Derruido
Colaborador
Muchos de nosotros siempre hablamos de porque no se compra tal o cual avión, o porque no se le pone a los TAM cañones de 120 mm etc, etc, etc.
Tan lamentable es la situación Argentina en el area de Defensa que para muestra basta un botón. El EA está buscando una partida de $50 millones para comprar munición necesaria para al menos sostener 3 días de combate, si señores 3 días.
Les dejo el artículo.
Menos gastos en la Argentina
El presupuesto para armamento se redujo en los últimos años
Si se contrapesan las problemáticas sociales y educativas con las necesidades de defensa nacional la balanza del reparto de recursos tiende a inclinarse, naturalmente, hacia las urgencias que mejoren la calidad de vida de la población.
El gasto militar no aparece en ese esquema como una prioridad. Es una inversión que no da rédito inmediato. Sin embargo, en algún momento todo Estado pone a punto su aparato militar. Como un seguro, se paga para estar tranquilo en espera de no usarlo. Hoy la Argentina se acerca al momento de renovar su póliza de vida.
La Cumbre de las Américas planteó la falta de confiabilidad en el viejo armamento aéreo local y dio la oportunidad de adquirir media docena de misiles aire-aire de la mejor tecnología, en parte para garantizar a la Casa Blanca las medidas de seguridad para George W. Bush. El costo fue de algo más de cinco millones de dólares. El beneficio, aumentar significativamente la capacidad de disuasión de las cazabombarderos A4 AR.
Esos aviones se compraron a fines de los años 90. Fue la forma de reemplazar las aeronaves perdidas en la Guerra de las Malvinas. También significó para la región el primer paso en el cambio generacional de las fuerzas aéreas. Diez años después, Chile y Brasil buscan hoy equiparar con nuevas compras el salto tecnológico realizado antes por la Argentina.
Ahora bien, en un análisis cuantitativo de medios aparecería nuestro país en una situación de equilibrio militar regional. Pero no todo es sumar tanques en un lado u otro, sino saber sus condiciones operativas reales. Y en eso la Argentina estaría en situación declinante. Más que para adquirir nuevos sistemas de armas, los militares prefieren recursos económicos para poner en funcionamiento lo que tienen.
Los pilotos vuelan cada año las horas justas para no perder su habilitación. El presupuesto ajustado también ocasiona accidentes de aviación. El Ejército, más que comprar tanques, apunta a obtener unos 50 millones de pesos para adquirir municiones que diesen a la caballería la posibilidad de sostener tres días de combates.
Unidades más pequeñas
En caso de posibilidades de compras, el Ejército optaría por reforzar la artillería antiárea, con secciones de tiro valuadas en 80 millones de dólares, si se piensa en cañones, o más de los 150 millones de dólares, para sistemas de misiles. Frente a la imposibilidad de grandes adquisiciones, los militares argentinos se focalizaron en fortalecer las unidades más pequeñas, de despliegue rápido y uso versátil en guerras asimétricas. De ahí nace la iniciativa del Ejército de repotenciar sus helicópteros de transporte, algo que se hace en talleres argentinos.
Esa modernización menos costosa del material también llega a la Armada, que en breve renovará el casco y motores del submarino San Juan. Al final del trabajo se podrá decir que en la práctica se cuenta con un submarino nuevo.
Dos buques de transporte de tropas llegarán en los próximos meses desde Francia. Una tripulación argentina ya está sobre la cubierta de una de esas naves, que dará un mayor capacidad logística a la Armada.
¿Cuál es la ventaja en tiempo de paz de contar con sistemas de armas con capacidad de proyección internacional? Ser líder de coaliciones.
Así lo entendió la siempre alerta Cancillería brasileña. Itamaraty consiguió con la compra del portaaviones San Pablo ubicar la nave insignia de cualquier posible escuadra naval regional. La Argentina se quedó sin portaaviones y sin recursos para tenerlo en el futuro cercano, pero conservó la capacidad de la aviación naval para poder relacionarse con los vecinos más favorecidos económicamente.
Y no es menor el adiestramiento humano cuando se compara el equilibrio militar en la región. Al contar con el servicio militar voluntario, la Argentina tiene una fuerza militar más eficiente que varios de sus vecinos. Carece de reservistas entrenados, es cierto, pero el cambio de la conscripción forzada al soldado profesional representa un salto de calidad comparable con cualquier compra de tanques, cazas o destructores.
