¿Tuvo “ULTRA” consecuencias definitorias para la guerra?
Por Jürgen Rohwer
Traducción conceptual CF (RE) Jorge B. Günther
Este artículo relata detalles de un simposio de expertos en criptografía, historiadores y altos jefes militares que, durante la II GM, estuvieron vinculados a la explotación operativa de la inteligencia sobre el enemigo, en Alemania, EEUU e Inglaterra. El propósito fue determinar la influencia que ejerció, en ambos bandos, el descriptamiento de las claves enemigas sobre el desarrollo de la guerra en el teatro Atlántico- Europeo.
En 1974, al publicarse el libro del Group Captain F. W. Winterbotham, intitulado “The Ultra Secret” se supo que durante la II GM los criptólogos británicos habían logrado “quebrar” la máquina cifradora utilizada por los alemanes y en consecuencia, pudieron descriptar los mensajes en caminados por vía radioeléctrica. No debe asombrar el hecho de que los medios masivos de comunicación y muchos publicistas se apoderaron de este secreto que hasta entonces, fuera uno de los mejor guardados de la II GM, para informar de él, mediante historias mas o menos “sensacionalizadas”, haciendo ver que los generales aliados tuvieron, por medio de los mensajes así descriptados, la información preliminar y temprana de prácticamente todas las intenciones operativas de la conducción germana. En ello radica el significado de “factor definitorio” de la guerra que se adjudica a la denominada “acción Ultra”.
Algunos autores llegaron a asignar a esta historia matices de leyenda, de puñalada artera, atribuyendo los éxitos del descriptamiento de las claves alemanas a una traición, sin la cual quizá “Alemania habría podido ganar la guerra”.
Por otro lado, los historiadores y también algunos actores del bando aliado, pusieron en duda ese papel protagónico de “Ultra” y algunos conductores militares de aquella época trataron de menguar la importancia de “Ultra”. Dieron con ello pie a la sospecha de pretender no ver afectado su prestigio, sus glorias, por la acción de una “maquinilla milagrosa” que actuaba en las tinieblas.
Entretanto tuvo comienzo la liberación de documentación muy voluminosa por parte de la Public Record Office de Londres y del National Archives de Washington. También se atenuó la exigencia del silencio absoluto de los actores de entonces. Esta temática ya fue discutida en los EEUU en dos reuniones realizadas en diciembre de 1976 en Washington y en octubre de 1977 en Anápolis. Tanto en estas convenciones como en conversaciones diversas se puso siempre de manifiesto el deseo de reunir en un marco mas amplio a los historiadores y a los expertos de ambos bandos interesados en la II GM, en una convención en la cual, sin presión exagerada por exigencias de tiempo, pudieran discutirse los problemas pertinentes a la escritura de la historia.
La Biblioteca para la Historia Contemporánea de Stuttgard y el Círculo de Trabajo para la Investigación de la Defensa, tomaron a su cargo la preparación y realización de estos encuentros, cuyo objetivo sería buscar una respuesta al papel que desempeñó para ambos bandos la exploración del tráfico radioeléctrico durante el desarrollo de la II GM.
Inició las sesiones el Inspector General del Ejército de Alemania, General Harold Wust, refiriéndose a la influencia que ejercen las nuevas tecnologías sobre la conducción de las FFAA. Luego el historiador norteamericano, Dr. David Khan, autor de “The Code Breakers” dio una versión generalizada de la influencia de las telecomunicaciones, la exploración en busca de informaciones y la criptología, todo ello referido a las guerras del siglo XX.
Un experto criptólogo de la ex Fuerza Aérea Alemana, Tte Cnel Waldemar Werther, informó sobre el desarrollo de la máquina alemana de cifrar “Enigma”. Uno de los miembros del servicio polaco de descriptamiento, Tte Cnel Tadeuz Lisicki, se refirió al trabajo de los matemáticos y analistas polacos que realizaron la máquina de cifrado “Enigma” con anterioridad al estallido de la II GM. El Jefe de la Sección de Evaluación de la Inteligencia para la Fuerza Aérea de Bletchley Park, Peter Calvocoressi, describió la organización y la modalidad del trabajo del “Government Code and Cypher School”. Finalmente, un portavoz de la sección de claves del OKW (Oberkommando der Wehrmacht), Dr. Erich Huttenhein se refirió a los éxitos y fracasos de los diversos servicios de descriptamiento germanos.
PROBLEMAS DE LA ESCUCHA RADIOELÉCTRICA Y SUS TÉCNICAS
Casi todos consideraron que la escucha, la exploración radioeléctrica, con sus tres ramas: Análisis de tráfico, radiogoniometría y descriptamiento de radiomensajes, constituyó un instrumento muy importante, quizás el mas importante de todos, para la obtención de informaciones seguras y confiables acerca de sus oponentes. A pesar de todos los éxitos que pudo lograr el servicio de descriptamiento alemán, no caben ya dudas que los resultados del trabajo de la organización británica, se encontraban adelantados en gran magnitud con respecto de los logrados por sus oponentes germanos, y esto, especialmente durante la segunda mitad de la guerra. Según Khan, autor de este juicio compartido por muchos expertos, las causas de dicha diferencia cualitativa y cuantitativa radicaría en los siguientes puntos:
a) En el bando británico, todo el servicio de descriptamiento, estaba concentrado en Blechley Park. En ese lugar se trabajaba con una buena dotación, altamente calificada y se echaba mano de tecnologías desarrolladas a ritmo forzado. En Alemania hubo hasta siete servicios de descriptamiento que trabajaban paralelamente y cuya coordinación orgánica se pudo lograr recién en la fase final de la contienda: A estos servicios no se les asignaban prioridades especiales en cuanto al personal ni dotación de equipos técnicos. A ello se agregaba que la expulsión de los judíos sustrajo al país de una cantidad importante de científicos de los ámbitos matemático y físico.
