El Conflicto Interno en Colombia

Comunicado de las FARC.

Cada vez que las FARC-EP hablamos de paz, de soluciones políticas a la confrontación, de la necesidad de conversar para hallar una salida civilizada a los graves problemas sociales y políticos que originan el conflicto armado en Colombia, se levanta enardecido el coro de los amantes de la guerra a descalificar nuestros propósitos de reconciliación. De inmediato se nos endilgan las más perversas intenciones, sólo para insistir en que lo único que cabe con nosotros es el exterminio. Por lo general, los mencionados incendiarios nunca van a la guerra, ni les permiten ir a sus hijos.
Son casi 48 años en lo mismo. Cada intentona ensayada ha redundado en un subsiguiente fortalecimiento nuestro, frente al cual vuelve a agrandarse la embestida y a reiniciarse el círculo.
El fortalecimiento militar de las FARC de hoy se levanta en las narices de quienes proclamaron el fin del fin y los incita a proclamar la necesidad de acrecentar el terror y la violencia. Por nuestra parte consideramos que no caben más largas a la posibilidad de entablar conversaciones.
Por eso queremos comunicar nuestra decisión de sumar a la anunciada liberación de los seis prisioneros de guerra, la de los cuatro restantes en nuestro poder. Al agradecer la disposición generosa del gobierno que preside Dilma Rousseff y que aceptamos sin vacilación, queremos manifestar nuestros sentimientos de admiración para con los familiares de los soldados y policías en nuestro poder. Jamás perdieron la fe en que los suyos recobrarían la libertad, aún en medio del desprecio y la indiferencia de los distintos gobiernos y mandos militares y policiales.
En atención a ellos, quisiéramos solicitar a la señora Marleny Orjuela, esa incansable y valiente mujer dirigente de Asfamipaz, que acuda a recibirlos en la fecha acordada. A tal efecto, anunciamos al grupo de mujeres del continente que trabajan al lado de Colombianas y Colombianos por la Paz, que estamos listos a concretar lo que sea necesario para agilizar este propósito.
Colombia entera y la comunidad internacional serán testigos de la voluntad demostrada por el gobierno de Juan Manuel Santos que ya frustró un feliz final en noviembre pasado.
Mucho se ha hablado acerca de las retenciones de personas, hombres o mujeres de la población civil, que con fines financieros efectuamos las FARC a objeto de sostener nuestra lucha. Con la misma voluntad indicada arriba, anunciamos también que a partir de la fecha proscribimos la práctica de ellas en nuestra actuación revolucionaria. La parte pertinente de la ley 002 expedida por nuestro Pleno de Estado Mayor del año 2000 queda por consiguiente derogada. Es hora de que se comience a aclarar quiénes y con qué propósitos secuestran hoy en Colombia.
Serios obstáculos se interponen a la concreción de una paz concertada en nuestro país. La arrogante decisión gubernamental de incrementar el gasto militar, el pie de fuerza y las operaciones, indica la prolongación indefinida de la guerra. Ella traerá consigo más muerte y destrucción, más heridas, más prisioneros de guerra de ambas partes, más civiles encarcelados injustamente. Y la necesidad de recurrir a otras formas de financiación o presión política por parte nuestra. Es hora de que el régimen piense seriamente en una salida distinta, que empiece al menos por un acuerdo de regularización de la confrontación y de liberación de prisioneros políticos.
Deseamos finalmente expresar nuestra satisfacción por los pasos que se vienen dando hacia la conformación de la comisión internacional que verificará las denuncias sobre las condiciones infrahumanas de reclusión y el desconocimiento de los derechos humanos y de defensa jurídica, que afrontan los prisioneros de guerra, los prisioneros de conciencia y los presos sociales en las cárceles del país. Esperamos que el gobierno colombiano no tema y no obstruya esta legítima labor humanitaria propulsada por la comisión de mujeres del continente.

Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP 26/02/2012

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El gobierno de Santos casi no le dio importancia a este comunicado de las FARC, es más, el mismo presidente colombiano sólo lo mencionó a través de Twitter y con gusto a poco.


http://analisis-global.blogspot.com/2012/02/desconfianza-del-gobierno-colombiano.html

Desconfianza del gobierno colombiano ante el comunicado lanzado por las FARC.

Es otro giro en la historia de la guerrilla colombiana. Las FARC anunciaron el domingo que ponían fin a los secuestros entre la población civil. «Prohibimos estas prácticas en el marco de nuestro combate revolucionario», afirma el Comando de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en un mensaje publicado en su sitio de internet. Hasta hoy, las FARC utilizaban particularmente los secuestros como medio de financiamiento pidiendo rescates. (Continúa...)

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DSV

Colaborador
Fuerzas Militares propinan duro golpe al bloque oriental de las farc




La Fuerza Aérea Colombiana y el Ejército Nacional, a través de la Fuerza de Tarea Conjunta “OMEGA”, en la vereda Santander, del municipio de la Uribe (Meta), neutralizaron dos áreas campamentarias del Bloque Oriental de las ONT Farc.
Gracias a la labor de inteligencia conjunta, con aeronaves de reconocimiento y combate de la Fuerza Aérea se logró la ubicación y neutralización de dos campamentos de los Frentes Vladimir Estiven y Abelardo Romero.

Como resultado de la Operación fue abatido el cabecilla del frente Abelardo Romero de las Farc, Orlando Estupiñan Neira, alias Borracho, un terrorista con más de 17 años en las Farc y cercano a alias Romaña, así como la baja de 03 narcoterroristas más. En la zona se encuentra personal del Cuerpo Técnico de la Policía Judicial realizando las pruebas decadactilares, para cotejar la identidad de los terroristas.

Así mismo, se logró la incautación de abundante material de guerra y de intendencia, afectando sustancialmente la logística y capacidad de delinquir de las ONT Farc en esta zona del país.

En el momento continúan las operaciones de registro y control del área, verificando si hay más resultados.

La Fuerza Aérea Colombiana continuará realizando operaciones ofensivas y desplegando su poder aéreo a lo largo y ancho del territorio nacional, con el fin de frenar el actuar delictivo de los grupos narcoterroristas.

https://www.fac.mil.co/index.php?idcategoria=75708
 
Más allá de las lecturas políticas me encanta que después de 50 años de conflicto sangriento haya un principio de entendimiento y que de aquí a un tiempo las FARC sean historia.
¡Bien por los colombianos!

Las negociaciones con las FARC fortalecen a Santos.

Luego de que se conocieran los detalles de las conversaciones con la guerrilla, una encuesta mostró la suba de popularidad del presidente colombiano: el 78% de los colombianos respalda su decisión. Por otro lado, se desploma la imagen de su predecesor, Alvaro Uribe.

