Chávez y Castro, bajo la lupa de un experto en la Guerra Fría

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Chávez y Castro, bajo la lupa de un experto en la Guerra Fría

EE.UU. nombró un jefe de inteligencia para Venezuela y Cuba

WASHINGTON.- Mientras el Departamento de Estado extrema sus cuidados para evitar una confrontación con el presidente Hugo Chávez, a sólo días de la elección presidencial, una de las áreas más sensibles y polémicas de la administración Bush anunció el nombre de su primer director especial de inteligencia para Venezuela y Cuba.

Norman Bailey, un antiguo experto de la Guerra Fría, además de un tenaz crítico de Chávez y del presidente Néstor Kirchner, quedó al frente del área que el zar de la inteligencia norteamericana, John Negroponte, creó el 18 de agosto último, pero que hasta ahora era dirigida por un experto interino.

A los 75 años, Bailey se encontraba en un retiro parcial, aunque continuaba en esta capital, donde fue director senior del Consejo de Seguridad Nacional con el presidente Ronald Reagan, de quien también fue asesor especial, para luego ocupar cargos académicos centrados en economía, relaciones internacionales y América latina.

Su visión sobre Chávez es conocida desde hace años. En 1999, cuando éste llevaba un año como presidente, afirmó que quería convertirse en un "dictador civil". Y en 2005, tras la disputada Cumbre de las Américas de Mar del Plata, lo calificó de "incontrolable".

Hasta anoche, Caracas no había reaccionado al anuncio. Pero cuando se creó el área, en agosto, Chávez lanzó una andanada retórica. La nueva dirección, dijo, demuestra que "el imperio no se toma un respiro y está preparando un plan para diciembre", en alusión a este domingo.

Bailey asumió como uno de los únicos seis directores que responden a Negroponte en la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI), una superestructura que procura coordinar a las 16 agencias de inteligencia civiles, militares y de seguridad de Estados Unidos.

Además de Cuba y Venezuela, sólo otros dos países acaparan direcciones especiales de la DNI, Irán y Corea del Norte, los pilares que encarnaron junto a Irak el "eje del mal" que trazó Bush en 2002. Las otras tres direcciones son temáticas: Contrainteligencia, Contraterrorismo y Contraproliferación.

Momento inoportuno

El anuncio se produjo en el momento menos indicado para el ala diplomática de la administración republicana. Su subsecretario para América latina, Tom Shannon, procura reducir los roces con Chávez para que no atraiga votos a su causa con una retórica anti-Bush.

En esa línea, el informe del respetado Consejo de Relaciones Exteriores (CFR), que ayer publicó LA NACION, sugería que "todos los funcionarios norteamericanos del Ejecutivo deben secundar al Departamento de Estado en continuar moderando la retórica usada para caracterizar a Venezuela, a su jefe de Estado y a sus funcionarios".

El reporte, preparado por el editor de The Financial Times, Richard Lapper, también recomendó que Estados Unidos "deje muy claro que no tiene intención de intervenir por la fuerza en Venezuela, sea por la fuerza o de manera encubierta".

Horas después, no obstante, la DNI difundió la designación de Bailey para "integrar la recolección y el análisis [de datos], identificando las posibles fallas y planeando y asegurando la implementación de estrategias" hacia Caracas y La Habana.

Su labor no incluirá la ejecución de operaciones de inteligencia, aclaró la DNI, y contará con entre tres y cinco expertos bajo su mando para evaluar la información, centrada en el futuro de una Cuba sin Castro y una Venezuela con o sin Chávez.

En 2004, Bailey definió al mandatario como "un peligro dentro y fuera" de su país, y enumeró ocho motivos: proveer apoyo logístico a las FARC; promover "un eje populista-izquierdista" en la región, con Castro, Kirchner, Evo Morales y Tabaré Vázquez; utilizar el petróleo como un arma, en especial para financiar a Cuba; albergar "a terroristas islámicos en la isla Margarita y proveer guardias para sus cuarteles"; liderar la prédica antinorteamericana en la región; interferir en disputas bilaterales, como las de Bolivia con Chile; oponerse al ALCA; y financiar movimientos indígenas de izquierda en los países andinos.

Pero Bailey también destacó entonces que "desafortunadamente, el gobierno estadounidense está paralizado y espera que el Centro Carter, la OEA y otros actores puedan resolver la situación" en Venezuela. Y recomendó un límite: "Lo único que puede hacer Estados Unidos es insistir en que Chávez respete su propia Constitución".

