Historias de vida de veteranos post conflicto.

Olimpiadas de veteranos de guerra: Ellos corren con el corazón.

Por VGM Marcelo Vallejo

En la primera Olimpiadas para veteranos que participé, soy sincero, mucho de lo que paso en esos días no lo recuerdo, era una época maña. La peor para mí.
Tomaba mucho, todo el tiempo y si tenia droga me drogaba, no tengo vergüenza de decirlo porque fue así.
Les puedo asegurar que me costo muchísimo, tuve que pasar por un montón de situaciones difíciles y en el camino la perdida de mucho amigos. “La droga te mata” pase días sin volver a mi casa, pase días en los peores lugares, aclaro nunca robe ni siquiera tuve una pelea. En el camino y en la vida de un veterano puede pasar cualquier cosa. En todo este tiempo he luchado por estar mejor día a día, es una lucha diaria pero con la ayuda de mi familia y mis amigos fui saliendo.
Conocí un deporte como la natación y nadé hasta que me salieron escamas, me compré una bici con tres cambios y con 42 años empecé a pedalear, Sin querer me anote en una carrera a pie de tres km a acompañar a mi hijo más grande “Facu”.



Sin dudas “Dios me estaba tirando una soga y yo la agarré, con esta voy a salir del pozo”, me dije. Así, comenzaron las competencias en mi vida y todo fue cambiando. No es mi intención contar las carreras que corrí, sino contar como volví a vivir y como llegue a la olimpiadas de veteranos de guerra de octubre de 2010.
A pesar de estar en contacto siempre con veteranos esto es otra cosa. Nos juntamos a jugar, competir y ganar. Porque es así todo queremos tener una medalla. Todos, gracias al deporte, mejoran año a año.
Entonces, por que no? Porque no decir muchachos vamos a poner todo a ver qué pasa? Porque no soñar y prepararnos para poder ganar nosotros también? Así fue y con los compañeros de Tigre nos presentamos en Mar del Plata.
Todo fue muy emotivo. El acto inaugural en el Polideportivo de Mar del Plata, donde participaron cuarenta y tres centros de todo el país, mil veteranos de guerra se hicieron presentes y esta vez con la participación de un grupo de heridos de combate.
El martes comenzaría mi “revancha” en esta nueva olimpiada, en la pista de atletismo me presentaba para correr los 100 mts y la prueba de 1500 mts.
En los cien metros termine 6° de 36 participantes y en os 1500 conseguí un segundo puesto y medalla de plata para nuestro centro, ya no volvíamos con las manos vacías. SE PUEDE!
El miércoles me presento para las pruebas de natación, la verdad mi entrenamiento en pileta son para otras distancia, pero me presente esta vez, no me quería perder nada.
“No gane” pero este día estuvo cargada de emociones, Me sentía con el pecho lleno de orgullo de ver nadar a mis compañeros de la manera que lo hacían, con tiempos buenísimos para nuestra historia, no para nuestra edad.
Ver a los heridos en combate haciendo el esfuerzo para terminar sus pruebas, con cosas que se ven todos los días: una emoción grandísima y una experiencia única.
El viernes a la 9 de la mañana el centro de veteranos de Tigre estaba presente, sentía una responsabilidad muy grande con mis compañeros y necesitábamos algo más que una buena carrera.
Con la presencia de uno de los hermanos Curuchet dimos una vuelta previa. Se largo la carrera y no esperé a nadie. Me la jugué de entrada, ya en la primera de las diez vueltas el aliento de la tropa me empujaba y me ayudaba en la búsqueda de esa medalla dorada como “le dicen”.
Ya faltando dos vueltas sentía muchas cosas, esta no es una carrera más, se los aseguro. Las imágenes de Malvinas se aparecen siempre, con por las que uno se emociona por los héroes que allá quedaron, pero también estaban en la llegada mis hermanos veteranos y la llegada fue una alegría tremenda y no exagero. Habíamos ganado un primer puesto y una medalla dorada entre todos.
En un abrazo interminable disfrutamos mas que una victoria, fue un abrazo de hermanos.
A la tarde nos presentamos a la entrega de premios y Tigre ya tenía dos medallas. Pero una de las alegrías mas grandes fue encontrarme con un compañero de Merlo, el flaco Bellido que trabajaba en la parte de salud de los veteranos y en aquellos malos momentos de mi vida, junto a Luis Braschi, no solo me salían a buscar por las villas, sino que me acompañaban a los médicos y me buscaron un lugar de rehabilitación a las drogas que no fui ya que me internaron en Campo de Mayo.
Fue un agradecimiento tan grande que le di un abrazo y la alegría de el de verme con esa medalla colgada. Esos trabajos en silencio de un “veterano ayudando a otro veterano” SE PUEDE!
El sábado, el cierre de las Olimpiadas con el maratón de 10km. Con la largada en la base naval, con la suerte de tener la fragata libertad anclada en su muelle y la banda militar tocando de fondo, toda una fiesta para nosotros, algo que motivaba a todos para la prueba final.
Sabía que no iba a estar entero, por la competencia del día anterior, pero con mis compañeros ahí, no me iba a guardar nada. Largamos la carrera y sabía que Silva, un corredor de Chubut, no tenía rival, Un atleta veterano para sacarse el sombrero.



Trate de correr fuerte los dos primeros kilómetros y las piernas no me respondían, me puse la mano en el corazón y dije, bueno hermano hoy te toca a vos y así con el corazón quería defender el segundo lugar.
Hoy corro como un soldado. La llegada fue muy emotiva, la sirena de la fragata Libertad recibía al ganador y lo mismo con cada corredor, pude mantener el segundo lugar y ganamos una nueva medalla, otra vez el festejo y una alegría mas.
El capitán de la fragata Libertad nos recibía con un abrazo y felicitaba a los veteranos no pudiendo creer el estado y las ganas que veía en nosotros.
Me queda como anécdota, al término de la carrera, me siento en el pasto y se ve que me pico algo y me empecé a brotar y se me cerró la garganta. Hable con el capitán del barco quien enseguida me llevo a la enfermería de la fragata, conde me aplicaron un decadron y me tuvieron un rato esperando que mejore, y después el señor se tomo la molestia de venir a buscarme para que me entreguen la medalla, al pie de la fragata Libertad.
Que más se puede pedir para una semana de fiesta compartiendo una sana competencia con los veteranos de guerra.
Hoy mi droga son mi familia, mi causa, mis amigos, un par de zapatillas, mi bicicleta y tratar de ser un mejor veterano de guerra todos los días.

Un abrazo Malvinero.


Atletas.info, publicado el 02 abril 2011 por Mariana Chaves.
 
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