Fatiga de Combate en las Tripulaciones Blindadas y Mecanizadas
Por el Capitán Sergio Gabriel Camargo
En el trabajo que nos ocupa, y respecto del término fatiga -aun cuando su concepto es, generalmente, bien conocido- deben precisarse los alcances de su significado. En efecto, si se examina la palabra con detenimiento, es evidente que el diccionario de la lengua española ofrece una variedad de conceptos. Resulta entonces difuso el límite entre fatiga y otros términos que, por participar de sus mismos efectos, se le conectan. Tal es el caso del stress, la declinación en la vigilia o el surmenaje (actualmente denominado "agotamiento físico"), que si bien normalmente los usamos como sinónimos, no significan lo mismo. Por ello, y manteniéndonos dentro de este marco de la ciencia, la definición de fatiga dada por el Doctor en psiquiatría Stephen Krauss, autor de la Enciclopedia de Psiquiatría Médica es la siguiente: "Aquellos cambios en el rendimiento, que se producen durante cierto tiempo en que una cierta parte de los `mecanismos' involucrados tanto sensoriales como centrales o musculares se sobrecargan en forma sostenida, como resultado directo de estar participando en una actividad durante largo tiempo".
Cabe acotar que el nomenclador universal de desórdenes mentales, denominado "DSM4" -confeccionado por el Ejército de los EE.UU. y consultado por los principales ejércitos del mundo-, lo clasifica como "stress post traumático agudo", cuando estos signos persisten luego del combate (de dos meses a un año).
El cansancio en una situación de combate, que si no es propiamente analizado, antes, durante y después de una misión, puede ser fatal. Puede causar tantas bajas como la acción del enemigo. Los soldados expuestos al fuego continuo del enemigo pueden abandonar sus posiciones, e incluso rendirse.
El riesgo de fatiga en combate (FEC) aumenta con la intensidad y duración del conflicto. El Manual del Ejercicio del Mando (MFP-51-13), en sus artículos 7.010 y 7.013 habla de la importancia de las situaciones y estados de ánimo que influyen en la capacidad de combate y dentro de éstos de "la fatiga" (Artículo 7.013: "La falta de descanso regular será una constante en el combate que disminuirá las aptitudes físicas y mentales de la tropa y deteriorará su capacidad de lucha, según su intensidad podrá traducirse en cansancio, fatiga o agotamiento").
En la actualidad las tropas blindadas provistas de equipos de visión nocturna, medios de navegación inercial, medios electrónicos de detección, etc., podrán efectuar ataques durante todo el día y continuar por la noche sin muchas limitaciones. Los modernos sistemas de armas (helicópteros, misiles del tipo "dispare y olvide") podrán atacar objetivos en la retaguardia, que disminuirán las posibilidades de descanso y seguridad. El cansancio propio que produce el combate sobre blindados, hará que el personal corra riesgos de sufrir fatiga de combate. Esto llevará a los conductores a impulsar a sus subordinados bajo severas condiciones, hacia límites más allá de lo que jamás se hubiera esperado de ellos. Muchas veces la necesidad de dormir será tan intensa que prevalecerá sobre el instinto de conservación.
Debilitamiento del rendimiento proyectado en operaciones continuas
Los elementos blindados y mecanizados sufren un gran desgaste psicofísico que disminuye su efectividad debido a las grandes tensiones que viven dentro del vehículo (dirigir el tiro, conducir el vehículo de combate, búsqueda y selección del blanco, maniobras evasivas, inestabilidad auditiva provocada por los ruidos, y muchos otros agentes deteriorantes). En los gráficos podemos observar el deterioro de la efectividad inicial con respecto a las horas de misión, es decir el deterioro de la capacidad es proporcional a la cantidad continua de horas que dura la misión.
Las graves bajas "psiquiátricas" fueron una causa significativa de la pérdida de potencial humano en las tropas blindadas de la Fuerza de Defensa Israelí (FDI), en la Guerra Arabe-Israelí de 1973. En terreno abierto, la intensidad y la mortalidad de las armas antitanque, impusieron a las tropas blindadas graves tensiones físicas y psicológicas. Esto es lo que dice la Mayor del Ejército israelí Dra Zahava Solomon: "…en la guerra de 1973 todas las bajas psiquiátricas (por FEC) se evacuaron a la retaguardia. Como resultado ninguna de estas bajas volvió al combate durante la guerra y muchos se quedaron crónicamente incapacitados. A diferencia de esto en la Guerra del Líbano de 1982, la FDI empleó la doctrina estadounidense de breve tratamiento avanzado (consistente en atender al paciente dentro del campo principal de combate con un tratamiento breve, y restituirlo nuevamente al frente) devolviendo el 6 por ciento de sus bajas psiquiátricas así recuperadas al combate dentro de las 72 horas" ("Military Review" - Ene-Feb 96).
