Notas en los medios sobre Nazismo

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Las vejaciones de las guardias nazis más sanguinarias de los campos de concentración
Un nuevo libro narra las atrocidades cometidas por decenas de mujeres de las SS de Hitler en Ravensbrück

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La doctora Herta Oberheuser, famosa por su ligereza a la hora de repartir inyecciones letales entre los presos
Actualmente, quizás pueda dar la impresión de que las atrocidades cometidas durante laSegunda Guerra Mundialpor los seguidores deHitlerfueron una obra realizada exclusivamente por hombres. La realidad, por el contrario, es bien distinta. Y es que, no fueron pocos los campos de concentración en los quelas oficiales de las SSsembraron el terror entre los presos mediante cientos de horribles castigos.
Sin embargo, de entre todos ellos existió uno en que estas crueles alemanas dejaron una imborrable huella: el deRavensbrück(un centro de internamientomayoritariamente femeninoubicado en Alemania donde fallecieron nada menos que50.000 prisioneras). Así lo afirma, al menos, un nuevo libro en el que se narran pormenorizadamente los sucesos acaecidos en el lugar y del que habla extensamente el «Daily Mail» en su versión web.
Entre las torturadoras destacan algunas comoJohanna LangefeldoDorothea Binz. Nombres que –en muchos casos- han quedado olvidados por la Historia. Una buena parte de ellas, curiosamente, no contaban con una edad muy avanzada (de hecho, algunas accedieron al puesto con apenas 19 o 20 años), lo que hacía que fuesen muy apreciadas entre los guardias masculinos del campo –con los que solíancoquetearde forma delicada y femenina-. Sin embargo, frente a los presos se transformaban y se convertían enauténticos demonios.
Las primeras mujeres de Ravensbrück
Una de las primeras mujeres que trabajó en Ravensbrück (de las más de 3.500 que pudieron contarse al terminar la contienda) fueJohanna Langefeld, la primera Oberaufseherin (jefa de la guardia). Esta mujer se caracterizó por imponer todo tipo de crueles castigos a las prisioneras como mantenerlas durante horasde pie bajo la lluvia y el frío(sin apenas ropa) durante horas y horas.
También solía flagelarlas sin contemplaciones durante largos períodos de tiempo. Sin embargo, estaba en contra de usar a las reclusas como sujetos de pruebas paraexperimentos científicos, por lo que no tardó en ser sustituida por ser «demasiado blanda».
No sucedió lo mismo conDorothea Binz, una mujer bellísima según los propios prisioneros pero que, llegado el momento, disfrutaba dando palizas y torturando a los presos que se encontraban en el pabellón de castigo del campamento. Entre sus prácticas más crueles, solíaempaparles en agua heladapara luego darles múltiples golpes.
Esta alemana fue particularmente dura con los prisioneros delEjército Rojo(a los cuales llamaba «cerdos rusos»), quienes, por su parte, crearon una poco sutil estrofa para referirse a ella: «Una hermosa rubia, eres tan bella, con brillantes tus ojos azules… Pero si pudiéramos, nos gustaríadestrozar tu almayestrangular tu corazón sediento de sangre».
En una ocasión, Binz observó como una prisionera corría para lanzarse contra la valla electrificada del campo y suicidarse.Ella la detuvoy, a continuación, la llevó al pabellón de castigo dondegolpeó sus muslos esqueléticos con un bastóndurante varios minutos.
Por entonces, la soldado contaba con poco más de 20 años, pues había adquirido su puesto cuando apenas 19 (tras alistarse en el ala femenina del partido nazi). Entre sus «logros» también se encuentra el haber colaborado en lacreación de un cuarto en el que se dejaban morir a los bebésa los que hubieran dado a luz las presas.
La crueldad femenina
En este campo de concentración también trabajó laDoctora Herta Oberheuser. Esta mujer, alta y rubia, solía ir ataviada con una blusa transparente que se ponía sobre su ropa interior de color rosaSegún el libro, solía administrar inyecciones letales a su discreción, llegando a asesinar a un adolescente porquese había orinado en la cama debido al miedo. En una ocasión, cuando los presos se quejaron de que tenían sed, les ofrecióagua mezclada con vinagre.
Entre los muros del lugar también se hallabaElisabeth Marschall, la enfermera jefe, quien se quedaba con toda la comida que llegaba de la Cruz Roja para los bebés del campamento y les dejaba morir de hambre. Finalmente, los prisioneros tampoco podrían olvidar aRuth Neudeck, una guardia que disfrutaba golpeándoles con una fusta y que justificaba su uso afirmando que se negaba a tocarles debido a que estaban infestados de piojos.
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Austria amenaza con expropiar la casa de Hitler
La tensión entre las autoridades de Braunau, en la Austria profunda, y la propietaria de la casa en la que Adolf Hitler nació el 20 de abril de 1889 y en la que pasó los primeros años de su vida, ha ido aumentando en los últimos meses. La dueña del inmueble, que prefiere permanecer en el anonimato, ha favorecido la publicidad sobre la casa, sin ignorar que a menudo acuden a la localidad visitantes ávidos de contemplar la reliquia nazi y con vistas a un futuro en el que quizá pueda establecerse algún tipo de atracción turística. El ayuntamiento, por su parte, horrorizado por la posibilidad de que el pueblo gane visibilidad a través del menos ilustre de sus pobladores, opone resistencia como puede. Su último paso ha sido amenazar con expropiar la casa si la propietaria no se aviene a venderla de una vez.

El Ministerio de Interior austríaco ha tenido que tomar cartas en estas citas y su portavoz, Karl-Heinz Grundboeck, ha informado que a final de esta semana habrán recibido la asesoría jurídica necesaria para valorar la expropiación, aunque confesó que todavía hay esperanza de que la propietaria decida finalmente venderla al Estado por iniciativa propia y no tener que recurrir así a la expropiación forzosa.

Con el fin de evitar un uso inadecuado del inmueble, el Estado austríaco lleva décadas alquilando la casa para mantenerla cerrada o en ocasiones para cederla a organizaciones de caridad. Actualmente, el edificio está vacío desde que un taller para discapacitados mentales se mudó a otras instalaciones, hace ya más de tres años. Fue entonces cuando la propietaria comenzó a dar publicidad a la historia de la casa.

Las autoridades locales relatan que el año pasado la mujer vetó planes para que se mudaran una nueva organización de caridad y una escuela gratuita para adultos, porque se oponía a las renovaciones que eso hubiera requerido. "Hemos tratado de hallar una solución", ha explicado el concejal Harry Buchmayer al diario Kurier. "Pero ella no parece dispuesta a cooperar".

