Debido a la nota de un forista “Clausewitz y la guerra aérea en Malvinas” http://www.zona-militar.com/foros/showthread.php?t=17155 he revisado mi archivo y les traigo éste escrito por demás interesante. Es algo largo, por lo que lo publicaré en partes.
Es probable que Sun Tzu no haya sido un militar chino, sino que se trata de “un ser histórico que representa un tipo de pensamiento militar chino” originado entre los siglos VI y V a.C. y moldeado en la “época de los estados guerreros” establecidos en distintas regiones de la actual China continental. Tales estados combatieron entre ellos con la importante consecuencia de lograr posteriormente la unificación territorial. El Arte de la Guerra, título que comprendía principios y enseñanzas de esa naturaleza, pareciera ser una recopilación de muchas observaciones y experiencias politico-militares de la época, aportadas por reyes y guerreros que han sido identificados (Sia Zhang, Zhou Ching, Han Sui, Dan Sung y Yuan Ming), y por documentos hallados posteriormente durante investigaciones arqueológicas.
Estos conocimientos son en la actualidad de un enorme valor cultural para los especialistas mundiales en defensa nacional y política de alto nivel, y creo que nos sirve a los argentinos contemporáneos que aún mantenemos frescas las vivencias de nuestra guerra de Malvinas (1982), para analizar nuestra antigua lucha político-militar con Gran Bretaña (UK) a la luz de un patrón de pensamiento que, como veremos, no fue ignorado por nuestro adversario. Esas ideas proveen un soporte fresco para nuestra meditación, que tiende a procurarnos enseñanzas útiles para el futuro.
Estos párrafos tienen exclusivamente este propósito y no el ánimo de censurar o pretender evaluar la participación de ningún compatriota que haya intervenido en esa epopeya. Como argentino, admiro a todos nuestros combatientes y los consideros ciudadanos históricos que fueron capaces de encarnar el ser nacional puro en un momento de definiciones que nos llevó a esa tremenda decisión. Ellos demostraron en 1982 que los argentinos aún creemos en los valores espirituales y estamos dispuestos a morir por ellos.
La defensa nacional
En el enfrentamiento que nuestro país sostuvo con UK en 1982 en el Atlántico Sur se pudo distinguir nítidamente la importancia, funcionalismo y precedencia que cada nación adjudica al problema de la defensa nacional. En UK, en 1976, ante indicios de nuestra intención en aquella región (la instalación de una estación científica en Thule, Sandwich del Sur, y el incidente con el buque oceanográfico RRS Shackleton en aguas malvinenses), el Ministerio de Defensa (MoD) le ordenó a la Comisión Conjunta de Inteligencia que preparase una apreciación sobre las posibles acciones que la Argentina pudiera realizar en la zona en disputa, en especial en las islas Malvinas.
Este documento sirvió de base a un estudio de EM realizado por la Junta de Jefes de EM de las tres FFAA que el 19Feb1976 propuso tres modos de acción posibles. Uno de ellos, el mas factible, se refería a la “recuperación británica de las islas”. Es decir, admitía en primer término que las Malvinas fueran ocupadas por la Argentina y luego fueran recuperadas por medios militares británicos. Eso implicaría en parte de Gran Bretaña “una operación anfibia de gran envergadura y a mucha distancia, cuyo transporte requeriría el empleo de todos los recursos anfibios de la Royal Navy y la organización de una Fuerza de Tarea (Task Force) considerable, incluyendo el portaaviones HMS Ark Royal…” (párrafos 44-77 del informe Franks sobre antecedentes de la guerra de Malvinas presentado a la Corona inglesa en Ene83). En UK, el MoD es muy efectivo y sus niveles superiores están dotados con funcionarios civiles estables y muy especializados que cuentan con la colaboración temporal de OOEEMM de las tres fuerzas que se han destacado en los cursos para oficiales y jefes de las Escuelas Conjuntas de Comando y Guerra de ese país. Hoy sabemos, por ejemplo, que desde 1974 estuvo destinado en el Dpto. Planes como Director Asistente el entonces capitán de navío John F. Woodward, que años después y con el grado de contraalmirante comandaría las fuerzas aeronavales británicas en el Atlántico Sur. En sus memorias (Los cien días, Ed Sudamericana, Buenos Aires, 1992, p.71) el alto oficial reconoció que ya entonces la probable defensa de Malvinas formaba parte de los planes militares británicos, tal como lo detalló oportunamente el Informe Franks.
Concluyendo, en UK el MoD centraliza las previsiones militares y con sus órgano ejecutivo, el Comité de Defensa presidido por el Primer Ministro, coordina todos los medios nacionales que intervienen en la consecución de los objetivos estratégicos fijados por el Gobierno. Este sistema incluido en la estructura del poder político británico ratificó la experiencia de ese Estado en la conducción de fuerzas militares en cualquier región del mundo. Paralelamente, los medios empleados en oportunidad adquirieron un grado de preparación que los habilitó para el combate específico en Malvinas y para ello contaron con un apoyo técnico y logístico de muy alta calidad. De ese modo obtuvieron una elevada aptitud y economía para la operación anfibia que se alistó en el mayor secreto.