El enemigo tratará de herirnos de varios modos, arrojará bombas, lanzará misiles, pero también usará medios psicológicos, para romper nuestra voluntad de vencer. Atacará usando la sorpresa, amenazará con usar medios químico-bacteriológicos-nucleares (Unión Soviética en Afganistán), utilizará medios de propaganda (EE.UU. en Vietnam). En síntesis, el enemigo hará cualquier cosa que le sea posible para que el combatiente se sienta incómodo y atemorizado en la espera, que se quiebre física y psíquicamente, y sea incapaz de cumplir con su misión. Cuando el combatiente se quiebra, el enemigo gana.
Fatiga en combate: su naturaleza y sus alcances
A raíz de la guerra de 1973, la FDI, preocupada por la incidencia de las bajas psiquiátricas, adoptó la doctrina de tratamiento puesta en práctica por EE.UU. Tal como se explicó, esta doctrina -que se había desarrollado durante la Primera Guerra Mundial y luego se volvió a aplicar con éxito en la Segunda y también en la guerras de Corea y Vietnam- requiere un tratamiento breve cerca del frente, y tiene por objeto, que el combatiente retorne pronto al combate (ello forma parte de su recuperación y de la moral del grupo).
Hasta el hombre mejor entrenado puede sufrir síntomas de FEC. Entonces, se volverá un problema para el conjunto. Aunque la FEC toma en cuenta diferentes signos, igualmente se considera un conjunto de síntomas provocados por una sola causa.
Es importante saber que estos signos son normales, como respuesta a una situación anormal: la guerra.
Durante la misión de paz del BEA 1 (Batallón Ejército Argentino que actuó en Croacia), algunos elementos mecanizados que integraron la reserva del sector Oeste, conjuntamente con elementos del ejército canadiense en Camp Polon, fueron instruidos por un equipo canadiense, acerca de cómo actuar en casos de FEC. Además cada jefe de sección canadiense contaba, entre sus elementos, con un manual que le indicaba cursos de acción a tomar en caso de presentarse FEC.
El texto de dicho manual asegura que la FEC es el resultado natural de la presión mental y emocional que se produce al encarar el peligro, en situaciones de combate límites y durante un tiempo relativamente prolongado.
Su aparición dependerá, pues, del nivel de experiencia, del entrenamiento y de la fortaleza de cada hombre. Por otra parte, podrá manifestarse lenta o repentinamente.
Esta presión mental y emocional deberá ser corregida en ejercitaciones durante la paz. La mente del individuo en la guerra actual, necesitará estar bien preparada para mantenerse en equilibrio ante las diferentes presiones.
La tensión del combate, compuesta por la inseguridad, la fatiga, la sorpresa, el temor y la indignación, ponen a prueba al mejor de los hombres. El reto peculiar de la batalla se ha reconocido, desde hace algún tiempo. Al respecto, el Mariscal Karl von Clausewitz insiste en la importancia de la ejercitación de la mente al escribir.
Una mente fuerte, simplemente no es capaz de ejercitarse en extremo. Es aquella que en medio de los esfuerzos más azarosos, puede mantener su equilibrio, de forma que, a pesar de un desconcierto interno, la facultad para tomar decisiones y la perspicacia se mantienen constantes como la aguja de una brújula, que a pesar del meneo del barco retiene su precisión.
Signos y síntomas de FEC
•Físicos: Tensión, dolores de cabeza o de espalda, temblores, sobresaltos, palpitaciones, agitación, malestar estomacal, diarreas, vómitos y frecuentes deseos de orinar, sensación de distanciamiento y estupor.
•Mentales y emocionales: Ansiedad, preocupación, irritabilidad, insultos, dificultad para concentrarse y recordar, insomnio, pesadillas, sentimientos de culpa, malestar con el grupo, pérdida de confianza, etc.
Se debe tener en cuenta que muchos pueden evidenciar algunos de estos signos, y aun seguir rindiendo en sus tareas.