De cada cien colombianos, 78 respaldan la decisión de su presidente, Juan Manuel Santos, de intentar pactar con las guerrillas izquierdistas FARC y ELN una salida negociada al prolongado conflicto que vive el país andino. Según sondeos publicados el fin de semana por medios locales, la aceptación del mandatario liberal va en aumento tras el anuncio de acercamientos en La Habana con los rebeldes mientras que se desploma la imagen de su antecesor, el polémico Alvaro Uribe que pactó con paramilitares de ultraderecha y quien se opone al diálogo con los insurgentes.
Según una encuesta del Centro Nacional de Consultoría (CNC), divulgada por el El Tiempo, principal periódico colombiano, la imagen favorable de Santos es del 74%. Mientras, el 78% de los 1.025 encuestados apoya el acuerdo suscripto el 26 de agosto en La Habana para dar inicio a unas negociaciones de paz que comenzarán el próximo mes de octubre en Oslo, Noruega. Otros sondeos publicados dan cuenta de una vertiginosa caída en la popularidad del ex mandatario Uribe (2002-2010), quien a través de la red social Twitter intenta boicotear los acercamientos de paz.
Ante la inminencia del inicio de conversaciones, el ex vicepresidente Humberto De la Calle, coordinador del equipo de cinco negociadores designados por Santos, hizo un llamado a sus compatriotas a "frenar el desbordado optimismo" de cara a los diálogos. "Se entiende que tras casi 50 años de conflicto, la esperanza prolifera a veces sin medida (pero) es recomendable mantener la templanza, controlar el desbordado apetito hacia una solución mágica y fomentar cierta dosis de escepticismo", escribió De la Calle en su habitual columna del diario El Espectador, de Bogotá.
El mandatario colombiano prometió que su esfuerzo de paz es “realista” y que éste no volverá a cometer errores en que han incurrido frustradas negociaciones del pasado. “Nosotros esperamos que esto se pueda resolver en un término de meses, no de años. Acuérdese que no estamos comenzando de ceros, ya cerramos la primera fase y hay una buena base en el acuerdo general para construir. Ahora, también acordamos que vamos a revisar periódicamente los avances. Si la cosa no se mueve, sencillamente no vamos a seguir”, aseguró Santos en entrevista a la revista Semana.
Desde La Habana, 'Marcos Calarcá', uno de los delegados de guerrilla, también pidió a sus compatriotas confiar en la voluntad de paz de las FARC y “no hacerles el juego a quienes tirotean la paz”. “Nosotros decimos que es muy, muy difícil colocar plazos. El Gobierno habla de realismo, pero hay que definir qué es realismo. Nosotros llevamos en este primer encuentro exploratorio seis meses y unos días, ¿cierto? La otra etapa, la discusión de los diferentes puntos para llegar a acuerdos y donde estamos llamando, no como FARC sino como mesa de diálogo, a la sociedad a que acompañe, a que se involucre, necesariamente se va a demorar más de seis meses. Entonces es muy complicado decir no, tal día, tal otro”, aseguró el líder rebelde.
El Gobierno de Santos y las marxistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) realizaron durante los pasados seis meses un discreto acercamiento con la ayuda de los gobiernos de Chile, Venezuela, Cuba y Noruega. En La Habana firmaron un acuerdo marco de negociación que incluye cinco puntos, desde el narcotráfico hasta los derechos de las víctimas del conflicto.

Fuente: Clarín por Augusto Rojas 09.09.2012
 
Comenzó el proceso de paz entre el gobierno colombiano y las FARC.

Las conversaciones entre los emisarios del gobierno colombiano y los de la rebelión marxista de las FARC comenzaron este jueves en Noruega. Las dos partes anunciaron la “instalación de una plataforma de diálogo” para instaurar una paz durable.
Los emisarios del gobierno de Bogotá y de la rebelión marxista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia se reúnen este jueves 18 de octubre en Hurdal, al norte de Oslo, Noruega. Las dos partes mostraron su voluntad de alcanzar un acuerdo de paz global para poner fin a un conflicto que lleva medio siglo.
En una declaración conjunta, anunciaron la “instalación de una mesa de diálogo” tendiente a instaurar “una paz estable y duradera”. Las negociaciones se abrirán verdaderamente a partir del 15 de noviembre en La Habana, Cuba.

"Un momento de esperanzas"

Durante este encuentro en Noruega, los jefes de las delegaciones, Humberto De la Calle por las autoridades colombianas e Iván Márquez por las FARC, aparecieron juntos frente a la prensa pero sin estrecharse la mano.
"Es un momento de esperanzas", declaro el ex vicepresidente Humberto De la Calle, que se felicitó por que los rebeldes están “siguiendo rigurosamente” sus compromisos.
"El proceso de paz tendrá éxito si es serio, realista y eficaz. El proceso que comienza hoy es diferente a los anteriores” precisó. La delegación del gobierno colombiano ha excluido un cese de fuego con los rebeldes antes de la conclusión de un acuerdo final.
Por su parte, las FARC también demostraron una voluntad por la paz. "Llegamos con una rama de olivo en nuestras manos", afirmó Iván Márquez.
"La paz no significa que las armas se callen", sin embargo agregó.

Un encuentro histórico.

Se trata del primer encuentro entre las dos partes desde el fracaso de sus negociaciones entre 1999 y 2002.
Durante su próxima reunión en Cuba, deberán abordar el tema importante del desarrollo rural, primero de los cinco puntos del orden del día exigidos para el proceso de paz.

© AFP 18.10.2012
 

Nocturno Culto

Colaboracionista
Colaborador
Las FARC decretan un alto el fuego unilateral en el arranque de la negociación

La sorpresiva decisión rige para los próximos dos meses; las delegaciones comienzan a negociar en Cuba

LA HABANA.- Un mes después de que se lanzara oficialmente el proceso de paz en Oslo entre la guerrilla de las FARC y el gobierno colombiano, las FARC sorprendieron a todos al anunciar el cese del fuego unilateral de dos meses a partir de la medianoche de hoy poco antes del inicio de las negociaciones en Cuba.

"Acogiendo el clamor de los más diversos sectores del pueblo colombiano (el secretariado de las FARC) ordena a las unidades guerrilleras en toda la geografía nacional el cese de todas las operaciones militares ofensivas contra la fuerza pública", anunció u segundo jefe, Iván Márquez, al leer el comunicado a la prensa.

Márquez dijo que el cese el fuego, que se extenderá desde la medianoche de este lunes hasta el 20 de enero, "es una contribución decidida a fortalecer el clima de entendimiento necesario para que las partes que incian el diálogo alcancen el propósito deseado por todos los colombianos". "Es una muestra más de nuestra voluntad para generar un medio ambiente político propicio para el avance de las conversaciones, en aras de alcanzar el compromiso de acordar un verdadero tratado de paz que ponga fin al conflicto social y armado como es el anhelo de la mayoría de los colombianos", apuntó Márquez.

