Durante los primeros días de Enero pasado, aparecía la noticia que Estados Unidos mediante una rápida operación había puesto fuera de servicio 28 misiles antiaéreos HN-5 de procedencia china pertenecientes al Ejército de Bolivia. Un C-130 de la USAF transportó los misiles hasta una base aérea cercana -se estima la base General Estigarribia en Paraguay- desactivó los misiles y posteriormente los regresó a Bolivia.
Este hecho pasó muy desapercibido a nivel gubernamental , y llamó bastante la atención que una intromisión directa de EEUU no fuera un tema al que se le diera mayor publicidad ni mereciera algún comentario por parte de algún miembro del gobierno, tanto de Argentina como de Brasil.
Ahora la historia se va cerrando y conociendo un poco más sobre la verdad de los hechos, está bastante en claro el silencio del gobierno y de la prensa en general. La historia es larga pero vale la pena:
No hace mucho tiempo atrás, Gendarmería Nacional realizó un arresto en el puente internacional que úne Puerto Iguazú con Foz Iguazú. La orden provenía del Juzgado Federal a cargo del Dr. Julio Speroni. Se desconocen los cargos, pero ésta persona fue trasladada a Capital Federal donde prestó declaración en reiteradas oportunidades bajo identidad reservada. De dichas declaraciones surgió que un alto general del ejercito boliviano había establecido gestiones con miembros de la aduana paraguaya para cruzar vía Argentina, algún equipamiento.
Siguiendo con el relato de éste testigo de identidad protegida, se trataba de misiles antiaéreos que habían sido vendidos por éste militar boliviano a un grupo no identificado de “árabes ó musulmanes” de Ciudad del Este. Desde los arsenales del ejército boliviano, fueron retirados 5 misiles antiaéreos que fueron transportados en dos camiones por seguridad. Antes de llegar a la frontera argentina, un “piquete” de mineros bolivianos sólo permitió el paso del primer camión, el que transportaba tres misiles. El otro camión debió regresar con dos de los misiles, los que fueron restituídos al arsenal, ya que no sabían que hacer con ellos.
El camión cruzó hasta la localidad salteña de Pocitos, donde tras varios trasbordos, llegaron hasta la zona de la Triple Frontera, donde fueron entregados a mujeres de aspecto “árabe”.
El Juez Speroni informó sobre ésta declaración al ministro del interior Aníbal Fernández, al jefe de la SIDE, Héctor Icazuriaga y a Oscar Parrilli, secretario de la presidencia. Se estima que fue el ministro del interior quién transmitió la novedad a la embajada de EEUU, ya que existe un acuerdo a nivel de Naciones Unidas de intercambiar información sobre cualquier hecho donde se vean involucrados misiles antiaéreos portátiles. En el hecho tomaron intervención de inmediato la agencia antidroga (DEA) y la central de inteligencia americana (CIA). Se sabe que el gobierno de EEUU manifestó su malestar por la incapacidad de las autoridades argentinas de detectar a tiempo el tráfico de éstos misiles a través de su territorio y de dos puestos fronterizos. Aunque desde el gobierno argentino se minimizó el asunto hacia la prensa, puertas adentro se aceptó el grave error y se dió consentimiento para que EEUU eliminara todos los misiles antiaéreos de Bolivia.
La situación de Argentina quedó un poco más comprometida cuando personal de la CIA accedieron a los misiles en los arsenales del ejército boliviano. Según los registros de exportaciones y los documentos de Bolivia eran 32 los misiles MANPADS adquiridos correspondientes al modelo HN-5, de los cuales uno era de práctica, faltando en consecuencia los 3 misiles que el testigo había mencionado. Los 28 misiles restantes fueron embarcados en un Hércules y días después regresaron sin sus componentes básicos.
Ahora la historia es un poco más clara y entendible. Era extraño que Kirchner no realizara ningún comentario sobre la intromisión de EEUU, dada la cercanía con Evo Morales; pero ahora se conoce que la intromisión no fue tal. Faltaban 3 misiles y según consta en una causa federal, los mismos ingresaron por Salta y salieron por Misiones sin que en ningún momento se hayan detectado. Un grave error de la inteligencia argentina y de los controles fronterizos.