En realidad Hitler pasó en esa casa solamente tres años y no guardaba de ella recuerdo personal alguno. Su padre, oficial de aduanas destinado en esa localidad, alquiló un pequeño apartamento que dejó con la llegada del siguiente traslado. Hitler solamente volvió a ver la casa en una ocasión, el 12 de marzo de 1938, tras la anexión de Austria. El Führer pasó por delante del edificio en un coche oficial sin detenerse a visitarlo y, según relatan los habitantes de Braunau, sin siquiera volver la vista hacia ella. Sin embargo no hay lugareño que en alguna ocasión no haya respondido, o no, a las preguntas de turistas ocasionales que se acercan hasta esta localidad preguntando por la casa. En varias ocasiones, durante la noche, han sido realizadas raspaduras en la escayola que ornamenta la fachada para servir de improvisados souvenirs a los visitantes o quizá como elemento a un culto a Hitler que las autoridades austríacas se esfuerzan por evitar.

En 1912, el mismo año en que Hitler sufría como artista fracasado malviviendo en Viena, la familia Pommer compró el edificio y en 1936 la habitación en la que nació el dictador se había convertido ya en un pequeño museo. Después de la anexión y consciente de su importancia para la mitología nazi, Martin Bormann compró el edificio por 150.000 marcos del Reich, multiplicando unas cuatro veces el por entonces precio de mercado. Tras la II Guerra Mundial la casa pasó a propiedad de la República, pero la familia Pommer interpuso una demanda que fue reconocida en 1954. La alquiló a buen precio para que sirviese de biblioteca municipal, pero siempre hubo nostálgicos nazis interesados en la compra, o, en el otro extremo, un parlamentario ruso que ofreció una buena suma por hacerse con ella para demolerla. Deseoso de restar publicidad al inmueble, el Estado decidió hacerse con el alquiler a principios de 1970, costase lo que costase.

Si se lleva a cabo la expropiación, posiblemente se quede exactamente como está, ya que se encuentra bajo la protección legal por ser una construcción que data del Renacimiento y, seguramente seguirá siendo, como la han calificado medios de Viena, el "dolor de cabeza de Austria".

http://www.elmundo.es/internacional/2015/01/14/54b69c77268e3e340a8b458d.html
 

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¿Por qué Hitler quería ser musulmán?


wikipedia.org/Bundesarchiv/Amin al Husseini
La política nazi fue uno de "los intentos más vigorosos de politizar e instrumentalizar el islam en la historia moderna", escribe en su libro 'El islam y la guerra de la Alemania nazi' el historiador de la Universidad de Cambridge David Motadel.
"Nuestra desgracia es que hemos elegido la religión equivocada. ¿Por qué tiene que ser el cristianismo, con su obediencia y somnolencia?", preguntó una vez Hitler a su arquitecto personal, Albert Speer.
Desde el punto de vista de Hitler, el islam era 'Männerreligion', la religión de los hombres verdaderos: los "guerreros del islam" se van al paraíso militar con huríes y ríos de vino. De acuerdo con Hitler, corresponde mucho mejor al "temperamento alemán" que "la inmundicia judía y la cháchara sacerdotal" del cristianismo, escribe 'The Wall Street Journal'.
Nuestra desgracia es que hemos elegido la religión equivocada
Hitler elogiaba al primer presidente de Turquía, Mustafa Kemal Atatürk, por su sumisión al islam, la expulsión de los griegos y la matanza de los armenios.
Motadel escribe que durante la Segunda Guerra Mundial, hubo musulmanes luchando en ambos bandos, pero únicamente entre los nazis y los musulmanes había una conexión político-espiritual. Ambos grupos odiaban la democracia liberal, a los judíos y a los bolcheviques.
En abril de 1942, Hitler se convirtió en el primer líder europeo en declarar que el islam es "incapaz de [cometer actos de] terrorismo".
Durante la guerra, los musulmanes de los Balcanes fueron incluidos por las autoridades nazis en la lista de "los pueblos racialmente valiosos de Europa". El líder de los árabes palestinos, Haj Amin al Husseini, el Gran Muftí de Jerusalén, reclutó a varios miles de estos "musulmanes alemanes" como los primeros voluntarios no alemanes para servir en las SS. En noviembre de 1944, Himmler, el comandante jefe de las SS, y el Gran Muftí crearon en Dresde la Escuela Militar de Imanes bajo los auspicios de las SS.
Después del término de la guerra, algunos nazis musulmanes lograron escapar y entraron en el Gobierno de Arabia Saudita como asesores.
http://actualidad.rt.com/actualidad/163839-hitler-islam-terrorismo-historia
 

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El absurdo cuestionario aliado para «cazar» a los nazis ocultos entre los ciudadanos alemanes


Tras la contienda, los aliados cargaron contra los germanos obligándoles a pasar absurdos cuestionarios, matándoles de hambre, robando su arte y violando a la población femenina

WIKIMEDIA
Soldados alemanes en el Frente Oriental (1942)
Mayo de 1945. Esa fue la época en la que -tras combatir enÁfrica, Europay parte deAsia- los aliados consiguierontomar Berlíny hacer que Alemania se rindiera sin condiciones. Días antes, los mandos de la coalición también habían recibido una gran noticia: elFührerhabía preferido meterse una bala deLugeren la mollera que enfrentarse a los soldados soviéticos (ansiosos, por cierto, de venganza por todas las vejaciones sufridas por parte de los nazis). Eran, por tanto, momentos de júbilo para británicos, estadounidenses, rusos y, sobre todo, para una gran parte de los germanos que, tras vivir bajo el yugo y las mentiras deAdolf Hitler, eran por fin «liberados».
Al menos, eso era lo que pensaba la población alemana. Pero la realidad fue bien distinta. Y es que, tras el punto y final de laSegunda Guerra Mundial, los aliados comenzaron en el país un proceso de «desnazificación» de la población civil mediante el que se pretendía procesar a todos aquellos que tuvieran relación con el Führer. Esta caza de brujas estuvo protagonizada por el llamado «fragebogen» -un absurdo test con decenas de preguntas mediante cuyas respuestas, presuntamente, se lograba adivinar si una persona había sido o no seguidora de Hitler-.
La venganza tras la guerra
Además de este esperpéntico cuestionario, los ciudadanos germanos sufrieron multitud de represalias por parte de americanos y rusos tras la contienda. Éstos, concretamente, se vanagloriaron durante años dehaber dejado de aprovisionar en lo que a alimentos se refierea una población sin capacidad económica. El resultado fue la sucesión de una serie de severas hambrunas que diezmaron a los ciudadanos germanos.
El patrimonio cultural tampoco evitó las represalias, pues cientos deobras de arte alemanasfueron transportadas a Estados Unidos y laUnión Soviéticapara ser exhibidas como un trofeo ante sus conciudadanos (siendo muchas, en el caso de los americanos, devueltas finalmente a sus legítimos dueños).

