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Sonría, la libélula está filmando

Es un dispositivo que pesa 120 miligramos, mide 6 centímetros y puede sobrevolar territorios sin ser percibido, para transmitir información estratégica.
El gobierno francés lo utilizará en misiones de espionaje.


Si alguna vez dijiste “Quisiera ser mosca para poder espiar…”, para estar a tono con las nuevas tecnologías ahora deberías decir “Quisiera ser libélula”. Los que cumplieron el sueño son los franceses, que inventaron un micro-insecto artificial que simula los mismos principios de las libélulas naturales.


Después de 18 meses de trabajo, la empresa francesa SilMach completó el desarrollo de un prototipo de libélula micro-mecánica compuesta exclusivamente de silicio. Las características y dimensiones de este pequeño robot, son óptimas para tareas de espionaje, ya que tiene libre acceso a lugares infranqueables para el hombre.
Los franceses inventaron un micro-insecto artificial que simula a las libélulas biológicas.
Con apenas 120 miligramos de peso y 6 centímetros de longitud, tiene incorporado 180.000 nanomúsculos, sensores, emisores de información y un cerebro para coordinar los movimientos.


Los nanomúsculos artificiales están dispuestos en las cuatro alas y le permiten una potencia mecánica útil de 80 mW con una amplitud de batimiento de 40 grados, tal como la versión original de la naturaleza. Los músculos se estiran y contraen por obra de una tensión eléctrica que oscila entre los 100 y 150 voltios.


Según explica Patrice Minotti, directora de investigación del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS), “De los 120 miligramos que pesa la libélula, 100 están consagrados a las baterías, 18 a la estructura mecánica pasiva y los 2 restantes al sistema de propulsión para el batimiento de las alas.”


El robot pesa sólo 120 miligramos y fue desarrollado para realizar tareas de espionaje, aunque puede tener otras aplicaciones.
Esta maravilla de la bio-robótica augura múltiples aplicaciones además de sus tareas de espionaje. Sus creadores fueron laureados a fin de año con el Premio Science et Défense 2005, el máximo galardón que otorga el Ministerio de Defensa de Francia, en reconocimiento a su trabajo de investigación en el campo de la biónica.
 
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