Menú
Inicio
Visitar el Sitio Zona Militar
Foros
Nuevos mensajes
Buscar en los foros
Qué hay de nuevo
Nuevos mensajes
Última actividad
Miembros
Visitantes actuales
Entrar
Registrarse
Novedades
Buscar
Buscar
Buscar sólo en títulos
Por:
Nuevos mensajes
Buscar en los foros
Menú
Entrar
Registrarse
Inicio
Foros
Area Militar General
Temas de Defensa General
México y la lucha contra el narcotráfico
JavaScript is disabled. For a better experience, please enable JavaScript in your browser before proceeding.
Estás usando un navegador obsoleto. No se pueden mostrar estos u otros sitios web correctamente.
Se debe actualizar o usar un
navegador alternativo
.
Responder al tema
Mensaje
<blockquote data-quote="Sebastian" data-source="post: 1524778" data-attributes="member: 8629"><p style="text-align: center"><span style="font-size: 22px"><strong>Sinaloa sin El Señor</strong></span></p><p><span style="font-size: 18px"></span></p><p><span style="font-size: 18px"><strong>Viaje a la cuna del caído ‘Chapo’ Guzmán, la tierra donde los narcos son mitos</strong></span></p><p><a href="http://internacional.elpais.com/autor/pablo_de_llano/a/" target="_blank">Pablo de Llano</a> / <a href="http://internacional.elpais.com/autor/juan_diego_quesada/a/" target="_blank">Juan Diego Quesada</a> Sinaloa (México) <a href="http://internacional.elpais.com/tag/fecha/20140302" target="_blank">2 MAR 2014 - 00:00 CET</a></p><p></p><p><img src="http://ep01.epimg.net/internacional/imagenes/2014/02/28/actualidad/1393622660_897184_1393623183_noticia_normal.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></p><p>Manifestación en Culiacán por la liberación de 'El Chapo' Guzmán. / Saúl Ruiz</p><p></p><p>Palacio Municipal de Badiraguato, Sinaloa. El alcalde Mario Alfonso Valenzuela, guayabera rosa, reloj corpulento, hace pasar a los visitantes. En ese preciso instante, como si alguien estuviera al tanto de los movimientos de los extraños, recibe una llamada de teléfono que viene de arriba, de la montaña, de un pueblecito de la sierra llamado La Tuna, donde nació en una fecha incierta entre 1954 y 1957 el narcotraficante más poderoso de México, Joaquín Guzmán Loera, <em>El Chapo</em>.</p><p></p><p> — Ahora van a tener visita, aprovecha el alcalde para advertir de la llegada de los periodistas.</p><p>Al otro lado de la línea está el representante municipal de La Tuna; “el síndico”, como llaman a los enlaces del Ayuntamiento en los apartados ranchos de la montaña.</p><p>— Es por el tema del señor, precisa Valenzuela.</p><p>En Badiraguato, en La Tuna, en toda la sierra, a Guzmán, detenido el 22 de febrero en un hotel de playa situado a más de 300 kilómetros de aquí, le llaman simplemente El Señor.</p><p>— Cuida muy bien a la señora —continúa el alcalde en voz bien alta para que el mensaje quede claro a todo el mundo—. Que no vean a doña Consuelo, no tiene caso meterla en este circo.</p><p>Valenzuela cuelga y explica por qué nadie que suba a La Tuna debe molestarla: “Padece la presión, le pegó duro la detención a la madre; a la madre de El Chapo”.</p><p></p><p><strong>Arriba en la montaña</strong>, después de unos 70 kilómetros de recorrido, pasadas tres horas de trompicones en todoterreno y con más de 20 kilómetros finales de camino de tierra y de piedras, de curvas y de polvo y de vegetación seca, pasada también una pista de tierra acondicionada para que aterricen avionetas en medio de la montaña, al fondo en una ladera aparece La Tuna, y lo que más se ve desde lejos, aquel fortín de muros pintados de rojo, es la casa de María Consuelo Loera Pérez.