Debido a la actualidad de algunos temas que se están tratando sobre los aviones SUE/SEM de la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque, voy a desarrollar algunos temas sobre la actualidad de...
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Debido a la actualidad de algunos temas que se están tratando sobre los aviones SUE/SEM de la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque, voy a desarrollar algunos temas sobre la actualidad de estas aeronaves.
El plan de mantenimiento de los aviones Dassault Super Etendard (SUE) y Super Etendard Modernisé (SEM) lo desarrolla la Armada Argentina.
La norma técnica que regula todo el mantenimiento del avión es el mismo que aplica por procedimiento la Aeronavale (aviación naval francesa). Es decir, se respetan los tiempos calendario de mantenimiento que rige el plan francés.
En este plan de mantenimiento ejecutado por la aviación naval francesa, consistia o consiste en aplicar una serie de procesos y pasos de reemplazo de piezas, chequeos, verificaciones, estudios y demás procesos con los cuales se permitía determinar que dicha aeronave se le permitía volar, por ejemplo, 850 horas adicionales hasta su próxima inspección.
Este concepto es totalmente diferente al aplicado en aeronaves de origen norteamericano, donde el fabricante asegura que a una aeronave, si se le aplican determinados procedimientos de mantenimiento, puede volar 12.000 horas de vuelo (según el tipo de aeronave).
De esto se puede entender, que las horas remanentes de vuelo que se han conocido de algunos aviones SUE/SEM no son los definitivos ni representa el remanente de vida operativa real.
Por lo tanto, tenemos SEM y SUE para rato, teniendo en cuenta el modo de operar que tiene Argentina en los últimas décadas, que desarrolla un uso de baja intensidad de su material aéreo.
En la actualidad se propone desarrollar o implementar un plan de mantenimiento propio, para, por ejemplo, extenderles las horas de vuelo localmente, todo esto responde a diferentes tipos de procesos de mantenimiento que se aplican a los aviones.
Dassault, el fabricante del avión, liberó el plan de mantenimiento de estos aviones pasando la responsabilidad a la Aeronavale en la década de 1990.
Actualmente la Argentina, como único operador ,tiene la potestad de poder crear un procedimiento de mantenimiento propio para permitir la operatividad de estos aviones.
Por ejemplo, por fuera de la rutina de mantenimiento, se realizó una inspección exhaustiva de corrosión ordenada por la Armada para volar el remanente de horas actuales. Este mantenimiento no figura dentro del plan de mantenimiento francés. Se entiende de esto que de acuerdo al plan francés, no era necesario realizar este tipo de inspección para que vuelen los aviones.
Todo procedimiento o estudio de mantenimiento tiene que ser avalado por un ente superior.
La DIGAMC intervino pidiendo estudios a partir de fines 2023, luego del intento del primer vuelo de prueba.
En aquel momento la Armada encargó un estudio a CITEDEF para lograr una prorroga de uso de los cartuchos de los asientos eyectables.
Meses después se logro el resultado de este estudio arrojando resultados positivos, determinando la vigencia del material. Ante este resultado se programó el primer vuelo de prueba para diciembre de 2023.
En ese momento la DIGAMC expresó que CITEDEF no estaba habilitada para realizar este tipo de certificaciones. Mencionó que la Armada debía habilitar burocráticamente el primer vuelo de prueba con un certificado de aeronavegabilidad y comenzó a pedir distintos estudios técnicos. En un principio la DIGAMC iba a habilitar el estudio de la prorroga realizado por CITEDEF, después cambiaron de parecer y se lo dejaron a la Armada la responsabilidad de autorizar el trabajo realizado por CITEDEF.
La situación actual es que la DIGAMC propuso una serie de estudios técnicos que no coinciden con el plan de mantenimiento francés, el cual desarrollo la Aeronavale en base al mandato que exigió el fabricante Dassault sobre estos aviones, los cuales los mantuvo operando con seguridad por más de 4 décadas.
Estos pedidos de la DIGAMC consistieron en estudios técnicos de fuselaje, ensayos no destructivos, grietas, etc. .
A medida que se entregaban los resultados satisfactorios, se seguían pidiendo otros estudios de mayor complejidad, lo que llevó al ARCE (Arsenal Naval Comandante Espora) a realizar estudios técnicos de velamen, estudios para prorrogar el uso de los paracaídas de asiento eyectable, estudio completo de los asientos eyectables y cartuchos (certificados por CITEDEF).
El ARCE técnicamente dice que se pueden volar por un tiempo reducido hasta que se recorran asientos y se compre pirotecnia. Esto es lo que está frenado además del aval interno de la armada, por la prorroga de cartuchos que hizo CITEDEF.
Todo estudio o proceso técnico que se desarrolla para comprender su buen funcionamiento o certificar el estado de un componente tiene que ser avalado por un ente superior.
En definitiva, en la Armada, el ente superior de mantenimiento era la DIMA (Dirección de Material Naval) que actualmente pasó a ser JEMR (Jefatura de Material Aeronaval) y esta tiene como superior a la DIGAMC. Todo esto parte hace años de la implementación del RAM, Reglamento de aeronavegabilidad Militar.
En este momento hay varios aviones 100% óptimos y completos para el vuelo y se esta esperando la autorización para realizar el vuelo de prueba.
Internamente la Armada entiende que si se redirigen fondos específicamente para poner en línea de vuelo a los SUE/SEM, se va sacrificar otras áreas de la Armada y reducirán su operatividad. Ahora, el presupuesto es el mínimo indispensable, y a la fecha no se ha solucionado el funcionamiento de ninguna de las cuatro armas que componen a la Armada, la flota de Mar está complicada con buques al límite de su vida operativa, armamento y electrónica esperando actualización, la IMARA casi no cuenta con vehículos actuales para operar, desde la desafectación del ARA Hércules no tiene una unidad naval específica para entrenar sus actividades anfibias, un navío de transporte tipo Costa SUd no es la solución, no tiene plataforma de vuelo, Los submarinistas no operan desde el 2017, y el COAN apenas puede mantener en vuelo 1 o 2 aeronaves al año.
El ejercito tiene problemas similares con el programa de actualización del TAM, y la única FFAA que parece tener suerte es la FAA con el programa F-16. Volarán los F-16 como debe ser el año que viene?
Por la misma falta de presupuesto, en pocas semanas quedarán solamente en vuelo dos aviones Hércules C-130, quedando las FFAA prácticamente sin capacidad logística.
En este contexto, la solución a todos los problemas es la baja de los SEM?
Creo que no...