Los negociadores de ambas partes se reúnen desde hoy en La Habana para iniciar la primera fase de unas negociaciones que el presidente Juan Manuel Santos confía en que concluyan pronto y desemboquen en la transformación de la guerrilla más antigua de América latina en un movimiento político.
Antes de partir a la capital cubana, el jefe del equipo negociador del gobierno colombiano en el proceso de paz, Humberto de la Calle, confió en que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) abandonen las armas definitivamente tras el proceso de diálogo. "Esperamos que las conversaciones muestren que ellos piensan que es el momento de la fuerza de las ideas y no de la fuerza de las balas, y menos de la combinación de ambas; es el momento de definiciones, no de discursos", señaló.

La confrontación de medio siglo ha cobrado miles de vidas y ha provocado el desplazamiento de millones de personas en medio de diferencias políticas de ambas partes que no han logrado resolver en otros tres procesos de paz anteriores. Sin embargo, tanto Colombia como las FARC expresaron su optimismo de que esta vez podría ser diferente.

Los negociadores se reunirán en el principal centro de convenciones de La Habana, en un barrio occidental de la capital cubana rodeado de lujosas casas que pertenecieron a los miembros de élite del país, casi todos los cuales se marcharon de Cuba después de la revolución de 1959. Actualmente viven en ese barrio la mayoría de los diplomáticos extranjeros en la isla.
El delegado del presidente Juan Manuel Santos manifestó que la ronda de conversaciones que se desarrollará en la capital cubana se prolongará durante diez días, tras lo cual se anunciará cuándo se celebrará la siguiente etapa de diálogo. "En todo caso, el señor presidente ha dicho, y así quedó además establecido en el acuerdo [suscripto a fines de agosto entre las partes al término de una fase de aproximaciones], que éste será un proceso rápido y eficaz: un proceso de meses, no de años", recalcó De la Calle.

El proceso de paz fue lanzado formalmente el 18 de octubre en Oslo. En principio, se había previsto que las conversaciones se iniciaran en La Habana el jueves pasado, pero se aplazaron hasta hoy mientras se ajustaban algunos detalles técnicos.
La primera fase de las negociaciones contempla la discusión del tema del desarrollo agrario, considerado fundamental por las FARC en la superación del conflicto, ya que, según la guerrilla, fue la difícil situación del campo la que dio lugar al surgimiento de los grupos armados izquierdistas en los años 60.
Además, las partes hablarán sobre la solución al problema de las drogas ilegales, el tratamiento de las víctimas y la participación política de la guerrilla, como asuntos centrales para tratar de poner punto final al conflicto. Éste será el cuarto intento de zanjar un conflicto que se ha extendido durante cinco décadas.
 

Sebastian

Colaborador
El poder aéreo rompe el ascenso militar de las FARC

Solo en 2012 hubo 15 operaciones aéreas que dejaron 200 guerrilleros muertos.
Sus nombres ya están inscritos en la historia del arte de la guerra moderna: "Halcón", "Tora", "Némesis", "Centauro", "Sodoma", "Redentor", y así una decena más de operaciones, y es que Colombia avanza en su guerra contra la insurgencia y la droga desde el aire, donde ha conseguido sus mayores éxitos en medio siglo de conflicto armado.

En menos de una década, Colombia pasó de ser considerado en muchos escenarios un "Estado fallido" a ser un país que recuperó la confianza.

Buena parte de esos réditos se los lleva su fuerza pública, un componente de 440.407 oficiales y policías en el único país del continente que aún enfrenta a guerrilleros armados.

Solo durante el año 2012 se presentaron quince operaciones aéreas que dejaron 200 guerrilleros muertos.

Por ello las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) -la guerrilla más golpeada por estas acciones-, está invirtiendo su tiempo y estrategia para mejorar y tecnificar sus operaciones en tierra.

Esto lo testifica un informe de la Corporación Arcoiris, un centro en Colombia que estudia el conflicto armado, que destaca el avance de las fuerzas militares en la utilización del componente aéreo contra rebeldes.

El símbolo máximo con el que se inicia tal estrategia bélica fue la afamada "Operación Fénix", el bombardeo aéreo sobre territorio ecuatoriano, el 1 de marzo de 2010, donde muere Raúl Reyes, el vocero internacional de las FARC, junto a 22 guerrilleros de su séquito personal.

Ese golpe significó la degradación moral de las FARC, aunque no sería el primero y no será el último bajo este medio.

El 4 de noviembre de 2011 fallecía tras un bombardeo Alfonso Cano, máximo líder de esa guerrilla. Un año antes, el 22 de septiembre de 2010 con la operación "Sodoma", un bombardeo al campamento del Mono Jojoy le quitaba la vida el jefe militar de esa guerrilla.

"Por estas razones las FARC buscaron el compromiso del presidente Hugo Chávez de acceder a misiles tierra-aire, (Manpads), compromiso adquirido por ese Gobierno, tal y como aparece certificado por Interpol en los computadores de Raúl Reyes", explica Rafael Guarín, exviceministro de Defensa de Colombia.

La Fuerza Aérea Colombiana (FAC), hoy cuenta con 24 aviones Tucano y Super-Tucano, un avión de inteligencia y 12 helicópteros de instrucción, mientras el Ejército guarda 8 helicópteros de asalto, aviones fantasmas (AC-47T) y aviones arpía (AH-60L), reflejan datos de la Corporación Arcoíris.

Pero la efectividad estratégica no solo se debe a buenos aviones, sino a cómo las fuerzas especiales infiltraron el corazón de las guerrillas para ubicar satelitamente a células de las FARC así como a sus mandos.

Desde el gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002) al de Álvaro Uribe (2002-2010), Colombia ha dotado a su Fuerza Aérea de avanzada tecnología militar, en parte, gracias a la cooperación militar con EEUU bajo el Plan Colombia, destinado a la lucha antidrogas e insurgente.

"Durante el segundo Gobierno de Uribe (2006-2010) se perfeccionaron las técnicas de bombardeo y la inteligencia para realizar ataques quirúrgicos contra los objetivos clave de la organización terrorista FARC, lo cual permitió fuertes golpes en su contra", recuerda Guarín.
http://www.eluniversal.com/internacional/130324/el-poder-aereo-rompe-el-ascenso-militar-de-las-farc
 

Sebastian

Colaborador
El presidente Santos se juega su lugar en la historia de Colombia

El punto de vista generalizado entre el uribismo es el de que la paz no se conseguirá negociando con un puñado “de terroristas”
El clásico colombiano José Eustacio Rivera escribió en ‘La Vorágine’ que el protagonista de la novela “se jugó la vida a la violencia y la perdió”. Juan Manuel Santos ha apostado algo tan o más valioso que la vida, su lugar en la historia, a que es capaz de acabar con esa violencia que desgarra la nación colombiana desde hace más de medio siglo.