</p><p></p><p>Por la cuesta de entrada a La Tuna bajan tres muchachos en moto. Todo el camino de subida a la sierra es así: paisanos circulando en motos o en quads, y el chófer del todoterreno, un empleado joven del Ayuntamiento que hace de guía a los reporteros, saludándolos al pasar haciendo la uve de la victoria. Los tres muchachos se paran y el chófer les pregunta por “el síndico”. Moverse por el territorio íntimo del cártel de Sinaloa requiere permisos.</p><p></p><p>El síndico no está. Otra opción es hablar con el ministro del templo evangélico que Guzmán le puso a su madre a la entrada de su finca. Él tampoco está. De una casa de servicio del templo sale una anciana. Dice que no sabe si la señora Consuelo está en su casa. Dice que, en realidad, ella no sabe nada porque no es de allí y apenas “anoche” llegó a La Tuna.</p><p></p><p><a href="http://internacional.elpais.com/internacional/2014/02/22/actualidad/1393086791_803043.html" target="_blank">Hace cinco días de la detención de El Chapo</a>. En su pueblo no quieren hablar. Mientras la anciana dice esas pocas palabras aparecen de nuevo los tres muchachos de la moto, desaparecen por la cuesta que se mete hasta la residencia de la madre de El Chapo y al rato regresan cuesta abajo. Saliendo de la zona de la casa de la señora Consuelo el todoterreno se cruza con cuatro mujeres que suben. Una de ellas accede a pararse. Dice que sí, que El Chapo nació aquí, pero que no viene desde quién sabe cuánto tiempo.</p><p></p><p>— ¿Usted lo ha visto alguna vez?</p><p>— Yo nunca, dice la mujer. Solo en televisión.</p><p></p><p>Aparte de la robusta casa de doña Consuelo, en La Tuna no hay signos externos de riqueza. La tierra es poco productiva. El chófer dice que no se puede plantar más que maíz. “Es puro cerro”. La sierra de Badiraguato forma parte del Triángulo Dorado de la Sierra Madre Occidental, que incluye zonas de los Estados de Sinaloa, Chihuahua y Durango. Es una de las áreas de México con más cultivos de marihuana y de amapola. También laboratorios de drogas sintéticas.</p><p></p><p>De aquí, además de El Chapo Guzmán, son otros capos históricos del narco. La familia Beltrán Leyva; Rafael Caro Quintero, hoy fugitivo; Ernesto Fonseca <em>Don Neto</em>. Por el pueblo de Fonseca se pasa de camino a La Tuna. Desde la carretera se ve sobre un cerro un mausoleo blanco que el propio narco, preso desde 1985, mandó construir para que cuando muriese llevasen allí sus restos. El mausoleo tiene cuatro pilares y una bóveda, pero no tiene paredes. Según la leyenda local, la orden de Don Neto es que cuando llegue el momento deben poner su féretro en medio de ese espacio a la vista, suspendido en el aire, colgado del techo por cadenas de oro.</p><p></p><p>Más allá de detalles como este, o como el fortín de la madre de Guzmán, el entorno es precario. Badiraguato, dice el alcalde, es un municipio pobre. “Es la cuna del narco, pero no se beneficia de ello”. La riqueza del cartel, como la de cualquier imperio de dinero negro, es un imponderable que solo se puede conjeturar: se estima que controla más del 40% de las exportaciones de droga a Estados Unidos y que sus ingresos anuales podrían rondar, a la baja, los 3.000 millones de dólares.</p><p></p><p>A la salida del pueblo están los tres muchachos de la moto descansando fuera de una tienda de comestibles. Uno de ellos responde a la pregunta de por qué la gente del pueblo no quiere decir nada: “¿Para qué hablar?”. Debajo de la ropa le suena el rumor de un transmisor-receptor. El mutismo de La Tuna recuerda a la idea de la omertá, la ley del silencio de Sicilia. A un metro del cartel que da la bienvenida al pueblo hay un cubo voluminoso de cemento con un salmo inscrito que empieza así: “Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño”.