"Perdón", dijo el presidente Francois Mitterrand al llegar tarde a su sesión de psicoanálisis. "Tuve una diferencia de opinión a arreglar con la Dama de Hierrro. Qué mujer imposible esa Thatcher." El terapeuta Ali Magoudi, que esperaba con paciencia al paciente más secreto de Francia, jamás había supuesto hasta entonces que era la guerra de Malvinas la razón de la demora del mandatario a la sesión. Era el 7 de mayo de 1982.
Esta vez no era el tema su paranoia, ni su delirio de poder, ni su ansiedad masiva, ni las mórbidas imágenes que cruzaban su mente durante sus discursos, ni su secreta hija Mazarine, ni su infancia. Ninguna de esos recurrentes historias ese día obsesionaban al presidente francés.
Era Thatcher su mayor preocupación y su decisión de lanzar un ataque nuclear a Argentina, después del ataque de los Super Etendart argentinos, los aviones de la Armada, cargados con misiles Exocet franceses mar-mar, a la fragata británica tipo 42 "Sheffield" en pleno Atlántico Sur, durante el conflicto angloargentino. Veinte británicos de su tripulación murieron y otros 24 resultaron heridos en el ataque del 4 de mayo.
El Almirantazgo británico llegó a la conclusión de que los Exocet franceses eran tan eficaces que toda la operación británica de la guerra estaba en riesgo si no neutralizaban esos misiles.
"Con sus cuatro submarinos nucleares en el Atlántico Sur, ella amenaza con lanzar un ataque nuclear contra Argentina si yo no le aporto los códigos secretos que vuelven sordos y ciegos los misiles que nosotros les vendimos a los argentinos. Margaret me ha dado precisas instrucciones en el teléfono", contó Mitterrand, agitado, a su terapeuta.
Esta confesión es una de las más espectaculares del libro "Rendez Vous: el psicoanálisis de Fran»cois Mitterrand", que será publicado el viernes próximo en Francia. Un adelanto fue editado en la sección Cultura del británico dominical The Sunday Times.
Una recopilación de todas esas sesiones fue realizada por el psicoanalista Ali Magoudi, en el décimo aniversario de la muerte del mandatario y cuando su controvertida figura aún no logra calmar a la opinión pública francesa.
En los últimos días de sus 14 años de mandato, Mitterrand llegó a la consulta de Magoudi. Le dijo que él había dado decenas de entrevistas y todos creían "tener parte" de ese presidente que había logrado ser bautizado La Esfinge. Pero que el único que tenía "la verdadera personalidad de Mitterrand en sus manos" era él, su psicoanalista: lo autorizaba a escribir sus sesiones después de su muerte. "Yo ya no tengo tiempo. Voy a morir antes", le informó, ya enfermo de cáncer.
Mitterrand había sorprendido a Thatcher cuando la llamó después de la ofensiva argentina sobre Malvinas, para decirle: "Yo estoy con usted." Algo que su amigo, el presidente Ronald Reagan, no había hecho.
Según su terapeuta, Mitterrand no estaba sorprendido por los muertos del "Sheffield". "En la guerra, cuando hay un muerto, es ya mucho. Pero después de todo, los soldados son profesionales. Si estaban sirviendo en ese destructor, era porque eran voluntarios", le dijo. "Yo no diría esto en público, pero me expreso libremente ante usted", aclaró.
El presidente le informó a su terapeuta que él había ordenado pasar los códigos a Thatcher. "¿Cómo reacciona usted frente a esta intransigente mujer? Usted no puede ganar una batalla contra el insular síndrome de esta incontrolable mujer británica. Que quiere provocar una guerra nuclear por unas pequeñas islas habitadas por tres ovejas tan peludas como congeladas? Afortunadamente, yo le grité a ella. De otro modo, le aseguro, el índice metálico de esta mujer apretaría el botón", relató Mitterrand.