Por Hugo Alconada Mon
Corresponsal en EE.UU.



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En el tramo final de la campaña presidencial: crece la tensión
Una advertencia de EE.UU. agita las aguas en Venezuela

Alertó a los norteamericanos en ese país

CARACAS.- Como si del anuncio de un inminente huracán se tratara, la embajada de los Estados Unidos recomendó ayer a los ciudadanos norteamericanos radicados en Venezuela que acopien comida, agua y medicina. Que no salgan de sus hogares. Que pospongan viajes por el país. Que tengan un "alto nivel de conciencia" de su seguridad. Y que, sobre todo, apelen al "sentido común" frente al "sentimiento antinorteamericano" regado por el gobierno de Hugo Chávez.

La advertencia, formulada cuando faltan cinco días para las elecciones presidenciales, cayó como un rayo en el Palacio de Miraflores, dominado por una creciente efervescencia contra todo aquello que vaya contra "la marea roja". Es decir, seguros de sí mismos los oficialistas, contra todo aquello que vaya contra la cuarta victoria de Chávez en ocho años de ejercicio del poder. "Quieren asustar a los venezolanos y propiciar la abstención", confió a LA NACION una fuente gubernamental.

La mayoría de las encuestas coincide en que Chávez será reelegido el domingo, excepto alguna que otra que mencionó un empate técnico u otorgó una ligera ventaja a su rival, Manuel Rosales.

La duda, expuesta por el oficialismo en un país polarizado tanto hacia adentro como hacia afuera, no radica en el desarrollo de las elecciones, supervisadas por veedores internacionales, sino, más que todo, en la reacción de aquellos que no vean coronadas sus expectativas. Atenta a ello, la oposición, según la fuente gubernamental, ya habría impreso carteles con la palabra "fraude".

En medio de duras acusaciones mutuas, Chávez no vaciló en ufanarse, con pronósticos que reflejan una diferencia de más de un 20 por ciento de los votos a su favor, de que "esto es un jonrón [de home run , batazo ganador en el béisbol] para Mister Bush", tildado, otra vez, de "diablo".

Con su alerta, mecanismo habitual de los gobiernos para evitar demandas de sus compatriotas si sucede algo anormal en el exterior, la embajada norteamericana no hizo más que cumplir con su obligación, más allá de que, según la fuente gubernamental, sea "impertinente" y "lamentable".

No se trata del anuncio de un inminente huracán, pero la misma gente teme que algo suceda. Es el comentario de la calle. El más usual. Nadie cree que Chávez pueda perder, pero nadie cree, tampoco, que la oposición se resigne fácilmente ante la eventual derrota.

Chávez, mientras tanto, no para. Estuvo ayer en Amazonas y Delta Amacuro. Continuará hoy en Trujillo y Yaracuy. Donde pisa promete "una paliza" a Rosales y un "knock-out" a Bush. En la zona industrial de San Vicente de Macaray inauguró la primera planta ensambladora de vehículos Venirauto, fruto de los acuerdos de cooperación que firmó en julio con su par de Irán, Mahmoud Ahmadinejad. El destinatario del acto no vive en Venezuela.

Rosales tampoco para. "No nos robarán ni un voto", señaló, insistente en que "la democracia de Venezuela está enferma" por la excesiva concentración de poder en una sola persona. En el partido de béisbol entre Leones del Caracas y Navegantes del Magallanes apareció en forma imprevista y fue aclamado por la multitud. Le quitó la oportunidad a Chávez después de haber visto frustrado su sueño de ser lanzador zurdo de las grandes ligas.

De populismo no se habla en Venezuela. En las últimas semanas, Chávez inauguró puentes, un acueducto y un servicio de trenes y colocó piedras fundamentales para construir, si por él fuera, hasta las pirámides de Egipto.

Rosales apuntó a los pobres de otro modo: prometió un programa de entrega de fondos por medio de una tarjeta de débito que bautizó "Mi negra". No por el color de la piel, sino por el del petróleo. Su meta consiste en diferenciarse al máximo de Chávez: no viajar más de lo necesario; cortar "la regaladera" de dinero a otros países (¿la Argentina, entre ellos?), y regresar a la Comunidad Andina de Naciones (CAN). A su alrededor, según comentó a LA NACION un allegado a su campaña, piensan que "logró galvanizar a la oposición" y que, con ello, "superó la campaña abstencionista" que amenazaba con dejarle a Chávez el camino expedito hacia la reelección.