</p><p></p><p><img src="http://ep01.epimg.net/internacional/imagenes/2014/02/28/actualidad/1393622660_897184_1393623893_sumario_normal.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></p><p>La casa donde vive la madre de Joaquín 'El Chapo' Guzmán, en la comunidad de La Tuna. / Saúl Ruiz</p><p></p><p><strong>Las casas en las que se escondía</strong> Joaquín Archivaldo Guzmán Loera en Culiacán, capital de Sinaloa, conectaban directamente con los canales de desagüe pluvial que discurren por el subsuelo. El 13 de febrero la Marina, que llevaba semanas pisándole los talones y había arrestado a diez personas ligadas con el cartel, lo sitió en un chalé blanco situado frente a un colegio. Los ocho minutos que tardaron en derribar la puerta de acero que daba acceso a la estancia fueron suficientes para que Guzmán escapara. El narcotraficante accionó una compuerta hidráulica que levantaba la bañera, con una mecánica similar a la que utilizaba en los narcotúneles que conectan México y Estados Unidos, y escapó por un pasadizo. </p><p></p><p>La entrada permanece precintada. Un coche lleno de adolescentes se acerca a los curiosos que merodean por la casa. “¿Qué quieren? ¿Ese güero [rubio] de ahí es gabacho?”, pregunta el copiloto. Escuchan las explicaciones y se largan quemando rueda. Los halcones son la base del cartel. Jóvenes inquietos que pasan el día controlando una zona concreta de la ciudad y transmitiendo a sus superiores todo lo que ven y oyen. Los más espabilados trepan en el escalafón y se convierten en operadores o sicarios. El Chapo, según la investigación, caminó tres kilómetros por las tuberías y desembocó en un canal de las afueras de la ciudad. Allí le esperaba alguien que lo condujo en carretera hasta la ciudad costera de Mazatlán. </p><p></p><p>El trayecto dura unas dos horas. Guzmán se refugió en el apartamento 401 del edificio Miramar, un complejo de viviendas en primera línea de playa, pero las autoridades mexicanas, con tecnología de la inteligencia estadounidense, habían captado su localización a través de la señal que emitía el teléfono satelital que utilizaba. <a href="http://internacional.elpais.com/internacional/2014/02/23/actualidad/1393132938_577001.html" target="_blank">A las 6.40 del sábado 22, un escuadrón de élite de las fuerzas especiales entró en el apartamento</a> y detuvo al narcotraficante. </p><p></p><p>Estaba acompañado de un escolta, una cocinera y de Emma Coronel, su joven mujer, quien cuidaba de las dos gemelas que tenía el matrimonio, nacidas dos años antes en un hospital privado de Los Ángeles. </p><p></p><p>La abrupta irrupción dejó en la sencilla estancia, alejada de los fastos que se le presuponían al jefe de jefes, una sensación de naufragio. La ropa tirada encima de la cama. Una cacerola de frijoles y unas tortillas a medio comer en la cocina. Una lámpara encendida. En la operación de detención del hombre más buscado de México, a quien se le pensaba rodeado de un ejército de fieles dispuestos a morir, no se escuchó ni un solo disparo. El último paisaje que vio El Chapo en libertad fue el de un mar que estrella sus olas contra un malecón.</p><p></p><p style="text-align: center">La bravura y el desapego a la vida son parte del carácter sinaolense”</p> <p style="text-align: center">Élmer Mendoza, escritor</p><p></p><p>Tres días después del arresto, dos chicas adolescentes se bajan de un coche y comienzan a retratarse frente al edificio beis con piscina de agua desbordante en la entrada: “Para el Facebook”. El conductor de un autobús aminora la marcha a su paso por la fachada para que los turistas extranjeros que transporta no se pierdan detalle del lugar donde detuvieron al icónico criminal. Los taxistas locales ofrecen a los visitantes el Chapo-tour por 20 dólares.