Adolf Hitler saluda a las tropas alemanas
EFE
Por parte soviética, las tropas llegaron aviolar a centenaresa las mujeres alemanas después de la caída de Berlín. «Personalmente lo que más me ha llamado la atención por su barbarie es laviolencia sexualque se produjo contra las alemanas tras la guerra, sobre todo en Berlín. El abuso sobre los débiles es incomprensible, el saqueo mal está –no lo justifico- pero en el caso de las violaciones no tiene nombre lo sucedido», », explica, en declaraciones a ABC, el escritor y periodistaAlberto de Frutos(autor de «Tiempos y costumbres»).
Pero… ¿Por qué se permitieron todas estas vejaciones? Frutos lo tiene claro: «La situación se explica porel complejo de culpacolectiva de la sociedad alemana debido a que Hitler no llegó al poder por la violencia,sino a través de las urnas. Ese sentimiento de haber creado al monstruo es lo que provocó que los bombardeos de ciudades alemanas comoDresde(que fue destruida por los aliados casi en su totalidad) quedaran absolutamente silenciados. Es cierto que la historia la escriben los vencedores, pero en este caso se entiende aún más este silencio debido a la culpa». Todo ello llevó a la temida «desnazificación».
La crueldad de los libertadores americanos
¿En qué consistía el proceso de «desnazificación»? Para responder a esta pregunta es necesario viajar hasta el momento en que lasSSde Hitler recorrían una buena parte de Europa haciendo la vida imposible a los aliados. Fue en ese momento cuando laJunta de Jefes de Estado Mayor estadounidenseelaboró, con el beneplácito deRoosevelt(uno de los adalides de la democracia), un plan para acabar con la ideología nacionalsocialista. Este se basaba, principalmente, en directivaJCS 1067, en cuyo clausula nº 6 se especificaba que había queextirpar–una vez acabada la contienda- costara lo que costase estas ideas del pueblo alemán.
«Concebida con el deseo de imponer una paz punitiva, la JCS 1607 […] consistía enderribar más que en reconstruir, y en ayudar a los alemanes sólo cuando fuera necesario para evitar enfermedades o desórdenes. La directiva JCS 1607 fue responsable del inhumano planteamiento de los estadounidenses. […] No obstante, hubo modificaciones, pues permitió cierta actividad industrial dentro en la nación conquistada», señala el historiador Giles Macdonogh en su obra «Después del Reich». Así pues, los estadounidenses establecieron que desmilitarizarían, «desnazificarían» y eliminarían los recursos económicos de Alemania para evitar que un suceso como la Segunda Guerra Mundial volviera a acontecer.

Toma del Reichstag por los soviéticos
AP
Todo ello, partiendo de la base de que el pueblo alemán era culpable de la irrupción del nazismo en Europa. «La JCS 1607, con base en los puntos de vista de, entre otros, Henry Morgenthau –el secretario del tesoro de los Estados Unidos- recomendaba que: “Debería dejar claro a los alemanes que ladespiadada ofensiva y la fanática resistencia nazihan destruido la economía alemana y han convertido el caos y el sufrimiento en inevitables, y que los alemanes no pueden escapar a la responsabilidad que ellos mismos se han buscado. Alemania no será ocupada con el propósito de la liberación, sino comouna nación enemiga derrotada”», explica, en este caso, el historiador británico Tony Judt en su obra «Postguerra. Una historia de Europa desde 1945».
«Fragebogen», el primer paso
Así pues, con la idea más de buscar revancha que de regenerar y ayudar a Alemania a olvidar aHitler, Estados Unidos comenzó su «desnazificación». Como se estableció, el primer paso eraencontrar y procesara todo aquel que hubiese tenido algo que ver con el régimen nazi, algo extremadamente arduo. Sin embargo, varios expertos del país ofrecieron a los mandos militares una fórmula mágica para realizar esta tarea: podrían distinguir el grano alemán de la paja nazi haciendo pasar a todo aquel sospechoso un test o «fragebogen». Este documento era un cuestionario con decenas y decenas deextrañas preguntas(algunas muy sutiles y otras no tanto) que, según creían los expertos norteamericanos, desvelarían quiénes habían sido seguidores del Führer.