El 19 de noviembre de 2012 comenzó en La Habana la fase emergida de un tenso y demorado drama: las conversaciones de paz con la guerrilla de las FARC. Esas negociaciones se han denominado con abigarrado desparpajo: ‘Acuerdo general para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera’, como si estuviera asegurado el final feliz. Pero aproximando el angular comprobamos cómo el titular encierra dos objetivos bien diferentes : la terminación del conflicto, entendido como fin de las hostilidades; y el logro de la paz, que no necesariamente se desprende del anterior.

El mes de febrero fue relativamente aciago para el presidente Santos: la protesta social arreciaba; la política económica del Gobierno inspiraba serias dudas; se deterioraba la percepción pública de la seguridad; el expresidente Álvaro Uribe recorría y recurría a la descalificación personal tronando y ‘trinando’ –colombianismo por tuiteando- contra unas conversaciones que la opinión empezaba a ver con creciente escepticismo; y todo ello, coronado por una apreciable caída de la popularidad presidencial. Como escribía Jorge Restrepo en ‘Semana’ era “la tormenta perfecta”.

Las tres grandes cuestiones de las que desearían conocer hoy la respuesta los colombianos son:
1) si habrá firma de la paz, probable sine qua non para que Santos sea reelegido, y que permita conjurar el anatema de violencia que hay quien ha erigido en ADN del país
2) si la paz o el fracaso de las negociaciones resolverán en favor del presidente Santos o de su antecesor Uribe una guerra que ya es de extrema violencia verbal; y, en caso de que haya paz, si la opinión va a aceptar la impunidad con que se reintegrarían a la vida política gran número de guerrilleros que incluso hubieran cometido delitos de sangre.
Trata de mantener (el presidente) la ficción de que preserva el legado de Uribe, cuando todos los colombianos saben y sienten que traicionó las ideas que lo eligieron”​
La periodista y politóloga Claudia López, que hace esfuerzos sobrehumanos por distanciarse tanto del presidente como de su gran debelador, sitúa la cuestión en términos con los que coincidirían los temores de muchos de sus compatriotas: “La paz no se firmará en Cuba; solamente el fin de la guerra. Esa es la condición mínima para dedicar el resto de la vida a construir la paz”. Esa es la trinchera en torno a la cual se polariza la vida política colombiana. El santismo –sentimiento aún en coalescencia- y el uribismo, berroqueño e intransferible, se maltratan uno a otro con el cuerpo aún maltrecho de Colombia a sus pies.

Marta Lucía Ramírez, que aspira a la candidatura del partido conservador a la presidencia, pero dentro de las toldas de Uribe porque el expresidente no puede serlo por razones constitucionales, critica el hecho mismo del enfrentamiento: “No habrá un ganador, sino dos líderes que han perdido puntos ante la historia. Colombia necesita un Gobierno que priorice la institucionalidad, que garantice el Estado de Derecho”. Porque para la que fue ministra de Defensa con Uribe la paz no es una firma sino un proyecto: “Habrá paz solo cuando tengamos un Estado para la que lo más importante sea la seguridad de todos los colombianos, la Justicia, la Ley y la Educación”.

El punto de vista generalizado entre el uribismo es el de que la paz no se conseguirá negociando con un puñado “de terroristas”, y el más enfático en la crítica de lo que llama engaño y traición perpetrados por el poder, es Pacho Santos, vicepresidente con Uribe, y aspirante como Marta Lucía Ramírez y media docena más, a ser su candidato presidencial: “Habrá acuerdo pero no paz”. Lo que explica augurando una escisión en las FARC, la guerrilla un día marxista y hoy protectora y comisionista del narcotráfico: “El narco necesita una cobertura de fuerza y puede recoger a muchos elementos de las FARC que no acepten la paz”. Desde una posición meticulosamente alejada de los extremos, Roberto Pombo, director del diario más importante de Colombia, ‘El Tiempo’, coincide en que habrá firma pero que “el narco seguirá generando violencia”, opinión que corrobora su competidor más destacado, Fidel Cano, director de ‘El Espectador’, el gran periódico de Bogotá.

¿Pero por qué la firma de un acuerdo parece relativamente asequible? Alfredo Molano, politólogo y folklorista de la lengua lo explica convencido: “Habrá paz, pero la paz de los derrotados. Todas las estrategias de guerra, del Estado y de la guerrilla, han fracasado. En las FARC hay una generación de mandos más urbanos que campesinos, y en las FF. AA. los jefes son también más profesionales, y ya no formados en los tiempos de la Guerra Fría”. El parecer más extendido es el de que desde el doble mandato de Uribe (2002-2010) la guerrilla no ha hecho sino retroceder.

El expresidente Ernesto Samper, prohombre del partido liberal, hoy próximo a Santos, aunque siempre estuvo en buenas relaciones con Uribe, reconoce el mérito del anterior presidente en la lucha contra la insurgencia y añade: “Las FARC saben que esta podría ser su última oportunidad de alcanzar un salida política del conflicto”. El historiador Jorge Orlando Melo, por último, lo resume dramáticamente: “Las FARC saben que si no firman morirán en la selva”, y la analista uruguayo-colombiana Laura Gil coincide en que la suerte de la guerrilla está echada.

Uribe Vélez acaba de ‘trinar’ (jueves, mediodía hora española) alertando contra “el inminente anuncio” de un primer acuerdo en La Habana “con los narco-criminales” sobre restitución de tierras y reforma agraria. Y parece claro que si hay acuerdo el enfrentamiento entre el líder antioqueño y el presidente se decantará favorablemente a este último. Pacho Santos, en el mejor estilo del establecimiento colombiano primo hermano de Juan Manuel, escribía en ‘El Colombiano’ de Medellín: “Trata de mantener (el presidente) la ficción de que preserva el legado de Uribe, cuando todos los colombianos saben y sienten que traicionó las ideas que lo eligieron”.

Es cierto que Juan Manuel Santos ganó las elecciones de 2010 presentándose como delfín de Uribe quien, con un optimismo desaforado, quería ver en su sucesor un clon de sí mismo, casi un presidente delegado. Y le faltó tiempo a Santos para ‘desuribizarse’ con el denuedo de quien se descontamina. A las 48 horas de la jura iniciaba un ‘fraternal’ deshielo con el presidente venezolano Hugo Chávez –fallecido el pasado 5 de marzo- que facilitaba en gran medida la celebración de las conversaciones de La Habana, bajo la patriarcal advocación del castrismo; restablecía lucrativas relaciones comerciales para Bogotá que hoy da de comer a media Venezuela; dejaba caer el acuerdo para el mantenimiento de siete bases militares norteamericanas en suelo colombiano; y se autoproclamaba una especie de médium diplomático para conflictos latinoamericanos; lo más opuesto al rígido posicionamiento, heredado de la Guerra Fría, de su antecesor.

