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<blockquote data-quote="HernanF" data-source="post: 1590720" data-attributes="member: 7964"><p><span style="font-size: 18px"><strong>De Irak a Libano, los nuevos episodios del enfrentamiento entre Irán y Arabia. </strong>[Análisis]</span></p><p></p><p>Los últimos acontecimientos en Irak han completamente redistribuido las cartas en la región y en Líbano, que creía sin embargo, con cierta ligereza, haber dado vuelta la página de los atentados y la desestabilización. Con fuerte apoyo declarado de la comunidad internacional para su estabilidad, al menos en el plano de la seguridad, el Líbano político no ha podido más que entregarse a su ocupación favorita, la cizaña, convencido que el paraguas internacional es suficiente para evitar cualquier acontecimiento que podría reinstalar el statu quo interno, y esto a pesar de la presencia de más de un millón de refugiados sirios sobre su territorio y del incendio que continúa consumiendo a los países vecinos.</p><p>Gracias a Dios que las fuerzas de seguridad oficiales en toda su diversidad y el Hezbollah, no están de paro y continúan intentando en lo posible perseguir a las células jihadistas, durmientes o no. El último atentado de Dahr el-Baïdar muestra cuán frágil es la situación.</p><p>Pero si aún es muy temprano para imaginar los vericuetos de la etapa futura, también más allá de la región que el Líbano, una fuente cercana del movimiento 8 de Marzo explica que el país está más que nunca implicado en los acontecimientos de la región, incluso habiendo quedado claro que no hay decisión internacional de dejarlo hundirse en la violencia</p><p>Esta fuente del 8 Mars precisa que la ofensiva del EIIL en Irak (Daech) es apoyada, al menos logísticamente, por Arabia Saudita. Por otra parte, el prestigioso diario Financial Times claramente habló de la ayuda saudita aportada a este grupo afiliado a al-Qaeda, mucho más ofensiva que su hermana mayor, la nebulosa terrorista. La fuente precitada hace la siguiente lectura: luego de haber tenido por mucho tiempo el apoyo indefectible de Estados Unidos, el reino wahabita recibió un shock fulminante al observar el acercamiento entre su tradicional sostén y su enemigo y rival histórico, Irán.</p><p>Al principio, los dirigentes sauditas no se tomaban muy en serio este acercamiento, pero luego de una conversación telefónica en septiembre pasado entre Barack Obama y su homólogo iraní Hassan Rohani y sobretodo luego de la visita de Obama mismo a Arabia en el curso de la cual aseguró a sus interlocutores que las negociaciones con Irán son el comienzo de un proceso casi irreversible, los dirigentes sauditas comenzaron a entrar en pánico. Bruscamente descubrieron que ya no tenían más cartas para jugar en la región para contrabalancear la influencia creciente del Irán chiita. Incluso pidieron los ataques norteamericanos contra el régimen sirio para marcar al menos una victoria en Siria, antes de ser terriblemente decepcionados por el hecho de que los norteamericanos renunciaron a último minuto a este plan. Tanto es así que en el bando adversario, la República islámica no paraba de registrar victorias: en Siria, el régimen sirio está en tren de reforzar su posición y el presidente Bachar el-Assad fue reelecto para un tercer mandato con una tasa de participación sorprendente. Incluso si las cifras adelantadas por los sirios pueden ser discutidas e incluso si los medios occidentales o pro-sauditas y qataríes buscaron ridiculizar esta elección, los medios políticos y de seguridad regionales e internacionales saben muy bien que se trata de una victoria para el régimen. Esto no es por otra parte casualidad si hasta el presidente norteamericano declaró ayer mismo que el hecho de instalar una oposición moderada capaz de derrocar al régimen sirio es totalmente irrealista.</p><p>Incluso, en el Líbano, el Hezbollah gano puntos entrando en el nuevo gobierno “de interés nacional” que le asegura no solo un mínimo de estabilidad (luego de la seguidilla de coches bomba y de obuses en el valle de Békaa), sino además, le permite continuar batallar en Siria, en un clima interno menos tenso.</p><p>En Irak, finalmente, el primer ministro Nouri al-Maliki obtuvo una aplastante victoria electoral, mientras que el aliado de los sauditas Iyad Allaoui fue casi arrasado. Al mismo tiempo, en la frontera saudita, Yemen siempre está en vías de inestabilidad con el empoderamiento de los Houthis, la mayoría de los países del Golfo buscan establecer relaciones amistosas con Irán y el reino de Bahreïn todavía no pudo dominar a una oposición sin embargo pacífica.