exoesqueleto

Los especialistas estadounidenses han llegado a la conclusión de que los exoesqueletos o armaduras militares son producto de la ciencia ficción y que las fuerzas armadas de EE.UU. no podrán lograr desarrollar un sistema que pueda servir. Hace poco una armadura en desarrollo al estilo Iron Man se estrelló y se quemó dejando a los contratistas desilusionados con el proyecto en general. Sin embargo la experiencia rusa no dice lo mismo. Rusia ya se está beneficiando de la tecnología del exoesqueleto, que como muchos argumentan es una tecnología modesta pero efectiva.

Los exoesqueletos rusos, conocidos como trajes de combate Ratnik, se construyen en el Instituto Central de Investigación para la Construcción de Máquinas de Precisión, conocido por su abreviatura rusa de TSNIITOCHMASH, parte del gigante de la defensa ROSTEC. La versión inicial de Ratnik es un exoesqueleto, referido también como Unpowered o Passive Exoskeletons, que le quita la carga al soldado y se dice que les permite llevar a cabo marchas y asaltos prolongados mientras transportan más de cien libras.

Los exoesqueletos quitan el peso del usuario y usan resortes u otros dispositivos para almacenar y liberar energía. Este sistema ya se está utilizando en la industria automotriz en pequeñas cantidades donde las empresas han afirmado que han logrado reducir el número de daños en hombros y espaladas en los trabajadores, y por consecuencia, ha disminuido la fatiga y aumentado la productividad.

El sistema de exoesqueleto debido a que no requieren una fuente de alimentación, no sufren muchos de los complejos desafíos técnicos de los conjuntos de armaduras motorizadas como el fallido TALOS, y no dejan al usuario varado con las baterías agotadas después de unas pocas horas.

Albert Bakov, Director Ejecutivo en TSNIITOCHMASH dijo a Forbes en una entrevista que “el principal desafío consiste en elegir materiales para exoesqueletos. Deben ser duraderos y ligeros”. Pero Bakov no pudo explayarse en detalles sobre los materiales utilizados, pero otras fuentes sugieren que la versión actual está hecha de un compuesto de fibra de carbono.

Bavok cree que existe potencial para mejorar la actual versión pero que aún falta mucho y que la tecnología disponible aún no está a la altura de lo que se ambiciona para el futuro del exoesqueleto.

Una primera versión del exoesqueleto de Ratnik, conocida como EO-1, ha sido sometida a extensas pruebas, incluso se utilizo en el campo de batalla en Siria por ingenieros en el campo en 2017. Su empleo fue necesario debido al peso de la electrónica rusa que transportaban los operadores que usaban el robot de remoción de minas Uran-6.

Según afirma Samuel Bendett, Asesor del programa de Rusia del grupo de Expertos CNA, que se especializa en sistemas militares no tripulados, “los operadores de Uran-6 tienen que llevar una pesada consola de mando y control en el pecho, la caja de control pesa más de cuarenta libras, pero con la ayuda del exoesqueleto los operadores pueden moverse rápidamente sin dificultad, y a su vez, pueden sentarse o acostarse y levantarse sin un esfuerzo excesivo”.

Se dice que el exoesqueleto es completamente intuitivo de usar. Solo toma un par de minutos colocarlo y se puede quitar instantáneamente con una liberación rápida. Según una fuente, cuesta alrededor de USD 3.500 por unidad. Además de transportar equipo pesado, el exoesqueleto también puede actuar como una montura de armas.

También Bendett dice que se han ideado varios esquemas imaginativos para aumentar las capacidades del exoesqueleto, agregando desde camuflaje de camaleón hasta micro-drones. A si mismo se ha prometido el desarrollo de una versión de tercera generación conocida como Sotnik para 2025.

Sin embargo, Rusia es realista en cuanto a lo que realmente se puede lograr en un corto, mediano plazo. Sergei Smaglik del equipo de diseño de EO-1 dijo a RIA Novosti que no tendrán “un exoesqueleto activo con motores mañana ni pasado mañana”, pero agrega que tan pronto como se disponga de una fuente de energía adecuada para alimentar al exoesqueleto se podrá avanzar en versiones mejores.

Sin duda, la versión rusa del EO-1 no se visualiza espectacular como la armadura motorizada “invencible” prometida por TALOS del U.S. Navy’s Special Warfare Development Group en 2013, y que por el momento no ha arrojado ninguna ventaja, pero el EO-1 opera en la actualidad como un trampolín hacia el siguiente nivel ofreciendo beneficios sólidos en el ámbito militar.

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