KF86
Colaborador
Controlará De Vido la actividad aeronáutica
Extiende su poder al área de Defensa
El ministro de Planificación, Julio De Vido, se quedará con el control absoluto de la actividad aérea en la Argentina.
Desde el mando directo de los 400 aeropuertos hasta asignar rutas de vuelo serán responsabilidades de su área, que también habilitará a los pilotos y verificará las condiciones técnicas de todo avión que despegue en el país. Pero el poder de De Vido no termina allí. También la operación y compra de radares estarán a cargo de un ministro que extendió su área de interés hacia las actividades de la defensa nacional.
El presidente Néstor Kirchner firmará en los próximos días el traspaso del Comando de Regiones Aéreas al Ministerio de Planificación. Sólo resta que la Casa Rosada fije el día del anuncio de acuerdo con la agenda presidencial, así lo explicaron funcionarios del Ministerio de Defensa que están al tanto de las negociaciones.
El Comando de Regiones Aéreas es el máximo responsable de la seguridad de los vuelos, habilita a los pilotos y a las aeronaves, entre otras funciones, y lo integran 5600 personas, el 70 por ciento de las cuales son militares.
La infraestructura aeroportuaria nacional la conforman más de 2500 pistas declaradas, de las cuales unas 400 tienen rango de aeropuertos o aeródromos. Privatizadas o no, todas las funciones en las aeroestaciones están bajo la supervisión del Comando de Regiones Aéreas.
Con ese traspaso, el ministerio que controla Julio De Vido asumirá nuevas funciones que históricamente estaban reservadas al ámbito de la defensa nacional.
El avance de De Vido en el área castrense es importante, hasta el punto de que ya se quedó también con el mando de Fabricaciones Militares y tendrá a su cargo, además, la licitación de radares. A eso se suma su amistad personal con varios de los más importantes jefes militares, que lo buscan como puente directo a la Casa Rosada cada vez que necesitan apoyo político.
Cambios paulatinos
La ministra Nilda Garré y el secretario de Transporte, Ricardo Jaime, ya mantuvieron varias reuniones sobre ese tema. Las fuentes oficiales aseguran que no será un proceso abrupto y traumático, sino un cambio de mando paulatino, definiéndose etapas temporales para el paso de cada dirección de la órbita militar a la civil.
Pero lo concreto es que De Vido sumará otro importante sector a su cartera, ya que la iniciativa contempla para este proceso la designación de un interventor que responderá directamente al ministro. Así se lo hicieron saber a los diferentes gremios aeronáuticos que visitaron el Ministerio de Defensa.
Apurar ese plan, que empezó a gestarse el año último, fue una exigencia de los gremialistas para cancelar un paro de las actividades aéreas.
Una película de Enrique Piñeyro que denunció supuestos malos manejos de la Fuerza Aérea en la aviación aerocomercial disparó la controversia pública.
Sin embargo, los mandos de la aeronáutica militar habían presentado mucho antes un proyecto -en enero último- para pasar el Comando de Regiones Aéreas a áreas civiles, después de que LA NACION anticipase en agosto de 2005 la decisión política de trabajar en ese sentido.
La Fuerza Aérea prepara, además, un informe, a pedido del Ministerio de Defensa, para dar respuestas a las críticas de esa película, que derivó en una investigación judicial.
Fuentes que están al tanto de ese informe indicaron que en el escrito se aceptarán algunas fallas, como el hecho de que algunos controladores no tienen el nivel de inglés necesario para comunicaciones internacionales, pero también expondrán argumentos contundentes para rebatir la mayoría de los cuestionamientos del film, con datos sobre inversiones operativas y fallos de la Justicia que descartaron las denuncias hechas sobre el aeropuerto de Mendoza, por ejemplo.
La posición de los militares es mantener el silencio público por el antecedente de lo ocurrido durante el caso de contrabando de drogas en un vuelo de Southern Winds, que estalló mediáticamente en el verano de 2005.
En esa oportunidad, los jefes de la Fuerza Aérea expusieron sus puntos de vista y la situación terminó con el pase a retiro de una docena de brigadieres y la desaparición de la Policía Aeronáutica Nacional.
Ninguno de esos oficiales fue siquiera involucrado en la causa de narcotráfico, pero todo se mezcló en la opinión pública y los mandos actuales de la aeronáutica militar no quieren repetir esa mala experiencia ante lo que entienden como un hecho consumado.
En la Fuerza Aérea destacan que en las auditorías realizadas por la Organización de Aviación Civil Internacional, la seguridad de la aeronavegación de nuestro país obtuvo un 95 por ciento de eficacia, por encima del puntaje que se dieron en las auditorías internacionales a Italia, Rusia o el Reino Unido.
La falta de radares es un tema muy conocido y que siempre quedó postergado por tironeos políticos. Ahora será el Ministerio de Planificación el encargado de una nueva licitación para la compra de esos equipos, que servirán para el apoyo de los vuelos comerciales, pero resultarán inútiles para la defensa aérea, ya que se proyecta la adquisición de radares cooperativos que requieren la buena voluntad de las aeronaves para ser ubicadas en el espacio.
En los últimos 34 años se instalaron radares en apenas cinco aeropuertos: Ezeiza (1972), Córdoba (1986), Mendoza (1993), Paraná (1995) y Mar del Plata (1996). Son ésos los únicos lugares con cobertura de radar, el resto del territorio nacional está basado en comunicaciones entre los aviones y los controladores de vuelo.
Decisiones políticas
Fuentes militares afirmaron a LA NACION que es posible el rápido de cambio de las direcciones de habilitaciones aeronáuticas, de la de aeronavegabilidad y del servicio meteorológico, si ésa es la decisión política del Gobierno.
La Dirección de Tránsito Aéreo, en la cual trabajan los controladores, también podría ser pasada al manejo civil, teniéndose en cuenta los recursos humanos, ya que la mayoría tiene grado militar y eso tiene algunas ventajas, como créditos blandos y tratamientos médicos.
Diferente sería el caso de la Dirección de Comunicaciones, ya que la red militar -y en consecuencia secreta- está montada sobre la misma red de comunicaciones de controles de vuelos civiles.
La operación total de los radares también tiene sus complicaciones por cuestiones de la defensa nacional, por lo que los oficiales aeronáuticos empiezan a pensar en la creación de un sistema integrado con parte militar y con parte civil, en forma de compartimientos paralelos que se encargarán de sus funciones específicas.
En breve, los militares deberán negociar con De Vido las funciones que les corresponderán a cada uno.
Mas de lo mismo, si no se asignan nuevas partidas por mas que cambie la cosa seguirá igual.
