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<blockquote data-quote="Ciclista" data-source="post: 1276693" data-attributes="member: 5338"><p>De acuerdo a Aberto Silva Palma (tengo su libro de principios del S. XX. Gran libro), que era oficial de la O´higgins, el desembarco de los cañones (24 piezas) fue en Ite. En resumen, describe el asunto de la manera siguiente:</p><p> </p><p><em>A mediados de abril, cuando ya estaban distribuidos y preparados para emprender la marcha, los reconocimientos dieron a saber que los caminos para la artillería arrastrada eran intransitables, y en tal emergencia se dio orden de hacerla retroceder para nuevamente embarcarla en Ilo, en el transporte Itata, que debía trasladarla a Ite, y allí desembarcarla para juntarse con el Ejército en Buenavista.</em></p><p> </p><p>Se realiza el movimiento señalado por Silva Palma, pero el Itata arribado a Ite no puede desembarcar de inmediato los cañones por la fuerte marejada. Prosigue el relato:</p><p> </p><p><em>En los últimos días del mes, aprovachando un recalmón, se logró echar a tierra los 24 cañones de campaña con todo su equipo.</em></p><p><em>Cuando quisieron ponerse en marcha para subir a la altiplanicie, vieron que no había camino ni elemento de ninguna especie, quedando, por consiguiente, la artillería del Ejército metida en un círculo sin salida; por un lado, el mar, y por el otro, un cerro paredón de 300 metros de altura, que no había como subirlo.</em></p><p><em>Mientras tanto Velásquez venía clamando por su artillería.</em></p><p><em>En la desesperación de este conflicto, el capitán Orella, comandante del Covadonga, que allí estaba presente, salió al frente para hacerse cargo del trabajo.</em></p><p><em>El, en persona, con sus marineros y elementos de la goleta, estableció, desde la playa hasta la cumbre, un servicio de aparejos y andariveles.</em></p><p><em>El comandante Ricardo Santa Cruz, con sus zapadores, dirijidos por Orella, uno a uno cada cañón, cada armón, eran tirados pendiente arriba, escalonando en los cortes ex profeso labrados en el cerro, hasta hacerlos llegar a la cima.</em></p><p> </p><p>La faena debe haber sido muy pesada, ya que el relato cuenta que <em>Una tarde flaqueó Orella, le faltaron las fuerzas y cayó rendido</em>. Pero el esfuerzo e inventiva de Orella le valió citaciones y propuesta del ministro de guerra en campaña de un ascenso. Recién el 8 de mayo de completó la faena de llevar a la cima del acamtilado al último de los 24 cañones.</p><p> </p><p>Saludos.</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Ciclista, post: 1276693, member: 5338"] De acuerdo a Aberto Silva Palma (tengo su libro de principios del S. XX. Gran libro), que era oficial de la O´higgins, el desembarco de los cañones (24 piezas) fue en Ite. En resumen, describe el asunto de la manera siguiente: [I]A mediados de abril, cuando ya estaban distribuidos y preparados para emprender la marcha, los reconocimientos dieron a saber que los caminos para la artillería arrastrada eran intransitables, y en tal emergencia se dio orden de hacerla retroceder para nuevamente embarcarla en Ilo, en el transporte Itata, que debía trasladarla a Ite, y allí desembarcarla para juntarse con el Ejército en Buenavista.[/I] Se realiza el movimiento señalado por Silva Palma, pero el Itata arribado a Ite no puede desembarcar de inmediato los cañones por la fuerte marejada. Prosigue el relato: [I]En los últimos días del mes, aprovachando un recalmón, se logró echar a tierra los 24 cañones de campaña con todo su equipo.[/I] [I]Cuando quisieron ponerse en marcha para subir a la altiplanicie, vieron que no había camino ni elemento de ninguna especie, quedando, por consiguiente, la artillería del Ejército metida en un círculo sin salida; por un lado, el mar, y por el otro, un cerro paredón de 300 metros de altura, que no había como subirlo.[/I] [I]Mientras tanto Velásquez venía clamando por su artillería.[/I] [I]En la desesperación de este conflicto, el capitán Orella, comandante del Covadonga, que allí estaba presente, salió al frente para hacerse cargo del trabajo.[/I] [I]El, en persona, con sus marineros y elementos de la goleta, estableció, desde la playa hasta la cumbre, un servicio de aparejos y andariveles.[/I] [I]El comandante Ricardo Santa Cruz, con sus zapadores, dirijidos por Orella, uno a uno cada cañón, cada armón, eran tirados pendiente arriba, escalonando en los cortes ex profeso labrados en el cerro, hasta hacerlos llegar a la cima.[/I] La faena debe haber sido muy pesada, ya que el relato cuenta que [I]Una tarde flaqueó Orella, le faltaron las fuerzas y cayó rendido[/I]. Pero el esfuerzo e inventiva de Orella le valió citaciones y propuesta del ministro de guerra en campaña de un ascenso. Recién el 8 de mayo de completó la faena de llevar a la cima del acamtilado al último de los 24 cañones. Saludos. [/QUOTE]
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