</p><p>El reino wahabita no puede permanecer entonces de brazos cruzados frente a la influencia creciente del Irán chiita en una región globalmente sunnita. Más aún cuando Teherán rechazó la oferta de diálogo que le había hecho el ministro saudita de Asuntos exteriores...</p><p>Es entonces en ese sentido, según la fuente del 8 Mars, que el reino saudita empujó, directamente o no, a los combatientes del EIIL a lanzar una vasta ofensiva en Irak, facilitada, es verdad, por la política de exclusión de Nouri al-Maliki contra los sunnitas. Es la razón por la cual numerosos oficiales del ejército iraquí habrían dejado sus posiciones frente al avance de los combatientes jihadistas.</p><p>En un primer momento, el objetivo del EIIL es apoderarse de una zona geográfica que le permita unir la frontera siria para poder así hacer circular las armas pesadas y los equipos militares tomados al ejército iraquí; quiere también tomar el control de importantes refinerías de petróleo y los fondos que poseen. Al mismo tiempo, la fuente de 8 Mars estima que el EIIL no quiere por ahora acercarse a os chiitas. Es por eso que los combatientes sunnitas no invadieron los lugares santos chiitas en Samarra y no se acercaron aún a Najaf y a Kerbala. Es más una política de “hecho consumado/ fait accompli” que buscarían entonces esta nueva arena de la confrontación entre Irán y Arabia saudita que se transformó Irak... esperando la apertura de nuevas negociaciones en las cuales los sunnitas y con ellos el reino wahabita tendrían una posición más fuerte.</p><p>¿Cuál será no obstante la réplica de Irán?¿Podría aceptar que la línea de influencia que se extiende de Teherán al Líbano-sur sea cortada? Lo que es seguro, es que toda la región está en plena zona de turbulencias.</p><p></p><p><strong><em>OLJ par Scarlett Haddad 24/06/2014</em></strong></p><p></p><p><img src="http://i.imgur.com/tEtopUd.jpg?1" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></p><p></p><p><a href="http://www.lorientlejour.com/article/873160/de-lirak-au-liban-les-nouveaux-episodes-de-la-confrontation-entre-liran-et-larabie.html" target="_blank">http://www.lorientlejour.com/article/873160/de-lirak-au-liban-les-nouveaux-episodes-de-la-confrontation-entre-liran-et-larabie.html</a></p><p>.</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="HernanF, post: 1590720, member: 7964"] [SIZE=5][B]De Irak a Libano, los nuevos episodios del enfrentamiento entre Irán y Arabia. [/B][Análisis][/SIZE] Los últimos acontecimientos en Irak han completamente redistribuido las cartas en la región y en Líbano, que creía sin embargo, con cierta ligereza, haber dado vuelta la página de los atentados y la desestabilización. Con fuerte apoyo declarado de la comunidad internacional para su estabilidad, al menos en el plano de la seguridad, el Líbano político no ha podido más que entregarse a su ocupación favorita, la cizaña, convencido que el paraguas internacional es suficiente para evitar cualquier acontecimiento que podría reinstalar el statu quo interno, y esto a pesar de la presencia de más de un millón de refugiados sirios sobre su territorio y del incendio que continúa consumiendo a los países vecinos. Gracias a Dios que las fuerzas de seguridad oficiales en toda su diversidad y el Hezbollah, no están de paro y continúan intentando en lo posible perseguir a las células jihadistas, durmientes o no. El último atentado de Dahr el-Baïdar muestra cuán frágil es la situación. Pero si aún es muy temprano para imaginar los vericuetos de la etapa futura, también más allá de la región que el Líbano, una fuente cercana del movimiento 8 de Marzo explica que el país está más que nunca implicado en los acontecimientos de la región, incluso habiendo quedado claro que no hay decisión internacional de dejarlo hundirse en la violencia Esta fuente del 8 Mars precisa que la ofensiva del EIIL en Irak (Daech) es apoyada, al menos logísticamente, por Arabia Saudita. Por otra parte, el prestigioso diario Financial Times claramente habló de la ayuda saudita aportada a este grupo afiliado a al-Qaeda, mucho más ofensiva que su hermana mayor, la nebulosa terrorista. La fuente precitada hace la siguiente lectura: luego de haber tenido por mucho tiempo el apoyo indefectible de Estados Unidos, el reino wahabita recibió un shock fulminante al observar