«Se imprimieron nada menos quetrece millones de formularios,que fueron entregados a quienes tenían un pasado turbio o a alemanes que buscaban empleo. La cifra correspondía aproximadamente a la del número de Pg, los “miembros del Partido”. […]. Un alemán no podía entregarse a la vida normal mientras su cuestionario, debidamente cumplimentado, no hubiese sido entregado y comprobado. Hasta entonces se hallaba en una especie de purgatorio que lo dejaba fuera de la ley. Si uno quería seguir adelante,tenía que afrontar la inquisición y rellenar el formulariocon sus preguntas “a veces estúpidas”», destaca Macdonogh.
De esta forma, no rellenarlo podía significarquedarse sin trabajoy sin los deseados cupones de racionamiento de comida entregados por los americanos (absolutamente necesarios en aquellos tiempos, pues la economía de Alemania había quedado tan mermada que era extremadamente difícil encontrar algo que llevarse al estómago). Por el contrario, si el afectado respondía de forma que los mandos aliados consideraran sospechosa, podía ser declaradoprisionero de guerrao, incluso, enviado a uno de los nuevoscampos de prisionerosestablecidos por los libertadores.
Las preguntas
Como señala Macdonogh en su texto, el «fragebogen» constaba de12 páginas y entre 133 y 150 preguntas(dependiendo de la fuente histórica a la que se acuda). Usualmente, era entregado a los sospechosos de haberse relacionado con elnazismojunto al siguiente mensaje: «La información falsa tendrá como consecuencia unaacción procesal por parte de los tribunalesdel gobierno militar». De esta forma, y aunque los americanos no tenían ni pajolera idea de si lo que estaban respondiendo los alemanes era verdad o mentira, al menos creían infundir algo der miedo en los examinados para evitar que falsearan lo que escribían.
El cuestionario contaba con más de un centenar de preguntas
Entre sus primeras líneas, el «fragebogen» incluía cuestiones tan absurdas comocuál era el número de cuenta bancariaypostaldel entrevistado,cuál era el color de sus ojos,cuánto pesaba o cuál era su religión. Aunque no eran las más extrañas que podían hallarse en sus páginas. «Los aliados deseaban saber también, por ejemplo,si los bombardeos habían afectado a la salud, el trabajo o el sueño del entrevistado. Se pedía información sobre reclamaciones a compañías de seguros y demandas de indemnización, junto con otras preguntas sobre alcantarillado, electricidad y desagües», determina el historiador en su obra.
Estas eran –entre otras- las más sutiles. Posteriormente, y cuando el examinado se había relajado, llegaban las cuestiones de importancia. Entre ellas, destacaban algunas como la que solicitaba información sobreel número de cicatrices que la persona tenía en el cuerpo. Con dicha cuestión, los estadounidenses pretendían hacerse una ligera idea de si el interfectohabía combatido en el frentey tenía restos de alguna herida, contaba con un tatuaje de alguno de los cuerpos militares alemanes (los miembros de las SS, por ejemplo, llevaban grabado su grupo sanguíneo en el brazo) o si, finalmente, disponía de marcas o distintivos de los grupos de duelistas estudiantiles. En el último caso, los aliados no sabían que estas asociaciones habían sido prohibidos por Hitler, lo que hacía que no fuesen partidarias del régimen.
En este sentido, la cuestión número 25 también preguntaba sobre laafiliación a alguna fraternidad estudiantilcuando, realmente, Hitler había sentido gran odio hacia ellas y las había prohibido en 1935 después de un curioso suceso. «El primer clavo de su ataúd lo puso un estudiante borracho de Heidelberg que había llamado a casa del ayudante de Hitler para pedirle que preguntara al Führer cuál era la mejor manera de comerespárragos. Hitler no lo consideró divertido», destaca el autor en su obra.
Entre las más curiosas, finalmente, también se encontraba la siguiente: «¿En algún momento ha esperado la victoria alemana?». Algo totalmente absurdo pues, como bien señala el historiador en su obra, aquel alemán que afirmara que el ejército nazi podía ser derrotado solía ser encarcelado (una medida, que, de hecho, también estuvo en vigor en algunos países aliados durante la guerra).