Signos y síntomas más serios
Estos signos, aunque sean más serios y requieran mayor atención, no indicarán -excepto por prescripción médica- que el combatiente deba ser evacuado.
Los signos más serios son:
• Desmejoramiento del hombre aun después de un buen descanso.
• Manifestación de un cambio en el comportamiento habitual.
• Movimientos realizados de un lado a otro, sin que el hombre pueda quedarse quieto.
• Pérdidas totales o parciales de sensibilidad, en cualquier parte del cuerpo.
• Partes del cuerpo que no trabajen bien, sin que haya causas físicas que provoquen tal síntoma (por ejemplo, falta de coordinación en el manejo de los mandos de puntería).
• Dificultad para hablar, tartamudeo.
• Disminución de capacidad en algunos sentidos (olfato, vista, oído, tacto).
• Discusión de órdenes constante, inicio de peleas.
• Olvido de órdenes o procedimientos.
• Pérdida de la noción del tiempo y lugar.
• Apatía, reacciones histéricas.
Actividades y acciones del jefe para evitar la FEC
Anime a su gente después de momentos difíciles. Para ello, cree el espacio necesario para que el combatiente pueda:
• Contar cada uno lo que hizo o lo que vio.
• Reconstruir y recordar qué pasó exactamente.
• Resolver malos entendidos y errores que generen desconfianza.
• Expresar los sentimientos y aceptarlos normalmente.
• Observar cualquier cambio de conducta de su gente, después de recibir una carta o una llamada telefónica.
Acciones a llevar a cabo, ante signos más serios de FEC
Si el estado de la persona afectada pusiere en peligro la misión o la integridad de sí mismo, o de los otros hombres, haga lo que sea necesario para controlarlo (sedarlo, sujetarlo, etc).
Si el hombre estuviere muy deprimido, trate calmadamente de motivarlo al trabajo.
Si esto no resultare, "explíquele" que se haya expuesto a una posible sanción disciplinaria.
Si duda de su confiabilidad, proceda de la siguiente manera:
• Si posee armamento individual, descárguele el arma o retíresela.
• No emplee fuerza física, salvo por seguridad o transporte.
Si los signos persistieren:
• Lleve al afectado a un lugar seguro.
• No lo deje solo. En lo posible, manténgalo en compañía de alguien que lo conozca bien.
• Avise a su superior.
• Hágalo revisar por el médico, especialmente si hubiere alguna consecuencia física.
Acciones del jefe ante una situación crítica
• Sea ejemplo de calma, aunque sienta miedo.
• Conozca bien su trabajo, mantenga al grupo empeñado en la tarea que realiza.
• Asigne una tarea simple a alguien que demuestre signos de FEC.
• Recuerde a su personal, el uso de técnicas de relajación rápidas.
• Converse, en las pausas del combate, amistosamente y bromee con su gente.
• Mantenga el contacto con todos los miembros de su elemento e infórmelos acerca de la situación y los objetivos.
• Hable con sus hombres con optimismo; no esconda posibilidades desfavorables; preséntelas y explíqueselas para que puedan afrontarlas con entereza.
• Sea positivo. No obstante cuando las cosas no están saliendo bien, demuestre qué se está haciendo para corregir errores.
• Controle los rumores, infórmese con su superior.
• Rote los trabajos para compartir el riesgo y el esfuerzo.
• No subestime la importancia del sueño, tanto para sus hombres como para usted; al menos, se deberá dormir cuatro horas por noche (de 6 a 9 es lo ideal).
• Dele confianza a sus hombres, y ordene el transporte de los muertos en el vehículo hasta el objetivo o lugar de reunión de heridos más próximo (el hombre se sentirá más tranquilo, al saber que si lo matan su cadáver será recogido y recibirá sepultura, y que no lo dejarán abandonado en el campo de combate).
Acciones de cada hombre para tratar la FEC (breve tratamiento avanzado)
• Enfóquese en la tarea que realiza, en cualquier situación.
• Concéntrese en las instrucciones de su jefe de sección. No se adelante a los acontecimientos.
• Confíe en su propio éxito, comente esto con sus camaradas.
• Inspire profundamente y eche sus hombros hacia atrás, para reducir la tensión.
• Recuerde que la FEC es normal, y que los demás pueden tener los mismos síntomas. Esto permitirá mantener cierto humor acerca de la situación.