Lamentablemente, en la Argentina ese sistema funcionó deficientemente porque prácticamente era inexistente y esa fue posiblemente la principal causa que abrió paso al éxito militar británico. La carencia de un sistema funcional de defensa nacional en nuestro país hizo que no se detectaran las intenciones y planes que UK lucubraba contra nuestro país desde hacía mas de seis años. Por eso se debieron modificar nuestros planes, poniéndoles fechas desaconsejables de ejecución debido a una presión indirecta y sutil del oponente, sin siquiera advertir y valorizar esa intención. Ante la reacción británica por la liberación de Malvinas el 02Abr82, no hubo unidad de comando, ek esfuerzo fue desordenado, y no hubo una industria específica que acompañara eficazmente el empeñamiento bélico. Hacia el final de las operaciones, no se apreció correctamente la capacidad operacional remanente del enemigo. De haber sucedido así, tal vez se podría haber emprendido alguna operación naval sorpresiva con nuestra flota de superficie y submarina; realizando ataques aéreos suplementarios sobre las fuerzas navales británicas sensiblemente debilitadas en su zona de estacionamiento a unos 470 km al oriente de Malvinas, o puesto en ejecución un plan de retardo para demorar la rendición de Pto Argentino. Recordamos que cada fuerza prácticamente planeaba su propia estrategia operacional y se acordaban apresuradamente nuevas responsabilidades ante la inminencia de las acciones bélicas.
En aquellos años, el problema Malvinas y su potencial evolución conflictiva no preocupaba al Ministerio de Defensa argentino y su vertiente militar sólo era analizada superficialmente. Nuestra Cancillería estudiaba ese conflicto desde el punto de vista diplomático, en tanto que el Ministerio de Economía se preocupaba por si el aspecto económico de la pesca y el eventual recurso petrolero podrían proveer nuevas contribuciones a las arcas del Estado. Pero la responsabilidad de diseñar, organizar y operar un sistema de defensa nacional es propia del poder político porque tiene la autoridad para establecer los requisitos a satisfacer por las FFAA. Esa pareciera se la intención de la reciente ley nº 24.948/98. Con referencia a esa norma legal, nuestro JEMGFAA en su discurso del 07Ago98 en El Palomar advirtió sobre el peligro de la instrumentación de la “mágica frase: más calidad y menos cantidad” y expresó textualmente que “…resulta totalmente sensato pensar que la satisfacción de particulares intereses, estrategias y políticas de un Estado, determinan el sistema de defensa y capacidad militar que con todo derecho se pretenda desarrollar”.
La enseñanza de Sun Tzu en nuestra lucha por Malvinas
Por el Com (R) Francísco Pío MatassiEs probable que Sun Tzu no haya sido un militar chino, sino que se trata de “un ser histórico que representa un tipo de pensamiento militar chino” originado entre los siglos VI y V a.C. y moldeado en la “época de los estados guerreros” establecidos en distintas regiones de la actual China continental. Tales estados combatieron entre ellos con la importante consecuencia de lograr posteriormente la unificación territorial. El Arte de la Guerra, título que comprendía principios y enseñanzas de esa naturaleza, pareciera ser una recopilación de muchas observaciones y experiencias politico-militares de la época, aportadas por reyes y guerreros que han sido identificados (Sia Zhang, Zhou Ching, Han Sui, Dan Sung y Yuan Ming), y por documentos hallados posteriormente durante investigaciones arqueológicas.
Estos conocimientos son en la actualidad de un enorme valor cultural para los especialistas mundiales en defensa nacional y política de alto nivel, y creo que nos sirve a los argentinos contemporáneos que aún mantenemos frescas las vivencias de nuestra guerra de Malvinas (1982), para analizar nuestra antigua lucha político-militar con Gran Bretaña (UK) a la luz de un patrón de pensamiento que, como veremos, no fue ignorado por nuestro adversario. Esas ideas proveen un soporte fresco para nuestra meditación, que tiende a procurarnos enseñanzas útiles para el futuro.
Estos párrafos tienen exclusivamente este propósito y no el ánimo de censurar o pretender evaluar la participación de ningún compatriota que haya intervenido en esa epopeya. Como argentino, admiro a todos nuestros combatientes y los consideros ciudadanos históricos que fueron capaces de encarnar el ser nacional puro en un momento de definiciones que nos llevó a esa tremenda decisión. Ellos demostraron en 1982 que los argentinos aún creemos en los valores espirituales y estamos dispuestos a morir por ellos.
La defensa nacional
En el enfrentamiento que nuestro país sostuvo con UK en 1982 en el Atlántico Sur se pudo distinguir nítidamente la importancia, funcionalismo y precedencia que cada nación adjudica al problema de la defensa nacional. En UK, en 1976, ante indicios de nuestra intención en aquella región (la instalación de una estación científica en Thule, Sandwich del Sur, y el incidente con el buque oceanográfico RRS Shackleton en aguas malvinenses), el Ministerio de Defensa (MoD) le ordenó a la Comisión Conjunta de Inteligencia que preparase una apreciación sobre las posibles acciones que la Argentina pudiera realizar en la zona en disputa, en especial en las islas Malvinas.
