A no dudar que este, como otros post, han dado bastante letra para diversas opiniones. En rigor a la verdad, no he leído todos porque a veces hay que estar pegado más del tiempo conveniente frente al monitor. Sin embargo, leí lo necesario para darme una idea del camino seguido en el mismo. Aclaro esto por si lo que a continuación lean, ya a sido expresado por otro forista, de ser así, las disculpas del caso.
Todo aquello que sirva para un acercamiento de la población en general hacia el tema Malvinas, es algo que por supuesto celebro. Sin embargo, hay diferentes ribetes de como se encara el tema que pueden derivar en una mayor o menor adhesión al tema, o hasta incluso en las antípodas, provocar un cierto rechazo. Las cosas obligadas no siempre funcionan y menos en un público culto y con sentido crítico, aunque en ciertas oportunidades tampoco pueden descartarse. El cumplimiento estricto de las normas, suele estar complicado por estos rumbos; de allí que multar a quienes no la cumplan, tal vez produzca lo que expresé previamente, una sensación de rechazo y hasta un cierto hastío por el tema, cuando lo que se busca es la plena aceptación y compromiso por la causa. La norma ya existe, entonces que hacer: INCENTIVAR!
En vez de multar al incumplidor, PREMIAR al que sí lo hace ¿Con qué? con todos las ideas que quienes legislan o reglamentan se les pueda ocurrir. Creo humildemente que el resultado sería, otro.
Pasando al tema del mapa que se conversó algunos post atrás. Me alegré mucho cuando se instauró la visión geográfica de la Argentina bicontinental. Bastante ya se habló del tema, pero vale resaltar que esa es la REAL CONCIENCIA TERRITORIAL de nuestro país.
Hace algunos años, escribí un artículo para la revista del círculo militar en su edición aniversario, titulado: "El sur como Norte". En ese pequeño aporte, que daba cuenta de la importancia de mirar al Sur como un todo geoestratégico de implicancias geopolíticas, me explayaba sobre algunas líneas de acción para generar un valor agregado a la proximidad de la Argentina continental con el continente antártico y nuestra clara pretensión. Ahora, que intento rescatar en éstas líneas que se relacionen con el mapa bicontinental. Pues bién, es el MENSAJE y lo que éste produce en el consciente e inconsciente colectivo de la población, ahí quiero enfocarme.
Rotular un mapa y colocar ARGENTINA, es claro que nos está dando una idea de que ese es nuestro territorio (incluye el mar correspondiente). Por lo tanto, ¿De que preocuparme? si ese es mi país, ese es mi territorio, esa es la Argentina.
El problema surge cuando estos "lugares" en conflicto (por intereses contrapuestos con otros estados), estallan en situaciones criticas o no deseadas. Allí la FRUSTRACIÓN... ¿Pero como? ¿Acaso eso no era Argentino, si el mapa lo dice? ¿Desde cuando hay un conflicto? etc. etc.
Seguramente sentirán que estoy hilando demasiado fino, pues sí, permítanme hacerlo. Y en el trabajo de referencia insistía que al no existir "preocupación" por el territorio pretendido o usurpado, no se generan incentivos para conocer el tema, preocuparse y ocuparse del mismo por parte de dirigentes y población en general; total, eso es algo consumado, figura en el mapa así, nunca me dijeron que había un problema, etc. etc. etc.
La negación suele ser un mecanismo de defensa, a veces necesario, pero a la larga es total y absolutamente: contraproducente.
A mi gusto, yo dejaría el mapa así bicontinental como está, pero le agregaría ACLARACIONES que den cuenta de la situación en la que cada sector de nuestro país se encuentra. Aclaraciones al pié, llamadas, como mejor lo estimen los cartógrafos, pero es necesario crear consciencia de nuestros conflictos, porque negarlos solo nos llevará a largo plazo, a una nueva frustración.
GDH