b) Adolfo Hitler consideraba a la exploración radioeléctrica como un arma defensiva y dado que su pensamiento era predominantemente ofensivo, descuidó esa arma, presuntamente defensiva, de la búsqueda de informaciones a través de la escucha de del tráfico radioeléctrico. Como contrapartida Winston Churchill, que se interesaba marcadamente por todas las innovaciones técnicas, brindó una atención profunda a los trabajos que se realizaban en Blechley Park.
c) Tobo una importancia que debe destacarse, el hecho de que la máquina de cifrar “Enigma”, que fuera empleada por las autoridades y por las fuerzas armadas de Alemania, proviniese originalmente de una máquina desarrollada para uso civil y que había sido patentada en diversos países. Entre esas patentes, se cuenta la del año 1926 en Gran Bretaña y, en la década de los años 20, era posible comprar libremente esta máquina para uso civil. Si bien la versión militar de Enigma tenía características esenciales muy especiales, muchas partes de su principio fundamental, eran conocidas. Seguramente esto fue de gran ayuda para los geniales matemáticos polacos que consiguieron resolver analíticamente, el procedimiento Enigma en 1932/33.
En conexión con esto, se puede concluir por las exposiciones de Werther y de Lisicki que los expertos alemanes se aferraron a la suposición de que la cantidad enormemente grande de combinaciones posibles para el cifrado que permitía la máquina “Enigma” constituía una traba segura para que el enemigo pudiese descifrar el tráfico radioeléctrico y que esto garantizaba que, aún en el caso de que dicho enemigo pudiese capturar la máquina, el aludido descriptamiento le demandaría tanto tiempo que la información finalmente obtenida ya no tendría valor. Esta confianza en la seguridad aportada por el gran número de combinaciones posibles, se mantuvo en Alemania hasta la fase final de la guerra.
Lisicki demostró que, en realidad, en el proceso criptográfico de la “Enigma” existían fallas graves que reducían drásticamente las supuestamente tan grandes combinaciones posibles, facilitando, en consecuencia, la ruptura de la clave. Contribuía también a dicha fractura el empleo de las claves dentro de un sistema de usuarios muy vasto, diseminado y cuyos operadores no fueron siempre lo suficientemente calificados ni cuidadosos. Esto producía fallas obvias, que el lado británico supo aprovechar convenientemente.
Durante la exposición de Rohwer se puso en evidencia otro factor que destaca nítidamente la ventaja “de un orden de magnitud” a la que alude David Khan. En muchas presentaciones se recogió la impresión de que el bando alemán había conseguido “leer” en gran parte el tráfico radioeléctrico aliado. Cabe aclarar que dicho tráfico, al igual que todo el tráfico de todos los participantes de la guerra, estaba integrado por una multiplicidad de circuitos de enlace y de ámbitos y circuitos de cifrado que se utilizaban en forma simultánea y en consecuencia, el poder “leer” de rondón y en simultáneamente el tráfico, solo se hacia posible cuando se tenían las bases de la clave correspondiente a un determinado ámbito, logradas por capturas. Esas bases mantenían su vigencia durante muy corto tiempo, ya que variaban prácticamente todos los días. Por lo tanto era necesario componer esas bases después, por medio de labores criptológicas para posibilitar luego el descriptamiento de tráfico.
El éxito dependía preponderantemente del método criptográfico empleado. Así, aún el servicio de descriptamiento mas exitoso de Alemania, que fue el “x – B – Dienst” (Servicio x-B) de la Marina alemana durante la primavera de 1943 (su época de mayor éxito), solo le fue posible descriptar fracciones variables del tráfico radioeléctrico del servicio de convoyes. Para dicho servicio de convoyes se empleaba el código sobre cifrado “Naval Sypher 3” que era un procedimiento manual anglo-norteamericano, que fuera criticado frecuentemente como obsoleto. Los alemanes habían captado algunas combinaciones numéricas pero era necesario determinar, en cada caso, el punto de arranque del cifrado para cada mensaje y esto se logró tan solo con una proporción comprendida entre el 6 y el 10 % del total de los mensajes descriptados, en un tiempo suficientemente breve como para que sobre la base de las informaciones develadas, se pudieran concebir y desarrollar operaciones.
La conducción bélica alemana solo obtuvo de estos descriptamientos algunos indicios aislados sobre situaciones geográficas de convoyes, indicios sobre derrotas o de puntos de encuentro.