</p><p></p><p>Las autoridades exhibieron a Guzmán en el hangar de la Marina en el aeropuerto de la Ciudad de México. Vestía unos pantalones Levi‘s y una camisa azul. El bigote y el pelo tintado. Lo trasladaron en un helicóptero Black hawk a una cárcel de máxima seguridad. En el trayecto le preguntaron por qué no había escapado a la sierra. Contestó que antes de subir al monte quería ver a sus niñas.</p><p></p><p>parte 1</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Sebastian, post: 1524778, member: 8629"] [CENTER][SIZE=6][B]Sinaloa sin El Señor[/B][/SIZE][/CENTER] [SIZE=5][B][/B] [B]Viaje a la cuna del caído ‘Chapo’ Guzmán, la tierra donde los narcos son mitos[/B][/SIZE] [URL='http://internacional.elpais.com/autor/pablo_de_llano/a/']Pablo de Llano[/URL] / [URL='http://internacional.elpais.com/autor/juan_diego_quesada/a/']Juan Diego Quesada[/URL] Sinaloa (México) [URL='http://internacional.elpais.com/tag/fecha/20140302']2 MAR 2014 - 00:00 CET[/URL] [IMG]http://ep01.epimg.net/internacional/imagenes/2014/02/28/actualidad/1393622660_897184_1393623183_noticia_normal.jpg[/IMG] Manifestación en Culiacán por la liberación de 'El Chapo' Guzmán. / Saúl Ruiz Palacio Municipal de Badiraguato, Sinaloa. El alcalde Mario Alfonso Valenzuela, guayabera rosa, reloj corpulento, hace pasar a los visitantes. En ese preciso instante, como si alguien estuviera al tanto de los movimientos de los extraños, recibe una llamada de teléfono que viene de arriba, de la montaña, de un pueblecito de la sierra llamado La Tuna, donde nació en una fecha incierta entre 1954 y 1957 el narcotraficante más poderoso de México, Joaquín Guzmán Loera, [I]El Chapo[/I]. — Ahora van a tener visita, aprovecha el alcalde para advertir de la llegada de los periodistas. Al otro lado de la línea está el representante municipal de La Tuna; “el síndico”, como llaman a los enlaces del Ayuntamiento en los apartados ranchos de la montaña. — Es por el tema del señor, precisa Valenzuela. En Badiraguato, en La Tuna, en toda la sierra, a Guzmán, detenido el 22 de febrero en un hotel de playa situado a más de 300 kilómetros de aquí, le llaman simplemente El Señor. — Cuida muy bien a la señora —continúa el alcalde en voz bien alta para que el mensaje quede claro a todo el mundo—. Que no vean a doña Consuelo, no tiene caso meterla en este circo. Valenzuela cuelga y explica por qué nadie que suba a La Tuna debe molestarla: “Padece la presión, le pegó duro la detención a la madre; a la madre de El Chapo”. [B]Arriba en la montaña[/B], después de unos 70 kilómetros de recorrido, pasadas tres horas de trompicones en todoterreno y con más de 20 kilómetros finales de camino de tierra y de piedras, de curvas y de polvo y de vegetación seca, pasada también una pista de tierra acondicionada para que aterricen avionetas en medio de la montaña, al fondo en una ladera aparece La Tuna, y lo que más se ve desde lejos, aquel fortín de muros pintados de rojo, es la casa de María Consuelo Loera Pérez. Por la cuesta de entrada a La Tuna bajan tres muchachos en moto. Todo el camino de subida a la sierra es así: paisanos circulando en motos o en quads, y el chófer del todoterreno, un empleado joven del Ayuntamiento que hace de guía a los reporteros, saludándolos al pasar haciendo la uve de la victoria. Los tres muchachos se paran y el chófer les pregunta por “el síndico”. Moverse por el territorio íntimo del cártel de Sinaloa requiere permisos. El síndico no está. Otra opción es hablar con el ministro del templo evangélico que Guzmán le puso a su madre a la