• Manténgase en contacto con el resto de la sección, hable con ellos.
• Tome los hechos con objetividad. No crea en rumores, ni saque conclusiones apresuradas. Pregunte a su superior sobre las dudas que tenga.
Cuando la situación lo permita:
• Beba abundante líquido (no alcohol, que puede aumentar los signos y síntomas de FEC).
• Coma moderadamente.
• Trate de estar confortable, limpio, seco y con ropa limpia.
• Use técnicas de relajación rápidas.
• Comparta preocupaciones personales con sus amigos.
• Manténgase ocupado en los momentos de ocio (deportes, recreación, higiene, etc).
Actividades para prevenir la FEC
Estas son algunas de las actividades que puede realizar el líder del elemento blindado, para contrarrestar la fatiga de combate:
• Dar la bienvenida al personal nuevo, tratar de conocerlos rápidamente, o hacerse amigo de los miembros del grupo si el que llega es el propio jefe.
• Adquirir conocimientos de primeros auxilios y practicarlos.
• Practicar y enseñar a sus hombres, técnicas de relajación rápida.
• Colaborar con los que tengan el trabajo más duro.
• Dormir cuanto sea posible (al menos ocho horas diarias). Descansar bien, si se espera trabajar mucho durante el día, y recordar que el sueño no es acumulativo: el sueño perdido no se recupera.
• Dormir enseguida después de una guardia.
• Realizar un exhaustivo uso de los medios de recreación disponibles. Dejar a sus hombres totalmente libres de presiones u órdenes durante los descansos.
• Seleccionar los mejores individuos para la tarea.
• Asignar más de un individuo a una tarea, ya que de esta manera pueden trabajar en grupo y mantenerse despierto uno al otro.
FATIGA DE COMBATE EN LAS TRIPULACIONES BLINDADAS Y MECANIZADAS
--------------------------------------------------------------------------------
Conclusiones
La FEC, en algunos o todos los individuos de una organización -aun desde la menor de ellas- puede llevar al fracaso de la misión, a disminuir el rendimiento y la eficacia del conjunto, y culminar en la muerte de algún camarada. En consecuencia, los resultados suelen ser graves y dolorosas las secuelas.
Como hemos visto, resulta necesario conocer y hacer conocer a los subordinados el tema de la FEC, conocer su naturaleza, su origen y sus alcances, tener presente los tratamientos, pero por sobre todo, conocer de qué manera se la previene.
Recuerde: Todos los signos de FEC pueden irse rápidamente si se los maneja en forma adecuada.
Las actividades para la preparación psicológica antes del combate han quedado registradas en los anales de la historia militar con innumerables ejemplos. Tal es el caso del Mayor General Ernest N Harmon, del Ejército de los EE.UU., quien en sus notas sobre las experiencias de combate durante las campañas en Africa en 1943, decía:
"Es absolutamente imperioso involucrar en la mente del soldado un espíritu de combate disciplinado, en el concepto que hay que pagar un precio para alcanzar el éxito y que deben tener la voluntad para sacrificarse a fin de lograr el objetivo. A los hombres se les tiene que enseñar que las cargas y bombas no están dirigidas contra ellos personalmente y que tienen una buena posibilidad de sobrevivir, no obstante la intensidad del fuego adversario."
De la Revista del Suboficial.
Willy
Por el Capitán Sergio Gabriel Camargo
En el trabajo que nos ocupa, y respecto del término fatiga -aun cuando su concepto es, generalmente, bien conocido- deben precisarse los alcances de su significado. En efecto, si se examina la palabra con detenimiento, es evidente que el diccionario de la lengua española ofrece una variedad de conceptos. Resulta entonces difuso el límite entre fatiga y otros términos que, por participar de sus mismos efectos, se le conectan. Tal es el caso del stress, la declinación en la vigilia o el surmenaje (actualmente denominado "agotamiento físico"), que si bien normalmente los usamos como sinónimos, no significan lo mismo. Por ello, y manteniéndonos dentro de este marco de la ciencia, la definición de fatiga dada por el Doctor en psiquiatría Stephen Krauss, autor de la Enciclopedia de Psiquiatría Médica es la siguiente: "Aquellos cambios en el rendimiento, que se producen durante cierto tiempo en que una cierta parte de los `mecanismos' involucrados tanto sensoriales como centrales o musculares se sobrecargan en forma sostenida, como resultado directo de estar participando en una actividad durante largo tiempo".