Distinto era lo que sucedía en Blechley Park, cuando los criptólogos ayudados por sus máquinas habían quebrado la clave que correspondía al día, dentro del ámbito de empleo de claves “Tritón”, empleado por los submarinos del frente del Atlántico, les era posible (a dichos criptólogos), presentar al Centro de Inteligencia Operativa del Almirantazgo, la totalidad del contenido del tráfico radioeléctrico ya descifrado y traducido, pocas horas después de haberse hecho la ruptura aludida. Durante largos períodos fue exitosa la ruptura de las claves diarias (junio de 1941 hasta enero de 1942 y desde diciembre de 1942 hasta el final de la guerra). Las interrupciones en el éxito fueron pocas y la demora media fue de dos días. En consecuencia la conducción de operaciones y de convoyes británicos, tuvo, durante estas épocas, la posibilidad de adoptar sus decisiones sobre la base de un conocimiento preciso de la situación del enemigo.
Este ejemplo demuestra que, en el futuro, los historiadores deberán prestar una atención mas minuciosa a las diferencia cuantitativas y cualitativas de los resultados de la exploración y búsqueda radioeléctrica de informaciones.
LA REPERCUSIÓN DE LA EXPLORACIÓN RADIOELÉCTRICA SOBRE LA CONDUCCIÓN TÁCTICA, OPERATIVA Y ESTRATÉGICA
En la reunión efectuada en Stuttgard se tuvo, al principio, la impresión de que los historiadores adjudicarían a la exploración radioeléctrica y en particular a la operación “Ultra”, un determinado rango dentro de la historia de la II GM, tan solo cuando se pudiese asegurar que algunas de las señales de “Ultra” hubieran ocasionado realmente inflexiones dramáticas en el desarrollo de la guerra. Si los expertos no estuviesen capacitados para presentar señales que hubiesen sido causantes de consecuencias claramente reconocibles para las decisiones estratégicas, entonces, todo el problema no tendría mérito para nada mas que una pequeña nota al pie de página.
Un juicio de esta naturaleza tendría, empero, como base a un error de concepto fundamental. Los expertos pudieron poner claro durante esa discusión que si bien en el aspecto táctico operativo algunas señales aisladas llegaron a desempeñar un cierto papel importante, coincidieron en destacar que en el campo táctico operativo y con mucha mas fuerza aún, en el estratégico, la inteligencia no esta constituida solamente por noticias aisladas, cualquiera fuese su fuente, sino por una multitud de partículas semejantes a piedras de un mosaico. Cada una de ellas tiene diferente gravitación. Estas partículas finalmente deben ser integradas hasta formar un cuadro completo de la situación.
Toda acción humana comienza con dicha apreciación de la situación, así fuese el caso simple de un conductor de automóvil que se apresta a cruzar un camino o el caso mas complejo de un ente estatal superior que debe tomar una decisión política o estratégica. A esta apreciación de la situación deben confluir todos los factores que pudiesen resultar relevantes para las decisiones propias. La inteligencia debe aportar los parámetros necesarios que corresponden al bando oponente. En el ámbito militar corresponde, por una parte, apreciar certeramente las capacidades del enemigo, y por la otra, reconocer tempranamente sus intenciones. Las primeras bases para las apreciaciones de la situación en que se halla el enemigo las constituyen suposiciones generalizadas acerca de dicho enemigo, reforzadas luego por las experiencia que con el se hubieren tenido o se creyese haber tenido.
Este cuadro adquiere formas mucho mas concretas después, por el aporte de la Inteligencia. Esta se obtiene por exploración, comenzando por los partes de los agentes secretos y con el aporte también de las observaciones visuales efectuadas por las propias tropas o provenientes de la fotointerpretación y otros medios, hasta incluir a la exploración radioeléctrica con sus tres ramas (ANÁLISIS DE TRAFICO, RADIOLOCALIZACION Y DESCRIPTAMIENTO). Se destaca en esto que el descriptamiento de los mensajes radioeléctricos es tan solo una parte de la inteligencia, si bien es la parte que aporta los conocimientos mas recientes y menos susceptibles de engaño o de errores en su interpretación. Es por esto que los conocimientos obtenidos por esta fuente reciben en general, el rango mas alto de la credibilidad, porque en muchos casos tales descriptamientos permiten evaluar la consistencia de las noticias provenientes de otras fuentes. Pero aún con los conocimientos emanados de las tres ramas de la exploración del tráfico radioeléctrico, tan solo se obtienen “pequeños fragmentos del mosaico” y la calidad, el grado de completamiento formado por ellas, depende de la cantidad de elementos de juicio aportados.
Los resultados de la exploración puestos a disposición de la conducción aliada por parte de Blechley Park, provenientes en su mayor parte del descriptamiento de mensajes radioeléctricos, tuvieron tal abundancia a medida que se prolongaba el conflicto, que delinearon con precisión creciente la situación del enemigo, es decir, la situación de Alemania. Permitieron una observación continuada, precisa de toda la distribución de fuerzas alemanas, de su Orden de Batalla, con todas sus alteraciones, la asignación u ocupación de cargos, el estado del personal y del material de las unidades y también la observación del progreso de los nuevos desarrollos técnicos, a punto tal de excluir prácticamente las sorpresas. Dichas sorpresas quedaron relegadas tan solo a los casos en que el bando germano dejó de lado las telecomunicaciones radioeléctricas y este renunciamiento fue factible tan solo en casos excepcionales y esporádicos y se aplicó en muy pocas oportunidades, entre los que merece destacarse el período inmediatamente anterior a la ofensiva de las Ardenas.