El búnker de Hitler (Berlín) antes del fin de la guerra
ARCHIVO ABC
Otras de las cuestiones (la número 18) era la que preguntaba si el examinadocontaba con algún familiar dentro de la aristocracia alemana, la cual –según consideraban los americanos- había apoyado la subida de Adolf Hitler al poder. El test también solicitaba al interfecto quele facilitara el partido al que había votado en 1932(las elecciones en las que el Führer y su grupo político -el NSDAP- subieron al poder). «Muchos consideraron absurda la pregunta acerca de su voto; en primer lugar, porque era fácil mentir, y en segundo, porque los alemanes estaban oyendo cómo se les decía queel voto secretoera una de las claves de la democracia», añade Macdonogh.
En los primeros años después de la guerra fueron muchos los que pasaron el test. En principio, se pretendía que una gran parte de la población alemana se viera sometida a él, por lo que se hizo una selección mediante el sistema aleatorioGallup. Esto provocaba, sin embargo, que se personaran en las oficinas aliadas todo tipo de sujetos. «En una casa […] se entrevistó a un adolescente de 13 años y a un anciano de 88 que estaba “bastante gagá”. Un hombre ciego llegó a la entrevista acompañado de su esposa casi completamente sorda, afección que compartía con su marido», destaca el experto. Tampoco evitaban el cuestionario las mujeres de altos oficiales del ejército nazi. Uno de los caos más destacados fue el de EmmyGoering(la esposa del jefe supremo de la fuerza aérea), quien tuvo que responder a pesar de de su cargo.
El hambre, la nueva venganza contra Alemania
Tras determinar que los alemanes eran culpables por haber aupado a Hitler hasta el gobierno y haberle seguido en tiempos de guerra, los estadounidenses establecieron que era necesariocastigarles. Así pues, iniciaron una campaña para atacar donde, por entonces, más dolía a un país cuya economía había sido destrozada por la guerra:en el hambre. De esta forma, rechazaron las peticiones de laCruz Rojapara llevar provisiones hasta la región y devolvieron todas las donaciones que, desde el resto del mundo, se habían recogido para evitar que el pueblo germano muriera de inanición.
«Políticos y militares –como sir Bernard Montgomery- insistían en que no se enviara comida desde Gran Bretaña.La hambruna era un castigo. Montgomery llegó a decir quetres cuartas partes de los alemanes seguían siendo nazis, aunque no reveló la fuente de su información. Los alemanes sólo podían culparse a sí mismos, y debían continuar ocupando el último lugar de la cola», señala Macdonogh.
Para los americanos, el hambre de Alemnia era un justo castigo
Sólo gracias a la intervención de algunos intelectuales como el judío Víctor Gollancz se consiguió que algunos alimentos llegaran hasta Alemania. En su caso, consiguió movilizar a la sociedad tras hacer un estudio que determinó que, mientras que eran necesarias2.650 calorías para sobrevivir haciendo esfuerzo físico(trabajando), los germanos ingerían en marzo de 1946 entre1.200 y 1.500en la zona del país controlada por los británicos;950 en la francesa y 1.270 en la Estadounidense. Destaca que, en palabras de este investigador, unas 1.500 calorías bastaban para sobrevivir acostado, pero no para realizar una vida diaría usual.
En ese tiempo comenzó a correr el rumor en Alemania de que las calles no eran zonas seguras paraperros y gatos. No era para menos, pues los germanos tuvieron que recurrir a todo tipo de originales «recetas» para poder subsistir. «Lasratas y ranas, junto con loscaracoles, permitían hacer una sopa que llenaba la barriga. Elcaballoera un plato relativamente común […] Se hacía harina de brotes, escaramujos, y enea. Lasbellotas, los dientes de león y lasraíces de altramuzse molían para hacer café. […] Las setas silvestres eran una bendición en la temporada: evitaban los gruñidos del estómago, pero más tarde torturaban a quien las consumía por su carácter indigesto», destaca el autor en su obra.
A la caza del arte
Pero el «fragebogen» y las hambrunas no fueron las únicas represalias de los ejércitos aliados sobre Alemania. De hecho, estos aprovecharon cada minuto de su estancia para–en muchos casos- saquear y robar todo aquello que podían. El mayorexpoliose produjo en elmundo del artedonde, amparándose en la sustracción sistemática que los nazis habían realizado de pinturas y esculturas para Hitler, estadounidenses y soviéticos se llevaron a sus respectivos países todo aquello que consideraron digno de ser disfrutado por sus ciudadanos.
Concretamente, este saqueo comenzó cuando los soviéticos se encontraron casi por casualidad con varias obras de arte en una vivienda. Al discernir la ingente cantidad de cultura que albergaba Alemania,Stalinenvió entonces a un grupo específico de expertos para que las recuperara. No obstante, este equipo llegaba en multitud de casos tarde y tenía que observar con sufrimiento como lossoldados del Ejército Rojoeliminaban centenares de cuadrosy esculturaspor considerarlas contrarias al régimen comunista. A pesar de ello, lo cierto es que consiguieron llevarse un buen pellizco de ellas hacia las heladas tierras del este para que hicieran las veces de trofeos de guerra.
«La némesis de esta campaña rusa de obtención de trofeos era el departamentoMFAA (Monuments, Fine Arts and Archives; Monumentos, Bellas Artes y Archivos) del ejército de los Estados Unidos, que también se llevó obras de arte, incluidos doscientos lienzos encontrados en Berlín, y las puso bajo “custodia”. Los americanos planearon en principio embarcar con destino a su país un gran porcentaje de los tesoros artísticos de Alemania», añade Macdonogh. La teoría era impecable, pero lo cierto es que hubo que esperar hasta la llegada del presidente Truman para que una buena parte de ellas fueran devueltas a Alemania.
Cinco preguntas a Alberto de Frutos
M.P.V.
De entre los centenares de historias de robos y abusos, una de las más recordadas en Alemania es la sucedida en una pequeña villa que recibió la visita de un pelotón americano. Sus miembros, sin mediar palabra, se llevaron la pieza más preciada del lugar a Estados Unidos: una colección de soldaditos de plomo con décadas de antigüedad. Sin embargo, y a base de enviar cartas, el director del lugar logró que, poco a poco, los americanos les devolvieran una buena parte de las figuras.
Este curioso hecho es narrado ampliamente por el escritor Alberto de Frutos en «Tiempos y costumbres», una obra que une literatura e historia y se atreve a pasar sin paños calientes por la época en la que, tras la Segunda Guerra Mundial, los aliados iniciaron su peculiar venganza y «desnazificación». En esta obra –la cuarta de relatos que publica- el autor también ha introducido todo tipo de narraciones actuales que encandilarán sobremanera al lector.
¿Qué es «Tiempo y Costumbres»?
«Tiempo y costumbres» es una colección de relatos. Algunos de tema contemporáneo y otros pocos (aproximadamente cuatro o cinco) de tema histórico. Son casi como cuatro o cinco pequeñas novelas que muestran un hecho concreto. En ellos se puede encontrar desde una historia de la Segunda Guerra Mundial, hasta una del Transiberiano. Precisamente de esta división viene el título: «Tiempos» (relatos históricos) y «Costumbres (relatos de tema contemporáneo, más costumbristas, más del día a día).
Ha escrito cuatro libros de ficción, pero usualmente trabaja mano a mano con la historia…
Bueno, como ambas cosas consisten en lo mismo -que es sentarte de un folio en blanco y contar historias- tampoco veo tanta diferencia. Al final todo se reduce a transmitir al lector una serie de sensaciones, emociones y datos. Pero ambas se compaginan y son dos cosas que me apasionan. En el caso de la literatura, para mí es un hobby.
¿Qué pueden encontrar los aficionados a la historia en este libro?
Bueno, los relatos históricos son pequeñas píldoras de diferentes épocas que van desde el principio del SXIX hasta la Segunda Guerra Mundial. En este caso, se va a encontrar lo que en una novela histórica: lo que aparece en un ensayo histórico y sesudo, pero de una forma mucho más digerible. Es decir, permite hallar los mismos datos y el mismo contexto histórico, pero con unos personajes cercanos de carne y hueso. Estos relatos te acercan más a la historia, ya que te permiten poner cara a los datos y a las fechas.
Esto no significa que el ensayo histórico sea indeseable, pero el novelista lee estos ensayos y los hace más digeribles para un lector que, por ejemplo, no disponga del tiempo suficiente para acceder a un texto así. En definitiva, no se prescinde de datos, pero se acercan de forma mucho más amigable al público.
¿Y en el relato que nos ocupa?
Aquellos que lean este relato van a conocer perfectamente como era la Alemania de 1945, la Alemania del apocalipsis y la posguerra. Fue una época en la que los que había sido hasta ese momento vencedores se convirtieron en humillados, cuando cambiaron las tornas. También fue la época en la que la gente que estaba oprimiendo a la población alemana simplemente cambió de rostro, pues vinieron unos nuevos opresores que –bajo la excusa de la «deszacificación»- cometieron todo tipo de tropelías.
¿Cómo es posible que naciera un sentimiento de culpa en Alemania si, en muchos casos, no sabían los delitos cometidos por el nazismo?
En mi opinión, cuando la gente empezó a ver el fin del Reich de los mil años -y aunque decían que no sabían cosas como la existencia de los campos de concentración- comenzó a nacer ese sentimiento de culpa. Darte cuenta de que la persona a la que probablemente votaste y a la que seguiste en las manifestaciones ha sido responsable de la muerte de seis millones de judíos es un peso enorme. Por ello, esa venganza aliada se aceptó y se entendió que lo mejor era pasar página y asumir las violaciones, las matanzas y el internamiento de alemanes en campos de concentración
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La guerra de Hitler contra las mujeres
El campo de Ravensbrück fue ideado solo para ellas, albergó 150.000 presas, cuatrocientas españolas. Mil morían cada día

