SU TIO ABUELO HABIA DENUNCIADO LA PRESENCIA DE EICHMANN EN LA ARGENTINA EN 1955
Liliana Hermann fue contra el olvido y la burocracia
Hace más de diez años comenzó con una investigación que la llevaría a sacar a la luz la verdad sobre el accionar de Lothar. Tras los homenajes en Suárez, admitió diferencias con la DAIA.
Lo que comenzó siendo la búsqueda de una mujer por conocer una parte de su identidad, la que estaba ligada a su familia paterna, terminó en la lucha por el reconocimiento a la labor de un hombre que se enfrentó al poder de varios países y, al final, logró desenmascarar a uno de los genocidas nazis más buscados del mundo.
Este viernes, Liliana Hermann estuvo en Suárez, donde la comuna le tributó un homenaje a su tío abuelo y, luego, brindó una charla en la Biblioteca Sarmiento para contar la historia.
La búsqueda se da luego de que su hermano fuera a tramitar la ciudadanía alemana y, por error, recibiera --por escasos segundos-- un documento clasificado con el nombre de Lothar Hermann. A partir de allí se inició un camino en donde las sensaciones se mezclaron constantemente. Por un lado, la alegría de conocer el heroísmo de su tío y, por el otro, la bronca contenida por no poder sacar toda la historia a la luz.
Al relatar esos años, Liliana se apoya en su esposo, Ariel Mereles. También la sigue de cerca la periodista alemana Gabriela Weber quien, a partir de una exhaustiva investigación sobre el papel de Eichmann, llega a conocer el papel de Lothar.
"Después del error burocrático de la embajada de Alemania, comencé a investigar y ahí me enteré que mi tío tenía que ver con Eichmann. Eso me movió a seguir buscando y a saber qué lo motivó a enfrentarse con todos para que capturen al genocida", cuenta.
Las trabas no solo fueron burocráticas, sino también culturales. Mereles dijo que "había que documentar una historia nueva que, en algunos momentos, fue perdiendo fuerza, hasta que otra gente, como Gaby (Gabriela Weber) nos hizo de nexo entre Europa y la Argentina".
Otra de las personas que colaboró, al liberar los archivos secretos de la provincia de Buenos Aires, fue el juez Leopoldo Schiffrin.
"Para mí fue muy difícil enterarme del miedo y la persecución de la que fue objeto mi familia. La investigación fue ardua; tuvimos muchas desilusiones e injusticias y el comprobar que todos los años se recordaba a las víctimas del Holocausto, pero se ocultaba a quien contribuyó para que se haga justicia, nos indignaba", indica.
Para Liliana, la historia fue oculta porque Eichmann tenía muy buenas relaciones con integrantes de la comunidad judía argentina.
"Además de trabajar para la DAIA y para Israel, ellos fueron cómplices; nunca buscaron justicia. Me genera mucha bronca el que tanto Eichmann, como otros genocidas nazis, se pasearan por las calles, con sus nombres reales, sintiéndose intocables", contó.
Admitió que no es buena la relación con la DAIA. Los familiares de Hermann tuvieron muy poco contacto durante la investigación y luego de recibir, por pedido expreso del gobierno de Israel, un reconocimiento de la delegación israelita en Argentina, no han vuelto a comunicase.
"Lo que hizo la DAIA fue una porquería. A una semana de realizarse el reconocimiento, quisieron cancelarlo: no invitaron a las comunidades judías; tampoco al embajador de Israel", indicó.
"Fue mucho más importante lo que hizo el Estado de Israel, porque facilitó los documentos que tenían sobre Lothar y fueron quienes, finalmente, reconocieron su labor", aseveró Mereles.
En abril de 2010, Liliana y su esposo viajaron por primera vez a Suárez, para conocer el lugar elegido por Lothar para pasar sus últimos años. Se encontraron con muchas personas solícitas, que mencionaron la corrección y responsabilidad con la que se manejaba en su diario vivir.
