CONFLICTOS EN SUDAFRICA

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La tierra de Mandela se desmorona
Ola de ataque xenófobos en Sudáfrica.Saqueos, destrozos, marchas: la violencia contra los extranjeros se descontrola en el país africano, donde el desempleo trepa hasta el 25%.

Manifestantes anti inmigrantes protestan en Johannesburgo, Sudáfrica./AP

Un ola de xenofobia atraviesa Sudáfrica, donde esta madrugada al menos doce personas fueron detenidas en Johannesburgo en ataques contra extranjeros, el blanco del enojo social, considerados la razón por la cual el desempleo crece a pasos agigantados en las tierras de Nelson Mandela.
Anoche hubo saqueos y destrozos contra comercios de extranjeros en Johannesburgo.
"Doce sospechosos fueron detenidos por intentar asaltar tiendas propiedad de extranjeros", explicó un portavoz policial, el teniente coronel Lungelo Dlamini.
De acuerdo con informes locales, los manifestantes salieron a las calles para exigir que los extranjeros abandonen Sudáfrica, prendieron fuego a coches y se enfrentaron a la policía.
No hubo heridos, dijo Dlamini.
Fue el último incidente en una oleada de violencia que empezó a principios de mes en el puerto de Durban y que hasta el momento ha dejado seis muertos.
La tensión era palpable el viernes, y trabajadores esta mañana seguían exigiendo ante los periodistas que los inmigrantes abandonen la ciudad.
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"Condenamos la violencia de una forma contundente. Llamamos a la calma y pedimos el fin de la violencia", dijo el jueves ante el Congreso el presidente sudafricano, Jacob Zuma.
A principios de año, otros ataques en Soweto, al sur de Johannesburgo, obligaron a tenderos de nacionalidad extranjera a abandonar sus propiedades y a huir, ante el temor de ser asesinados.
El desempleo llega al 25% en Sudáfrica, y las perspectivas económicas son malas para este año.
El jueves, vecinos de la ciudad sudafricana de Durban partidarios de la expulsión de extranjeros se enfrentaron a una marcha convocada para rechazar los ataques xenófobos.
Alrededor de un millar de residentes intentaron reventar la manifestación, convocada por líderes religiosos y de la sociedad civil, informan medios locales.
Los alborotadores fueron contenidos con cañones de agua por la Policía, que volvió a tomar el centro de la ciudad después de haber intervenido el pasado martes para impedir el ataque de cientos de sudafricanos a comerciantes de países como Pakistán o Nigeria, que pretendían defenderse con machetes y palos.
En Benoni, en el área metropolitana de Johannesburgo, la Policía disparó pelotas de goma contra residentes de un antiguo hostal para mineros que se concentraron en actitud desafiante para atacar a los inmigrantes que viven en la zona.
Los comerciantes -en su mayoría de países como Pakistán o Bangladesh- cerraron sus comercios para evitar saqueos y agresiones.
Inmigrantes de países africanos y asiáticos regentan buena parte de los comercios en las zonas pobres de mayoría negra de Sudáfrica, donde el desempleo alcanza tasas del 50 por ciento entre la juventud.
Los habitantes locales acusan a los extranjeros de quitarles puestos de trabajo y traer delincuencia a las comunidades.
Esta nueva ola de ataques xenófobos se intensificó en Durban a finales de marzo tras unas palabras del rey de los zulús, Goodwill Zwelithini, en las que pedía a los extranjeros que se fueran del país.
Países como Malaui, Zimbabue y Kenia han anunciado que repatriarán a sus ciudadanos.
Sudáfrica vivió la peor oleada de violencia xenófoba de su historia reciente en 2008, cuando más de 60 personas murieron en incidentes de este tipo en Johannesburgo y sus alrededores.
(Fuente: agencias)
 

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Sudáfrica despliega al Ejército en Johannesburgo y Durban tras los últimos ataques xenófobos

Al menos siete personas han muerto y hay más de 7.000 desplazados por la violencia generada contra los inmigrantes

EFE
Policías durante una redada en uno de los epicentros de la violencia xenófoba en Sudáfrica
ElGobierno de Sudáfricaha desplegado este martes al Ejército en varias áreas deJohannesburgo y Durbantras los últimos ataques contra inmigrantes en el país, que se han saldado con lamuerte de al menos siete peresonas.
La ministra de Defensa, Nosiviwe Mapisa-Nqgakula, ha destacado que el Ejército "no se hará con las competencias de la Policía, sino que va a ayudarla", según ha informado el diario sudafricano 'Sowetan'.
Mapisa-Nqgakula ha hecho el anuncio desde Alexandra, en Johannesburgo, un lugar donde durante la noche fueron tiroteados dos mozambiqueños, que sobrevivieron y se encuentran hospitalizados.
El rey zulúGoodwill Zwelithinihizo un llamamiento al fin de la violencia el lunes, recalcando que las informaciones sobre unas palabras que se le atribuyeron en las que pidió a los extranjeros "que vuelvan a sus países" fueron malinterpretadas.
"Si fuera verdad quepedí que los extranjeros se fueran el país estaría en llamas", argumentó, recalcando que las acusaciones contra él por incitar a la violencia son incorrectas debido a que sólo se mostró una parte de su discurso.
El presidente del país, Jacob Zuma, condenó la semana pasada la violencia en las manifestaciones xenófobas celebradas de Johannesburgo, en lo que describió como una "violación" de los valores del país.
"Ni la frustración ni el enfado puedenjustificar los ataques sobre ciudadanos extranjerosni el saqueo de sus tiendas. Condenamos la violencia en su máximo sentido porque estos ataques violan todos los valores que encarna Sudáfrica", sentenció Zuma.
Algunos políticos y residentes de Durban acusan a los inmigrantes de permanecer de forma ilegal en el país y de cometer delitos y robar puestos de trabajo y establecimientos a la población local. Tras los disturbios, Sudáfrica ha improvisado campamentos seguros para los inmigrantes que han huido tras el saqueo o incendio de sus tiendas en la ciudad.
La ola de violencia racista coincide con un alto índice de desempleo en Sudáfrica, que se situó en el 24 por ciento en el cuarto trimestre de 2014, según las estadísticas oficiales, aunque los economistas apuntan que es mucho mayor.
Con una población de alrededor de50 millones de habitantes, el país sudafricano tiene unos cinco millones de inmigrantes, que proceden de países como Somalia, Etiopía, Pakistán o China, muchos de los cuales son comerciantes con tiendas propias o ambulantes.
ABC.es
 

