Murió el último veterano francés de la Primera Guerra
Ha muerto el último combatiente francés de la Primera Guerra Mundial. Lazare Ponticelli, un italiano analfabeto que llegó a Francia con sólo 9 años, huérfano y con un hermano como toda compañía, falleció ayer a los 110 años en Kremlin-Bicetre, en Val de Marne.
Ponticelli murió en su casa acompañado por su hija, siete semanas después que muriera Louis de Cazenave, su otro camarada de la Gran Guerra. Su perseverancia y capacidad de trabajo lo había transformado en un rico y austero empresario retirado.
Con un "homenaje nacional" será recordado él y todos sus camaradas muertos en el brutal conflicto europeo, que dejó diez millones de muertos, en una fecha que aún no fue precisada. El presidente Nicolas Sarkozy expresó "su profunda emoción e infinita tristeza del conjunto de la nación" ante su muerte.
Con Lazare Ponticelli desaparece el último combatiente francés de la guerra de 1914, donde murieron 1.400.000 franceses junto a marroquíes y senegaleses. "Maldita sea la guerra" puede leerse en un monumento en su homenaje en Gentiuoux, en la Región de Creuse.
La memoria de sus camaradas de armas se convirtió en una misión para Lazare Ponticelli. "Todos esos jóvenes muertos no se pueden olvidar", recordaba. Hasta que sus piernas se lo permitieron, concurrió cada 11 de noviembre al monumento al soldado desconocido en París. Tenía una crítica mirada sobre la memoria de los franceses frente a los que dieron la vida en el frente. "Se deberían haber ocupado cuando todavía vivía la gente. Las autoridades deberían habernos recordado antes", dijo.
Ponticelli se enroló en la Legión Extranjera en 1914 "para defender a Francia, que me había dado de comer". Había llegado a Francia a los 9 años y aprendió a leer vendiendo diarios. Participó en los combates de Argonne y allí tuvo uno de los encuentros que iba a cambiar su visión de la guerra: "Había un hombre herido en una trinchera. Gritaba: 'Vengan a buscarme, tengo las piernas cortadas'. Nadie osaba salir. Pero yo fui. Me encontré con un alemán, el brazo en bandolera, sin piernas. Me hizo un dos con los dedos de sus manos. Yo entendí que tenía dos hijos. Lo agarré, lo cargué y lo llevé hacia el frente alemán. Cuando empezaron a dispararme, él les grito que pararan. Lo dejé frente a la trinchera alemana. No dispararon sobre mí cuando avanzaba. El me abrazó y me dijo: 'Gracias por mis cuatro hijos'".
Ponticelli, como muchos soldados que vieron los horrores y la miseria de la guerra, murió pacifista.
Fuente: http://www.clarin.com/diario/2008/03/13/elmundo/i-02801.htm
Saludos.
Ha muerto el último combatiente francés de la Primera Guerra Mundial. Lazare Ponticelli, un italiano analfabeto que llegó a Francia con sólo 9 años, huérfano y con un hermano como toda compañía, falleció ayer a los 110 años en Kremlin-Bicetre, en Val de Marne.
Ponticelli murió en su casa acompañado por su hija, siete semanas después que muriera Louis de Cazenave, su otro camarada de la Gran Guerra. Su perseverancia y capacidad de trabajo lo había transformado en un rico y austero empresario retirado.
Con un "homenaje nacional" será recordado él y todos sus camaradas muertos en el brutal conflicto europeo, que dejó diez millones de muertos, en una fecha que aún no fue precisada. El presidente Nicolas Sarkozy expresó "su profunda emoción e infinita tristeza del conjunto de la nación" ante su muerte.
Con Lazare Ponticelli desaparece el último combatiente francés de la guerra de 1914, donde murieron 1.400.000 franceses junto a marroquíes y senegaleses. "Maldita sea la guerra" puede leerse en un monumento en su homenaje en Gentiuoux, en la Región de Creuse.
La memoria de sus camaradas de armas se convirtió en una misión para Lazare Ponticelli. "Todos esos jóvenes muertos no se pueden olvidar", recordaba. Hasta que sus piernas se lo permitieron, concurrió cada 11 de noviembre al monumento al soldado desconocido en París. Tenía una crítica mirada sobre la memoria de los franceses frente a los que dieron la vida en el frente. "Se deberían haber ocupado cuando todavía vivía la gente. Las autoridades deberían habernos recordado antes", dijo.
Ponticelli se enroló en la Legión Extranjera en 1914 "para defender a Francia, que me había dado de comer". Había llegado a Francia a los 9 años y aprendió a leer vendiendo diarios. Participó en los combates de Argonne y allí tuvo uno de los encuentros que iba a cambiar su visión de la guerra: "Había un hombre herido en una trinchera. Gritaba: 'Vengan a buscarme, tengo las piernas cortadas'. Nadie osaba salir. Pero yo fui. Me encontré con un alemán, el brazo en bandolera, sin piernas. Me hizo un dos con los dedos de sus manos. Yo entendí que tenía dos hijos. Lo agarré, lo cargué y lo llevé hacia el frente alemán. Cuando empezaron a dispararme, él les grito que pararan. Lo dejé frente a la trinchera alemana. No dispararon sobre mí cuando avanzaba. El me abrazó y me dijo: 'Gracias por mis cuatro hijos'".
Ponticelli, como muchos soldados que vieron los horrores y la miseria de la guerra, murió pacifista.
Fuente: http://www.clarin.com/diario/2008/03/13/elmundo/i-02801.htm
Saludos.