INVAP

Viernes 5 Agosto 12:20
INVAP instalará una nueva estación meteorológica en un aeropuerto de Córdoba
La empresa rionegrina trabajará desde el 24 de agosto en el Aeropuerto Regional Presidente Néstor Kirchner de Villa María, donde instalará una Estación Meteorológica Automática (EMA). Ésta permitirá afinar los pronósticos climáticos y trabajos de prevención.



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El montaje surge en el marco de un proyecto del Sistema Nacional de Radares Meteorológicos (SINARAME) que inició en 2011

En el marco del proyecto presentado por el Sistema Nacional de Radares Meteorológicos (SINARAME), a partir del 24 de agosto próximo comenzará la instalación de un una Estación Meteorológica Automática (EMA) en el Aeropuerto Regional Presidente Néstor Kirchner de Villa María, Córdoba, según informó el municipio de esa localidad.

Se trata de la quinta EMA que se instala: otras cuatro similares están ubicadas en las localidades de Bosque Alegre, Falda del Carmen, Pilar y Miramar. En conjunto, estarán asociadas al radar hidro-meteorológico RMA1, que forma parte del sistema nacional de radares meteorológicos y que se encuentra ubicado en un predio de la Universidad Nacional de Córdoba.

Entre las prestaciones que brindará la EMA de Villa María, se cuenta la descripción del estado del tiempo, la generación de pronósticos a mediano y corto plazo, la previsión y monitoreo de contingencias ambientales como granizo, lluvias torrenciales o tormentas severas. También mejorará las condiciones de seguridad en la navegación y aeronavegación, realizará estudios de física de la atmósfera y suministro de datos básicos para la investigación científica y tecnológica.

Además permitirá una mayor especificidad de las alertas meteorológicas. Actualmente, esas alertas se establecen para, al menos, cuatro provincias. La instalación de estas estaciones permitirá brindar alertas para las ciudades de Córdoba, Villa María y San Francisco, entre otras; es decir, para regiones específicas, lo que permitirá mayor precisión para trabajar en la prevención.

Según el informe del municipio cordobés, el RMA1 será clave para la descripción del estado del tiempo y la generación de pronósticos a corto y muy corto plazo, contribuyendo a la toma de decisiones vinculadas, entre otras cosas, a las actividades agrícolo-ganaderas, industriales y turísticas, como también sobre las infraestructuras hídricas, viales, industriales y urbanas, contribuyendo así a una planificación integral de la región.

El RMA1 utiliza tres modos diferentes para producir imágenes claras y de alta resolución. El modo doppler, que realiza relevamientos en un radio de 120 km, permite obtener información en relación a la intensidad y trayectoria del viento.

El modo de doble polarización maximiza la obtención de información de las características de los hidrometeoros determinando, por ejemplo, el contenido de las nubes de gran desarrollo vertical. Por último, el modo vigilancia detecta formaciones en la atmósfera, tales como cenizas por erupciones volcánicas o por incendios.
 
Agencia TSS – Juan Pablo Ordoñez debió irse a Australia en abril de 2002 y recién pudo volver cinco años después. La expatriación del actual subgerente general de INVAP y responsable del área de Proyectos Nucleares tenía una razón: la mayor exportación de tecnología llave en mano de la Argentina, por un monto de 200 millones de dólares.

Este viernes 12 de agosto se cumplen 10 años del momento en que el reactor OPAL (reactor australiano de agua liviana en pileta abierta, por sus siglas en inglés) comenzó a operar por primera vez y a muy baja potencia. En noviembre de ese año, el OPAL alcanzó pleno funcionamiento y fue inaugurado oficialmente en abril de 2007. TSS habló con Ordoñez acerca de lo que significó ese proyecto para INVAP y también sobre el momento actual de la empresa.

El OPAL es un reactor de 20 MW de potencia que utiliza uranio de bajo enriquecimiento —diseñado para investigación, producción de radioisótopos e irradiación de materiales de silicio para la microelectrónica— ubicado en Lucas Heights, a 35 kilómetros de Sídney. Ordoñez, que se graduó del Instituto Balseiro e ingresó a la estatal rionegrina en 1981, viajó allí cuando comenzó la construcción, una vez que la empresa rionegrina se quedó con una licitación en la que, con el apoyo de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), compitió contra grandes empresas del sector nuclear, como la alemana Siemens, la francesa Technicatome y la canadiense AECL.


El OPAL es un reactor de 20 MW de potencia que utiliza uranio de bajo enriquecimiento. Fue diseñado para investigación,
producción de radioisótopos e irradiación de materiales de silicio para la microelectrónica.

