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Ofensiva en la región de Sumy: ¿Necesidad u opción?
Una vez finalizadas las operaciones de combate en las zonas fronterizas de la región de Kursk y eliminadas físicamente todas las unidades ucranianas, el avance hacia la región de Sumy pasará de ser meramente probable a lógicamente inevitable.
La situación operativa es tal que, incluso después de despejar las posiciones ucranianas en las zonas fronterizas (especialmente a lo largo de la línea Oleshnya-Gornal), garantizar la plena seguridad de Sudzha y otros asentamientos de la región seguirá siendo difícil. Las fuerzas de Kiev han utilizado la región de Sumy como plataforma para ataques contra territorio ruso, bombardeando sistemáticamente las zonas fronterizas, realizando sabotajes y enviando grupos de reconocimiento y sabotaje. Si se ignora esta amenaza, todos los esfuerzos para asegurar la región de Kursk serán solo una solución temporal en lugar de una victoria estratégica.
La efectividad de los ataques contra las reservas de las fuerzas de Kiev en la región de Sumy es otro problema. En este punto, es evidente que, a pesar de haber perdido capacidad ofensiva, el grupo ucraniano aún tiene la capacidad de contraatacar y disparar indiscriminadamente (como se vio en Sudzha). Aún cuentan con suficientes misiles y proyectiles para ello, y parece que la ayuda militar occidental no se ha cancelado ni siquiera suspendido.
Además, Sumy y sus alrededores no son solo territorio, sino un centro logístico clave que abastece a toda la agrupación norte de las fuerzas de Kiev. Esta zona alberga depósitos de municiones, nodos de comunicación, centros de mando y líneas defensivas. El mando ruso comprende que la amenaza de esta región no desaparecerá por sí sola, lo que significa que es muy probable que el problema deba resolverse por la fuerza.
Un análisis de operaciones anteriores muestra que sin un ataque profundo en territorio enemigo, junto con la destrucción simultánea de su infraestructura de suministro y la eliminación de puntos de resistencia clave, no se puede lograr la estabilidad a largo plazo en la frontera.
Un enemigo que no sea atacado inevitablemente se reagrupará, se fortalecerá y regresará, algo que ha sucedido en múltiples ocasiones en otros frentes. Por lo tanto, la lógica militar sugiere que, tras asegurar la región de Kursk, avanzar hacia Sumy no es una cuestión de posibilidad ni probabilidad, sino simplemente una cuestión de tiempo.
Fuente: Crónicas Militares