Lo curioso es que los oficialistas se quejaron ayer de "la campaña abstencionista" que supuestamente emprendieron los Estados Unidos con su mensaje de alerta. Sería, en ese caso, un jonrón dudoso.

Por Jorge Elías
Enviado especial



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Nov-27-06 - por Ignacio J. Osacar - Coordinador de la Comisión de Defensa del CENM

"El anhelo de Donald Rumsfeld era poder acompañar a Bush en su segundo mandato, para corregir los errores cometidos, restaurar su imagen y poder evadir el juicio de la historia y de algunos jueces ordinarios también" La primera víctima de las elecciones perdidas por los republicanos fue el Secretario de Defensa Donald Rumsfeld, quien quedó expuesto como solitario responsable de la fracasada estrategia militar en Irak, lo que en realidad es la consecuencia de un proceso denominado "transformación", iniciado hace casi seis años que afectó grandes intereses del complejo industrial-militar norteamericano y cuya continuidad ahora esta en duda.


Cuando Rumsfeld asumió en el 2001 ya había tenido la experiencia de ocupar ese mismo cargo entre 1975 y 1977, en un mundo totalmente distinto como era el de la Guerra Fría. Decidido a adaptar la herramienta militar norteamericana al nuevo escenario mundial, emprendió una difícil cruzada con grandes resistencias internas, las que enfrentó con la agresividad y confianza de ex campeón de lucha libre de la Armada.


Este exitoso político y empresario tenía sus propias ideas sobre como cambiar las cosas. Este conocimiento era el resultante de muchos años como reservista, lo que puede ser igualmente bueno o malo, de acuerdo a como se lo mire. Es bueno porque a diferencia de un político sin experiencia militar, hay muchos libros de esta biblioteca que ya conoce, pero es malo por que son muchos los que le falta leer y los da equivocadamente por sabidos. Esto disminuye la capacidad de recepción del asesoramiento y lo que es peor, del disenso.


Inicialmente su visión de la "transformación" era contar con Fuerzas ágiles, flexibles y eficientes que requerían recortar 2 o tres 3 Divisiones al Ejército, 40 o 50 buques a la Armada y unos 70 cazas a la Fuerza Aérea, con lo que se liberaría presupuesto para pagar tecnología de punta como la defensa anti misilística, aviones no tripulados y satélites con capacidades ofensivas. Los ataques terroristas del 11 de septiembre cambiaron el desarrollo de los planes, aunque no la esencia de los mismos. Se hizo evidente el escepticismo de las propias Fuerzas para desarrollar o adquirir sistemas futurísticos, favoreciendo otros ya probados para combatir a un nuevo enemigo difícil de detectar y destruir. El Ejército es el más reacio en adoptar estos radicales avances tecnológicos, siendo la Fuerza Aérea siempre muy entusiasta y la Armada la que conserva una postura de equilibrio.


Distinguiéndose de numerosos políticos republicanos destacados, que nunca prestaron servicios militares, eligió incorporarse al programa del Curso de Entrenamiento para Oficiales de la Reserva Naval (NROTC) en la Universidad de Princeton en 1954. Este programa y otras becas académicas le pagarían sus años de estudiante a cambio de servir un tiempo de tres años en servicio activo cuando se graduara. Se desempeño en la Aviación Naval como instructor y piloto de caza entre 1954 y 1957. Terminado su contrato de servicio en 1957 fue transferido a la Reserva Activa no Incorporada, continuando su servicio con entrenamiento de vuelo periódico los fines de semana y en las vacaciones de verano, además de cumplir servicios en otros puestos administrativos. Continuó en servicio hasta que asumió como Secretario de Defensa en 1975 y fue transferido a la Reserva Disponible. Permaneció en esta situación de revista hasta 1989, pasando a la Reserva en Retiro con el grado de Capitán de Navío. En el momento de su retiro habían transcurrido 35 años de estrecha vinculación con la Armada.