Cuando el psicoanalista le preguntó cómo se mantuvo sereno, el presidente le respondió: "Yo tendré la última palabra. Su isla, seré yo el que la destruiré. Juro que nunca más será una. Me tomaré revancha. Voy a terminar con su mentalidad de comerciante. Yo voy a unir a Gran Bretaña con Europa, más allá de su natural tendencia al aislamiento. ¿Cómo? Yo voy a construir un túnel bajo el Canal de la Mancha. Sí. Voy a tener éxito en lo que Napoleón III fracasó", dijo Mitterrand.
fuente:http://www.clarin.com/diario/2005/11/22/elpais/p-01201.htm
Esta vez no era el tema su paranoia, ni su delirio de poder, ni su ansiedad masiva, ni las mórbidas imágenes que cruzaban su mente durante sus discursos, ni su secreta hija Mazarine, ni su infancia. Ninguna de esos recurrentes historias ese día obsesionaban al presidente francés.
Era Thatcher su mayor preocupación y su decisión de lanzar un ataque nuclear a Argentina, después del ataque de los Super Etendart argentinos, los aviones de la Armada, cargados con misiles Exocet franceses mar-mar, a la fragata británica tipo 42 "Sheffield" en pleno Atlántico Sur, durante el conflicto angloargentino. Veinte británicos de su tripulación murieron y otros 24 resultaron heridos en el ataque del 4 de mayo.
El Almirantazgo británico llegó a la conclusión de que los Exocet franceses eran tan eficaces que toda la operación británica de la guerra estaba en riesgo si no neutralizaban esos misiles.
"Con sus cuatro submarinos nucleares en el Atlántico Sur, ella amenaza con lanzar un ataque nuclear contra Argentina si yo no le aporto los códigos secretos que vuelven sordos y ciegos los misiles que nosotros les vendimos a los argentinos. Margaret me ha dado precisas instrucciones en el teléfono", contó Mitterrand, agitado, a su terapeuta.
Esta confesión es una de las más espectaculares del libro "Rendez Vous: el psicoanálisis de Fran»cois Mitterrand", que será publicado el viernes próximo en Francia. Un adelanto fue editado en la sección Cultura del británico dominical The Sunday Times.
Una recopilación de todas esas sesiones fue realizada por el psicoanalista Ali Magoudi, en el décimo aniversario de la muerte del mandatario y cuando su controvertida figura aún no logra calmar a la opinión pública francesa.
En los últimos días de sus 14 años de mandato, Mitterrand llegó a la consulta de Magoudi. Le dijo que él había dado decenas de entrevistas y todos creían "tener parte" de ese presidente que había logrado ser bautizado La Esfinge. Pero que el único que tenía "la verdadera personalidad de Mitterrand en sus manos" era él, su psicoanalista: lo autorizaba a escribir sus sesiones después de su muerte. "Yo ya no tengo tiempo. Voy a morir antes", le informó, ya enfermo de cáncer.
Mitterrand había sorprendido a Thatcher cuando la llamó después de la ofensiva argentina sobre Malvinas, para decirle: "Yo estoy con usted." Algo que su amigo, el presidente Ronald Reagan, no había hecho.
Según su terapeuta, Mitterrand no estaba sorprendido por los muertos del "Sheffield". "En la guerra, cuando hay un muerto, es ya mucho. Pero después de todo, los soldados son profesionales. Si estaban sirviendo en ese destructor, era porque eran voluntarios", le dijo. "Yo no diría esto en público, pero me expreso libremente ante usted", aclaró.
El presidente le informó a su terapeuta que él había ordenado pasar los códigos a Thatcher. "¿Cómo reacciona usted frente a esta intransigente mujer? Usted no puede ganar una batalla contra el insular síndrome de esta incontrolable mujer británica. Que quiere provocar una guerra nuclear por unas pequeñas islas habitadas por tres ovejas tan peludas como congeladas? Afortunadamente, yo le grité a ella. De otro modo, le aseguro, el índice metálico de esta mujer apretaría el botón", relató Mitterrand.
Cuando el psicoanalista le preguntó cómo se mantuvo sereno, el presidente le respondió: "Yo tendré la última palabra. Su isla, seré yo el que la destruiré. Juro que nunca más será una. Me tomaré revancha. Voy a terminar con su mentalidad de comerciante. Yo voy a unir a Gran Bretaña con Europa, más allá de su natural tendencia al aislamiento. ¿Cómo? Yo voy a construir un túnel bajo el Canal de la Mancha. Sí. Voy a tener éxito en lo que Napoleón III fracasó", dijo Mitterrand.
fuente:http://www.clarin.com/diario/2005/11/22/elpais/p-01201.htm