Desde las diferentes Armas cuestionan los fundamentos y el sistema implementado para la promoción de oficiales dentro del escalafón. Señalan gran desorganización en relevamientos y designación de destinos
El pasado 9 de diciembre tuvo ingreso por medio de la Mesa de Entrada del Senado la lista de ascensos firmados por la ministro de Defensa, Nilda Garré, del personal que debía obtener un grado superior a partir de 2009.
Como bien dice al final del documento, se constató que los miembros ascendidos "reunieran las condiciones exigidas por la Ley Nº 19.101", marco regulatorio del Personal Militar. Asimismo, destaca en el mismo envío que mediante "la información suministrada por la Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos surge que no se hallan antecedentes que vinculen a los oficiales superiores y jefes propuestos con causas por violaciones a los derechos humanos y/o causas contra el orden constitucional".
Sin embargo, lo anterior generó controversias y críticas por parte de miembros de la Fuerzas Armadas, quienes aseguran que, en muchos casos, no se tuvieron en cuenta a miembros con excelentes antecedentes pero que, al tener relación familiar con algún militar acusado de violación a los DDHH durante la última dictadura militar, no obtuvieron el ascenso. "Hasta fueron excluidos de las promociones sobrinos lejanos de ignotos miembros de las distintas Fuerzas que participaron en operativos durante el período dictatorial argentino", dijo una fuente a Infobae.com.
Las mismas fuentes advierten que "varios de esos ascensos no tuvieron los méritos profesionales suficientes sino que se trató de favoritismo político". Y sostienen que "Garré utilizó el poder designado legalmente por su carácter de funcionaria ejecutiva para aprobar o no esas promociones, pero existe un descontento generalizado ver en ese accionar una demostración de poder".
Otros de los puntos que generan descontento son la desorganización que denuncian miembros de la fuerza y la falta de respuesta ante la asignación de destinos. "A esta altura del año, los que saben que iban a tener otro destino, tienen que saber concretamente cuál será su nuevo domicilio porque con ellos llevan a su familia, y eso implica una nueva organización", afirmó una fuente cercana al ministerio.
Hasta el momento no estarían claros ni los destinos ni los reemplazos para aquellos puestos que quedan vacantes, ya sea por cambios operativos o por retiros. "Con estos manoseos, sólo se genera más malestar", agregaron desde la cartera de Garré.
Infobae
El pasado 9 de diciembre tuvo ingreso por medio de la Mesa de Entrada del Senado la lista de ascensos firmados por la ministro de Defensa, Nilda Garré, del personal que debía obtener un grado superior a partir de 2009.
Como bien dice al final del documento, se constató que los miembros ascendidos "reunieran las condiciones exigidas por la Ley Nº 19.101", marco regulatorio del Personal Militar. Asimismo, destaca en el mismo envío que mediante "la información suministrada por la Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos surge que no se hallan antecedentes que vinculen a los oficiales superiores y jefes propuestos con causas por violaciones a los derechos humanos y/o causas contra el orden constitucional".
Sin embargo, lo anterior generó controversias y críticas por parte de miembros de la Fuerzas Armadas, quienes aseguran que, en muchos casos, no se tuvieron en cuenta a miembros con excelentes antecedentes pero que, al tener relación familiar con algún militar acusado de violación a los DDHH durante la última dictadura militar, no obtuvieron el ascenso. "Hasta fueron excluidos de las promociones sobrinos lejanos de ignotos miembros de las distintas Fuerzas que participaron en operativos durante el período dictatorial argentino", dijo una fuente a Infobae.com.
Las mismas fuentes advierten que "varios de esos ascensos no tuvieron los méritos profesionales suficientes sino que se trató de favoritismo político". Y sostienen que "Garré utilizó el poder designado legalmente por su carácter de funcionaria ejecutiva para aprobar o no esas promociones, pero existe un descontento generalizado ver en ese accionar una demostración de poder".
Otros de los puntos que generan descontento son la desorganización que denuncian miembros de la fuerza y la falta de respuesta ante la asignación de destinos. "A esta altura del año, los que saben que iban a tener otro destino, tienen que saber concretamente cuál será su nuevo domicilio porque con ellos llevan a su familia, y eso implica una nueva organización", afirmó una fuente cercana al ministerio.
Hasta el momento no estarían claros ni los destinos ni los reemplazos para aquellos puestos que quedan vacantes, ya sea por cambios operativos o por retiros. "Con estos manoseos, sólo se genera más malestar", agregaron desde la cartera de Garré.
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