La disputa puede asemejarse a una carrera de medio fondo. Alfredo Molano cree que “Si Santos logra firmar antes de las elecciones –el presidente pretende hacerlo antes de noviembre- Uribe quedaría muy debilitado. Y las FARC están dispuestas a favorecer el triunfo del santismo a cambio de alguna flexibilidad en la mesa de negociación”. Oscar Collazos, novelista barcelonés de origen colombiano, está incluso convencido de que “la paz intensificaría el enfrentamiento, porque la implementación de los acuerdos en el campo y marco legal para la participación política de la guerrilla” crearían una fricción que muchos prevén intolerable. Todo está en un ‘veremos’, como subraya la periodista independiente María Teresa Ronderos: “Si se rompe la negociación, no hay que subestimar la capacidad de Uribe de resucitar políticamente”.

El gran argumento del expresidente en esta guerra dentro de la guerra es que no se puede tolerar la impunidad con que se reintegre a la vida civil no solo la dirigencia insurgente, sino la gran mayoría de asesinos anónimos de la guerrilla. Siempre Pacho Santos demuestra en ello ser el mejor piloto de pruebas de su líder: “Una pequeña parte del país acepta (la impunidad) a regañadientes. Y el costo para el Gobierno será inmenso porque siempre ha asegurado que no iba a haber impunidad”. Marta Lucía Ramírez es aún más tajante: “Es imposible que la sociedad acepte que no vaya nadie a la cárcel”. Hombre, hasta las FARC saben que alguno tendrá que pagar el pato.

En el realismo crítico se inscriben el periodista Pombo :”Si cae palpablemente la violencia la opinión admitiría la dosis necesaria de impunidad”, y el historiador Melo: “Para desmovilizarse las FARC deberán obtener un cierto grado de impunidad así como recursos materiales para el cambio social”. El expresidente Samper aunque reconoce que “la opinión no está preparada para asimilar la impunidad, es tan sensible a la necesidad de paz que entendería que se aplicaran fórmulas de justicia transicional”; es decir, en el inagotable campo del juridicismo colombiano, penas que se dictaran pero no se cumplieran. Todo vale, o casi, como dice Molano: “Entre el derramamiento de sangre y el perdón, el pueblo acabará por transigir avalando la flexibilidad para parar la guerra”.

Y en ese campo de la reflexión legalista, el profesor Pedro Medellín, residente en España, es el único que niega que pueda haber impunidad porque “Colombia suscribió el Tratado de Roma –que excluye esos acomodos- y la reparación de víctimas es esencial al proceso de paz”.
Ernesto Samper asegura que con acuerdo en el tema agrario, el 30% de la negociación está concluida y, por consiguiente, Santos habrá dado un paso importante para una reelección, que por mucho que se haga de rogar nadie duda que ansía.

Hasta la izquierda canónica que representa Jorge Robledo, también en la mejor línea colombiana destacado miembro del establecimiento, se esfuerza por criticar igualmente a Santos que a Uribe, pero ha de preferir la victoria del presidente en ejercicio porque su partido, el Polo Democrático Alternativo, vería la victoria del uribismo como un retroceso en la modernización del país.

Pero Juan Manuel Santos, consciente de que la paciencia de la opinión no es infinita, reunió hace unas fechas en Hatogrande a sus 16 ministros, altos funcionarios, y su señora, María Clemencia Rodríguez, para exhortarles a lo que los bogotanos más ‘in’ llamarían ‘resetear’ sus relaciones con la opinión. El presidente les dijo que aquel “era momento para construir y no dividir y sembrar el pesimismo de algunos que siguen atrapados en el pasado, vendiéndonos una Colombia condenada a otros 50 años de violencia”. Fácil adivinar quién. Y lo que promete, en cambio, es un país Justo, Moderno y Seguro. ¿De quién pueden ser (JMS) esas iniciales?

El periodista más español de Colombia y más colombiano de España, Daniel Samper, hermano de Ernesto -en el establecimiento colombiano todos son amigos o parientes- resume el enfrentamiento Santos-Uribe como un quiste incurable de la historia, afirmando que no concluirá hasta que “a uno de los dos le llegue la cuenta de 10, tendido en la lona”.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/03/22/actualidad/1363978949_488475.html
 

Sebastian

Colaborador
Colombia devuelve tierras a los campesinos despojados por paramilitares

El presidente Santos encabeza un simbólico acto de devolución a 60 familias campesinas
Un juez ordenó la restitución de predios arrebatados por los hermanos Castaño, fundadores del paramilitarismo

Tras 20 años de desplazamiento y despojo, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y su ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, encabezaron este miércoles un acto simbólico en zona rural de Montería, en el norteño departamento de Córdoba –epicentro del paramilitarismo y del conflicto armado en Colombia–, en el que le devolvieron a 60 familias campesinas las tierras que les fueron arrebatadas por grupos armados.

En Colombia se calcula que más de 6,6 millones de hectáreas fueron usurpadas como consecuencia de la violencia en las últimas dos décadas, en un país en el que el 1,5% de los propietarios tiene el 52% de la tierra que se puede cultivar, según los analistas del tema agrario.

En este caso, los responsables del despojo fueron los hermanos Fidel, Vicente y Carlos Castaño, un clan de narcos y paramilitares, quienes le habían donado, supuestamente, estas fincas a cientos de familias campesinas en 1991, como parte de lo que ellos llamaron un plan de pacificación del departamento de Córdoba.

Este acto tiene una gran significación para el país, porque la justicia confirma que este clan paramilitar, que creó la tenebrosa Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, usó su máquina de guerra para acumular tierras y despojar a cientos de campesinos con el uso de la violencia.

Estos paramilitares, quienes tenían nexos con narcotraficantes y se habían convertido en una banda de justicia privada en la región que cometió masacres y desapariciones, hicieron una falsa desmovilización en 1991 y promovieron en el norte del país el supuesto plan de pacificación de la región del Urabá antioqueño y cordobés, una zona de grandes plantaciones bananeras y también epicentro del conflicto armado y del narcotráfico del Cartel de Medellín en cabeza de Pablo Escobar.

Los Castaño vendieron al país que, como parte de su desmovilización, harían una reforma agraria a través de una fundación por la paz de Córdoba, llamada Funpazcor, a través de la que entregaron miles de hectáreas de tierra a campesinos pobres, pero que según se ha conocido por investigaciones de la justicia no era más que una farsa para mantener el control de la región. Fue así como a los campesinos que les donaron las tierras, les incluyeron en las escrituras extrañas cláusulas que limitaban la forma en la que usarían las fincas, entre las que estaban que nunca podrían venderlas.

Sin embargo, pocos años después, tras la muerte del patriarca Fidel, sus hermanos decidieron deshacer las donaciones y despojar a los campesinos de las parcelas. A algunos de los que se opusieron, les ordenaron vender sus tierras a testaferros tras quemar sus propiedades y amenazarlos.

Estas tierras fueron revendidas por los paramilitares a personas cercanas a ellos, pero, tras la desmovilización en 2006 de la llamada ‘Casa Castaño’ y el proceso de restitución de tierras que se inició con la sanción de la Ley de Víctimas en 2012, los campesinos que fueron despojados por la violencia paramilitar solicitaron a jueces agrarios su devolución.

