección





 
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