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Niños blancos y negros, separados en un colegio de Sudáfrica como en tiempos del Apartheid


Un vídeo en Youtube ha hecho recordar a los sudafricanos los tiempos de la segregación racial impuesta por la minoría blanca durante décadas


Es una escena aparentemente normal. Un autobús escolar desembarca a los alumnos de primaria en lo que parece ser un campamento escolar. Los profesores, todos de raza blanca, se apresuran a organizar a los menores. A la izquierda del encuadre, los niños rubios. A la derecha, los de origen africano. La maestra da la orden y los negros caminan todos juntos hacia la derecha. Poco después, los de ascendencia europea acompañan a la señorita hacia el lado opuesto, desapareciendo por la izquierda.
Algunos alumnos blancos se han quedado rezagados, y cuando un grupo de niñas negras descienden del autobús, no se acercan a ellos; en su lugar, miran en la dirección en que marcharon sus compañeros de la misma raza. Una de las docentes regresa finalmente para llevarse al resto de los menores rubios, mientras otra se ocupa de los demás.
El vídeo, grabado por uno de los padres desde su coche, no muestra más. Se desconoce qué ocurre más allá de aquel autobús, y si los estudiantes pasaron el resto de su campamento escolar cada uno por su lado. Pero la grabación se ha extendido ya por las redes sociales sudafricanas y ha despertado los fantasmas de una sociedad que no puede –o no quiere- superar su pasado.
«Solo queríamos grabar la excursión de mi hija. Mi mujer se quedó impactada cuando vio que subían a los niños en autobuses diferentes», relató Christopher Madumi Ramalingela, autor del vídeo, a una televisión local. «No puedo quitarme de la cabeza esa imagen de los niños separados. Es una situación horrible y no puedo permitir que mi hija siga sometida a ese entorno», añadió Ramalingela, de la etnia Venda, que por su edad vivió los tiempos de la segregación racial del apartheid cuando los ciudadanos negros tenían restringidos sus movimientos, se les prohibía el acceso a la educación, a trabajos cualificados y su derecho al voto.
La grabación ha desatado la ira del consejero provincial de Educación de Gauteng, Panyaza Lesufi, que en la tarde del jueves visitó el ‘Colegio Curro Roodeplat’, Pretoria, para exigir explicaciones a los responsables del centro. La dirección de la institución negó las acusaciones de racismo y aseguró que se han sacado «falsas conclusiones».
Las razones del centro educativo no han transcendido oficialmente, pero por las palabras del consejero provincial parece que los profesores justificaron la segregación por problemas de lenguaje entre los alumnos.
Sudáfrica cuenta con once lenguas oficiales, aunque el inglés y el afrikáner son las más utilizadas en las relaciones interraciales. Esto obliga a los menores negros a manejar un mínimo de tres lenguas mientras los niños blancos logran desenvolverse apenas dos. Una nueva propuesta de legislación pretende hacer obligatorio que los descendientes de europeos estudien al menos una lengua indígena.
«Estoy repugnado por la justificación que me han dado, y he de decir que me ha afectado», explicó Panyaza a la prensa sudafricana. «El día que los niños Tswanas (una etnia negra sudafricana) solo jueguen con los Tswanas y los Xhosa con los Xhosa, será un día triste para este país. Será lamentable el día que toleremos la separación de nuestros estudiantes por cuestiones de lengua. Tienen sólo seis años; pueden jugar juntos».
El responsable provincial de Educación anunció la apertura de una investigación al Colegio Curro Roodeplaat, que ya ha estado envuelto en casos anteriores de discriminación.
Veinte años después del fin del apartheid y la segregación racial, las ideas del antiguo régimen de la minoría blanca siguen caladas en las mentes de una parte de la población. Alegando la separación supuestamente por razones de lenguaje, los responsables del centro querían rechazar las acusaciones de racismo, pero en realidad no hicieron más que reproducir las bases ideológicas del apartheid. El sistema no sólo separó a blancos y negros, sino a todas y cada una de las etnias sudafricanas.
Según una encuesta sobre reconciliación entre razas realizada en 2014, un año después de la muerte de Nelson Mandela, el hombre que logró la igualdad de todos los sudafricanos en 1994, sólo el 55 por ciento de los ciudadanos consideran deseable «una Sudáfrica unida compuesta por todos los grupos que habitan en ella», en comparación con el 72,9 por ciento que apoyaba esta idea en 2003. Según los datos del mismo estudio, sólo el 53% de los ciudadanos blancos opinan que el apartheid fue un crimen contra la humanidad.
ABC.ES
 
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