No es por lo tanto difícil de entender que, a pesar de la cultura de integración conjunta del Departamento de Defensa, pueda existir una humana preferencia personal por los hombres de la institución a la cual se ha pertenecido, lo que fue bastante evidente en la gestión Rumsfeld, respecto a determinados nombramientos de generales y almirantes. Al momento de su renuncia, de los 10 cargos más importantes, a cubrir por militares en actividad, pertenecientes indistintamente a cualquier Fuerza, 6 eran de la Marina o de la Infantería de Marina, 2 de Fuerza Aérea y 2 de Ejército.


Se debe tener en cuenta que en la máxima jerarquía de general o almirante de cuatro estrellas revistan 10 del Ejército, 9 de la Armada, 4 de la Infantería de Marina y 12 de la Fuerza Aérea (1). Contrariamente a lo que ocurre en muchos países donde hay una considerable superioridad numérica del Ejército; la suma de Marinos e Infantes de Marina consolida un peso relativo muy significativo e incluso lo tiene la Fuerza Aérea por si sola. También hay que observar en perspectiva que los efectivos activos son 502.000 hombres de Ejército, 365.000 de la Armada, 178.000 de la Infantería de Marina, y 359.000 de la Fuerza Aérea (2).


Esto es también notorio en los 53 altos cargos civiles del Departamento de Defensa, los cuales son ocupados tanto por funcionarios de carrera como por políticos. Este número incluye los cuatro niveles jerárquicos inferiores al propio Secretario de Defensa (3). De estos, 27 no registran antecedentes que los vinculen directamente con ninguna Fuerza con anterioridad a su nombramiento, excepto pocos casos en que sirvieron como soldado conscripto, mientras que el resto tiene antecedentes de haber cumplido total o parcialmente carreras como militar o como civil en alguna Fuerza o en la Secretaría de una de las Fuerzas (4). De este grupo, 11 pertenecieron a la Marina o a la Infantería de Marina, 9 al Ejército y 6 a la Fuerza Aérea, con lo que se repite la significativa mayoría señalada anteriormente.


Entre ellos debe destacarse al Director Interino de la recientemente creada (2001) Oficina de Transformación de las Fuerzas, Terry W. Pudas, quien es un aviador naval retirado, como también lo era el primer Director, el fallecido Vice Almirante retirado Arthur K. Cebrowski. Esta Oficina tiene la responsabilidad de generar políticas, experimentaciones y coordinaciones en toda la Defensa, actuando como catalizador y marcapasos de la "transformación".


Como balance positivo de su gestión, a Rumsfeld se le puede acreditar el diseño de un nueva herramienta militar, que pueda operar en todo el mundo y no solo en tres teatros previsibles ( Europa, Corea y Oriente Medio); la creación del Comando Norte, para la defensa de Estados Unidos Continental, el Comando de Fuerzas Conjuntas, como punto focal de la "transformación"; el Comando Estratégico, para la defensa de ataques provenientes desde largas distancias; el aumento del Comando de Fuerzas Especiales, con la reformulación de su misión para la Guerra Contra el Terrorismo; avances importantes para crear una Fuerza de Respuesta de la OTAN con capacidad de proyección mundial; el aumento de los medios de defensa contra ataques de misiles balísticos y por último la revisión integral de las capacidades nucleares ofensivas norteamericanas.


La lista redactada por sus críticos es igualmente larga, en la que se destaca

el despliegue de insuficientes efectivos para enfrentar la posguerra en Irak, que se bautizó sarcásticamente como "Doctrina Rumsfeld" y provocó el retiro anticipado del Jefe del Ejército, General Eric Shinseki, quien demandaba por lo menos el doble de tropas, con las consecuencias que se sufren hoy; los conflictos con el Departamento de Estado y la CIA, lo que hizo colapsar el sistema de cooperación interministerial; los escándalos por los abusos en la prisión de Abu Gahrib y el tratamiento de prisioneros de guerra en Guantánamo, a quien consideró "combatientes ilegales"; la revelación escandalosa de que las cartas de condolencia, a los familiares de los muertos en combate, eran firmadas por una impresora, cuando aun las bajas no eran más de mil, y en general, la obsesiva negación de las realidades de la guerra insurgente iraquí, en lugar de producir cambios necesarios y urgentes.


El otro aspecto también se le adjudica poca eficiencia durante su gestión fue el de reducir efectivamente el inmenso y costoso arsenal nuclear, a pesar de expresar reiteradamente su dedicación en ese sentido. Ahora caben dudas si realmente quería avanzar en ese problema o si en el fondo se sentía más cómodo y seguro sabiendo que tenía la llave para volatilizar el planeta.


