Teniendo como objetivo de avanzar en la modernización de la Escuadra Nacional y fortalecer su industria naval, la Armada de Chile emerge como un potencial socio estratégico para el Reino Unido, que busca posicionar a sus fragatas Tipo 31 como la futura columna vertebral de la flota chilena. Estas unidades, concebidas como buques multipropósito de última generación por Babcock International, combinan modularidad, eficiencia y costos reducidos, convirtiéndose en una opción de alto interés para Chile dentro de su plan de renovación naval. Para el Reino Unido, una eventual asociación con ASMAR reforzaría el papel del país sudamericano como referente regional en construcción naval y consolidaría la expansión internacional del programa Arrowhead 140.

Presentación de las Fragatas Tipo 31 ante autoridades de Chile
Durante 2023, la entonces ministra de Defensa de Chile, Maya Fernández, mantuvo reuniones en Londres con su par británico Ben Wallace y con el ministro de Adquisiciones, Alex Chalk, en las cuales se abordaron temas de cooperación en construcción naval, ciberdefensa y transferencia tecnológica. En aquel contexto, el Reino Unido manifestó su interés en explorar la posibilidad de que Chile adopte el diseño Tipo 31, ofreciendo asistencia técnica y transferencia de conocimientos. Esta propuesta se enmarca en la estrategia británica de expandir la presencia internacional de sus fragatas, mientras Chile busca incorporar buques de nueva generación y fortalecer sus capacidades industriales mediante ASMAR (Astilleros y Maestranzas de la Armada).
La consolidación de ASMAR como eje del Plan Nacional Continuo de Construcción Naval refleja el compromiso chileno con el desarrollo de capacidades propias. En los últimos años, el astillero ha encabezado proyectos de envergadura como la serie de patrulleros oceánicos OPV-80, la modernización de las fragatas Tipo 23, la construcción del Buque Polar “Almirante Viel” y el inicio del segundo buque multipropósito Escotillón IV. Este sostenido avance industrial refuerza la viabilidad de que Chile pueda emprender en el corto plazo la construcción local de fragatas de nueva generación bajo licencia, siguiendo el modelo adoptado por otros países con el diseño británico Arrowhead 140.

El Reino Unido, en tanto, continúa consolidando su programa Tipo 31, destinado a equipar a la Royal Navy con cinco fragatas de la clase Inspiration. La primera de ellas, la HMS Venturer, alcanzó recientemente un hito significativo con la instalación de su mástil integrado, donde se concentran los principales sistemas de radar, guerra electrónica y sensores ópticos. Con 139 metros de eslora y un desplazamiento cercano a las 5.700 toneladas, las fragatas Tipo 31 representan una plataforma de diseño flexible y costo operativo optimizado, pensada para misiones de defensa aérea, guerra de superficie y operaciones internacionales de la OTAN.
Impulsadas por su capacidad de adaptación, las Arrowhead 140 ya han sido seleccionadas por Polonia e Indonesia para sus respectivos programas nacionales. En Polonia, el proyecto Miecznik avanza con la construcción de tres fragatas bajo licencia de Babcock, con opción a cinco unidades adicionales, mientras que en Indonesia la empresa estatal PT PAL construye dos fragatas “Red White” basadas en el mismo diseño. En ambos casos, el modelo británico ha demostrado su flexibilidad para ajustarse a requerimientos locales, combinando transferencia de tecnología y construcción nacional.

El éxito del programa ha despertado además el interés de Dinamarca, cuyo diseño Iver Huitfeldt sirvió de base para las Tipo 31. Copenhague negocia actualmente con Londres la adquisición de tres nuevas fragatas para reemplazar a sus unidades actuales, completando así un ciclo simbólico: un diseño de origen danés, perfeccionado por el Reino Unido y adoptado por varias marinas del mundo, consolidando al Arrowhead 140 como una plataforma de referencia global.
En este contexto, la opción de que Chile incorpore fragatas Tipo 31 como reemplazo de sus Tipo 22 y Tipo 23 aparece como un paso natural dentro de su proceso de modernización. Más allá del salto tecnológico, el proyecto ofrecería una oportunidad estratégica para profundizar la cooperación con el Reino Unido y consolidar la autonomía de la industria naval nacional. Su concreción permitiría cerrar un ciclo de desarrollo iniciado con la construcción de los OPV-80, continuado con el Buque Polar “Almirante Viel” y los buques multipropósito Escotillón IV, marcando un punto de inflexión: el paso de modernizar buques importados a construir en Chile sus propias fragatas de combate, proyectando a la Armada como una fuerza moderna y regionalmente autosuficiente.
*Imágenes empleadas en carácter ilustrativo.-
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