Cabe acotar que el nomenclador universal de desórdenes mentales, denominado "DSM4" -confeccionado por el Ejército de los EE.UU. y consultado por los principales ejércitos del mundo-, lo clasifica como "stress post traumático agudo", cuando estos signos persisten luego del combate (de dos meses a un año).
El cansancio en una situación de combate, que si no es propiamente analizado, antes, durante y después de una misión, puede ser fatal. Puede causar tantas bajas como la acción del enemigo. Los soldados expuestos al fuego continuo del enemigo pueden abandonar sus posiciones, e incluso rendirse.
El riesgo de fatiga en combate (FEC) aumenta con la intensidad y duración del conflicto. El Manual del Ejercicio del Mando (MFP-51-13), en sus artículos 7.010 y 7.013 habla de la importancia de las situaciones y estados de ánimo que influyen en la capacidad de combate y dentro de éstos de "la fatiga" (Artículo 7.013: "La falta de descanso regular será una constante en el combate que disminuirá las aptitudes físicas y mentales de la tropa y deteriorará su capacidad de lucha, según su intensidad podrá traducirse en cansancio, fatiga o agotamiento").
En la actualidad las tropas blindadas provistas de equipos de visión nocturna, medios de navegación inercial, medios electrónicos de detección, etc., podrán efectuar ataques durante todo el día y continuar por la noche sin muchas limitaciones. Los modernos sistemas de armas (helicópteros, misiles del tipo "dispare y olvide") podrán atacar objetivos en la retaguardia, que disminuirán las posibilidades de descanso y seguridad. El cansancio propio que produce el combate sobre blindados, hará que el personal corra riesgos de sufrir fatiga de combate. Esto llevará a los conductores a impulsar a sus subordinados bajo severas condiciones, hacia límites más allá de lo que jamás se hubiera esperado de ellos. Muchas veces la necesidad de dormir será tan intensa que prevalecerá sobre el instinto de conservación.
Debilitamiento del rendimiento proyectado en operaciones continuas
Los elementos blindados y mecanizados sufren un gran desgaste psicofísico que disminuye su efectividad debido a las grandes tensiones que viven dentro del vehículo (dirigir el tiro, conducir el vehículo de combate, búsqueda y selección del blanco, maniobras evasivas, inestabilidad auditiva provocada por los ruidos, y muchos otros agentes deteriorantes). En los gráficos podemos observar el deterioro de la efectividad inicial con respecto a las horas de misión, es decir el deterioro de la capacidad es proporcional a la cantidad continua de horas que dura la misión.
Las graves bajas "psiquiátricas" fueron una causa significativa de la pérdida de potencial humano en las tropas blindadas de la Fuerza de Defensa Israelí (FDI), en la Guerra Arabe-Israelí de 1973. En terreno abierto, la intensidad y la mortalidad de las armas antitanque, impusieron a las tropas blindadas graves tensiones físicas y psicológicas. Esto es lo que dice la Mayor del Ejército israelí Dra Zahava Solomon: "…en la guerra de 1973 todas las bajas psiquiátricas (por FEC) se evacuaron a la retaguardia. Como resultado ninguna de estas bajas volvió al combate durante la guerra y muchos se quedaron crónicamente incapacitados. A diferencia de esto en la Guerra del Líbano de 1982, la FDI empleó la doctrina estadounidense de breve tratamiento avanzado (consistente en atender al paciente dentro del campo principal de combate con un tratamiento breve, y restituirlo nuevamente al frente) devolviendo el 6 por ciento de sus bajas psiquiátricas así recuperadas al combate dentro de las 72 horas" ("Military Review" - Ene-Feb 96).
El enemigo tratará de herirnos de varios modos, arrojará bombas, lanzará misiles, pero también usará medios psicológicos, para romper nuestra voluntad de vencer. Atacará usando la sorpresa, amenazará con usar medios químico-bacteriológicos-nucleares (Unión Soviética en Afganistán), utilizará medios de propaganda (EE.UU. en Vietnam). En síntesis, el enemigo hará cualquier cosa que le sea posible para que el combatiente se sienta incómodo y atemorizado en la espera, que se quiebre física y psíquicamente, y sea incapaz de cumplir con su misión. Cuando el combatiente se quiebra, el enemigo gana.