Además de todas las críticas, también carga sobre sus espaldas causas penales en las que se lo imputa de crímenes de guerra y torturas a prisioneros en los centros de detención, además de otras no tan graves, pero poco democráticas, como la manipulación ilegal de bases de datos de jóvenes con potencial para ser incorporados a las Fuerzas Armadas.


El anhelo de Rumsfeld era poder acompañar a Bush en su segundo mandato, para corregir los errores cometidos, restaurar su imagen y poder evadir el juicio de la historia y de algunos jueces ordinarios también. El temor de Rumsfeld es sufrir el "Síndrome Mac Namara", ese otro Secretario de Defensa que durante la Guerra de Vietnam impulso estrategias innovadoras, con una óptica demasiado empresarial, y que ha pasado los últimos 40 años justificando los errores políticos y estratégicos que causaron la muerte de 54.000 norteamericanos.


La determinación estadística de que menos tropas sufrirían menos bajas es cierta, pero también es cierto que para cumplir exitosamente determinadas misiones se requiere un mínimo número de efectivos. Cuando el enemigo es un insurgente local, que opera con tácticas de guerrilla rural y urbana y con procedimientos terroristas, es imposible pretender alcanzar ambos objetivos simultáneamente, aun disponiendo de la más alta tecnología.


El nuevo Secretario Robert M. Gates tendrá la difícil tarea de enderezar el ambicioso y complejo rumbo trazado por su antecesor, con todo el sistema de Defensa "transformándose" en esa dirección, al mismo tiempo que combate una guerra en otro hemisferio. Por tratarse de un profesional de carrera de Inteligencia no es improbable que algunos altos cargos de la Defensa comiencen a ser ocupados por funcionarios con antecedentes en esa especialidad, quienes deberán recomponer primero las deterioradas relaciones con el Departamento de Estado y la misma CIA, para después ver como salen de Irak, honrosamente, en poco tiempo, y dejando las cosas en una situación aceptable, al menos para el criterio norteamericano.
 

joseph

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En 2004, Bailey definió al mandatario como "un peligro dentro y fuera" de su país, y enumeró ocho motivos: proveer apoyo logístico a las FARC; promover "un eje populista-izquierdista" en la región, con Castro, Kirchner, Evo Morales y Tabaré Vázquez

Derruido que pupurri de noticias inconexas.

Casualidad de que Brasil no este o significa que este flaco no tiene la menor idea de lo que habla. El un eje populista-izquierdista se refiere a que no hacen lo que ellos quieren a algo parecido porque que yo sepa a los partidos izquierdistas europeos y a china no salen a criticarlos.
 

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Estados Unidos intentará separar a Kirchner de Chávez"

Según el general venezolano Müller Rojas

CARACAS.- Una vez superados los comicios del domingo próximo en Venezuela, el presidente Hugo Chávez, candidato a la reelección, recibirá un informe que su autor, el general Alberto Müller Rojas, jefe del Estado Mayor Presidencial, descontó ayer, en un diálogo con LA NACION, que leerá de cabo a rabo, "como cada cosa que escribo".

En ese informe, aún en elaboración, Müller Rojas, de trato casi diario con Chávez, dirá que "existen operaciones de influencia" de los Estados Unidos cuyo fin sería "alejarlo de Néstor Kirchner, dadas las estrechas relaciones de Venezuela con Irán", y provocar, en la Argentina, "diferencias entre el gobierno y la izquierda peronista [CGT, Madres de Plaza de Mayo y movimientos piqueteros, entre otros]" y, a su vez, entre ambos y los militares.

"Son operaciones de influencia mediante las cuales se utilizan las contradicciones internas como una estrategia para evitar el orden mundial multipolar", dijo Müller Rojas.

"En ellas se mezclan las habilidades de la CIA, de las fuerzas especiales y de las quintas columnas. La inteligencia pasa a ser más importante que las armas. En este caso, los Estados Unidos intentan separar a Kirchner de Chávez e intentan que se distancie de la izquierda peronista", afirmó.

Müller Rojas, de 71 años, fundador del partido Patria Para Todos, ex gobernador de Amazonas, ex senador en Chile, ex senador y ex profesor universitario y de Chávez en la Academia Militar, iba a disertar la semana pasada en la CGT sobre "Pueblo y ejército".

