La calma de la mañana del 5 de agosto fue sacudida por un hecho que llena de luto a la Fuerza Aérea Argentina. A las 10:05, en un ejercicio realizado entre los limites de las provincias de Córdoba y San Luis, esta última asiento de la V Brigada Aérea de Villa Reynolds, el Capitán Gonzalo Fabian Britos Venturini falleció luego de eyectarse de su A-4AR.

Al día de la fecha se desconocen las causas que provocaron el luctuoso incidente, estando en curso las investigaciones que determinarán lo ocurrido con el A-4Ar que pilotaba el Capitán Britos Venturini. El trágico desenlace no solo resulta en un enorme impacto anímico sino que también sirve para poner nuevamente en primer plano las mermadas capacidades y condiciones en las que debe operar la Fuerza Aérea Argentina.

La caída del A-4AR es una señal más que las aeronaves, incorporadas a mediados de la década de los 90´, se encuentran atravesando la etapa final de su vida operativa. Frente a este panorama, la Fuerza Aérea Argentina emprendió los estudios y análisis de propuestas para la adquisición de un reemplazo que, en una primera etapa, complementase a los A-4AR para luego reemplazarlos. El FA-50, de la empresa surcoreana KAI, fue el seleccionado como caza complementario para tomar el relevo, actuando a su vez como stop gap a la espera de la adquisición de un caza polivalente “puro”.

Sin embargo, a pesar de las gestiones emprendidas por la Fuerza Aérea Argentina y el Ministerio de Defensa, su adquisición no se ha concretado. Una combinación de factores impactó para que su adquisición no se produjera. La falta de inversiones, con un presupuesto destinado a adquisiciones cada vez más exiguo, como la falta de voluntad política, impidió de avanzar con los planes emprendidos. El cambio de gestiones a principios de diciembre del año pasado trajo todavía más incertidumbre a la incorporación del FA-50.

Frente a estas vicisitudes, la conducción de la Fuerza Aérea Argentina fijó como objetivo poner en servicio entre 10 y 12 A-4Ar Fightinghawk para conservar un mínimo de capacidades. Los encomiables trabajos de las tripulaciones, técnicos e ingenieros, con un esfuerzo sobrehumano y material de magnitud, traducido en gran cantidad de horas/hombre invertidas, buscan poner la mayor cantidad de unidades en servicio. Realizados con el profesionalismo que los caracteriza, su labor ha permitido mantener un núcleo de unidades operacionales cumpliendo las normativas vigentes establecidas por los organismos competentes. No obstante, el peso de los años se ha hecho sentir sobre los A-4AR, cuya desprogramación estaba prevista años atrás; debiendo continuar prestando servicio sin reemplazo que se aviste en el horizonte.

A pesar de los esfuerzos, el presente del A-4AR Fightinghawk augura más incertidumbres que certezas. La cuestión cobra relevancia cuando la antigüedad del material con el que se opera atenta, potencialmente, contra la vida de pilotos y tripulaciones; los que, a diferencia del material, son irreemplazables. Desgraciadamente, el incidente del miércoles no es un suceso aislado, sino que se suma a la lista de accidentes fatales que se han cobrado la vida de efectivos.

La necesidad de inversiones que se traduzcan en adquisiciones ya no es una decisión que se pueda seguir postergando indefinidamente. Lo que nos conduce a otra cuestión: la Política de Defensa Argentina ha sido por décadas, independientemente de la orientación ideológica de los gobiernos de turno, la desinversión como regla y norma amparada en el dogma de que Argentina no posee amenazas ni conflictos que provengan del exterior. Como dogma no puede ser puesto en duda ni puede ser modificado, porque se da por cierto, estático e inmutable. Desgraciadamente, el escenario regional e internacional, anárquico y cambiante, nos da muestras que nuestra posición frente a la realidad es insostenible.