Este documento sirvió de base a un estudio de EM realizado por la Junta de Jefes de EM de las tres FFAA que el 19Feb1976 propuso tres modos de acción posibles. Uno de ellos, el mas factible, se refería a la “recuperación británica de las islas”. Es decir, admitía en primer término que las Malvinas fueran ocupadas por la Argentina y luego fueran recuperadas por medios militares británicos. Eso implicaría en parte de Gran Bretaña “una operación anfibia de gran envergadura y a mucha distancia, cuyo transporte requeriría el empleo de todos los recursos anfibios de la Royal Navy y la organización de una Fuerza de Tarea (Task Force) considerable, incluyendo el portaaviones HMS Ark Royal…” (párrafos 44-77 del informe Franks sobre antecedentes de la guerra de Malvinas presentado a la Corona inglesa en Ene83). En UK, el MoD es muy efectivo y sus niveles superiores están dotados con funcionarios civiles estables y muy especializados que cuentan con la colaboración temporal de OOEEMM de las tres fuerzas que se han destacado en los cursos para oficiales y jefes de las Escuelas Conjuntas de Comando y Guerra de ese país. Hoy sabemos, por ejemplo, que desde 1974 estuvo destinado en el Dpto. Planes como Director Asistente el entonces capitán de navío John F. Woodward, que años después y con el grado de contraalmirante comandaría las fuerzas aeronavales británicas en el Atlántico Sur. En sus memorias (Los cien días, Ed Sudamericana, Buenos Aires, 1992, p.71) el alto oficial reconoció que ya entonces la probable defensa de Malvinas formaba parte de los planes militares británicos, tal como lo detalló oportunamente el Informe Franks.
Concluyendo, en UK el MoD centraliza las previsiones militares y con sus órgano ejecutivo, el Comité de Defensa presidido por el Primer Ministro, coordina todos los medios nacionales que intervienen en la consecución de los objetivos estratégicos fijados por el Gobierno. Este sistema incluido en la estructura del poder político británico ratificó la experiencia de ese Estado en la conducción de fuerzas militares en cualquier región del mundo. Paralelamente, los medios empleados en oportunidad adquirieron un grado de preparación que los habilitó para el combate específico en Malvinas y para ello contaron con un apoyo técnico y logístico de muy alta calidad. De ese modo obtuvieron una elevada aptitud y economía para la operación anfibia que se alistó en el mayor secreto.
Lamentablemente, en la Argentina ese sistema funcionó deficientemente porque prácticamente era inexistente y esa fue posiblemente la principal causa que abrió paso al éxito militar británico. La carencia de un sistema funcional de defensa nacional en nuestro país hizo que no se detectaran las intenciones y planes que UK lucubraba contra nuestro país desde hacía mas de seis años. Por eso se debieron modificar nuestros planes, poniéndoles fechas desaconsejables de ejecución debido a una presión indirecta y sutil del oponente, sin siquiera advertir y valorizar esa intención. Ante la reacción británica por la liberación de Malvinas el 02Abr82, no hubo unidad de comando, ek esfuerzo fue desordenado, y no hubo una industria específica que acompañara eficazmente el empeñamiento bélico. Hacia el final de las operaciones, no se apreció correctamente la capacidad operacional remanente del enemigo. De haber sucedido así, tal vez se podría haber emprendido alguna operación naval sorpresiva con nuestra flota de superficie y submarina; realizando ataques aéreos suplementarios sobre las fuerzas navales británicas sensiblemente debilitadas en su zona de estacionamiento a unos 470 km al oriente de Malvinas, o puesto en ejecución un plan de retardo para demorar la rendición de Pto Argentino. Recordamos que cada fuerza prácticamente planeaba su propia estrategia operacional y se acordaban apresuradamente nuevas responsabilidades ante la inminencia de las acciones bélicas.
En aquellos años, el problema Malvinas y su potencial evolución conflictiva no preocupaba al Ministerio de Defensa argentino y su vertiente militar sólo era analizada superficialmente. Nuestra Cancillería estudiaba ese conflicto desde el punto de vista diplomático, en tanto que el Ministerio de Economía se preocupaba por si el aspecto económico de la pesca y el eventual recurso petrolero podrían proveer nuevas contribuciones a las arcas del Estado. Pero la responsabilidad de diseñar, organizar y operar un sistema de defensa nacional es propia del poder político porque tiene la autoridad para establecer los requisitos a satisfacer por las FFAA. Esa pareciera se la intención de la reciente ley nº 24.948/98. Con referencia a esa norma legal, nuestro JEMGFAA en su discurso del 07Ago98 en El Palomar advirtió sobre el peligro de la instrumentación de la “mágica frase: más calidad y menos cantidad” y expresó textualmente que “…resulta totalmente sensato pensar que la satisfacción de particulares intereses, estrategias y políticas de un Estado, determinan el sistema de defensa y capacidad militar que con todo derecho se pretenda desarrollar”.