El Tu-144

Opiniones
El Tu-144, avión supersónico del futuro relegado a pieza de museo
21:14 | 06/ 06/ 2008



Iliá Krámnik, RIA Novosti.
Hace 35 años, el 3 de junio de 1973 en el salón aeroespacial
internacional le Bourget, en Francia, durante un vuelo de demostración se estrelló
el avión supersónico soviético Tú-144 dejando una amarga impresión entre los
miles de visitantes que asistieron a la exhibición aeronáutica.

Fue el primer y único avión supersónico de pasajeros fabricado en la URSS,
incluido en los anales de la aeronáutica como el avión comercial más rápido de la
historia y también, el modelo pionero de una clase de aviones de nueva
generación. Desafortunadamente, la existencia del Tu-144 fue muy corta.

El diseño y construcción del Tu-144 comenzó en 1960, prácticamente al mismo
tiempo que el proyecto anglo-francés Concorde. Entonces, circularon rumores de
que debido a una hábil misión de espionaje industrial, el Buró de Diseño soviético
Túpolev plagió las innovaciones tecnológicas introducidas en el Concorde.

No obstante, la mayor parte de los especialistas opinan que la semejanza
exterior de dos aviones se debió más que todo a que los constructores optaron
por las mismas variantes, al momento de definir las características
aerodinámicas y técnicas de cada uno de los aparatos.

El Tu-144 alzó vuelo por primera vez el 31 de diciembre de 1968, dos meses
antes que el Concorde, y cinco meses más tarde, el 5 de junio de 1969, se
convirtió en el primer avión de pasajeros en superar la barrera del sonido.

El Tu-144 heredó el defecto de la mayoría de los aviones soviéticos, que ante los
homólogos occidentales, se caracterizaron por elevado consumo de combustible.

En el caso del Tu-144, este defecto se compensó en parte con sus elevadas
características aerodinámicas que le permitieron efectuar vuelos a distancias de
6.500 kilómetros con 70 toneladas de combustible, mientras que el Concorde en
vuelos de 7.500 kilómetros consumía con 95 toneladas de carburante.

A pesar de esas capacidades notables, el Tu-144 tuvo un destino aciago. Su
primer descalabro importante ocurrió el 3 de junio de 1973 a consecuencia de un
accidente provocado por la inesperada aparición de un caza Mirage con
intenciones de fotografiar en vuelo el avión de pasajeros soviético.

A consecuencia de la brusca maniobra para impedir el choque entre los dos
aviones, el piloto del Tu-144 perdió el control de su aparato que se precipitó a
tierra. En ese accidente murieron trece personas, los seis miembros de la
tripulación del Tu-144, y siete personas que se encontraban en tierra.

No obstante, el accidente no impidió la introducción del Tu-144 en la red de
vuelos comerciales soviéticos. La ruta Moscú- Alma Ata, antigua capital de
Kazajstán, con una distancia de 3.108 kilómetros comenzó a funcionar en
diciembre de 1975.

En mayo de 1978 cerca de Moscú, ocurrió un segundo accidente cuando
un Tu-144D, la versión modernizada del Tu-144, efectuó un aterrizaje de
emergencia debido a un incendio a bordo.

Ese incendio que le costó la vida a dos de los siete tripulantes del aparato, puso
el punto final a la explotación de los aviones supersónicos en las rutas
comerciales soviéticas.

Durante cierto tiempo, un Tu-144 se utilizó en la ruta Moscú-Vladivostok, puerto
en el Pacífico, para transportar cargas urgentes, y hasta 1999, otro avión del
mismo tipo se empleó en calidad de laboratorio volante en el marco de un
programa ruso-estadounidense de investigación sobre aspectos relacionados con
aviones supersónicos para pasajeros.

Además de los accidentes, en contra de la aplicación comercial del Tu-144 influyó
el factor económico. Para las compañías de aviación, la explotación del Tu-144 en
las rutas internas generaba muchas pérdidas, los gastos de mantenimiento eran
demasiado elevados y el precio de los pasajes muy reducido.

Lo mismo ocurrió con el Concord, pero el avión supersónico europeo pudo salir a
flote debido a que en Occidente ese avión tuvo demanda entre la categoría de
pasajeros para los que "el tiempo es oro" y en consecuencia, dispuestos a pagar
por medios de transporte intercontinental rápidos.

Entre la población de la URSS esa categoría de pasajeros sencillamente no
existía, y para las compañías aéreas, la explotación del Tu-144 se convirtió en un
gasto innecesario. Durante ocho años en la URSS se fabricaron dieciséis aviones
Tu-144, actualmente, siete de ellos se encuentran como piezas de exhibición en
diferentes museos aeronáuticos en Rusia y en el exterior.

Por su parte, el Concorde comenzó sus vuelos comerciales en 1976 a cargo de
las compañías British Airways y Air France en las rutas París- Nueva York y
Londres-Nueva York.

Los vuelos que en otros aviones hacía en siete horas, el Concorde los realizaba
en 3,5 horas. En total fueron construidos catorce aviones de este tipo, cinco
explotó British Airways y cuatro Air France, el resto fueron aviones de reserva.

A pesar de los riesgos financieros que suponía su explotación durante cierto
tiempo las dos compañías europeas explotaron los Concorde, que se convirtieron
en carta de presentación para las aerolíneas.

Como ocurrió con el Tu-144, el punto final del Concorde lo marcó el accidente
ocurrido el 25 de julio de 2000 en Francia, con la muerte de 113 de sus
ocupantes. Por ironía del destino, el Concorde francés cayó a pocos kilómetros
del lugar donde veintisiete años atrás cayó el Tu-144.

A raíz de ese accidente, las dos aerolíneas pusieron en marcha costosos
programas para elevar la seguridad del Concorde, sin embargo, esto no influyó
en la situación. La demanda de vuelos en los aviones supersónicos se fue a pique
paulatinamente y las rutas aéreas en este tipo de aviones se convirtieron en
deficitarias.

El atentado terrorista del 11 de septiembre supuso otro golpe contundente que
redujo al mínimo la demanda de los vuelos aéreos en general, ya en 2003,
todos los Concorde fueron retirados de explotación.

Actualmente, las principales potencias aeronáuticas del mundo, entre ellas Rusia
desarrollan en fase teórica proyectos para la creación de aviones supersónicos
para el transporte de pasajeros.

El alza constante de los precios de los combustibles a partir de hidrocarburos
supone un desafió a esas investigaciones que en perspectiva, deberán de
orientarse a la creación de aviones supersónicos que funcionen con motores de
combustible alternativo.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDIRÁ OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA
NOVOSTI
 
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