De los ejemplos aportados por Donald Bussey (representante de “Ultra” ante el 7º Ejercito de los EEUU) para el ámbito táctico y por Sir Herbert Marchant (Jefe sustituto de Hut 3 en Blechley Park), Peter Calvocoressi y Edward Thomas (Oficial de Inteligencia Naval en Blechley Park durante la guerra y luego Oficial de Inteligencia “Ultra” en el Estado Mayor de la Home Fleet británica) para el ámbito operativo-estratégico, surgió claramente que en el futuro los historiadores no debieran buscar “la” señal definitoria, sino reconocer como se conforma el cuadro de la situación del enemigo, que sirve de base para la decisión estratégica. Deberán reconocer también, que papel desempeña en la configuración de ese cuadro de situación del enemigo, la multitud de diversas fuentes de inteligencia y la influencia que tuvieron dentro de ellas la gran masa de señales descifradas por “Ultra”.
LA ACCION “ULTRA” Y LA HISTORIA DE LA II GM
Pese a las diferencias de matices entre los juicios de los expertos acerca de los efectos causados por “Ultra” sobre diversas etapas y operaciones de la guerra, dichos expertos y también los historiadores, manifestaron consenso que deberá reconocerse a “Ultra” una función significativa en el bando aliado para el acortamiento de la guerra. En su exposición Rohwer demostró que es un hecho documentalmente apoyado, que la inflexión en la Batalla del Atlántico no se habría producido en mayo de 1943 sino hacia fines de verano o del otoño subsiguiente, de no haberse contado con el aporte de informaciones de “Ultra”. Esta demora habría sido causa, a su vez, de una dilación en la invasión y las consiguientes demoras imaginables y mutaciones en el desarrollo de los acontecimientos acaecidos en los años 1944/45 o, según Gerhard Weinberg, habría requerido el desplazamiento de fuerzas considerables desde el campo de batalla del Pacifico hacia el Atlántico, con lo cual la iniciación de la ofensiva en el Pacífico acaecida en el otoño de 1943, se habría demorado por lo menos durante un año.
Durante la discusión, Andreas Hillgruber (Prof de la U de Colonia) destacó que por lo que se puede ver hasta ahora, “Magic” (equivalencia de “Ultra” en el Pacífico) y “Ultra” afectaron tan solo al teatro de operaciones del Atlántico, de Europa Occidental y del Pacífico, y señaló que una historia de la II GM no puede dejar de observar los sucesos en el teatro de operaciones del Este europeo, dado que tales acaecimientos no fueron menos definitorios ni menos significativos para el desarrollo de la guerra que los que tenían lugar en el Oeste. Esto dio pié para que muchos de los participantes preguntaran a los expertos si las informaciones de “Ultra” fueron trasladadas, en su oportunidad, hacia la URSS, inquiriendo además, sobre la forma en que se habría realizado el encaminamiento.
Los expertos se encontraron en posición difícil para responder a estas cuestiones, dado que hasta ese momento las actas correspondientes a ese complejo, no habían sido liberadas, y ellos, personalmente, solo tuvieron contactos tan solo marginales o ninguno, con este asunto. Peter Calvocoressi esbozó un cuadro preliminar mencionando que en Moscú existía un Estado Mayor de Enlace que recibía las informaciones de “Ultra” y que las hacía llegar a los soviéticos. Empero, estas informaciones radicadas en “Ultra” eran encubiertas y revestidas de un “cover story” a fin de que los rusos no pudieran reconocer, en esta entrega de informaciones, la verdadera fuente de las mismas. Se consideraba que el riesgo de comprometer a “Ultra” era demasiado grande, de modo que se prefirió que los rusos adjudicaran a estas informaciones, una ponderación menor de la que le hubiera correspondido en la realidad. Según los expertos británico no hay asidero firmes para soportar la presunción de la existencia de “Anillo de Espionaje “ británicos radicados en Suiza (Red Chappel y Lucy) para la retransmisión de informaciones “Ultra” o si estos anillos de espionaje habrían sido tan solo imaginarios, es decir ,otra
“cover story”.
Otro interrogante subsistió en este ámbito durante mucho tiempo: no podía esperarse razonablemente que el bando soviético informe de los éxitos y fracasos de su exploración del trafico radioeléctrico de entonces . Una acotación marginal interesante fue formulada por Sir Herbert Marchant, informando, informando que en Inglaterra se poseía mejor información de la situación en Rusia por medio del descriptamiento de las apreciaciones de la situación enemiga contenida en los mensajes alemanes antes que por informaciones del aliado soviético.
Estas reuniones habrán contribuido seguramente ha que se haya agudizado la visión perspectiva de los historiadores respecto de un campo de acción que, hasta ahora, fue muy descuidado por quienes escribieron la historia, pero que tuvo una importancia extrema para los procesos de decisión.
