El arte de la guerra se transforma
La pólvora
Las primeras menciones de un compuesto explosivo a base de salitre aparecen en China en el siglo IX. Sin embargo, hay que esperar hasta el siglo XI para encontrar su fórmula. Luego, la generalización de su uso en el campo militar se produce rápidamente (siglos XI-XII), y se inicia probablemente su difusión en el mundo musulmán y en Europa durante el siglo XIII.
Para el sinólogo Joseph Needham, “la primera composición de una mezcla explosiva nació durante la exploración sistemática de las propiedades químicas y farmacéuticas de una gran variedad de substancias, investigación inspirada por la esperanza de alcanzar la longevidad o la inmortalidad material”. En efecto, el salitre, compuesto fundamental de la pólvora, es bien conocido por los alquimistas y boticarios de la China antigua, que no se dan tregua hasta desarrollar las técnicas para recuperarlo y purificarlo, a partir del siglo VI después de Cristo, o sea, setecientos años antes de que esta sal sea conocida en el mundo musulmán y en Europa.
Incluso, se comienza producir en forma artesanal hacia el siglo IX. Los experimentos alquímicos e iatroquímicos de que es objeto fueron sin duda fundamentos para el descubrimiento de la pólvora.
El dominio del salitre
De hecho, las propiedades explosivas de una mezcla a base de salitre son mencionadas ya en el siglo VI, en un tratado de la época Song (el Chua Chia Shen Phin Tan Fa) que relata una deflagración provocada por una mezcla de esa naturaleza durante un experimento llevado a cabo por el alquimista Sun Ssu-Mo. La primera mención de los peligros de un compuesto de carbón vegetal, salitre y sulfuro se encuentra en un libro taoísta de la época Tang (Siglo IX) que recomienda enérgicamente a los alquimistas “no mezclar estas substancias, en especial con un añadido de arsénico, porque los que lo hicieron vieron explotar la mezcla, ennegrecer sus barbas y arder la casa donde trabajaban”.
Sin embargo, la primera mención de la fórmula de la composición de la pólvora data del siglo XI. Aparece en un tratado militar de 1044, el Wu Ching Tsung Yao, que entrega las siguientes proporciones: salitre (75,7%); carbón vegetal (14,4%); sulfuro (9,9%).
Los fuegos artificiales
China encuentra rápidamente aplicaciones para la pólvora, tanto rituales como militares. Así, se fabrican “petardos” que se echan al fuego para espantar a los demonios, en lugar de las tradicionales varillas de bambú, o bien, se lanzan “fuegos artificiales”, que se preparan agregando óxidos coloreados a la pólvora, cutas propiedades exorcisantes son juzgadas aún más eficaces. La pólvora empieza a ser utilizada como explosivo a partir del siglo XI, en los primeros fusiles a cañón de bambú. Needham ve en éste el equivalente de los “lanzallamas”, los ancestros de los fusiles a cañón de metal que no aparecen en Europa sino hasta fines del siglo XIII.
La nieve china
La hipótesis de una invención independiente de la pólvora en Occidente (por Alberto el Grande o Roger Bacon) es dudosa, mientras que la transmisión de su procedimiento de fabricación por medio de comerciantes musulmanes es mucho más probable. Se la puede seguir en el tiempo, gracias a las fechas de las primeras menciones de su fórmula. Ésta aparece hacia 1240 en el Islam, en una obra de fórmulas medicinales compiladas por Ibn al-Baitar, en la que se da al salitre un nombre revelador: “nieve china”. Su uso militar es descrito hacia 1280 por al-Hassan al-Rammah, en un libro sobre caballería y estratagemas militares. Finalmente, la primera mención en latín data más o menos de la misma época: se trata de la obra de un tal Marcus Graecus (probablemente de origen bizantino), quien da la fórmula de la pólvora en su Liber ignium ad comburendos hostes. Más allá de su impacto inmediato, debido a su uso militar, la invención de la pólvora marca el principio de la guerra química –aunque el término no corresponda el sentido que se la da hoy día. Durante más de cinco milenios, la guerra ha sido asunto de metalurgistas y herreros, es decir, de hombres capaces de fabricar armas cortantes y contundentes, o bien ingenieros y mecánicos, empleados en la construcción de máquinas de guerra. En adelante, la guerra se convierte igualmente en el campo de los químicos, que hasta entonces se habían limitado a la fabricación de venenos. Desde entonces, entre perfeccionamientos y nuevos inventos, estos especialistas juegan un papel creciente, dominando la fabricación de explosivos y poniendo a punto, en el siglo XX, el gas de combate.
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La pólvora en occidente
Hacia 1314-1326. Aparición de la pólvora en Flandes, luego en Metz, en Florencia y en Inglaterra.
1346. Probable utilización de la pólvora por los combatientes durante la batalla de Crécy.
1527. Presunta primera utilización de la pólvora con fines industriales en las minas de Chemnitz (existen testimonios de su uso en 1625).
1540-1556. La fórmula de la pólvora es dada en dos importantes obras: la Pirotechnia de Vanoccio Biringuccio (el tratado más antiguo de metalurgia de Occidente) y el De re metallica de Georg Bauer, llamado Agricola.
1775. Perfeccionamiento de la pólvora por Lavoisier (entonces regidor de la pólvora). Este perfeccionamiento hace de la pólvora francesa la más potente de su época.