el acercamiento entre su tradicional sostén y su enemigo y rival histórico, Irán. Al principio, los dirigentes sauditas no se tomaban muy en serio este acercamiento, pero luego de una conversación telefónica en septiembre pasado entre Barack Obama y su homólogo iraní Hassan Rohani y sobretodo luego de la visita de Obama mismo a Arabia en el curso de la cual aseguró a sus interlocutores que las negociaciones con Irán son el comienzo de un proceso casi irreversible, los dirigentes sauditas comenzaron a entrar en pánico. Bruscamente descubrieron que ya no tenían más cartas para jugar en la región para contrabalancear la influencia creciente del Irán chiita. Incluso pidieron los ataques norteamericanos contra el régimen sirio para marcar al menos una victoria en Siria, antes de ser terriblemente decepcionados por el hecho de que los norteamericanos renunciaron a último minuto a este plan. Tanto es así que en el bando adversario, la República islámica no paraba de registrar victorias: en Siria, el régimen sirio está en tren de reforzar su posición y el presidente Bachar el-Assad fue reelecto para un tercer mandato con una tasa de participación sorprendente. Incluso si las cifras adelantadas por los sirios pueden ser discutidas e incluso si los medios occidentales o pro-sauditas y qataríes buscaron ridiculizar esta elección, los medios políticos y de seguridad regionales e internacionales saben muy bien que se trata de una victoria para el régimen. Esto no es por otra parte casualidad si hasta el presidente norteamericano declaró ayer mismo que el hecho de instalar una oposición moderada capaz de derrocar al régimen sirio es totalmente irrealista. Incluso, en el Líbano, el Hezbollah gano puntos entrando en el nuevo gobierno “de interés nacional” que le asegura no solo un mínimo de estabilidad (luego de la seguidilla de coches bomba y de obuses en el valle de Békaa), sino además, le permite continuar batallar en Siria, en un clima interno menos tenso. En Irak, finalmente, el primer ministro Nouri al-Maliki obtuvo una aplastante victoria electoral, mientras que el aliado de los sauditas Iyad Allaoui fue casi arrasado. Al mismo tiempo, en la frontera saudita, Yemen siempre está en vías de inestabilidad con el empoderamiento de los Houthis, la mayoría de los países del Golfo buscan establecer relaciones amistosas con Irán y el reino de Bahreïn todavía no pudo dominar a una oposición sin embargo pacífica. El reino wahabita no puede permanecer entonces de brazos cruzados frente a la influencia creciente del Irán chiita en una región globalmente sunnita. Más aún cuando Teherán rechazó la oferta de diálogo que le había hecho el ministro saudita de Asuntos exteriores... Es entonces en ese sentido, según la fuente del 8 Mars, que el reino saudita empujó, directamente o no, a los combatientes del EIIL a lanzar una vasta ofensiva en Irak, facilitada, es verdad, por la política de exclusión de Nouri al-Maliki contra los sunnitas. Es la razón por la cual numerosos oficiales del ejército iraquí habrían dejado sus posiciones frente al avance de los combatientes jihadistas. En un primer momento, el objetivo del EIIL es apoderarse de una zona geográfica que le permita unir la frontera siria para poder así hacer circular las armas pesadas y los equipos militares tomados al ejército iraquí; quiere también tomar el control de importantes refinerías de petróleo y los fondos que poseen. Al mismo tiempo, la fuente de 8 Mars estima que el EIIL no quiere por ahora acercarse a os chiitas. Es por eso que los combatientes sunnitas no invadieron los lugares santos chiitas en Samarra y no se acercaron aún a Najaf y a Kerbala. Es más una política de “hecho consumado/ fait accompli” que buscarían entonces esta nueva arena de la confrontación entre Irán y Arabia saudita que se transformó Irak... esperando la apertura de nuevas negociaciones en las cuales los sunnitas y con ellos el reino wahabita tendrían una posición más fuerte. ¿Cuál será no obstante la réplica de Irán?¿Podría aceptar que la línea de influencia que se extiende de Teherán al Líbano-sur sea cortada? Lo que es seguro, es que toda la región está en plena zona de turbulencias. [B][I]OLJ par Scarlett Haddad 24/06/2014[/I][/B] [IMG]http://i.imgur.com/tEtopUd.jpg?1[/IMG] [url]http://www.lorientlejour.com/article/873160/de-lirak-au-liban-les-nouveaux-episodes-de-la-confrontation-entre-liran-et-larabie.html[/url] . 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