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Reclusas de Ravensbrück en un dibujo crudelísimo
Los macabros engranajes del terror nazifueron una maquinaria perfectamente ideada, una maquinaria dantesca para asesinar a todos los enemigos del III Reich y de lapurísimaraza aria. Eran los llamadosinútilesy dentro de laSolución Final, además de millones de judíos, cabían todos:comunistas, izquierdistas, resistentes, prostitutas, gitanos, homosexuales, católicos... y por supuesto miles y miles de mujeres. Entre ellas, un numerosísimo grupo de resistentes francesas y polacas, sobre todo, y un puñado de valentísimas mujeres pertenecientes a los cuerpos de operaciones especiales y servicios de espionaje británicos.
Los nazis llegaron incluso a crear un campo especialmente dedicado a las mujeres, el deRavensbrück, situado a 90 kilómetros de Berlín, que fue liberado por el Ejercito Rojo el 30 de abril de 1945.En Ravensbrück llegaron a ser recluidas 150.000 mujeresde las que murieron alrededor de 50.000. Entre esas ciento cincuenta mil,cuatrocientas de ellas eran españolas. Pocas de nuestras compatriotas sobrevivieron.
Mil muertes diarias
Se cree que enRavensbrückmorían diariamente mil de esas mujeres. A lo largo de la terrible existencia del espeluznante campo las mujeres fueron gaseadas y todas fueron sometidas a torturas y crudelísimos espantos.Muchos de los asesinados eran niños, y también hijos de las presas que en ocasiones eran estrangulados, otras descoyuntados y otras directamente estampados contra la pared.
Espeluznantes experimentos
Dado que se trataba de un campo solo para mujeres (aunque se construyó un anexo para 20.000 hombres) allí tuvieron lugar terribles y espeluznantes experimentos que tenían que ver con la función reproductiva de las mujeres, que eran también sometidas a inspecciones ginecológicas salvajes. A otras se les inoculaban enfermedades (la sífilis, por ejemplo), se las hacía perder la menstruación y se les alteraba el sistema hormonal. Además, el frío era espeluznante, alrededor de veinte grados bajo cero en invierno, la alimentación escasa por no decir inexistente y las enfermedades se propagaban entre las víctimas a toda velocidad. Como auténticas plagas.
Muchas fueron obligadas a prostituirse (por no decir algo peor) para satisfacer los deseos de los guardianes (y guardianas) y los miembros de las SS que vigilaban los campos. A otras, se las obligaba a estar desnudas fuera de los barracones hasta que morían de frío.
Por si fuera poco, muchas de las supervivientes (las rusas, especialmente) acabarían en otros campos de exterminio los delGulag de Stalin.
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¿Homenaje nazi? Protestas por buque con nombre de un oficial de las Waffen SS

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El 'Peter Schelte', el buque más grande del mundo, desata la polémica en los Países Bajos por llevar el nombre de un antiguo oficial de la Waffen SS. La embarcación suizo-neerlandesa ha llegado a Rotterdam tres semanas antes del 70 aniversario de la liberación de Auschwitz.
El'Peter Schelte', el buque más grande del mundo, llegó a Rotterdam el pasado jueves, desatando una fuerte polémica por homenajear con su nombre a un oficial del asesino cuerpo de combate de élite de las SS, informa el diario 'The Jerusalem Post'.
El barco pertenece a Edward Heerema, hijo de Schelte y propietario del grupo suizo-neerlandés Allseas. Diversas organizaciones judías de todo el mundo han dirigido una petición al propietario del barco para que cambie su nombre. En la misma citan una afirmación del propio Schelte: "La raza alemana es modelo. La judía, en comparación, es parasitaria".
Jonathan Arkush, vicepresidente del Consejo de diputados de judíos británicos, considera que "nombrar un buque de este tipo en honor de un oficial de las SS que fue condenado por crímenes de guerra es un insulto para millones de personas que sufrieron y murieron a manos de los nazis".
La eslora del barco más grande del mundo es de 382 metros y la manga de 124 metros. El buque tiene como función la instalación y desmantelamiento de plataformas petrolíferas.
http://actualidad.rt.com/actualidad/164516-rotterdam-nombre-buque-provocar-protesta
 

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Orban reconoce la “vergonzosa” actuación de Hungría en el Holocausto
El primer ministro critica que muchos ciudadanos eligieran el mal en lugar del bien


El primer ministro húngaro, Viktor Orban, este lunes en el cementerio de Budapest. / ATTILA KISBENEDEK (AFP)
El primer ministro húngaro, el conservador Viktor Orban, ha superado este lunes las dificultades de su Gobierno para reconocer el papel que desempeñó Hungría durante el Holocausto, y ha afirmado que muchos ciudadanos del país centroeuropeo actuaron "de forma vergonzosa" durante la Segunda Guerra Mundial.
Alrededor de 430.000 de los 1,3 millones de personas que murieron en Auschwitz eran judíos húngaros, según la página web del 70 aniversario de la liberación del campo de concentración, cuyos actos conmemorativos se celebrarán mañana martes. Hungría estará oficialmente representada en Auschwitz, ha indicado Orban.
Ciudadanos húngaros ayudaron a trasladar a los judíos húngaros a los campos de concentración en 1944 en solo dos meses después de que las tropas alemanas invadieran el país.
"Es una tragedia para la nación de Hungría y una irremediable pérdida para la comunidad judía húngara", ha continuado el primer ministro.
"[Durante la Segunda Guerra Mundial], fuimos indiferentes cuando debimos haber ayudado, y hubo muchos, muchísimos húngaros que eligieron el mal en lugar del bien, que optaron por actos que avergüenzan en lugar de actuaciones honestas", ha añadido el primer ministro.
Esta contundente declaración fue la que sus críticos le reclamaron en vano el año pasado, cuando el Gobierno de Orban erigió un monumento a la Segunda Guerra Mundial que asociaciones judías dijeron que pretendía lavar la imagen de Hungría durante el Holocausto.

elpais.es
 

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GERHARD WIESE | EXFISCAL DE LOS JUICIOS DE FRÁNCFORT
“Pensaba que Auschwitz era propaganda rusa”
Alemania juzgó a unos 20 miembros de las SS que trabajaron en el campo de exterminio