En tres sentencias expedidas a lo largo de este año, un juez de restitución de tierras de Antioquia, tras comprobar que las ventas que se efectuaron sobre estos terrenos se hicieron bajo presión, ordenó al Estado devolverles a las 60 familias víctimas de los hermanos Castaño, 272 hectáreas de tierras que se concentran en la finca Santa Paula, así como los respectivos títulos que los acreditan como los legítimos dueños.

Estas familias recibieron cerca de 360.000 euros para la construcción de sus viviendas en los predios recuperados y otro tanto para financiar proyectos productivos.

A la fecha, en el país hay más de 1.500 demandas de restitución de tierras y en casi seis meses que lleva funcionando esta nueva jurisdicción civil se han fallado 41 de ellas a favor de campesinos que han sido despojados de sus propiedades por grupos paramilitares y guerrilleros.

Sin embargo, muchas de estas sentencias no han podido ser ejecutadas porque en el país varios de estos reclamantes de tierras han sido amenazados o asesinados por los grupos que aun mantienen control sobre territorios como Córdoba, en donde delinquen las llamadas bandas criminales – herederos de los paramilitares- y las guerrillas como las FARC.

La última víctima, Éver Cordero, fue asesinado el martes en la noche. Por rechazo a este hecho, 46 líderes de víctimas y reclamantes de tierras en la región, decidieron no acompañar la entrega de las parcelas en Santa Paula.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/04/11/actualidad/1365664098_618262.html
 
Colombia, el país con más desplazados en el mundo
Lunes, 29 de abril de 2013

La suma total de desplazados en el mundo a fines de 2012 alcanzó los 29 millones de personas, por motivos de conflicto armado, violencia generalizada y violaciones de los derechos humanos.
A fecha de diciembre del año pasado, el país con el mayor número de desplazados fue Colombia, con 4,9 millones, seguido de Siria, con 2,4 millones.
Es la conclusión de un informe presentado por el Centro de Vigilancia del Desplazamiento Interno (IDMC), con sede en Ginebra, una organización establecida por el Consejo Noruego para Refugiados.
El documento muestra que en 2012 hubo un incremento de 2,4 millones de desplazados internos en comparación con 2011 y es la cifra más alta que el centro, que abrió sus puertas en 1998.
Según los investigadores, este aumento fue resultado de los nuevos movimientos masivos de población en varios países en África y Medio Oriente, principalmente debido a los conflictos en Siria y la República Democrática del Congo, donde ocurrieron la mitad de los nuevos desplazamientos.
En las Américas, el informe muestra que hasta fines de 2012 se registraron 5,8 millones de desplazados internos y que también hubo un incremento respecto al año anterior.
Además de Colombia, el centro calcula que, a fecha de diciembre de 2012, había 160.000 personas desplazadas en México y 150.000 en Perú.
 

Sebastian

Colaborador
El jefe de la Defensa de Colombia: “La paz se alcanzará por la razón o por la fuerza”

En su viaje a EE UU, el ministro colombiano de Defensa defiende la labor de su cuerpo de seguridad como garante de las negociaciones con las FARC
En su visita a Estados Unidos, el ministro de Defensa colombiano, Juan Carlos Pinzón, ha constatado que, pese a que el presupuesto destinado por este país a Colombia ha descendido sustancialmente, el Estado sudamericano sigue siendo uno de los principales socios en materia de seguridad de EE UU en la región.

La importancia fundamental de las fuerzas armadas en el debilitamiento de las FARC y la necesidad de garantizar su refuerzo para afianzar el proceso de paz es la consigna que Pinzón ha reiterado en sus reuniones con el director de la CIA, John Brennan, o con el secretario de Defensa, Chuck Hagel, cuyo encuentro con su homólogo colombiano es el primero con un miembro de un Gobierno de América Latina que mantiene desde que ocupó su cargo en febrero de este año.

Nuestras fuerzas de seguridad son las que han construido el futuro de la paz en Colombia"
Juan Carlos Pinzón

“Nuestras fuerzas de seguridad son las que han construido el futuro de la paz en Colombia. Es a costa de su esfuerzo cómo se ha forjado la paz y seguiremos manteniendo esa presión sobre los grupos terroristas, como quiere el presidente [Juan Manuel] Santos. Así es como se ha cambiado al pueblo colombiano y eso es lo que se lo seguirá cambiando”, ha asegurado Pinzón este miércoles en un encuentro con la prensa en Washington.

El ministro es uno de los miembros del Gabinete de Santos más suspicaces con respecto al proceso de paz con las FARC que se está negociando en Cuba. “Colombia alcanzará la paz por la razón, como se está tratando de hacer en estos momentos, o por la fuerza, como hasta ahora”, ha asegurado el ministro.
Las negociaciones impulsadas por Santos ha puesto en el punto de mira los excesos realizados por los cuerpos y fuerzas de seguridad colombianos durante el conflicto.

El Fiscal General de Colombia ha insinuado la posibilidad de que los militares con delitos de sangre también entren en el proceso de paz. “Nadie puede imaginarse un escenario de paz donde se ofrezcan ventajas a los criminales a quienes han violado el código criminal de arriba abajo y no se pueda considerar que algún tipo de beneficio pueda darse para los miembros de la fuerza pública que en este largo conflicto cometieron algún acto ilegal”, ha indicado el ministro.

EE UU, que respalda el proceso de paz, ha quedado un tanto relegado del mismo al desarrollarse, en una de sus fases, en Cuba, una isla con la que este país no mantiene relaciones. Las negociaciones con las FARC se siguen con interés en el Capitolio. La guerrilla colombiana remitió la semana pasada una carta a 62 congresistas estadounidenses en las que les solicitaba que ayudaran en el proceso.

La misiva era una respuesta a la petición que los legisladores dirigieron al Departamento de Estado instándole a que diseñara políticas que sirvieran a las necesidades de las negociaciones. “En mis encuentros en Washington me he encontrado un deseo de apoyo al proceso del presidente Santos y una voluntad de fortalecer a las fuerzas armadas para acelerarlo”, ha asegurado Pinzón. Sobre la carta de las FARC: “Obviamente no hemos hablado de eso, es como si esa carta no hubiera existido”.

Colombia necesita de unas fuerzas de seguridad creíbles para garantizar el desarrollo y el fortalecimiento de las actividades de paz”
Juan Carlos Pinzón

Aunque Santos ha optado por el diálogo, su ministro de Defensa sigue apostando por el fortalecimiento de su cuerpo policial y militar, contrariamente a lo que han demandado las FARC en sus reuniones en Cuba. “Este es un tema que a Santos ni siquiera se le ocurre entrar a discutir con los grupos terroristas”, ha asegurado Pinzón. “Colombia necesita de unas fuerzas de seguridad creíbles para garantizar el desarrollo y el fortalecimiento de las actividades de paz”, ha insistido.