entrada de su finca. Él tampoco está. De una casa de servicio del templo sale una anciana. Dice que no sabe si la señora Consuelo está en su casa. Dice que, en realidad, ella no sabe nada porque no es de allí y apenas “anoche” llegó a La Tuna. [URL='http://internacional.elpais.com/internacional/2014/02/22/actualidad/1393086791_803043.html']Hace cinco días de la detención de El Chapo[/URL]. En su pueblo no quieren hablar. Mientras la anciana dice esas pocas palabras aparecen de nuevo los tres muchachos de la moto, desaparecen por la cuesta que se mete hasta la residencia de la madre de El Chapo y al rato regresan cuesta abajo. Saliendo de la zona de la casa de la señora Consuelo el todoterreno se cruza con cuatro mujeres que suben. Una de ellas accede a pararse. Dice que sí, que El Chapo nació aquí, pero que no viene desde quién sabe cuánto tiempo. — ¿Usted lo ha visto alguna vez? — Yo nunca, dice la mujer. Solo en televisión. Aparte de la robusta casa de doña Consuelo, en La Tuna no hay signos externos de riqueza. La tierra es poco productiva. El chófer dice que no se puede plantar más que maíz. “Es puro cerro”. La sierra de Badiraguato forma parte del Triángulo Dorado de la Sierra Madre Occidental, que incluye zonas de los Estados de Sinaloa, Chihuahua y Durango. Es una de las áreas de México con más cultivos de marihuana y de amapola. También laboratorios de drogas sintéticas. De aquí, además de El Chapo Guzmán, son otros capos históricos del narco. La familia Beltrán Leyva; Rafael Caro Quintero, hoy fugitivo; Ernesto Fonseca [I]Don Neto[/I]. Por el pueblo de Fonseca se pasa de camino a La Tuna. Desde la carretera se ve sobre un cerro un mausoleo blanco que el propio narco, preso desde 1985, mandó construir para que cuando muriese llevasen allí sus restos. El mausoleo tiene cuatro pilares y una bóveda, pero no tiene paredes. Según la leyenda local, la orden de Don Neto es que cuando llegue el momento deben poner su féretro en medio de ese espacio a la vista, suspendido en el aire, colgado del techo por cadenas de oro. Más allá de detalles como este, o como el fortín de la madre de Guzmán, el entorno es precario. Badiraguato, dice el alcalde, es un municipio pobre. “Es la cuna del narco, pero no se beneficia de ello”. La riqueza del cartel, como la de cualquier imperio de dinero negro, es un imponderable que solo se puede conjeturar: se estima que controla más del 40% de las exportaciones de droga a Estados Unidos y que sus ingresos anuales podrían rondar, a la baja, los 3.000 millones de dólares. A la salida del pueblo están los tres muchachos de la moto descansando fuera de una tienda de comestibles. Uno de ellos responde a la pregunta de por qué la gente del pueblo no quiere decir nada: “¿Para qué hablar?”. Debajo de la ropa le suena el rumor de un transmisor-receptor. El mutismo de La Tuna recuerda a la idea de la omertá, la ley del silencio de Sicilia. A un metro del cartel que da la bienvenida al pueblo hay un cubo voluminoso de cemento con un salmo inscrito que empieza así: “Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño”. [IMG]http://ep01.epimg.net/internacional/imagenes/2014/02/28/actualidad/1393622660_897184_1393623893_sumario_normal.jpg[/IMG] La casa donde vive la madre de Joaquín 'El Chapo' Guzmán, en la comunidad de La Tuna. / Saúl Ruiz [B]Las casas en las que se escondía[/B] Joaquín Archivaldo Guzmán Loera en Culiacán, capital de Sinaloa, conectaban directamente con los canales de desagüe pluvial que discurren por el subsuelo. El 13 de febrero la Marina, que llevaba semanas pisándole los talones y había arrestado a diez personas ligadas con el cartel, lo sitió en un chalé blanco