El miércoles pasado fue el Capitán Britos Venturini, en 2017 fueron los 44 marinos del ARA San Juan, y la lista continúa… ¿Cuantos más tendrán que morir hasta qué lo necesario no sea eclipsado y pospuesto indefinidamente por lo urgente? La inversión en el Sistema de Defensa Nacional se ha convertido en algo urgente e impostergable, sin lugar a debates ideológicos vacíos. A fin de cuentas la única verdad es la realidad.

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8 COMENTARIOS

  1. Todos los caminos conducen a Roma….hasta que no nos invadan no se van a dar cuenta la clase dirigente nacional. Buena nota ….la enésima, y no sera la ultima mientras la realidad no cambie. Hay que insistir, siempre hay que insistir !

  2. Buena la nota, pero no hay aun una respuesta adecuada que conecte el argumento central de esta nota-por cierto muy real- con las circunstancias que provocaron la caída del 4AR Fightinghawk, la eyección y la posterior muerte del Capitan Britos Venturini. No es posible aventurar una conexión directa entre estos dos conceptos , pues sucesos de estos son parte de cierta y nefasta habitualidad en la vida de la aviación militar de caza.Apresurarse puede indicar dos realidades: O hay que llenar un espacio en una publicación o simplemente se hace de mala fe para mantener la habitual critica a este gobierno o en el mejor de los casos el insistente reclamo por mayor presupuesto para las FF.AA.Esto ultimo que si se relaciona con la realidad.

    • Rubén, en ningún momento la nota se aventura o apresura en establecer causas del mencionado accidente ya que mantenemos un enorme respeto, tanto por la memoria del Capitán Britos Venturini así como de todo el personal involucrado. Se trata de una reflexión que aborda cuestiones que irremediablemente están relacionadas y que quedan en evidencia una vez mas: un escaso presupuesto que debe ser administrado haciendo malabares. La situación general de las FFAA, y del sistema de armas Fightinghawk en particular son un ejemplo: enormes esfuerzos invertidos para recuperar medios a cuentagotas, imposibilidad de acceder a sistemas modernos y un largo etc.

      La crítica la realizaremos siempre desde un marco objetivo, algo que siempre nos ha caracterizado. Y lo haremos con este gobierno, con uno pasado o con el que venga, en la medida que se mantenga una postura que no brinde soluciones a la cuestión de Defensa.

  3. Un accidente parecido sucedió con un Mirage III que hizo, en su momento, que la ex ministra de defensa, Nilda Garré, diera de baja las últimas unidades que estaban en vuelo; después de éso nunca más volvimos a ver un avión caza supersónico como la gente. Ya pasaron más de 15 años y siguen muriendo pilotos porque los aviones se nos desarman en el aire.

  4. Saludos, cuando cayó el Mirage III fue por falla en el horizonte artificial, utilizan la misma tecnología con el 4AR Fightinghawk? Gracias

  5. No es verdad, que las privaciones presupuestarias tuvieran sesgo ideológico.
    Desde Alfonsín a la actualidad, nuestras FFAA han sido sometidas directa o indirectamente al recuerdo adulterado sobre los años de plomo en los que constitucionalmente habilitadas, combatieron la subversión marxista.
    Aquí están los resultados del “castigo” a aquella intervención.

  6. Recién me estoy poniendo en contacto con cuestiones de Defensa, así que sepan disculpar mi desconocimiento. Sin embargo, más allá de la reducción de presupuesto que han ejecutado todos los Gobiernos desde 1983, tengo entendido que el Presidente Alfonsín continuó adelante con la incorporación de submarinos TR 1700, también con el proyecto del misil Cóndor, el desarrollo de un submarino de propulsión nuclear, la construcción de un avión en conjunto con Brasil, con el desarrollo de Bases Antárticas, entre otros proyectos. Promovió el desarrollo científico tecnológico de las FF.AA. para que puedan asumir los desafíos del siglo XXI. No fue casual designar a Roque Carranza como Ministro. No creo que sea justo juzgarlo con la misma vara.

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