Willy
Por Jürgen Rohwer
Traducción conceptual CF (RE) Jorge B. Günther
Este artículo relata detalles de un simposio de expertos en criptografía, historiadores y altos jefes militares que, durante la II GM, estuvieron vinculados a la explotación operativa de la inteligencia sobre el enemigo, en Alemania, EEUU e Inglaterra. El propósito fue determinar la influencia que ejerció, en ambos bandos, el descriptamiento de las claves enemigas sobre el desarrollo de la guerra en el teatro Atlántico- Europeo.
En 1974, al publicarse el libro del Group Captain F. W. Winterbotham, intitulado “The Ultra Secret” se supo que durante la II GM los criptólogos británicos habían logrado “quebrar” la máquina cifradora utilizada por los alemanes y en consecuencia, pudieron descriptar los mensajes en caminados por vía radioeléctrica. No debe asombrar el hecho de que los medios masivos de comunicación y muchos publicistas se apoderaron de este secreto que hasta entonces, fuera uno de los mejor guardados de la II GM, para informar de él, mediante historias mas o menos “sensacionalizadas”, haciendo ver que los generales aliados tuvieron, por medio de los mensajes así descriptados, la información preliminar y temprana de prácticamente todas las intenciones operativas de la conducción germana. En ello radica el significado de “factor definitorio” de la guerra que se adjudica a la denominada “acción Ultra”.
Algunos autores llegaron a asignar a esta historia matices de leyenda, de puñalada artera, atribuyendo los éxitos del descriptamiento de las claves alemanas a una traición, sin la cual quizá “Alemania habría podido ganar la guerra”.
Por otro lado, los historiadores y también algunos actores del bando aliado, pusieron en duda ese papel protagónico de “Ultra” y algunos conductores militares de aquella época trataron de menguar la importancia de “Ultra”. Dieron con ello pie a la sospecha de pretender no ver afectado su prestigio, sus glorias, por la acción de una “maquinilla milagrosa” que actuaba en las tinieblas.
Entretanto tuvo comienzo la liberación de documentación muy voluminosa por parte de la Public Record Office de Londres y del National Archives de Washington. También se atenuó la exigencia del silencio absoluto de los actores de entonces. Esta temática ya fue discutida en los EEUU en dos reuniones realizadas en diciembre de 1976 en Washington y en octubre de 1977 en Anápolis. Tanto en estas convenciones como en conversaciones diversas se puso siempre de manifiesto el deseo de reunir en un marco mas amplio a los historiadores y a los expertos de ambos bandos interesados en la II GM, en una convención en la cual, sin presión exagerada por exigencias de tiempo, pudieran discutirse los problemas pertinentes a la escritura de la historia.
La Biblioteca para la Historia Contemporánea de Stuttgard y el Círculo de Trabajo para la Investigación de la Defensa, tomaron a su cargo la preparación y realización de estos encuentros, cuyo objetivo sería buscar una respuesta al papel que desempeñó para ambos bandos la exploración del tráfico radioeléctrico durante el desarrollo de la II GM.
Inició las sesiones el Inspector General del Ejército de Alemania, General Harold Wust, refiriéndose a la influencia que ejercen las nuevas tecnologías sobre la conducción de las FFAA. Luego el historiador norteamericano, Dr. David Khan, autor de “The Code Breakers” dio una versión generalizada de la influencia de las telecomunicaciones, la exploración en busca de informaciones y la criptología, todo ello referido a las guerras del siglo XX.
Un experto criptólogo de la ex Fuerza Aérea Alemana, Tte Cnel Waldemar Werther, informó sobre el desarrollo de la máquina alemana de cifrar “Enigma”. Uno de los miembros del servicio polaco de descriptamiento, Tte Cnel Tadeuz Lisicki, se refirió al trabajo de los matemáticos y analistas polacos que realizaron la máquina de cifrado “Enigma” con anterioridad al estallido de la II GM. El Jefe de la Sección de Evaluación de la Inteligencia para la Fuerza Aérea de Bletchley Park, Peter Calvocoressi, describió la organización y la modalidad del trabajo del “Government Code and Cypher School”. Finalmente, un portavoz de la sección de claves del OKW (Oberkommando der Wehrmacht), Dr. Erich Huttenhein se refirió a los éxitos y fracasos de los diversos servicios de descriptamiento germanos.
PROBLEMAS DE LA ESCUCHA RADIOELÉCTRICA Y SUS TÉCNICAS
Casi todos consideraron que la escucha, la exploración radioeléctrica, con sus tres ramas: Análisis de tráfico, radiogoniometría y descriptamiento de radiomensajes, constituyó un instrumento muy importante, quizás el mas importante de todos, para la obtención de informaciones seguras y confiables acerca de sus oponentes. A pesar de todos los éxitos que pudo lograr el servicio de descriptamiento alemán, no caben ya dudas que los resultados del trabajo de la organización británica, se encontraban adelantados en gran magnitud con respecto de los logrados por sus oponentes germanos, y esto, especialmente durante la segunda mitad de la guerra. Según Khan, autor de este juicio compartido por muchos expertos, las causas de dicha diferencia cualitativa y cuantitativa radicaría en los siguientes puntos:
a) En el bando británico, todo el servicio de descriptamiento, estaba concentrado en Blechley Park. En ese lugar se trabajaba con una buena dotación, altamente calificada y se echaba mano de tecnologías desarrolladas a ritmo forzado. En Alemania hubo hasta siete servicios de descriptamiento que trabajaban paralelamente y cuya coordinación orgánica se pudo lograr recién en la fase final de la contienda: A estos servicios no se les asignaban prioridades especiales en cuanto al personal ni dotación de equipos técnicos. A ello se agregaba que la expulsión de los judíos sustrajo al país de una cantidad importante de científicos de los ámbitos matemático y físico.