"Luego de que en 1961 mi tío fuera acusado de ser Josef Mengele (médico y criminal de guerra nazi) y encarcelado por 15 días, su vida no volvió a ser igual; casi no salía de su casa. Es sabido que irrumpieron en su hogar cinco agentes del Estado de Israel, dos de Alemania y un alto directivo de la DAIA", sostuvo.
Lothar escribió varias cartas, incluso, dirigidas al Estado de Israel, pidiendo el reconocimiento y que se dijera la verdad sobre lo que había sucedido con Eichmann. Eichmann fue capturado en Buenos Aires el 20 de mayo de 1960, resultó sentenciado en Israel el 15 de diciembre de 1961 y, finalmente, el 31 de mayo de 1962.
Liliana anunció que va a escribir un libro contando la historia de su familia y de lo que debió afrontar su tío, hasta el día de su muerte.
Su trabajo cierra un ciclo que llevó muchas horas de armar un enorme rompecabezas, que busca reivindicar no sólo a su tío abuelo, Lothar, sino a los millones de víctimas anónimas del Holocausto y a quienes sobrevivieron con miedo de encontrarse por la calle, caminando impunemente, a sus crueles victimarios.
Es también un grito al coraje, a la convicción de un hombre que, pese a poner en riesgo a toda su familia, a ser perseguido y amenazado, decidió mantener la valentía e insistir con esa verdad que redactó en sus cartas no una, sino 26 veces, hasta que fue escuchado.
¿Quién fue?
En 1955 llegó a Coronel Suárez
* Lothar Hermann nació en Quirnbach (Alemania), en 1901. En 1935 fue arrestado por espionaje por el régimen hitleriano; escapó y llegó a Argentina en 1938. Y vivió luego en Montevideo, Rosario y Olivos.
* Durante años envió cartas a las autoridades de la DAIA, Israel y Alemania, aportando datos sobre el paradero de Adolf Eichmann.
* En 1955 se radicó a Coronel Suárez. En 1960 escribió a Israel para que le reconocieran su labor. En 1961 le inventaron una causa, confundiéndolo con Josef Mengele.
* Desde 1960, Hermann reclamó la recompensa que había ofrecido Tuvia Friedmann, director de documentación de Haifa. * En 1974 falleció de una enfermedad terminal. Para costear el tratamiento, debió utilizar ese dinero.
Una historia plagada de poder,
personajes, intrigas y muerte
Gabriela Weber es una periodista alemana que, con su investigación, contribuyó a conocer los archivos secretos sobre Lothar Hermann, ya que realizó una búsqueda de datos en todo el mundo referentes a Adolf Eichmann.
"Esto empezó en el 99, cuando hice una película sobre lo sucedido en la fábrica de Mercedes Benz y llego hasta Adolf Eichmann, del cual averiguo el plano militar que lo apañaba", contó.
Para Weber, Lothar Hermann es solo un pedazo de una gran causa que involucra a varios Estados y personajes públicos en 1960.
"Estados Unidos había firmado, en la cumbre de París, sobre el desarme y para no hacer pruebas nucleares. Ese mismo día, envió a sus funcionarios a que pactaran con el gobierno de turno argentino para hacer pruebas nucleares en el sur", dijo.
"Para desviar la atención pública, luego de un gran terremoto en Chile, se anuncia, en Israel, la detención de Eichmann. Hasta ese momento, el Estado no había buscado ningún genocida nazi; y después tampoco", agregó Weber.
La periodista cree que, luego de ocultamientos y mentiras, el Estado de Israel debió legitimar su accionar con el caso Eichmann.
"Tras muchos años de investigación de Liliana Hermann, ahora está todo documentado. La DAIA tiene que responder si ella está equivocada; (pero) no dicen nada porque nuestros documentos hablan por sí solos", sostuvo.
"Los gobiernos de Israel y de los Estados Unidos deben reconocer que han violado la ley; (pero) eso es muy difícil que ocurra. Alemania también tiene ese problema y, en la Argentina, la DAIA tiene el peor papel, porque fueron ellos mismos quienes apretaron a la familia de Lothar para que callara su historia", relató.
Además, Weber contó que la embajada alemana le dio a Joseph Mengele un pasaporte con su nombre real.