El proyecto del OPAL partió desde el diseño de concepto hasta la ingeniería, la capacitación del personal y la puesta en marcha. “El reactor sigue operando de manera excelente. La producción de radioisótopos sigue a pleno y, en el área de investigación, lo usan cerca de 1.000 científicos al año para experimentar con haces de neutrones”, dice Ordoñez, al teléfono desde Bariloche. Y agrega: “Para nosotros, es un orgullo y también una carta de presentación. De hecho, hace poco estuve junto con una delegación de Holanda, donde estamos participando en una licitación, porque querían verlo y para nosotros es un proyecto de referencia”.

Ajustarse a los nuevos tiempos

INVAP tiene 40 años de trayectoria y durante los años noventa atravesó una grave crisis. Hoy factura 1.604 millones de pesos, frente a 730 millones de pesos en ventas en 2014. Durante los últimos 10 años, la empresa no paró de crecer y llegó a los 1.400 empleados, tanto a partir de la expansión de su negocio original —el nuclear, que hoy emplea a una cuarta parte del plantel— como a través de la incursión en otros sectores, desde satélites hasta radares, aviones autónomos, medicina y energía eólica. Sin embargo, desde fines del año pasado, debido a la incertidumbre sobre la continuidad de los proyectos en curso tras el cambio de gobierno, la empresa frenó la contratación de nuevo personal.

Los principales proyectos suspendidos por el Gobierno, o que se encuentran en revisión, son la construcción del satélite ARSAT-3, la central nuclear Atucha III, el avión autónomo SARA y las estaciones repetidoras para la Plataforma Nacional de Televisión Digital Terrestre. Esto puso en peligro tanto fuentes de trabajo propias como de pymes que conforman el grupo de proveedores de INVAP y de diversos sectores como el de la construcción, muy afectado por el parate en la central nuclear bonaerense.

“Nos han ido confirmando la mayoría de los proyectos que teníamos en cartera y esperamos poder retomar la contratación de gente en breve. En el caso de Atucha III, estamos esperando a que se concrete para ver cómo nos podemos insertar”, dice Ordoñez y agrega que, sin embargo, en el sector nuclear “tienen mucha demanda de trabajo, tanto en la Argentina como en el exterior”.


“Para nosotros, el OPAL es un orgullo y una carta de presentación. De hecho, hace poco estuve allí junto con una
delegación de Holanda, donde estamos participando en una licitación, porque querían verlo y para nosotros es un
proyecto de referencia”, dice Ordoñez.

Actualmente, están trabajando en diversos proyectos de reactores de investigación, como el reactor RA 10 —cuya obra civil ya comenzó y se estima podría estar terminado para 2020—y el de otro reactor gemelo para Brasil. También en el relanzamiento de un proyecto de diseño de dos reactores en Estados Unidos con el laboratorio Coquí, que se había suspendido por problemas en el financiamiento, y con contratos en Arabia Saudita, Argelia, Egipto e India.

Otros proyectos del área nuclear que también tienen continuidad son el despliegue de los centros de medicina nuclear en diversos puntos del país (Río Gallegos y Bariloche son los últimos) y la construcción del reactor modular de diseño argentino CAREM, para la que la empresa está subcontratada en algunas áreas y en la que la CNEA recientemente asignó al consorcio Tecna-Siemens la construcción del balance de planta para el prototipo, por 1.400 millones de pesos.

En el área satelital —la más golpeada en la empresa por el freno al desarrollo del ARSAT-3—continúan los proyectos SAOCOM (1A y 1B), SARE y SABIA-Mar. Mientras tanto, buscan ingresar en sectores en los que vienen acumulando capacidades y que parecen comenzar a despegar, como el de la energía eólica. “Hace mucho tiempo que venimos trabajando en medición de vientos en la Patagonia y en el diseño de piezas para molinos de viento. Nos estamos presentando a la oferta que está abriendo el Gobierno en energías renovables”, dice Ordoñez.

Otra apuesta es Frontec, la firma que crearon junto con el grupo Los Grobo para ofrecer información para la producción agrícola en base al análisis y seguimiento en tiempo real de imágenes satelitales de los cultivos. “Es una apuesta fuerte. Se trata de un mercado enorme, que puede crecer hasta niveles importantísimos. No es algo menor para nosotros”, cierra.

Bruno Massare
 
18 DE AGOSTO DE 2016 12:31

Paraguay, en busca de espacios en el cielo
Por Juan Cálcena Ramírez

Un proyecto que apunta a ensamblar el primer satélite paraguayo fue aprobado por el Consejo de Ciencia y Tecnología (Conacyt). El estudio es un puntapié para una suerte de alianza público-privada que permitirá que el aparato se autofinancie.