Fatiga en combate: su naturaleza y sus alcances
A raíz de la guerra de 1973, la FDI, preocupada por la incidencia de las bajas psiquiátricas, adoptó la doctrina de tratamiento puesta en práctica por EE.UU. Tal como se explicó, esta doctrina -que se había desarrollado durante la Primera Guerra Mundial y luego se volvió a aplicar con éxito en la Segunda y también en la guerras de Corea y Vietnam- requiere un tratamiento breve cerca del frente, y tiene por objeto, que el combatiente retorne pronto al combate (ello forma parte de su recuperación y de la moral del grupo).
Hasta el hombre mejor entrenado puede sufrir síntomas de FEC. Entonces, se volverá un problema para el conjunto. Aunque la FEC toma en cuenta diferentes signos, igualmente se considera un conjunto de síntomas provocados por una sola causa.
Es importante saber que estos signos son normales, como respuesta a una situación anormal: la guerra.
Durante la misión de paz del BEA 1 (Batallón Ejército Argentino que actuó en Croacia), algunos elementos mecanizados que integraron la reserva del sector Oeste, conjuntamente con elementos del ejército canadiense en Camp Polon, fueron instruidos por un equipo canadiense, acerca de cómo actuar en casos de FEC. Además cada jefe de sección canadiense contaba, entre sus elementos, con un manual que le indicaba cursos de acción a tomar en caso de presentarse FEC.
El texto de dicho manual asegura que la FEC es el resultado natural de la presión mental y emocional que se produce al encarar el peligro, en situaciones de combate límites y durante un tiempo relativamente prolongado.
Su aparición dependerá, pues, del nivel de experiencia, del entrenamiento y de la fortaleza de cada hombre. Por otra parte, podrá manifestarse lenta o repentinamente.
Esta presión mental y emocional deberá ser corregida en ejercitaciones durante la paz. La mente del individuo en la guerra actual, necesitará estar bien preparada para mantenerse en equilibrio ante las diferentes presiones.
La tensión del combate, compuesta por la inseguridad, la fatiga, la sorpresa, el temor y la indignación, ponen a prueba al mejor de los hombres. El reto peculiar de la batalla se ha reconocido, desde hace algún tiempo. Al respecto, el Mariscal Karl von Clausewitz insiste en la importancia de la ejercitación de la mente al escribir.
Una mente fuerte, simplemente no es capaz de ejercitarse en extremo. Es aquella que en medio de los esfuerzos más azarosos, puede mantener su equilibrio, de forma que, a pesar de un desconcierto interno, la facultad para tomar decisiones y la perspicacia se mantienen constantes como la aguja de una brújula, que a pesar del meneo del barco retiene su precisión.
Signos y síntomas de FEC
•Físicos: Tensión, dolores de cabeza o de espalda, temblores, sobresaltos, palpitaciones, agitación, malestar estomacal, diarreas, vómitos y frecuentes deseos de orinar, sensación de distanciamiento y estupor.
•Mentales y emocionales: Ansiedad, preocupación, irritabilidad, insultos, dificultad para concentrarse y recordar, insomnio, pesadillas, sentimientos de culpa, malestar con el grupo, pérdida de confianza, etc.
Se debe tener en cuenta que muchos pueden evidenciar algunos de estos signos, y aun seguir rindiendo en sus tareas.
Signos y síntomas más serios
Estos signos, aunque sean más serios y requieran mayor atención, no indicarán -excepto por prescripción médica- que el combatiente deba ser evacuado.
Los signos más serios son:
• Desmejoramiento del hombre aun después de un buen descanso.
• Manifestación de un cambio en el comportamiento habitual.
• Movimientos realizados de un lado a otro, sin que el hombre pueda quedarse quieto.
• Pérdidas totales o parciales de sensibilidad, en cualquier parte del cuerpo.
• Partes del cuerpo que no trabajen bien, sin que haya causas físicas que provoquen tal síntoma (por ejemplo, falta de coordinación en el manejo de los mandos de puntería).
• Dificultad para hablar, tartamudeo.
• Disminución de capacidad en algunos sentidos (olfato, vista, oído, tacto).
• Discusión de órdenes constante, inicio de peleas.
• Olvido de órdenes o procedimientos.
• Pérdida de la noción del tiempo y lugar.
• Apatía, reacciones histéricas.