1802. Producción comercial de pólvora de calidad por E. I. Du Pont de Nemours, en los Estados Unidos.
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Fuente: Enciclopedia Larousse de Los Grandes Inventos
Espero que les guste,
Saludos
La pólvora
Las primeras menciones de un compuesto explosivo a base de salitre aparecen en China en el siglo IX. Sin embargo, hay que esperar hasta el siglo XI para encontrar su fórmula. Luego, la generalización de su uso en el campo militar se produce rápidamente (siglos XI-XII), y se inicia probablemente su difusión en el mundo musulmán y en Europa durante el siglo XIII.
Para el sinólogo Joseph Needham, “la primera composición de una mezcla explosiva nació durante la exploración sistemática de las propiedades químicas y farmacéuticas de una gran variedad de substancias, investigación inspirada por la esperanza de alcanzar la longevidad o la inmortalidad material”. En efecto, el salitre, compuesto fundamental de la pólvora, es bien conocido por los alquimistas y boticarios de la China antigua, que no se dan tregua hasta desarrollar las técnicas para recuperarlo y purificarlo, a partir del siglo VI después de Cristo, o sea, setecientos años antes de que esta sal sea conocida en el mundo musulmán y en Europa.
Incluso, se comienza producir en forma artesanal hacia el siglo IX. Los experimentos alquímicos e iatroquímicos de que es objeto fueron sin duda fundamentos para el descubrimiento de la pólvora.
El dominio del salitre
De hecho, las propiedades explosivas de una mezcla a base de salitre son mencionadas ya en el siglo VI, en un tratado de la época Song (el Chua Chia Shen Phin Tan Fa) que relata una deflagración provocada por una mezcla de esa naturaleza durante un experimento llevado a cabo por el alquimista Sun Ssu-Mo. La primera mención de los peligros de un compuesto de carbón vegetal, salitre y sulfuro se encuentra en un libro taoísta de la época Tang (Siglo IX) que recomienda enérgicamente a los alquimistas “no mezclar estas substancias, en especial con un añadido de arsénico, porque los que lo hicieron vieron explotar la mezcla, ennegrecer sus barbas y arder la casa donde trabajaban”.
Sin embargo, la primera mención de la fórmula de la composición de la pólvora data del siglo XI. Aparece en un tratado militar de 1044, el Wu Ching Tsung Yao, que entrega las siguientes proporciones: salitre (75,7%); carbón vegetal (14,4%); sulfuro (9,9%).
Los fuegos artificiales
China encuentra rápidamente aplicaciones para la pólvora, tanto rituales como militares. Así, se fabrican “petardos” que se echan al fuego para espantar a los demonios, en lugar de las tradicionales varillas de bambú, o bien, se lanzan “fuegos artificiales”, que se preparan agregando óxidos coloreados a la pólvora, cutas propiedades exorcisantes son juzgadas aún más eficaces. La pólvora empieza a ser utilizada como explosivo a partir del siglo XI, en los primeros fusiles a cañón de bambú. Needham ve en éste el equivalente de los “lanzallamas”, los ancestros de los fusiles a cañón de metal que no aparecen en Europa sino hasta fines del siglo XIII.
La nieve china
La hipótesis de una invención independiente de la pólvora en Occidente (por Alberto el Grande o Roger Bacon) es dudosa, mientras que la transmisión de su procedimiento de fabricación por medio de comerciantes musulmanes es mucho más probable. Se la puede seguir en el tiempo, gracias a las fechas de las primeras menciones de su fórmula. Ésta aparece hacia 1240 en el Islam, en una obra de fórmulas medicinales compiladas por Ibn al-Baitar, en la que se da al salitre un nombre revelador: “nieve china”. Su uso militar es descrito hacia 1280 por al-Hassan al-Rammah, en un libro sobre caballería y estratagemas militares. Finalmente, la primera mención en latín data más o menos de la misma época: se trata de la obra de un tal Marcus Graecus (probablemente de origen bizantino), quien da la fórmula de la pólvora en su Liber ignium ad comburendos hostes. Más allá de su impacto inmediato, debido a su uso militar, la invención de la pólvora marca el principio de la guerra química –aunque el término no corresponda el sentido que se la da hoy día. Durante más de cinco milenios, la guerra ha sido asunto de metalurgistas y herreros, es decir, de hombres capaces de fabricar armas cortantes y contundentes, o bien ingenieros y mecánicos, empleados en la construcción de máquinas de guerra. En adelante, la guerra se convierte igualmente en el campo de los químicos, que hasta entonces se habían limitado a la fabricación de venenos. Desde entonces, entre perfeccionamientos y nuevos inventos, estos especialistas juegan un papel creciente, dominando la fabricación de explosivos y poniendo a punto, en el siglo XX, el gas de combate.
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La pólvora en occidente
Hacia 1314-1326. Aparición de la pólvora en Flandes, luego en Metz, en Florencia y en Inglaterra.
1346. Probable utilización de la pólvora por los combatientes durante la batalla de Crécy.
1527. Presunta primera utilización de la pólvora con fines industriales en las minas de Chemnitz (existen testimonios de su uso en 1625).
1540-1556. La fórmula de la pólvora es dada en dos importantes obras: la Pirotechnia de Vanoccio Biringuccio (el tratado más antiguo de metalurgia de Occidente) y el De re metallica de Georg Bauer, llamado Agricola.
1775. Perfeccionamiento de la pólvora por Lavoisier (entonces regidor de la pólvora). Este perfeccionamiento hace de la pólvora francesa la más potente de su época.
1802. Producción comercial de pólvora de calidad por E. I. Du Pont de Nemours, en los Estados Unidos.
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Fuente: Enciclopedia Larousse de Los Grandes Inventos
Espero que les guste,
Saludos