  • Vista ilustrativa de un satélite en el espacio. / cnbc.comAMPLIAR
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Paraguay es uno de los países del mundo que no tienen satélites rondando el planeta. Es por eso que un grupo de investigadores del Parque Tecnológico Itaipú (PTI) junto con una empresa estatal argentina llamada Investigación Aplicada (INVAP) decidieron elaborar un proyecto dentro de un marco de cooperación para poder financiar un estudio de factibilidad de ensamblaje de lo que a futuro sería el primer satélite de nuestro país.

La idea fue presentada ante el Consejo Nacional de Ciencias y Tecnología (Conacyt), que la aprobó y le otorgará, en el plazo de un año, G. 900 millones para poder impulsar este documento que servirá de base –o hasta si se quiere, de planos– para conocer las necesidades, condiciones y cómo financiar el aparato para su posterior construcción.

Un satélite paraguayo suena muy lindo al oído, pero es importante conocer qué hacen estos equipos. Básicamente, se lanzan al espacio desde hace cuatro o cinco décadas y sirven para cientos de cosas, entre las que se puede mencionar la investigación de suelo, la transmisión de información y datos, de internet, el análisis de las condiciones meteorológicas, y un sinfín de etcéteras. La vida humana se rige actualmente en base a los satélites de miles de ellos dan vueltas alrededor de la Tierra todos los días.

Las empresas privadas y los gobiernos usan estos satélites y, en el caso de Paraguay, los que necesitan alquilan los espacios que hay dentro de ellos. Poniéndolo en términos simples, es como alquilar una casa dentro de un barrio cerrado. Tiene su precio, uno se rige bajo ciertas reglas pero disfruta de ese espacio. Las telefónicas, los organismos de investigación, los canales de televisión… todos alquilan un espacio dentro de los satélites con bandera “extranjera”.


EL PRECIO DEL AVANCE
Construir las casas dentro de terrenos en un barrio cerrado cuesta dinero. Así también, los satélites son caros y su precio depende del tamaño, del sitio que ocupan y de los servicios que puede ofrecer. Eso es lo que explica el ingeniero Juan Domaniczky, coordinador del Centro de Innovación en Tecnologías Energéticas del PTI. “Lo que nosotros pretendemos hacer es un estudio que nos va a determinar cuáles son los requerimientos y determinar quiénes pueden ser los aliados estratégicos para que nuestro país no le salga nada prácticamente el satélite”, explicó.

Básicamente, el estudio apelará a recomendar la inserción de capital privado que aportará con piezas para el satélite. Así, una empresa que quiera valerse de los beneficios del aparato podrá “colaborar” con alguna pieza a cambio de una cierta concesión cuando se lo ensamble y se lo envíe al espacio.


Juan Domaniczky, PTI.



Paradójicamente, una de las ventajas del Paraguay es el no tener satélites en el espacio. Esto le da una ventaja a la hora de pedir un lugar en el espacio. “Como nuestro país no tiene satélites, nuestro país tiene un privilegio (…) que es muy importante y estratégica a la hora de posicionar y poder prestar servicios, traspasar datos y todos esos elementos que hacen al servicio de un satélite. Nuestro país, con esa posición estratégica, ya tiene un lazo muy importante por la necesidad que tienen empresas privadas de disponer de ese espacio privilegiado”, detalló el ingeniero Domaniczky.

UN “FRANKENSTEIN” DE APORTANTES
El estudio que fue aprobado y que estará en un periodo de un año tiene como misión planificar cuáles son las necesidades comunicacionales del Paraguay, quiénes pueden financiar el proyecto y determinar la factibilidad y la estructura de trabajo.

“El año pasado hicimos una visita al INVAP, que es un centro que se dedica a todo lo que es tecnología y tienen varios satélites propios y tienen toda una infraestuctura y una logística para ensamblar los satélites y para hacer las simulaciones que se hacen antes de enviar los satélites al espacio según las normas internacionales. Incluso ellos son los responsables de ensamblar los satélites de la NASA y de la comunidad europea ensamblaron dos también. No son satélites argentinos, pero ellos prestan ese servicio. Al fin y al cabo, un satélite es como una caja en donde se van agregando elementos, digo de manera simple. Y eso conjuga en un sistema. Hay que definir cuáles son los requerimientos que se pretenden para ese sistema, para que eso de alguna manera cumpla con las necesidades de nuestro país”, relató el líder de la investigación.