En su viaje, el ministro colombiano ha buscado la garantía de que EE UU continúe apoyando económicamente a sus fuerzas de seguridad, que él ha presentado como claves para el proceso de paz, pese a la reducción de las ayudas a Colombia por parte de la Administración Obama. “Nuestras relaciones trascienden del Plan Colombia y ahora se van a centrar en el apoyo de capacidades y estrategias específicas para seguir combatiendo el narcotráfico y el crimen organizado. En ese esfuerzo por mantener la seguridad contamos con el apoyo de EE UU”, a afirmado Pinzón.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/05/01/actualidad/1367440947_789382.html
 

Sebastian

Colaborador
El Estado que pidió un perdón que no fue aceptado por sus víctimas
Arturo Wallace

En la masacre de San José de Apartadó fallecieron ocho personas, incluyendo tres niños. Foto: Cortesía cdpsanjose.org​

Han pasado ocho años pero las heridas de la masacre de San José de Apartadó, en el departamento colombiano de Antioquia, todavía no se cierran.
Y el más reciente esfuerzo del gobierno colombiano en ese sentido parece haber fracasado rotundamente, por culpa de una ausencia particularmente visible.

Efectivamente, este martes, y en cumplimiento de una orden de la Corte Constitucional, el Estado colombiano ofreció disculpas formales por las declaraciones de "varios funcionarios públicos que mancillaron el buen nombre y la honra de la comunidad" durante los días que siguieron a los sucesos de febrero de 2005.

Pero los sobrevivientes de la masacre, perpetrada por grupos paramilitares con la complicidad de efectivos de las fuerzas armadas colombianas, se negaron a recibirlas.

La razón: en la ceremonia de desagravio el Estado colombiano estuvo representado por el ministro del Interior, Fernando Carrillo, y no por el presidente Juan Manuel Santos, como supuestamente se había convenido.

Y para los miembros de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, ese cambio de agenda constituyó una "nueva afrenta" y una "agresión más del Alto Gobierno", que vino a desnaturalizar "una retractación que pretendía resarcir afrentas perpetradas por el Jefe del Estado y corregir conductas que han incentivado prolongadas cadenas de crímenes horrendos".

"En nombre del Estado"
Las afrentas se refieren sobre todo a unas declaraciones hechas en febrero del 2005 por el entonces presidente Álvaro Uribe en contra de los líderes de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, que habían declarado a su territorio neutral frente al conflicto.

Desde su fundación, en 1997, muchos miembros de la Comunidad han sido víctimas de la violencia. Foto: Cortesía cdpsanjose.org​

"En esa comunidad (… ) hay gente buena, pero algunos de sus líderes, patrocinadores y defensores están seriamente señalados, por personas que han residido allí, de auxiliar a las FARC y de querer utilizar a la comunidad para proteger a esta organización terrorista", dijo en su momento Uribe.

Y la supuesta complicidad de las ocho víctimas de la masacre – entre las que se contaban tres niños – con la guerrilla también fue insinuada por otros funcionarios públicos.

Ocho años después, fue de esos señalamientos que el Estado colombiano se disculpó por boca de Carrillo.

"Este es un acto para rectificar esos pronunciamientos que ahondaron el dolor de una comunidad que ha sufrido la persecución de sus líderes y la muerte de muchas personas", declaró el ministro.

"Reprochamos con vergüenza las acciones y pronunciamientos del pasado", dijo, durante una ceremonia pública que había sido concertada con los ofendidos.

"Este es un acto para rectificar esos pronunciamientos que ahondaron el dolor de una comunidad que ha sufrido la persecución de sus líderes y la muerte de muchas personas"​
Fernando Carrillo, ministro del Interior​

Pero los líderes de la Comunidad de Paz, como Jesús Emilio Tuberquia, ya no estaban ahí para oírlo.
"Nos informaron (que el presidente santos no iba a asistir) en la tarde de ayer, cuando ya estábamos acá en Bogotá todo el grupo. Hay una falta de respeto. Se sigue mostrando falta de voluntad y uno resume que eso dice muchas cosas más allá de eso", le dijo Turbequia a BBC Mundo.

"Nosotros no legitimamos esa retractación. Hasta que no sea el presidente personalmente, físicamente, para nosotros no ha habido retractación", insistió.

Sin cambios
Según el ministro Carrillo, la orden de desagravio emitida por la Corte Constitucional en enero de este año, no obligaba a la presencia del presidente Santos.

Pero, para Tuberquia, el principal problema es la confianza traicionada.
"Para nosotros no bastan las palabras, sino los hechos reales, que se cumplan los compromisos que se adquieren", le dijo el líder comunitario a BBC Mundo.

"Y la situación (en San José de Apartadó) sigue igual: la presencia de grandes grupos paramilitares que actúan conjuntamente con la fuerza pública, el desplazamiento gota a gota de mucha gente de la zona, las muertes selectivas a manos de los actores armados, la persecución de la fuerza pública, las amenazas, las retenciones, la persecución, los empadronamientos ilegales. Todo sigue como siempre", afirmó Tuberquia.

"Lo único que ha cambiado es el discurso negando la presencia paramilitar, hablando de Bacrims, de bandas criminales, de bandas al servicio del narcotráfico. Pero es el mismo paramilitarismo", agregó.

Y, como para probar que las percepciones en su contra también se mantienen, el expresidente Álvaro Uribe no dudó en volver a hacerse presente en el debate.
"Me ratifico en la utilización que han hecho terrorista Farc y extranjeros de algunas personas en comunidades de paz", escribió el exmandatario en su cuenta de Twitter.
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias..._masacre_san_jose_apartado_disculpas_aw.shtml
 

Sebastian

Colaborador
El pescador de muertos del conflicto colombiano
Arturo Wallace
BBC Mundo, Bocas de Satinga
Martes, 11 de junio de 2013

A Bocas de Satinga casi todo llega por agua: la ropa, la gasolina, los alimentos… y los cadáveres.

Los cadáveres que Ángel Segundo Hernández, de 79 años, lleva más de una década recogiendo y enterrando en el cementerio de este pequeño pueblo enclavado en un estero del suroeste colombiano, muy cerca del Océano Pacífico.
"Había días que cogía dos, tres (cadáveres)", cuenta Chaín, refiriéndose al período entre 2001 y 2004, cuando los grupos paramilitares de derecha llegaron a la región para combatir a la guerrilla de las FARC e intentar hacerse con el control de un territorio que tiene gran importancia estratégica para el narcotráfico.

"¿En esos cuatro años? No, papito, eso era una tristeza. Le digo sinceramente que pasé de unos 50 muertos".
"Y todavía bajan. Todavía bajan", le dice a BBC Mundo.

Guerrillas y "Bacrims"
Efectivamente, como el principal departamento cocalero de Colombia y un importante punto de salida para la cocaína que se produce en el sur del país, Nariño – el departamento al que pertenece Satinga –es, sin duda alguna, una de las regiones más peligrosas y conflictivas de Colombia.