"Nadie se escondió y eso está documentado", concluyó.
Fuente: Diario Nueva provincia
Liliana Hermann fue contra el olvido y la burocracia
Hace más de diez años comenzó con una investigación que la llevaría a sacar a la luz la verdad sobre el accionar de Lothar. Tras los homenajes en Suárez, admitió diferencias con la DAIA.
Lo que comenzó siendo la búsqueda de una mujer por conocer una parte de su identidad, la que estaba ligada a su familia paterna, terminó en la lucha por el reconocimiento a la labor de un hombre que se enfrentó al poder de varios países y, al final, logró desenmascarar a uno de los genocidas nazis más buscados del mundo.
Este viernes, Liliana Hermann estuvo en Suárez, donde la comuna le tributó un homenaje a su tío abuelo y, luego, brindó una charla en la Biblioteca Sarmiento para contar la historia.
La búsqueda se da luego de que su hermano fuera a tramitar la ciudadanía alemana y, por error, recibiera --por escasos segundos-- un documento clasificado con el nombre de Lothar Hermann. A partir de allí se inició un camino en donde las sensaciones se mezclaron constantemente. Por un lado, la alegría de conocer el heroísmo de su tío y, por el otro, la bronca contenida por no poder sacar toda la historia a la luz.
Al relatar esos años, Liliana se apoya en su esposo, Ariel Mereles. También la sigue de cerca la periodista alemana Gabriela Weber quien, a partir de una exhaustiva investigación sobre el papel de Eichmann, llega a conocer el papel de Lothar.
"Después del error burocrático de la embajada de Alemania, comencé a investigar y ahí me enteré que mi tío tenía que ver con Eichmann. Eso me movió a seguir buscando y a saber qué lo motivó a enfrentarse con todos para que capturen al genocida", cuenta.
Las trabas no solo fueron burocráticas, sino también culturales. Mereles dijo que "había que documentar una historia nueva que, en algunos momentos, fue perdiendo fuerza, hasta que otra gente, como Gaby (Gabriela Weber) nos hizo de nexo entre Europa y la Argentina".
Otra de las personas que colaboró, al liberar los archivos secretos de la provincia de Buenos Aires, fue el juez Leopoldo Schiffrin.
"Para mí fue muy difícil enterarme del miedo y la persecución de la que fue objeto mi familia. La investigación fue ardua; tuvimos muchas desilusiones e injusticias y el comprobar que todos los años se recordaba a las víctimas del Holocausto, pero se ocultaba a quien contribuyó para que se haga justicia, nos indignaba", indica.
Para Liliana, la historia fue oculta porque Eichmann tenía muy buenas relaciones con integrantes de la comunidad judía argentina.
"Además de trabajar para la DAIA y para Israel, ellos fueron cómplices; nunca buscaron justicia. Me genera mucha bronca el que tanto Eichmann, como otros genocidas nazis, se pasearan por las calles, con sus nombres reales, sintiéndose intocables", contó.
Admitió que no es buena la relación con la DAIA. Los familiares de Hermann tuvieron muy poco contacto durante la investigación y luego de recibir, por pedido expreso del gobierno de Israel, un reconocimiento de la delegación israelita en Argentina, no han vuelto a comunicase.
"Lo que hizo la DAIA fue una porquería. A una semana de realizarse el reconocimiento, quisieron cancelarlo: no invitaron a las comunidades judías; tampoco al embajador de Israel", indicó.
"Fue mucho más importante lo que hizo el Estado de Israel, porque facilitó los documentos que tenían sobre Lothar y fueron quienes, finalmente, reconocieron su labor", aseveró Mereles.
En abril de 2010, Liliana y su esposo viajaron por primera vez a Suárez, para conocer el lugar elegido por Lothar para pasar sus últimos años. Se encontraron con muchas personas solícitas, que mencionaron la corrección y responsabilidad con la que se manejaba en su diario vivir.
"Luego de que en 1961 mi tío fuera acusado de ser Josef Mengele (médico y criminal de guerra nazi) y encarcelado por 15 días, su vida no volvió a ser igual; casi no salía de su casa. Es sabido que irrumpieron en su hogar cinco agentes del Estado de Israel, dos de Alemania y un alto directivo de la DAIA", sostuvo.