“Con esas actividades se buscan los aliados, uno entrega una parte del equipo, otro otra parte, y eso se ensambla como en un consorcio, o un grupo de empresas en donde cada uno aporta y tiene un derecho sobre la transferencia de datos por un tiempo determinado. El satélite siempre termina siendo del país. El satélite va a ser un satélite paraguayo. El derecho del Gobierno va a ser un porcentaje (del uso del satélite). Esto va a salir del estudio que se lleva adelante”, agregó.

LOS “PAGANINIS”
Como se mencionó, la idea es que el satélite, la fase de conseguir las partes y el ensamblaje recaigan sobre el capital privado. “Espara que pueda venir Personal, Tigo, por decirte y que digan ‘queremos ocupar un pedacito y queremos poner este equipo que hoy estamos comprando de un satélite argentino y eso hoy nos cuesta una fortuna, y esa fortuna queremos poner en el equipo que se va a enviar’, siendo el satélite paraguayo. El Paraguay va a ser el dueño del satélite: lo que va a manejar son los derechos del satélite, de lo que se va a poner allí adentro. Vos ponés un componente y tenés tantos megabytes (unidad de medida de espacio digital) de datos, por ejemplo. Terminó en un año (la concesión) y bueno, paciencia. Chau, se fue ya el tipo. El satélite será propiedad del Estado”, dijo Domaniczky.

El coordinador del Centro de Innovación en Tecnologías Energéticas del PTI contó que el propio INVAP tiene una lista de los posibles interesados en colaborar con este proyecto.

“UNA CUESTIÓN DE SOBERANÍA”
Para Domaniczky, que Paraguay tenga un satélite con “bandera propia” hará que nuestro país pueda controlar, o tener cierto control al menos, de los datos que envía y recibe. Dijo que hasta se puede tratar de una cuestión de soberanía, hablando en términos geopolíticos. “Estamos muy expuestos, no tenemos una estructura logística que proteja nuestros intereses a nivel de datos, ni siquiera sabemos qué está pasando, qué datos se envían, qué datos vienen. Esa es una cuestión estratégica a nivel país. Si vos tenés un satélite propio podés manejar un flujo de información, qué se está usando, trayendo, leyendo. No te digo a nivel militar ni nada, pero sí a nivel geopolítico”, refirió.

La situación de nuestro país, para el experto, es que hoy en día el Paraguay es “datodependiente” y eso hace que se dependa de otros prestadores. Y la idea es que las empresas y el propio Gobierno deje de alquilar las casas de los barrios cerrados de otros países para que eventualmente construya el suyo propio. Al menos por ahora ya se piensa en hacer lo planos. Ojalá la construcción no demore mucho.
 
Consulta, que viene de lo que se hablo en el topic referido a ARSAT, respecto a la suspension del ARSAT-3, y de que vamos a perder el know-how y fuentes de trabajo, etc.

INVAP no puede vender este modelo de satelite a otros paises? solo ARSAT puede comprarlo?
 
El conocimiento no se pierde, Paraguay estaba queriendo adquirir un satelite como se puso aca mismo mas arriba, se podria venderles un satelite de comunicaciones a ellos, igual ellos buscan algo mas chico no un Satelite como el ARSAT 3 de una tonelada, creo que querian algo de hasta 500 kilos
 
Consulta, que viene de lo que se hablo en el topic referido a ARSAT, respecto a la suspension del ARSAT-3, y de que vamos a perder el know-how y fuentes de trabajo, etc.

INVAP no puede vender este modelo de satelite a otros paises? solo ARSAT puede comprarlo?
No se pierde, según entiendo sólo se posterga algo el ARSAT 3. Además INVAP tiene otros proyectos satelitales en marcha. No trabaja solo para ARSAT.
 
El conocimiento no se pierde...
No conosco este proyecto en detalle pero destaco esta afirmación porque es incorrecta.
Si no se utiliza, el conocimiento, el know-how, se pierde en una organización. A mayor el período pasivo, mayor termina siendo la pérdida. En muchos casos, irrecuperable o sólo recuperable parcialmente. En otros casos, requiere volver a comenzar.
 
No conosco este proyecto en detalle pero destaco esta afirmación porque es incorrecta.
Si no se utiliza, el conocimiento, el know-how, se pierde en una organización. A mayor el período pasivo, mayor termina siendo la pérdida. En muchos casos, irrecuperable o sólo recuperable parcialmente. En otros casos, requiere volver a comenzar.
Si, si hablamos de periodos prolongados, pero de que periodo de tiempo hablamos? una postergacion de 1 o 2 años? Que no implica que necesariamente no esten trabajando en el el proyecto los que realmente tienen el conocimiwnto.
 
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