Por lo pronto hay tres misiles aire-aire que nadie sabe dónde están. Como siempre Argentina no quedó muy bien parada. Más que esperar, hay que rogar que no suceda ningún atentado con dichas armas; ya que Bush no dudaría un instante en considerar a nuestro país como cómplice o facilitador del terrorismo internacional.
Este hecho pasó muy desapercibido a nivel gubernamental , y llamó bastante la atención que una intromisión directa de EEUU no fuera un tema al que se le diera mayor publicidad ni mereciera algún comentario por parte de algún miembro del gobierno, tanto de Argentina como de Brasil.
Ahora la historia se va cerrando y conociendo un poco más sobre la verdad de los hechos, está bastante en claro el silencio del gobierno y de la prensa en general. La historia es larga pero vale la pena:
No hace mucho tiempo atrás, Gendarmería Nacional realizó un arresto en el puente internacional que úne Puerto Iguazú con Foz Iguazú. La orden provenía del Juzgado Federal a cargo del Dr. Julio Speroni. Se desconocen los cargos, pero ésta persona fue trasladada a Capital Federal donde prestó declaración en reiteradas oportunidades bajo identidad reservada. De dichas declaraciones surgió que un alto general del ejercito boliviano había establecido gestiones con miembros de la aduana paraguaya para cruzar vía Argentina, algún equipamiento.
Siguiendo con el relato de éste testigo de identidad protegida, se trataba de misiles antiaéreos que habían sido vendidos por éste militar boliviano a un grupo no identificado de “árabes ó musulmanes” de Ciudad del Este. Desde los arsenales del ejército boliviano, fueron retirados 5 misiles antiaéreos que fueron transportados en dos camiones por seguridad. Antes de llegar a la frontera argentina, un “piquete” de mineros bolivianos sólo permitió el paso del primer camión, el que transportaba tres misiles. El otro camión debió regresar con dos de los misiles, los que fueron restituídos al arsenal, ya que no sabían que hacer con ellos.
El camión cruzó hasta la localidad salteña de Pocitos, donde tras varios trasbordos, llegaron hasta la zona de la Triple Frontera, donde fueron entregados a mujeres de aspecto “árabe”.
El Juez Speroni informó sobre ésta declaración al ministro del interior Aníbal Fernández, al jefe de la SIDE, Héctor Icazuriaga y a Oscar Parrilli, secretario de la presidencia. Se estima que fue el ministro del interior quién transmitió la novedad a la embajada de EEUU, ya que existe un acuerdo a nivel de Naciones Unidas de intercambiar información sobre cualquier hecho donde se vean involucrados misiles antiaéreos portátiles. En el hecho tomaron intervención de inmediato la agencia antidroga (DEA) y la central de inteligencia americana (CIA). Se sabe que el gobierno de EEUU manifestó su malestar por la incapacidad de las autoridades argentinas de detectar a tiempo el tráfico de éstos misiles a través de su territorio y de dos puestos fronterizos. Aunque desde el gobierno argentino se minimizó el asunto hacia la prensa, puertas adentro se aceptó el grave error y se dió consentimiento para que EEUU eliminara todos los misiles antiaéreos de Bolivia.
La situación de Argentina quedó un poco más comprometida cuando personal de la CIA accedieron a los misiles en los arsenales del ejército boliviano. Según los registros de exportaciones y los documentos de Bolivia eran 32 los misiles MANPADS adquiridos correspondientes al modelo HN-5, de los cuales uno era de práctica, faltando en consecuencia los 3 misiles que el testigo había mencionado. Los 28 misiles restantes fueron embarcados en un Hércules y días después regresaron sin sus componentes básicos.
Ahora la historia es un poco más clara y entendible. Era extraño que Kirchner no realizara ningún comentario sobre la intromisión de EEUU, dada la cercanía con Evo Morales; pero ahora se conoce que la intromisión no fue tal. Faltaban 3 misiles y según consta en una causa federal, los mismos ingresaron por Salta y salieron por Misiones sin que en ningún momento se hayan detectado. Un grave error de la inteligencia argentina y de los controles fronterizos.
Por lo pronto hay tres misiles aire-aire que nadie sabe dónde están. Como siempre Argentina no quedó muy bien parada. Más que esperar, hay que rogar que no suceda ningún atentado con dichas armas; ya que Bush no dudaría un instante en considerar a nuestro país como cómplice o facilitador del terrorismo internacional.