Lothar escribió varias cartas, incluso, dirigidas al Estado de Israel, pidiendo el reconocimiento y que se dijera la verdad sobre lo que había sucedido con Eichmann. Eichmann fue capturado en Buenos Aires el 20 de mayo de 1960, resultó sentenciado en Israel el 15 de diciembre de 1961 y, finalmente, el 31 de mayo de 1962.
Liliana anunció que va a escribir un libro contando la historia de su familia y de lo que debió afrontar su tío, hasta el día de su muerte.
Su trabajo cierra un ciclo que llevó muchas horas de armar un enorme rompecabezas, que busca reivindicar no sólo a su tío abuelo, Lothar, sino a los millones de víctimas anónimas del Holocausto y a quienes sobrevivieron con miedo de encontrarse por la calle, caminando impunemente, a sus crueles victimarios.
Es también un grito al coraje, a la convicción de un hombre que, pese a poner en riesgo a toda su familia, a ser perseguido y amenazado, decidió mantener la valentía e insistir con esa verdad que redactó en sus cartas no una, sino 26 veces, hasta que fue escuchado.
¿Quién fue?
En 1955 llegó a Coronel Suárez
* Lothar Hermann nació en Quirnbach (Alemania), en 1901. En 1935 fue arrestado por espionaje por el régimen hitleriano; escapó y llegó a Argentina en 1938. Y vivió luego en Montevideo, Rosario y Olivos.
* Durante años envió cartas a las autoridades de la DAIA, Israel y Alemania, aportando datos sobre el paradero de Adolf Eichmann.
* En 1955 se radicó a Coronel Suárez. En 1960 escribió a Israel para que le reconocieran su labor. En 1961 le inventaron una causa, confundiéndolo con Josef Mengele.
* Desde 1960, Hermann reclamó la recompensa que había ofrecido Tuvia Friedmann, director de documentación de Haifa. * En 1974 falleció de una enfermedad terminal. Para costear el tratamiento, debió utilizar ese dinero.
Una historia plagada de poder,
personajes, intrigas y muerte
Gabriela Weber es una periodista alemana que, con su investigación, contribuyó a conocer los archivos secretos sobre Lothar Hermann, ya que realizó una búsqueda de datos en todo el mundo referentes a Adolf Eichmann.
"Esto empezó en el 99, cuando hice una película sobre lo sucedido en la fábrica de Mercedes Benz y llego hasta Adolf Eichmann, del cual averiguo el plano militar que lo apañaba", contó.
Para Weber, Lothar Hermann es solo un pedazo de una gran causa que involucra a varios Estados y personajes públicos en 1960.
"Estados Unidos había firmado, en la cumbre de París, sobre el desarme y para no hacer pruebas nucleares. Ese mismo día, envió a sus funcionarios a que pactaran con el gobierno de turno argentino para hacer pruebas nucleares en el sur", dijo.
"Para desviar la atención pública, luego de un gran terremoto en Chile, se anuncia, en Israel, la detención de Eichmann. Hasta ese momento, el Estado no había buscado ningún genocida nazi; y después tampoco", agregó Weber.
La periodista cree que, luego de ocultamientos y mentiras, el Estado de Israel debió legitimar su accionar con el caso Eichmann.
"Tras muchos años de investigación de Liliana Hermann, ahora está todo documentado. La DAIA tiene que responder si ella está equivocada; (pero) no dicen nada porque nuestros documentos hablan por sí solos", sostuvo.
"Los gobiernos de Israel y de los Estados Unidos deben reconocer que han violado la ley; (pero) eso es muy difícil que ocurra. Alemania también tiene ese problema y, en la Argentina, la DAIA tiene el peor papel, porque fueron ellos mismos quienes apretaron a la familia de Lothar para que callara su historia", relató.
Además, Weber contó que la embajada alemana le dio a Joseph Mengele un pasaporte con su nombre real.
"Nadie se escondió y eso está documentado", concluyó.
Fuente: Diario Nueva provincia