b) Adolfo Hitler consideraba a la exploración radioeléctrica como un arma defensiva y dado que su pensamiento era predominantemente ofensivo, descuidó esa arma, presuntamente defensiva, de la búsqueda de informaciones a través de la escucha de del tráfico radioeléctrico. Como contrapartida Winston Churchill, que se interesaba marcadamente por todas las innovaciones técnicas, brindó una atención profunda a los trabajos que se realizaban en Blechley Park.
c) Tobo una importancia que debe destacarse, el hecho de que la máquina de cifrar “Enigma”, que fuera empleada por las autoridades y por las fuerzas armadas de Alemania, proviniese originalmente de una máquina desarrollada para uso civil y que había sido patentada en diversos países. Entre esas patentes, se cuenta la del año 1926 en Gran Bretaña y, en la década de los años 20, era posible comprar libremente esta máquina para uso civil. Si bien la versión militar de Enigma tenía características esenciales muy especiales, muchas partes de su principio fundamental, eran conocidas. Seguramente esto fue de gran ayuda para los geniales matemáticos polacos que consiguieron resolver analíticamente, el procedimiento Enigma en 1932/33.
En conexión con esto, se puede concluir por las exposiciones de Werther y de Lisicki que los expertos alemanes se aferraron a la suposición de que la cantidad enormemente grande de combinaciones posibles para el cifrado que permitía la máquina “Enigma” constituía una traba segura para que el enemigo pudiese descifrar el tráfico radioeléctrico y que esto garantizaba que, aún en el caso de que dicho enemigo pudiese capturar la máquina, el aludido descriptamiento le demandaría tanto tiempo que la información finalmente obtenida ya no tendría valor. Esta confianza en la seguridad aportada por el gran número de combinaciones posibles, se mantuvo en Alemania hasta la fase final de la guerra.
Lisicki demostró que, en realidad, en el proceso criptográfico de la “Enigma” existían fallas graves que reducían drásticamente las supuestamente tan grandes combinaciones posibles, facilitando, en consecuencia, la ruptura de la clave. Contribuía también a dicha fractura el empleo de las claves dentro de un sistema de usuarios muy vasto, diseminado y cuyos operadores no fueron siempre lo suficientemente calificados ni cuidadosos. Esto producía fallas obvias, que el lado británico supo aprovechar convenientemente.
Durante la exposición de Rohwer se puso en evidencia otro factor que destaca nítidamente la ventaja “de un orden de magnitud” a la que alude David Khan. En muchas presentaciones se recogió la impresión de que el bando alemán había conseguido “leer” en gran parte el tráfico radioeléctrico aliado. Cabe aclarar que dicho tráfico, al igual que todo el tráfico de todos los participantes de la guerra, estaba integrado por una multiplicidad de circuitos de enlace y de ámbitos y circuitos de cifrado que se utilizaban en forma simultánea y en consecuencia, el poder “leer” de rondón y en simultáneamente el tráfico, solo se hacia posible cuando se tenían las bases de la clave correspondiente a un determinado ámbito, logradas por capturas. Esas bases mantenían su vigencia durante muy corto tiempo, ya que variaban prácticamente todos los días. Por lo tanto era necesario componer esas bases después, por medio de labores criptológicas para posibilitar luego el descriptamiento de tráfico.
El éxito dependía preponderantemente del método criptográfico empleado. Así, aún el servicio de descriptamiento mas exitoso de Alemania, que fue el “x – B – Dienst” (Servicio x-B) de la Marina alemana durante la primavera de 1943 (su época de mayor éxito), solo le fue posible descriptar fracciones variables del tráfico radioeléctrico del servicio de convoyes. Para dicho servicio de convoyes se empleaba el código sobre cifrado “Naval Sypher 3” que era un procedimiento manual anglo-norteamericano, que fuera criticado frecuentemente como obsoleto. Los alemanes habían captado algunas combinaciones numéricas pero era necesario determinar, en cada caso, el punto de arranque del cifrado para cada mensaje y esto se logró tan solo con una proporción comprendida entre el 6 y el 10 % del total de los mensajes descriptados, en un tiempo suficientemente breve como para que sobre la base de las informaciones develadas, se pudieran concebir y desarrollar operaciones.
La conducción bélica alemana solo obtuvo de estos descriptamientos algunos indicios aislados sobre situaciones geográficas de convoyes, indicios sobre derrotas o de puntos de encuentro.