Su intervención se vio frustrada por el estado público que cobró la "diplomacia activa", emprendida por el embajador de Venezuela, Roger Capella, en barrios pobres y movimientos piqueteros, así como por sus contactos con el dirigente Luis D Elía, eyectado del Gobierno después de haber defendido a Irán en la causa de la AMIA.

Sin definición sobre Capella

Llamado a consultas por el gobierno de Chávez, el embajador Capella estaba ayer en su casa de Valencia [a 158 kilómetros de Caracas]. Müller Rojas habló por teléfono con él por la mañana y señaló que "no sabía nada" sobre su situación.

El vicepresidente José Vicente Rangel dijo que estaba confirmado en el cargo y que iba a regresar a la Argentina. En la Cancillería, fuentes consultadas por LA NACION dijeron que "no hay comentarios al respecto".

Frente a ello, Müller Rojas dijo: "No mintieron. No saben nada porque, en realidad, el presidente Chávez es el único que puede decidirlo y, como verás, está inaccesible, en medio de la campaña. En mi opinión, lo más prudente sería que Capella regresara a Buenos Aires".

Luego agregó con tono de broma: "No hay que descartar que se trata de una plaza muy preciada y que siempre se especula que, después de las elecciones, habrá cambios. Hasta yo me postularía para ir a comer bifes de chorizo y beber vinos de Mendoza, pero no creo que me den el plácet".

Doble interpretación

En un artículo titulado "La CIA golpea la integración sudamericana", Müller Rojas esboza la médula del informe que recibirá Chávez. Dice en él, por ejemplo, que el blanco inmediato de la presunta estrategia norteamericana sería la Argentina, "cuyo panorama político interno es el más complejo entre los países del Mercosur".

Esto apuntaría a "profundizar el diferendo argentino-uruguayo por las plantas de celulosa sobre la cuenca hidrográfica del Río de la Plata y provocar un distanciamiento entre Buenos Aires y Caracas, que deja a Brasilia, en ambos casos, fuera de juego".

Menciona también al Banco Mundial, "bajo el control de Paul Wolfowitz [ex subsecretario de Defensa norteamericano]", por haber concedido el crédito a la empresa finlandesa Botnia.

Y, como "núcleo de la intriga", cita "la reanimación de las investigaciones judiciales sobre el ataque a la mutual judía [AMIA] en 1994", de modo de "incriminar" al gobierno de Irán, socio de Venezuela, por más que "no exista ninguna prueba sólida".

La estada de Müller Rojas en Buenos Aires coincidió con las reuniones del nuevo embajador norteamericano, Earl Anthony Wayne, con seis ministros en poco más de una semana, así como con el anuncio de becas estudiantiles y programas de intercambio con los Estados Unidos, lo cual, observó, "podría interpretarse como parte de la diplomacia popular que ellos mismos inventaron".

De este modo, según Müller Rojas, "Washington ha logrado mucho más que con una acción directa de fuerza", porque "el proceso integracionista está golpeado" y la Argentina y Uruguay "están paralizados".

-¿Qué dice Chávez sobre esto?

-Está metido en la campaña. Todavía no he hablado con él. En Venezuela, la embajada de los Estados Unidos ha dicho a sus ciudadanos que no salgan el día de las elecciones, que corren el riesgo de ser atropellados por multitudes. Eso crea un estado de zozobra cuyo fin es la abstención masiva.

-¿Se ofreció Chávez como mediador entre Kirchner y Tabaré Vázquez?

-No. Está bien haber recurrido al rey Juan Carlos de España, como se decidió en la Cumbre Iberoamericana, realizada en Montevideo.

-¿Por su imparcialidad?

-Desde luego. No la tendrían ni Lula ni Paraguay. Chávez no es ningún loco, ¿sabes? Para esto se necesita un componedor externo e imparcial que no tenga compromisos con uno ni con el otro.

PorJorge Elías
Enviado especial



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Chávez indemnizará con 325.000 euros a dos etarras por su extradición a España El Gobierno de Venezuela ha pactado el pago de una indemnización por importe de más de 325.000 euros con los etarras Sebastián Etxaniz y Juan Víctor Galarza por haberlos entregado en 2002 a la Justicia española, según ha sabido la agencia Vasco Press, que ha tenido acceso al documento pactado

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