Chaín ha recuperado y enterrado al menos 58 cadáveres. Se estima que en Colombia hay unos 40.000 muertos no identificados.​

Según las autoridades, gracias al dinero obtenido por sus vínculos con el narcotráfico los frentes de las FARC que operan en esta parte del país financian buena parte de las actividades de la guerrilla en el resto del país.

Y, por eso, el grueso de las operaciones militares con las que el gobierno intenta presionar a los rebeldes que participan en las conversaciones de paz de La Habana tiene lugar aquí y en el vecino departamento de Cauca.

Al mismo tiempo, FARC y ejército no son los únicos actores armados con presencia en la zona.

El Ejército de Liberación Nacional (ELN) también opera en algunas partes de Nariño.

Y lo mismo hacen las bandas criminales de origen paramilitar (conocidas como "Bacrims") que se dedican al narcotráfico, las que ya han sido identificadas por las autoridades colombianas como una de sus principales amenazas.

"Estamos aquí porque hemos identificado diferentes problemas humanitarios derivados del conflicto armado", explica Gillian McCarthy, la delegada del Comité Internacional de la Cruz Roja que trabaja en la zona y mi contacto para llegar hasta Chaín "el mago".

"El más obvio son los restos, los NN (por "ningún nombre", como se conoce en Colombia a los cadáveres no identificados) del cementerio, pero en la zona también hay un problema de desplazamientos forzados".

"Y con la presencia de al menos dos, probablemente tres actores armados, aquí siempre está pasando algo", le dice a BBC Mundo.

Región de violencia

Los restos de cadáveres exhumados se apilan en una de las esquinas del cementerio de Tumaco.​

Eso es especialmente evidente en el puerto de Tumaco, ubicado a tres horas en lancha de Bocas de Satinga.

Se dice que aquí hasta las señoras que venden "minutos" de telefonía celular en medio de la calle están obligadas a pagar "vacunas" (extorsión) a las FARC, el ELN o las Bacrims.

Y con una tasa de homicidio de 136 por cada 100.000 habitantes – casi cuatro veces la tasa de Colombia – a los forenses que trabajan en el cementerio de Tumaco nunca les falta trabajo.

"Tuvimos un año en el que se presentaron aquí 420 necropsias", le dice a BBC Mundo el Dr. Antonio Sarama.

"Y esa parte violenta de los homicidios es nada más la punta, lo que más se nota. Detrás de todo esto está la extorsión, está el secuestro, las violaciones", explica.

"Esa parte violenta de los homicidios es nada más la punta, lo que más se nota. Detrás de todo esto está la extorsión, está el secuestro, las violaciones"​
Antonio Sarama, médico forense​

Durante los últimos dos días, el Dr. Sarama ha estado atendiendo casi exclusivamente a víctimas de las minas antipersonales empleadas para proteger los cultivos de coca que abundan en la zona rural de Tumaco.

Pero la mayoría de los cadáveres que llegan a su mesa son víctimas de la violencia vinculada al narcotráfico, de los sicarios que los grupos ilegales utilizan para saldar sus cuentas y marcar sus territorios.

El flujo de muertos, en cualquier caso, es tal que el pequeño cementerio de Tumaco ya casi no da abasto.

Y eso ha hecho que algunos enterradores se presten a la tarea de remover y deshacerse de los restos de los NN que se han acumulado en el camposanto durante años para así hacer espacio para los recién llegados.

Buscando nombres

La posibilidad de paz hace cada vez más urgente la identificación de los cadáveres NN.​

Efectivamente, una de las consecuencias de casi medio siglo de conflicto es que se estima que hay unos 40.000 cadáveres no identificados en Colombia. Y no todos han cuidado de ellos con el mismo esmero que Chaín "el mago".

"Yo lo hago porque esa es mi forma de ser. Porque a mí me da tristeza ver un cadáver bajando y tener que dejarlo ir, que se vaya p’abajo", dice Chaín, sentado sobre una de las tumbas del cementerio de Bocas de Satinga.

Y detrás suyo se observan algunas de las lápidas blancas con las letras "NN" que marcan la ubicación de parte de los 58 muertos sin nombre que él mismo se encargó de enterrar –a menudo con la ayuda de su amigo Menelio Cuenú– en este humilde camposanto.

Las lápidas fueron puestas ahí con la colaboración del Comité Internacional de la Cruz Roja para ayudar a la identificación de los muertos sin nombre de Bocas de Satinga.

"Yo lo hago porque esa es mi forma de ser. Porque a mí me da tristeza ver un cadáver bajando y tener que dejarlo ir, que se vaya p’abajo"​
Ángel Segundo Hernández, Chaín "el mago"​

Y, para Chaín, el proyecto del Instituto Colombiano de Medicina Legal que intentará identificar los restos sepultados en 65 cementerios de 13 departamentos del país, empezando por Bocas de Satinga, es una excelente noticia.

"En Colombia hay no sé cuántos miles de desaparecidos. Y todas esas personas, después de identificarlos, el Estado ha prometido pagárselos a sus familiares y esa platica creo que a sus familiares les cae como anillito al dedo", le dice a BBC Mundo el "pescador de muertos" de Satinga.

"Desafortunadamente que todos no se van a lograr. Pero yo creo que los que se logren, y los identifiquen, sus familiares creo que recibirían una ayuda", concluye.
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias...ain_mago_pescador_muertos_sin_nombre_aw.shtml
 

Nocturno Culto

Colaboracionista
Colaborador
El expresidente de Colombia indica a las FARC como destinatario de las armas requisadas en Panamá


20:12 18/07/2013
Moscú, 18 de julio, RIA Novosti.

El expresidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, reafirmó hoy en una entrevista con la emisora LA F.m. que el destinatario del cargamento de armas requisado en Panamá a bordo del buque norcoreano Chong Chon Gang no era Corea del Norte sino las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

“Esas armas serían para Ecuador probablemente, y uno de los destinos, Colombia”, dijo Uribe al relacionarlo con informaciones anteriores sobre “diligencias de las FARC en busca de estos armamentos”.

Uribe dijo haber recibido este dato de una fuente muy fidedigna.

El barco norcoreano Chong Chon Gang, procedente de Cuba, fue interceptado por la policía panameña a la entrada del Canal de Panamá. Una inspección descubrió contenedores de material bélico no declarado bajo 10.000 toneladas de azúcar.

Más tarde, la cancillería cubana explicó que se trata de 240 toneladas de “armamento defensivo obsoleto”, incluidos dos sistemas antiaéreos de fabricación soviética, cohetes desmantelados, dos aviones MiG-21 y 15 motores para este tipo de avión, enviados a Corea del Norte para una reparación.

Una comisión de expertos de la ONU llegará a principios de agosto a Panamá para examinar este armamento.
 
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