situado frente a un colegio. Los ocho minutos que tardaron en derribar la puerta de acero que daba acceso a la estancia fueron suficientes para que Guzmán escapara. El narcotraficante accionó una compuerta hidráulica que levantaba la bañera, con una mecánica similar a la que utilizaba en los narcotúneles que conectan México y Estados Unidos, y escapó por un pasadizo. La entrada permanece precintada. Un coche lleno de adolescentes se acerca a los curiosos que merodean por la casa. “¿Qué quieren? ¿Ese güero [rubio] de ahí es gabacho?”, pregunta el copiloto. Escuchan las explicaciones y se largan quemando rueda. Los halcones son la base del cartel. Jóvenes inquietos que pasan el día controlando una zona concreta de la ciudad y transmitiendo a sus superiores todo lo que ven y oyen. Los más espabilados trepan en el escalafón y se convierten en operadores o sicarios. El Chapo, según la investigación, caminó tres kilómetros por las tuberías y desembocó en un canal de las afueras de la ciudad. Allí le esperaba alguien que lo condujo en carretera hasta la ciudad costera de Mazatlán. El trayecto dura unas dos horas. Guzmán se refugió en el apartamento 401 del edificio Miramar, un complejo de viviendas en primera línea de playa, pero las autoridades mexicanas, con tecnología de la inteligencia estadounidense, habían captado su localización a través de la señal que emitía el teléfono satelital que utilizaba. [URL='http://internacional.elpais.com/internacional/2014/02/23/actualidad/1393132938_577001.html']A las 6.40 del sábado 22, un escuadrón de élite de las fuerzas especiales entró en el apartamento[/URL] y detuvo al narcotraficante. Estaba acompañado de un escolta, una cocinera y de Emma Coronel, su joven mujer, quien cuidaba de las dos gemelas que tenía el matrimonio, nacidas dos años antes en un hospital privado de Los Ángeles. La abrupta irrupción dejó en la sencilla estancia, alejada de los fastos que se le presuponían al jefe de jefes, una sensación de naufragio. La ropa tirada encima de la cama. Una cacerola de frijoles y unas tortillas a medio comer en la cocina. Una lámpara encendida. En la operación de detención del hombre más buscado de México, a quien se le pensaba rodeado de un ejército de fieles dispuestos a morir, no se escuchó ni un solo disparo. El último paisaje que vio El Chapo en libertad fue el de un mar que estrella sus olas contra un malecón. [CENTER]La bravura y el desapego a la vida son parte del carácter sinaolense” Élmer Mendoza, escritor[/CENTER] Tres días después del arresto, dos chicas adolescentes se bajan de un coche y comienzan a retratarse frente al edificio beis con piscina de agua desbordante en la entrada: “Para el Facebook”. El conductor de un autobús aminora la marcha a su paso por la fachada para que los turistas extranjeros que transporta no se pierdan detalle del lugar donde detuvieron al icónico criminal. Los taxistas locales ofrecen a los visitantes el Chapo-tour por 20 dólares. Las autoridades exhibieron a Guzmán en el hangar de la Marina en el aeropuerto de la Ciudad de México. Vestía unos pantalones Levi‘s y una camisa azul. El bigote y el pelo tintado. Lo trasladaron en un helicóptero Black hawk a una cárcel de máxima seguridad. En el trayecto le preguntaron por qué no había escapado a la sierra. Contestó que antes de subir al monte quería ver a sus niñas. parte 1 [/QUOTE]
Insertar citas…
Verificación
¿Cuanto es 2 mas 6? (en letras)
Responder
Inicio
Foros
Area Militar General
Temas de Defensa General
México y la lucha contra el narcotráfico
Este sitio usa cookies. Para continuar usando este sitio, se debe aceptar nuestro uso de cookies.
Aceptar
Más información.…
Arriba