Ni la Torá, ni ejército, ni vergüenza
Los ultraortodoxos simplemente no se quieren enlistar
Opinión. Tengo más respeto por quienes deciden estudiar Torá y no enlistarse. No es que esté de acuerdo con ellos, pero al menos siguen sus valores.
Protesta ultraortodoxa contra el alistamiento en el ejército. (AP)
Últimamente hemos sido testigos de cada vez más entrevistas en estudios de televisión y reportajes donde activistas ultraortodoxos declaran abiertamente: no se enlistan, y tampoco estudian Torá.
Ya no se trata del argumento conocido de “estudiamos Torá, por eso no podemos servir”. No. Aquí hay quienes no hacen ni lo uno ni lo otro, y lo hacen con orgullo, frente a las cámaras.
La semana pasada se emitió un reportaje con varios jóvenes ultraortodoxos que declararon abiertamente que no estudian Torá ni se enlistan. En otro panel de noticias, un joven ultraortodoxo le espetó en la cara a un reservista que él sirve por dinero. Y eso no fue todo: la semana pasada también estuvo en los estudios alguien que era mitad ultraortodoxo, mitad activista, y dijo que no se enlistaría, pero no mencionó nada sobre el mundo de la Torá.
Esta oleada en los estudios nos enseña algo. Hoy en día hay dos canales principales por los que recibimos los mensajes de la sociedad ultraortodoxa: a través de los rabinos y a través de los ultraortodoxos que aparecen en los medios o son protagonistas de los reportajes. Y en ambos estamos recibiendo últimamente una imagen bastante similar. Todos dicen lo mismo: no quieren servir. Independientemente de la Torá. Y nosotros, por alguna razón, nos negamos a verlo. ¿Negarnos? Metemos la cabeza en la arena, como en Gaza.
Opinión. Tengo más respeto por quienes deciden estudiar Torá y no enlistarse. No es que esté de acuerdo con ellos, pero al menos siguen sus valores.
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