Por Daniel Gallo
De la Redacción de LA NACION
Link corto: http://www.lanacion.com.ar/804290
Tan lamentable es la situación Argentina en el area de Defensa que para muestra basta un botón. El EA está buscando una partida de $50 millones para comprar munición necesaria para al menos sostener 3 días de combate, si señores 3 días.
Les dejo el artículo.
Menos gastos en la Argentina
El presupuesto para armamento se redujo en los últimos años
Si se contrapesan las problemáticas sociales y educativas con las necesidades de defensa nacional la balanza del reparto de recursos tiende a inclinarse, naturalmente, hacia las urgencias que mejoren la calidad de vida de la población.
El gasto militar no aparece en ese esquema como una prioridad. Es una inversión que no da rédito inmediato. Sin embargo, en algún momento todo Estado pone a punto su aparato militar. Como un seguro, se paga para estar tranquilo en espera de no usarlo. Hoy la Argentina se acerca al momento de renovar su póliza de vida.
La Cumbre de las Américas planteó la falta de confiabilidad en el viejo armamento aéreo local y dio la oportunidad de adquirir media docena de misiles aire-aire de la mejor tecnología, en parte para garantizar a la Casa Blanca las medidas de seguridad para George W. Bush. El costo fue de algo más de cinco millones de dólares. El beneficio, aumentar significativamente la capacidad de disuasión de las cazabombarderos A4 AR.
Esos aviones se compraron a fines de los años 90. Fue la forma de reemplazar las aeronaves perdidas en la Guerra de las Malvinas. También significó para la región el primer paso en el cambio generacional de las fuerzas aéreas. Diez años después, Chile y Brasil buscan hoy equiparar con nuevas compras el salto tecnológico realizado antes por la Argentina.
Ahora bien, en un análisis cuantitativo de medios aparecería nuestro país en una situación de equilibrio militar regional. Pero no todo es sumar tanques en un lado u otro, sino saber sus condiciones operativas reales. Y en eso la Argentina estaría en situación declinante. Más que para adquirir nuevos sistemas de armas, los militares prefieren recursos económicos para poner en funcionamiento lo que tienen.
Los pilotos vuelan cada año las horas justas para no perder su habilitación. El presupuesto ajustado también ocasiona accidentes de aviación. El Ejército, más que comprar tanques, apunta a obtener unos 50 millones de pesos para adquirir municiones que diesen a la caballería la posibilidad de sostener tres días de combates.
Unidades más pequeñas
En caso de posibilidades de compras, el Ejército optaría por reforzar la artillería antiárea, con secciones de tiro valuadas en 80 millones de dólares, si se piensa en cañones, o más de los 150 millones de dólares, para sistemas de misiles. Frente a la imposibilidad de grandes adquisiciones, los militares argentinos se focalizaron en fortalecer las unidades más pequeñas, de despliegue rápido y uso versátil en guerras asimétricas. De ahí nace la iniciativa del Ejército de repotenciar sus helicópteros de transporte, algo que se hace en talleres argentinos.
Esa modernización menos costosa del material también llega a la Armada, que en breve renovará el casco y motores del submarino San Juan. Al final del trabajo se podrá decir que en la práctica se cuenta con un submarino nuevo.
Dos buques de transporte de tropas llegarán en los próximos meses desde Francia. Una tripulación argentina ya está sobre la cubierta de una de esas naves, que dará un mayor capacidad logística a la Armada.
¿Cuál es la ventaja en tiempo de paz de contar con sistemas de armas con capacidad de proyección internacional? Ser líder de coaliciones.
Así lo entendió la siempre alerta Cancillería brasileña. Itamaraty consiguió con la compra del portaaviones San Pablo ubicar la nave insignia de cualquier posible escuadra naval regional. La Argentina se quedó sin portaaviones y sin recursos para tenerlo en el futuro cercano, pero conservó la capacidad de la aviación naval para poder relacionarse con los vecinos más favorecidos económicamente.
Y no es menor el adiestramiento humano cuando se compara el equilibrio militar en la región. Al contar con el servicio militar voluntario, la Argentina tiene una fuerza militar más eficiente que varios de sus vecinos. Carece de reservistas entrenados, es cierto, pero el cambio de la conscripción forzada al soldado profesional representa un salto de calidad comparable con cualquier compra de tanques, cazas o destructores.
Por Daniel Gallo
De la Redacción de LA NACION
Link corto: http://www.lanacion.com.ar/804290