Impulsada por el renovado protagonismo que las fragatas Tipo 31 han otorgado a su industria naval, el Reino Unido avanza en las negociaciones para equipar a la Real Armada de Dinamarca con tres nuevas buques de esta clase. El programa, liderado por Babcock International desde el astillero de Rosyth, se ha consolidado como una de las apuestas más exitosas de la construcción naval británica, tanto por su aporte a la Real Armada Británica (Royal Navy), como por las crecientes oportunidades de exportación que ha generado para con socios europeos y de otras regiones.
Las futuras fragatas danesas estarían destinadas a reemplazar progresivamente a la actual clase Iver Huitfeldt, en servicio desde 2012-2013. Estas plataformas, concebidas bajo un enfoque modular, han enfrentado serias limitaciones de integración en sus sistemas de combate, en particular con el radar APAR, lo que llevó al Ministerio de Defensa danés a concluir que su modernización resultaba antieconómica. De este modo, la transición hacia las Tipo 31 aparece como una solución natural para mantener la capacidad de defensa aérea de la flota.

El diseño de la Tipo 31, deriva de la experiencia danesa con los Iver Huitfeldt, pero incorpora mejoras sustanciales en materia de supervivencia, flexibilidad y capacidad de adaptación a distintos sistemas de armas. Con ello, Copenhague accedería a un buque probado y escalable, capaz de responder a las exigencias de un entorno estratégico cada vez más desafiante en el mar del Norte y el Báltico.
El interés danés se suma al éxito internacional ya alcanzado por Babcock, que logró exportar la Tipo 31 a Polonia e Indonesia mediante acuerdos de licencia para la construcción local. En contraste, las negociaciones con Dinamarca prevén que las primeras unidades sean ensambladas directamente en Rosyth, aunque con la posibilidad de que futuras fragatas de la serie se produzcan en astilleros daneses, replicando el modelo de cooperación industrial aplicado en otros países.

Actualmente, el programa británico contempla cinco fragatas Tipo 31 para la Royal Navy, con la HMS Venturer ya en etapa avanzada de construcción, habiéndose montado recientemente el nuevo mástil integrado. Con un costo unitario de alrededor de 250 millones de libras esterlinas, estas naves se distinguen por ser más asequibles y de producción más ágil que las sofisticadas Tipo 26, manteniendo al mismo tiempo un nivel adecuado de capacidades de combate. Esta combinación de precio, adaptabilidad y rapidez ha convertido al proyecto en un atractivo modelo de exportación.
En el plano estratégico, la incorporación de las Tipo 31 en la Armada danesa fortalecería la interoperabilidad de la OTAN, al facilitar el entrenamiento conjunto, el sostenimiento logístico y la operación coordinada de fuerzas navales en escenarios donde la cohesión aliada resulta esencial. La presencia de buques con un diseño común reforzaría la capacidad de respuesta de la Alianza frente a la amenaza rusa en el Ártico y el Báltico.

Más allá del beneficio militar, la posible adjudicación danesa consolidaría la revitalización de la construcción naval británica. Para Rosyth, significaría ampliar su carga de trabajo y generar nuevos empleos, en un sector que, tras décadas de declive, ha logrado reposicionarse como exportador de referencia en Europa. Con Polonia, Indonesia y ahora Dinamarca en la órbita del Tipo 31, el Reino Unido se acerca a su ambicioso objetivo de producir 31 unidades de esta clase para el año 2031, confirmando el regreso de su industria naval a la escena global.
*Imágenes empleadas en carácter ilustrativo.-
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