Distinto era lo que sucedía en Blechley Park, cuando los criptólogos ayudados por sus máquinas habían quebrado la clave que correspondía al día, dentro del ámbito de empleo de claves “Tritón”, empleado por los submarinos del frente del Atlántico, les era posible (a dichos criptólogos), presentar al Centro de Inteligencia Operativa del Almirantazgo, la totalidad del contenido del tráfico radioeléctrico ya descifrado y traducido, pocas horas después de haberse hecho la ruptura aludida. Durante largos períodos fue exitosa la ruptura de las claves diarias (junio de 1941 hasta enero de 1942 y desde diciembre de 1942 hasta el final de la guerra). Las interrupciones en el éxito fueron pocas y la demora media fue de dos días. En consecuencia la conducción de operaciones y de convoyes británicos, tuvo, durante estas épocas, la posibilidad de adoptar sus decisiones sobre la base de un conocimiento preciso de la situación del enemigo.
Este ejemplo demuestra que, en el futuro, los historiadores deberán prestar una atención mas minuciosa a las diferencia cuantitativas y cualitativas de los resultados de la exploración y búsqueda radioeléctrica de informaciones.
LA REPERCUSIÓN DE LA EXPLORACIÓN RADIOELÉCTRICA SOBRE LA CONDUCCIÓN TÁCTICA, OPERATIVA Y ESTRATÉGICA
En la reunión efectuada en Stuttgard se tuvo, al principio, la impresión de que los historiadores adjudicarían a la exploración radioeléctrica y en particular a la operación “Ultra”, un determinado rango dentro de la historia de la II GM, tan solo cuando se pudiese asegurar que algunas de las señales de “Ultra” hubieran ocasionado realmente inflexiones dramáticas en el desarrollo de la guerra. Si los expertos no estuviesen capacitados para presentar señales que hubiesen sido causantes de consecuencias claramente reconocibles para las decisiones estratégicas, entonces, todo el problema no tendría mérito para nada mas que una pequeña nota al pie de página.
Un juicio de esta naturaleza tendría, empero, como base a un error de concepto fundamental. Los expertos pudieron poner claro durante esa discusión que si bien en el aspecto táctico operativo algunas señales aisladas llegaron a desempeñar un cierto papel importante, coincidieron en destacar que en el campo táctico operativo y con mucha mas fuerza aún, en el estratégico, la inteligencia no esta constituida solamente por noticias aisladas, cualquiera fuese su fuente, sino por una multitud de partículas semejantes a piedras de un mosaico. Cada una de ellas tiene diferente gravitación. Estas partículas finalmente deben ser integradas hasta formar un cuadro completo de la situación.
Toda acción humana comienza con dicha apreciación de la situación, así fuese el caso simple de un conductor de automóvil que se apresta a cruzar un camino o el caso mas complejo de un ente estatal superior que debe tomar una decisión política o estratégica. A esta apreciación de la situación deben confluir todos los factores que pudiesen resultar relevantes para las decisiones propias. La inteligencia debe aportar los parámetros necesarios que corresponden al bando oponente. En el ámbito militar corresponde, por una parte, apreciar certeramente las capacidades del enemigo, y por la otra, reconocer tempranamente sus intenciones. Las primeras bases para las apreciaciones de la situación en que se halla el enemigo las constituyen suposiciones generalizadas acerca de dicho enemigo, reforzadas luego por las experiencia que con el se hubieren tenido o se creyese haber tenido.
Este cuadro adquiere formas mucho mas concretas después, por el aporte de la Inteligencia. Esta se obtiene por exploración, comenzando por los partes de los agentes secretos y con el aporte también de las observaciones visuales efectuadas por las propias tropas o provenientes de la fotointerpretación y otros medios, hasta incluir a la exploración radioeléctrica con sus tres ramas (ANÁLISIS DE TRAFICO, RADIOLOCALIZACION Y DESCRIPTAMIENTO). Se destaca en esto que el descriptamiento de los mensajes radioeléctricos es tan solo una parte de la inteligencia, si bien es la parte que aporta los conocimientos mas recientes y menos susceptibles de engaño o de errores en su interpretación. Es por esto que los conocimientos obtenidos por esta fuente reciben en general, el rango mas alto de la credibilidad, porque en muchos casos tales descriptamientos permiten evaluar la consistencia de las noticias provenientes de otras fuentes. Pero aún con los conocimientos emanados de las tres ramas de la exploración del tráfico radioeléctrico, tan solo se obtienen “pequeños fragmentos del mosaico” y la calidad, el grado de completamiento formado por ellas, depende de la cantidad de elementos de juicio aportados.
Los resultados de la exploración puestos a disposición de la conducción aliada por parte de Blechley Park, provenientes en su mayor parte del descriptamiento de mensajes radioeléctricos, tuvieron tal abundancia a medida que se prolongaba el conflicto, que delinearon con precisión creciente la situación del enemigo, es decir, la situación de Alemania. Permitieron una observación continuada, precisa de toda la distribución de fuerzas alemanas, de su Orden de Batalla, con todas sus alteraciones, la asignación u ocupación de cargos, el estado del personal y del material de las unidades y también la observación del progreso de los nuevos desarrollos técnicos, a punto tal de excluir prácticamente las sorpresas. Dichas sorpresas quedaron relegadas tan solo a los casos en que el bando germano dejó de lado las telecomunicaciones radioeléctricas y este renunciamiento fue factible tan solo en casos excepcionales y esporádicos y se aplicó en muy pocas oportunidades, entre los que merece destacarse el período inmediatamente anterior a la ofensiva de las Ardenas.
