Ataque A Tarento

M

MIGUEL

Al momento de entrar en guerra, Italia poseía una flota, en la cual la mayoría eran buques modernos, muy veloces, aunque deficientemente armados. Lo que más le perjudicaba a la Regia Marina era su concepto de estrategia naval que se basaba en la idea de Mussolini de que Italia era un gran portaaviones y por tanto la flota no le necesitaba, pues la aviación basada en tierra podía cumplir el rol de asistir a la flota. Por el lado británico, la flota era antigua e insuficiente, pero contaba con varios portaaviones que le permitían dar una buena cobertura aérea a la flota.

Presencia británica

El principal problema de Gran Bretaña al comenzar la guerra era la necesidad de poder mostrar su presencia en sus aguas territoriales, en el Pacífico, en el Índico, en el Atlántico, y en el Mediterráneo. Sin embargo, sus recursos no eran suficientes para tan enorme labor como lo demuestra el hecho que aceptara el traspaso de 50 viejos destructores americanos. Sin embargo, su experiencia naval de siglos, era más que suficiente para actuar de manera adecuada de acuerdo con los recursos que tenía.

Para Gran Bretaña, perder influencia en el Mediterráneo hubiera tenido resultados catastróficos. Era necesario pues, mostrar poder y agresividad para no perder la confianza de los neutrales, que en cualquier momento podían decidirse por la causa alemana, o simplemente ser invadidos por las fuerzas del Pacto de Acero.

Para el Almirante Cunningham el enfrentar a la flota italiana era primordial para reducir su amenaza, pero la Regia Marina se mantenía en sus puertos y por tanto, era necesario realizar un ataque directo a la principal base naval italiana: Tarento. En esos días el mal tiempo reinaba en la zona el día 10 una tormenta destruye la barrera de globos de protección contra ataques aéreos de la base naval.

11 Noviembre de 1940

La noche del 11 de Noviembre de 1940, después aplazar la operación dos veces, una escuadrilla de 21 aviones Swordfish, despegaron en dos oleadas del portaaviones Illustrious, que para el efecto navegaba a 170 millas al sureste de la base italiana. La distancia era la máxima permitida para los viejos aviones biplanos. El ataque tomó tan de sorpresa a los italianos, que apenas pudieron derribar a dos aviones. Cuatro bombarderos se destacaron para distraer la atención en el fondeadero interior y otros dos volaron hacia el este para lanzar bengalas, que cuya luz dibujaría las siluetas de los buques fondeados en la bahía. Eran las 10:58 pm. Los 8 aviones de la primera oleada lanzaron sus torpedos con precisión y la segunda oleada con los 8 restantes completó el trabajo. Las pérdidas sufridas por la Regia Marina fueron el Acorazado Conte di Cavour, que fue alcanzado por un torpedo y se hundió en aguas bajas. Además, los acorazados Littorio y Caio Duilio fueron dañados seriamente.

No hubo defensa

Evidentemente la base no se hallaba adecuadamente defendida y el "portaaviones italiano" obviamente no funcionó, pues de haber sido alertada a tiempo, la aviación italiana podría muy bien haber derribado a todos los Swordfish.

Las pérdidas

El Conte di Cavour fue rescatado y remolcado a Trieste el 01 de Julio de 1941, pero quedó fuera de acción por el resto de la guerra. Las reparaciones se detuvieron en 1943 debido al cambio político en la guerra y fue barrenado por los propios italianos. Los alemanes lo rescataron pero finalmente fue hundido por los americanos el 15 de Febrero de 1945. De los otros dos acorazados, el Littorio recibió tres torpedos y fue embarrancado en la playa para evitar su hundimiento. Debió permanecer en reparaciones durante varios meses, hasta Agosto de 1941. El Caio Duilio recibió el impacto de un torpedo y estuvo también en reparaciones durante mucho tiempo.

Epílogo

La flota italiana quedó reducida a tres acorazados en condiciones operativas, Giulio Cesare, Vittorio Veneto y Doria. Después del ataque, todos los barcos capitales zarparon rumbo a Nápoles donde estarían más seguros. La aviación realizó reconocimientos, pero no logró detectar a la flota británica. Adicionalmente, una fuerza ligera británica hundió un pequeño convoy de cuatro barcos italianos con rumbo a Brindisi.
 
Arriba