Gerhard Wiese, fiscal en los juicios de Fráncfort a miembros de las SS. / THOMAS LOHNE
Más de una década después de que los soviéticos liberasen Auschwitz, los ciudadanos de la Alemania Occidental no sabían, o no querían saber, los horrores cometidos de aquel lugar. A fines de los cincuenta, el fiscal general del Estado de Hesse, Fritz Bauer, socialdemócrata y de origen judío, comenzó una investigación para llevar a responsables del campo de exterminio al banquillo. Aquel proceso lo ha plasmado el director italiano Giulio Ricciarelli en la película La conspiración del silencio, estrenada en España el pasado viernes. Si en el filme el protagonista es un fiscal obsesionado por demostrar lo que habían perpetrado los nazis, en la vida real fueron tres los fiscales que trabajaron con Bauer. Uno de ellos, Gerhard Wiese, hoy con 86 años, recuerda la primera vez que tuvo noticia de Auschwitz, cuando contaba solo 17: "Estaba prisionero de los soviéticos. Un día pegaron en unos tablones fotos del campo. No me lo podía creer, pensaba que era propaganda rusa", cuenta por correo electrónico.
Wiese progresó hasta llegar a fiscal de la Audiencia Provincial de Fráncfort, perteneciente a Hesse. Sus compatriotas preferían "preocuparse por la comida, la calefacción o el trabajo". "Los que tenían interés sí podían saber lo de Auschwitz, porque lo habían contado las víctimas y por los juicios de Núremberg. Sin embargo, la gente pensaba que se había juzgado todo". El director de La conspiración del silencio, italiano residente en Alemania desde los cuatro años, apunta que "cuando acabó la guerra, el país estaba destruido y su población en estado de shock. No había fuerzas para enfrentarse a un pasado tan reciente y tampoco hubo interés por los aliados ni por Adenauer".
Fue un periodista, Thomas Gnielka, quien puso sobre la pista a Bauer al entregarle "unas actas de las SS de Wroclaw [Polonia] en las que aparecían nombres de miembros de la organización que habían matado a tiros a prisioneros", unos documentos que le había proporcionado un superviviente del Holocausto. Wiese explica que el jefe de su sección le preguntó "si quería formar parte del proceso", y dijo que sí. “Participé en la redacción del sumario de la acusación y en el juicio oral" que se inició en 1963 contra 22 miembros de segunda fila de las SS. La mayoría fueron condenados a penas de entre 3 y 14 años de cárcel. Sin embargo, los chicos de Bauer no lograron su "gran objetivo", capturar a Mengele, el médico responsable de atroces experimentos con humanos en Auschwitz. "Mi colega el fiscal Kübler viajó a Gunzburgo, donde estaba su familia y la fábrica de los Mengele, y a Zúrich. Allí intentamos atraparlo, pero no lo conseguimos, con más suerte le hubiéramos detenido".

Un fotograma de 'La conspiración del silencio'.
Wiese reconoce que durante la investigación sus compañeros se toparon con autoridades policiales que les preguntaban si era preciso remover el pasado. ¿Y él, no tuvo miedo a conocer su pasado familiar? "Mi padre fue prisionero de guerra y no volvió hasta 1949, pero nunca se alistó al Partido Nazi. No tuve ese conflicto".

elpais.es
 

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Por 300 mil muertes en Auschwitz, juzgan a nazi de 93 años
Un anciano de 93 años exvoluntario de las unidades élite nazis será juzgado en Alemania por complicidad en la muerte de al menos 300.000 personas en un juicio que comenzará el 21 de abril, según fijó el tribunal a cargo.

La Fiscalía General de Hannover considera que el acusado estaba encargado de deshacerse del equipaje de los presos que llegaban al campo de exterminio nazi en Auschwitz, Polonia.

El entonces voluntario de las Waffen-SS, cuerpo de élite de las temibles Schutzstaffel (SS) nazis, sabía que los presos considerados no aptos para trabajar serían asesinados en cámaras de gas, por lo que contribuyó conscientemente con su trabajo a la maquinaria de exterminio sistemático nazi, según la fiscalía.

El acusado estuvo destinado al parecer a la plataforma a la que llegaban los trenes de presos entre mayo y julio de 1944. Desde el 16 de mayo al 11 de julio de ese año llegaron al lugar 137 trenes con unos 425.000 deportados desde Hungría, la mayoría de ellos judíos.

La corte de Luneburgo, donde tendrá lugar el juicio, señaló que hasta ahora 55 querellantes se unieron al proceso. Hasta finales de julio están previstas 26 audiencias.

El juicio se enmarca en una serie de nuevos procesos a excolaboradores de campos de concentración nazis que se inició en 2011 con la condena a cinco años de prisión a John Demjanjuk, exguardia del campo de Sobibor.

El juicio sentó jurisprudencia y abrió el camino al procesamiento de personas que hicieran posible con su trabajo la maquinaria de exterminio nazi, sin necesidad de probar su participación en crímenes concretos.
ambito web
 
depende a lo que uno llama heroes...vestirse de polaco y matar a tus compatriotas para iniciar una guerra, no me parece muy de heroe...o vestirse como el enemigo, disparar a tropas enemigas disfrasado como ellas en las ardenas...tampoco me parece muy de heroe...o rodear una colina, para capturar a tu objetivo y se te escape...pues...tampoco me parece mucho.
pero son gustos... realmente no entra en categoria de heroe este personaje de la historia...y mucho menos, si era afiliado al partico nacional socialista.
esta en cada uno.
un abrazo
Rommel también fue afiliado...... y se lo respeta de otra manera
Si eras funcionario eras afiliado, sino no eras nada-
Eso no quiere decir que haya participado de masacres-

Es una de las grandes contradicciones no explicadas por la Historia.

Saludos
 

tanoarg

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Rommel también fue afiliado...... y se lo respeta de otra manera
Si eras funcionario eras afiliado, sino no eras nada-
Eso no quiere decir que haya participado de masacres-

Es una de las grandes contradicciones no explicadas por la Historia.

Saludos
mainstein no era afiliado, tampoco guderian...
y tampoco considero a rommel...un heroe...
 

Barbanegra

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Demmin, suicidio colectivo tras la Segunda Guerra Mundial
Durante 70 años, la ciudad alemana de Demmin había preferido echar tierra sobre este recuerdo. Cuando supieron que Alemania había perdido definitivamente la guerra, cientos de sus habitantes se arrojaron atados a sacos de piedras, junto a sus hijos pequeños, a las aguas del río Peene. Muchos otros se dispararon con armas de fuego. Todo menos sucumbir vivos al Ejército Rojo. El historiador de Hamburgo Florian Huber ha cifrado por primera vez en alrededor de 900 las muertes de aquel suicidio colectivo, uno de los capítulos por documentar del final de la II Guerra Mundial, en el libro recién presentado en Alemania y que lleva por título 'Hijo, prométeme que te matarás. El ocaso de la gente de a pie en 1945'.

"Los cuerpos cubrían toda la orilla del río. Fueron excavadas fosas comunes en el cementerio porque no era posible darles entierro de otra manera. Los recogíamos en carretillas y los depositábamos a la fosa. Por el camino íbamos reconociendo a vecinos, la maestra del pueblo, el practicante..." relata una de los testigos que ha relatado la historia, la que entonces era solo una niña de 10 años, Irene Bröke.

Huber también ha rescatado documentos locales en los que se anotaron precariamente los enterramientos. Junto a muchas de las anotaciones aparecen signos de interrogación que impiden identificar con exactitud a los difuntos. "No hubo tiempo para eso, era necesario proceder a los enterramientos y no había más días para confirmar de quién se trataba porque tampoco era posible contactar con familiares o conocidos, también desaparecidos", explica el autor.

