Rusia ha recibido, durante tres días consecutivos, amenazas de bomba, que claramente han sido difíciles de ignorar. La prensa se ha hecho eco de dichos acontecimientos y las personas están siendo evacuadas de las estaciones de trenes, escuelas, universidades, edificios administrativos, centros comerciales y cines en todo el país.
La primera ciudad que recibió una avalancha de amenazas de bomba fue Omsk. En la noche del 10 de septiembre, personas desconocidas informaron de que se habían colocado bombas en el edificio administrativo de Omsk. La policía inspeccionó el edificio, pero no encontró ningún objeto peligroso.
Informes sobre presuntos explosivos continuaron llegando en la noche del 11 de septiembre. La alerta llego desde otros supuestos testigos oculares que dijeron ver como se colocaban bombas en varios cines y centros comerciales. Asimismo, la alcaldía recibió, ese mismo día, llamadas telefónicas con amenazas de bomba.
Hubo evacuaciones en otras ciudades importantes de Rusia el 11 y 12 de septiembre debido a llamadas telefónicas anónimas. Cientos de edificios en todo el país tuvieron que ser evacuados. Se recibieron amenazas de bomba en las estaciones de tren, escuelas, universidades, edificios administrativos, centros comerciales y teatros en Moscú, Ryazan, Perm, Stavropol, Vladivostok, Chelyabinsk, Krasnoyarsk, Magadan, Novosibirsk, Ekaterimburgo, Bryansk y Ufa.
La cantidad de personas evacuadas en Rusia es desconocido, pero solo en Omsk se calcula que hay 7.000 personas afectadas. Las autoridades rusas no han podido determinar el origen de las amenazas ni de las llamadas.
Los operativos anti-bombas se encuentran trabajando en las zonas denunciadas.
