Tras un lento inicio en el mercado de exportación, el Rafale de Dassault Aviation se ha hecho de un lugar a nivel internacional como una sólida opción para renovar la aviación de combate de muchos países. El caza, que actualmente tiene como principal operador al Ejército del Aire y Espacio francés, además de su versión embarcada operando en la Marina Nacional, ha sido seleccionado por otras Fuerzas Aéreas para renovar sus capacidades aéreas. Por solo citar algunos casos, tenemos a Grecia, Croacia y Serbia en Europa, mientras que en otras regiones como Asia y el Sudeste Asiático, la India está expandiendo su actual flota, a la vez que Indonesia avanza en su incorporación. También deben listarse operadores en Medio Oriente, como Qatar y Emiratos Árabes Unidos, y en el Norte de África, Egipto. No obstante, y siguiendo declaraciones del CEO de la empresa aeroespacial francesa, otra fuerza aérea ha manifestado su interés a fin de reemplazar a sus Mirage 2000, siendo el caso de Taiwán.

Al día de la fecha, y en el marco de las constantes tensiones con la República Popular de China, la cual despliega de forma periódica sus medios militares alrededor de la isla y en el estrecho, Taiwán está impulsando un renovado y acelerado proceso de renovación de equipamiento militar. Por solo citar algunos ejemplos, basta señalar el programa de desarrollo y construcción de nuevos submarinos de ataque, fragatas ligeras y pesadas, así como la incorporación de nuevos tanques de batalla principal M1A2T Abrams y sistemas de defensa aérea.

Pasando al dominio aéreo, la Fuerza Aérea taiwanesa se encuentra renovando el segmento de su aviación de combate, esfuerzo que ha registrado importantes novedades con la finalización del programa de modernización de su flota de 139 F-16A/B Block 20 MLU al Block 70 –designado como F-16V–. A su vez, y en vista de complementar esta flota, Taiwán también confirmó la compra de 66 nuevos Vipers a Estados Unidos, cuyo primer ejemplar fue presentado oficialmente por Lockheed Martin meses atrás.

Este nuevo lote de aviones F-16 estaba originalmente destinado a reemplazar a la actual flota de cazas multirrol Mirage 2000-5, los cuales fueron adquiridos décadas atrás por Taiwán y que se hallarían al final de su vida útil. Sin embargo, recientes declaraciones formuladas por el CEO de Dassault, Éric Trappier, podrían señalar que los planes de la Fuerza Aérea taiwanesa estarían siendo reformulados en favor de reemplazar a un delta por otro delta. Más precisamente, por el Rafale.

Como parte de una audiencia frente al Comité de Asuntos Económicos de la Asamblea Nacional, principal órgano legislativo de Francia, Trappier fue consultado por los legisladores sobre una cuestión sensible para el país y su relación con Taiwán, al preguntar sobre los desafíos que la firma poseía a la hora de suministrar componentes y apoyo logístico a la flota de 54 cazas Mirage 2000-5 en servicio –originalmente fueron 60 ejemplares, registrándose la pérdida en operaciones de seis unidades en el pasado–.

Al respecto, el CEO francés detalló las dificultades que enfrentan no solo Taiwán, sino otros operadores del Mirage 2000, teniendo en cuenta que la aeronave ya no se produce y que el foco de la empresa es el desarrollo y producción del Rafale, su sucesor natural. Dio a entender que desde las autoridades taiwanesas existe un interés real en la aeronave, aunque manifestado de forma no oficial, a fin de evitar conflictos diplomáticos con Francia y China.

En primer lugar, el Mirage 2000 está al final de su vida útil. Todavía vuela un poco en Francia, pero va a dejar de hacerlo. Esto también es cierto para todos nuestros clientes de exportación que están pasando del Mirage 2000 al Rafale. Así que es cierto que la dinámica industrial de repuestos y reparaciones es un poco […] más difícil que antes […] pero estamos apoyando a Taiwán perfectamente […] muy bien. Y usted sabe muy bien lo que quieren los taiwaneses. Ellos quieren el Rafale. Eso no depende de mí. No es mi responsabilidad. Es del gobierno.”, detalló el CEO de Dassault.

Además, durante la audiencia, Trappier indicó que la posición de la empresa al respecto se alinea con la política exterior francesa, dando a entender que la decisión de avanzar, o no, en negociaciones entre Francia y Taiwán por una posible venta de cazas Rafale depende del gobierno y no de la firma, siendo este un tema de gran sensibilidad que podría afectar las relaciones entre París y Pekín, esta última siempre atenta a cualquier cuestión relacionada con la venta de equipamiento militar a la isla.

*Fotografías empleadas a modo de ilustración.

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