De los ejemplos aportados por Donald Bussey (representante de “Ultra” ante el 7º Ejercito de los EEUU) para el ámbito táctico y por Sir Herbert Marchant (Jefe sustituto de Hut 3 en Blechley Park), Peter Calvocoressi y Edward Thomas (Oficial de Inteligencia Naval en Blechley Park durante la guerra y luego Oficial de Inteligencia “Ultra” en el Estado Mayor de la Home Fleet británica) para el ámbito operativo-estratégico, surgió claramente que en el futuro los historiadores no debieran buscar “la” señal definitoria, sino reconocer como se conforma el cuadro de la situación del enemigo, que sirve de base para la decisión estratégica. Deberán reconocer también, que papel desempeña en la configuración de ese cuadro de situación del enemigo, la multitud de diversas fuentes de inteligencia y la influencia que tuvieron dentro de ellas la gran masa de señales descifradas por “Ultra”.
LA ACCION “ULTRA” Y LA HISTORIA DE LA II GM
Pese a las diferencias de matices entre los juicios de los expertos acerca de los efectos causados por “Ultra” sobre diversas etapas y operaciones de la guerra, dichos expertos y también los historiadores, manifestaron consenso que deberá reconocerse a “Ultra” una función significativa en el bando aliado para el acortamiento de la guerra. En su exposición Rohwer demostró que es un hecho documentalmente apoyado, que la inflexión en la Batalla del Atlántico no se habría producido en mayo de 1943 sino hacia fines de verano o del otoño subsiguiente, de no haberse contado con el aporte de informaciones de “Ultra”. Esta demora habría sido causa, a su vez, de una dilación en la invasión y las consiguientes demoras imaginables y mutaciones en el desarrollo de los acontecimientos acaecidos en los años 1944/45 o, según Gerhard Weinberg, habría requerido el desplazamiento de fuerzas considerables desde el campo de batalla del Pacifico hacia el Atlántico, con lo cual la iniciación de la ofensiva en el Pacífico acaecida en el otoño de 1943, se habría demorado por lo menos durante un año.
Durante la discusión, Andreas Hillgruber (Prof de la U de Colonia) destacó que por lo que se puede ver hasta ahora, “Magic” (equivalencia de “Ultra” en el Pacífico) y “Ultra” afectaron tan solo al teatro de operaciones del Atlántico, de Europa Occidental y del Pacífico, y señaló que una historia de la II GM no puede dejar de observar los sucesos en el teatro de operaciones del Este europeo, dado que tales acaecimientos no fueron menos definitorios ni menos significativos para el desarrollo de la guerra que los que tenían lugar en el Oeste. Esto dio pié para que muchos de los participantes preguntaran a los expertos si las informaciones de “Ultra” fueron trasladadas, en su oportunidad, hacia la URSS, inquiriendo además, sobre la forma en que se habría realizado el encaminamiento.
Los expertos se encontraron en posición difícil para responder a estas cuestiones, dado que hasta ese momento las actas correspondientes a ese complejo, no habían sido liberadas, y ellos, personalmente, solo tuvieron contactos tan solo marginales o ninguno, con este asunto. Peter Calvocoressi esbozó un cuadro preliminar mencionando que en Moscú existía un Estado Mayor de Enlace que recibía las informaciones de “Ultra” y que las hacía llegar a los soviéticos. Empero, estas informaciones radicadas en “Ultra” eran encubiertas y revestidas de un “cover story” a fin de que los rusos no pudieran reconocer, en esta entrega de informaciones, la verdadera fuente de las mismas. Se consideraba que el riesgo de comprometer a “Ultra” era demasiado grande, de modo que se prefirió que los rusos adjudicaran a estas informaciones, una ponderación menor de la que le hubiera correspondido en la realidad. Según los expertos británico no hay asidero firmes para soportar la presunción de la existencia de “Anillo de Espionaje “ británicos radicados en Suiza (Red Chappel y Lucy) para la retransmisión de informaciones “Ultra” o si estos anillos de espionaje habrían sido tan solo imaginarios, es decir ,otra
“cover story”.
Otro interrogante subsistió en este ámbito durante mucho tiempo: no podía esperarse razonablemente que el bando soviético informe de los éxitos y fracasos de su exploración del trafico radioeléctrico de entonces . Una acotación marginal interesante fue formulada por Sir Herbert Marchant, informando, informando que en Inglaterra se poseía mejor información de la situación en Rusia por medio del descriptamiento de las apreciaciones de la situación enemiga contenida en los mensajes alemanes antes que por informaciones del aliado soviético.
Estas reuniones habrán contribuido seguramente ha que se haya agudizado la visión perspectiva de los historiadores respecto de un campo de acción que, hasta ahora, fue muy descuidado por quienes escribieron la historia, pero que tuvo una importancia extrema para los procesos de decisión.
Willy