'Histeria colectiva'
Huber habla de una "histeria colectiva" y subraya la influencia que tuvieron sobre aquellas personas y su terrible decisión las palabras reiteradas en diferentes discursos radiofónicos por el ministro de Propaganda de Hitler, Joseph Geobbles, insistiendo en que "mejor la muerte que caer en manos de los rusos". También las noticias de saqueos y violaciones masivas que llegaban desde ciudades cercanas a este pueblo de Mecklemburgo-Pomerania Occidental llevaron a muchos vecinos a pensar que "un final rápido era el mal menor".

"Sólo hicieron lo mismo que había hecho Hitler", explica otro de los supervivientes. "Mi padre había huido con nosotros al monte para evitar estar en el pueblo cuando llegaran los rusos. Días después, cuando regresamos, los cuerpos de los ahorcados colgaban todavía de las ramas de los árboles que seguían el camino, más y más cuerpos se apilaban en las orillas del río y de las casas salía un olor putrefacto de los cuerpos de familias enteras que se habían suicidado en la sala de estar", relata Karl Schlösser.

Cuando la familia Schlösser regresó al pueblo, los rusos ya habían pasado por allí y su casa había sido incendiada: "No teníamos nada, así que nos instalamos en una casa vecina. Nadie vino a reclamarla porque todos los miembros de la familia que la habitaban se habían suicidado".

http://www.elmundo.es/internacional/2015/02/09/54d8994522601d7c198b457a.html
 

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Un antiguo médico de Auschwitz, imputado a los 94 años en Alemania
  • Se trata de uno de los 30 ex miembros de las SS que investiga la fiscalía alemana, en el último intento por juzgar a los presuntos colaboradores necesarios de la Solución Final

Las puertas del lugar de los horrores nazis, en la actualidad. Auschwitz, Polonia.



La fiscalía alemana ha imputado a un antiguo sargento de las SS de 94 años por el delito de complicidad en el asesinato de 3.681 personas. El anciano habría servido en la unidad médica del campo de exterminio de Auschwitz y es uno de los 30 ex miembros de las fuerzas del Tercer Reich que investigan las autoridades germanas a partir de las informaciones recabadas por la Oficina Central de Investigación de los Crímenes Nazis, que en 2013 localizó y señaló a los últimos responsables del exterminio cometido durante los años del nazismo.

El portavoz de la fiscalía de Schwwerin, Stephan Urbanek, explicó a los medios que el supuesto criminal de guerra nazi sirvió como médico en Auschwitz, desde donde ayudó al funcionamiento del campo de exterminio.

La fiscalía y la Oficina Central de Investigación de los Crímenes Nazis se basan en la sentencia de 2011 de los tribunales alemanes contraIvan Djemanjuk para poder acusar a los antiguos miembros de las SS que participaron en la Solución Final, que establecía que la participación como miembro de la organización nazi en los campos de exterminio resultaba en una colaboración necesaria para el asesinato de miles de personas.

Un proceso inacabado
Antes, las dificultades que suponían las leyes de la RFA para juzgar a antiguos nazis se demostró en el primer gran proceso en Alemania --al margen de los juicios de los aliados en la inmediata posguerra, como Nuremberg-- que juzgó los crímenes de Auschwitz: el Proceso de Frankfurt con el que el fiscal Fritz Bauer culminaba su investigación. Entre 1963 y 1965, 22 antiguos oficiales fueron juzgados de los cuales 18 fueron sentenciados, de ellos seis a cadena perpetua y el resto a penas que variaron entre los 5 y los 14 años. Ninguno cumplió íntegramente la condena ¿Por qué entonces no se continuó con la persecución?

La oficina federal siguió investigando posibles casos de crímenes desde los 60, sin embargo, siguió siendo extremadamente complicado para los investigadores y fiscales elaborar acusaciones sólidas para poder demostrar asesinatos cometidos a título individual y no como crímenes contra la humanidad, que no contemplaba el código penal alemán.

Muchos de ellos sólo pudieron ser acusados de homicidio. A pesar de ello, el organismo alemán, indica que se completaron alrededor de 7.500 casos desde 1958, que supusieron finalmente 6.498 sentencias --hasta 2012- de las cuales 13 fueron a pena de muerte, 169 a cadena perpetua y 6.201 a diferentes penas de cárcel.

El caso Demjanjuk sentó un precedente en la jurisprudencia alemana, al no considerar necesario probar el asesinato, sino la condición de haber ayudado a la matanza de miles de personas. Así, la oficina que dirige Kurt Schrimm se ha volcado en los últimos años a por los antiguos responsables, entre ellos, los guardias de Auschwitz que se tenían documentados y que podían ser condenados de forma similar.

Todos tienen más de 90 años, como el antiguo médico ahora imputado y algunos han muerto en los procedimientos iniciales de la investigación. La identidad del criminal de guerra imputado esta semana es desconocida, tal y como protege la legislación alemana.
elmundo.es
 

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Revelan que Hitler bombardeó a miles de alemanes para probar cohetes V-2
Durante la Segunda Guerra Mundial, Adolf Hitler bombardeó a miles de alemanes con cohetes V-2 para probar su fuerza, echando la culpa por el daño a las Fuerzas Aliadas, de acuerdo con un archivo mantenido en secreto durante décadas por un coleccionista alemán.

Documentos secretos de las fuerzas nazis SS, que revelan cómo Hitler utilizó a los ciudadanos alemanes como objetivos vivos para prácticas de bombardeo antes de atacar al Reino Unido y Europa continental en la Segunda Guerra Mundial, serán vendidos por una casa de subastas de Londres el 18 de marzo, informa 'The Daily Mail'.




Se cree que el archivo, gran parte del cual está escrito en alemán codificado, proporciona evidencias de que los misiles balísticos V-2 fueron puestos a prueba en pueblos y ciudades en los territorios alemanes de Pomerania, antes de ser disparados contra Londres, Amberes y Lieja, matando a más de 7.000 civiles.

Los documentos fueron emitidos por la unidad secreta, Kommandostelle S, para informar de la magnitud de la devastación, y fueron rescatados de ser quemados en los últimos días de la guerra. Durante casi 70 años, el archivo fue guardado por un coleccionista alemán, pero ahora se espera que se vendan en la subastas de Chiswick, Londres, por 3.700 dólares.

http://actualidad.rt.com/actualidad/168782-hitler-bombardear-alemanes-cohetes
 
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