Actividades y acciones del jefe para evitar la FEC
Anime a su gente después de momentos difíciles. Para ello, cree el espacio necesario para que el combatiente pueda:
• Contar cada uno lo que hizo o lo que vio.
• Reconstruir y recordar qué pasó exactamente.
• Resolver malos entendidos y errores que generen desconfianza.
• Expresar los sentimientos y aceptarlos normalmente.
• Observar cualquier cambio de conducta de su gente, después de recibir una carta o una llamada telefónica.
Acciones a llevar a cabo, ante signos más serios de FEC
Si el estado de la persona afectada pusiere en peligro la misión o la integridad de sí mismo, o de los otros hombres, haga lo que sea necesario para controlarlo (sedarlo, sujetarlo, etc).
Si el hombre estuviere muy deprimido, trate calmadamente de motivarlo al trabajo.
Si esto no resultare, "explíquele" que se haya expuesto a una posible sanción disciplinaria.
Si duda de su confiabilidad, proceda de la siguiente manera:
• Si posee armamento individual, descárguele el arma o retíresela.
• No emplee fuerza física, salvo por seguridad o transporte.
Si los signos persistieren:
• Lleve al afectado a un lugar seguro.
• No lo deje solo. En lo posible, manténgalo en compañía de alguien que lo conozca bien.
• Avise a su superior.
• Hágalo revisar por el médico, especialmente si hubiere alguna consecuencia física.
Acciones del jefe ante una situación crítica
• Sea ejemplo de calma, aunque sienta miedo.
• Conozca bien su trabajo, mantenga al grupo empeñado en la tarea que realiza.
• Asigne una tarea simple a alguien que demuestre signos de FEC.
• Recuerde a su personal, el uso de técnicas de relajación rápidas.
• Converse, en las pausas del combate, amistosamente y bromee con su gente.
• Mantenga el contacto con todos los miembros de su elemento e infórmelos acerca de la situación y los objetivos.
• Hable con sus hombres con optimismo; no esconda posibilidades desfavorables; preséntelas y explíqueselas para que puedan afrontarlas con entereza.
• Sea positivo. No obstante cuando las cosas no están saliendo bien, demuestre qué se está haciendo para corregir errores.
• Controle los rumores, infórmese con su superior.
• Rote los trabajos para compartir el riesgo y el esfuerzo.
• No subestime la importancia del sueño, tanto para sus hombres como para usted; al menos, se deberá dormir cuatro horas por noche (de 6 a 9 es lo ideal).
• Dele confianza a sus hombres, y ordene el transporte de los muertos en el vehículo hasta el objetivo o lugar de reunión de heridos más próximo (el hombre se sentirá más tranquilo, al saber que si lo matan su cadáver será recogido y recibirá sepultura, y que no lo dejarán abandonado en el campo de combate).
Acciones de cada hombre para tratar la FEC (breve tratamiento avanzado)
• Enfóquese en la tarea que realiza, en cualquier situación.
• Concéntrese en las instrucciones de su jefe de sección. No se adelante a los acontecimientos.
• Confíe en su propio éxito, comente esto con sus camaradas.
• Inspire profundamente y eche sus hombros hacia atrás, para reducir la tensión.
• Recuerde que la FEC es normal, y que los demás pueden tener los mismos síntomas. Esto permitirá mantener cierto humor acerca de la situación.
• Manténgase en contacto con el resto de la sección, hable con ellos.
• Tome los hechos con objetividad. No crea en rumores, ni saque conclusiones apresuradas. Pregunte a su superior sobre las dudas que tenga.
Cuando la situación lo permita:
• Beba abundante líquido (no alcohol, que puede aumentar los signos y síntomas de FEC).
• Coma moderadamente.
• Trate de estar confortable, limpio, seco y con ropa limpia.
• Use técnicas de relajación rápidas.
• Comparta preocupaciones personales con sus amigos.
• Manténgase ocupado en los momentos de ocio (deportes, recreación, higiene, etc).
Actividades para prevenir la FEC
Estas son algunas de las actividades que puede realizar el líder del elemento blindado, para contrarrestar la fatiga de combate:
• Dar la bienvenida al personal nuevo, tratar de conocerlos rápidamente, o hacerse amigo de los miembros del grupo si el que llega es el propio jefe.
• Adquirir conocimientos de primeros auxilios y practicarlos.
• Practicar y enseñar a sus hombres, técnicas de relajación rápida.
• Colaborar con los que tengan el trabajo más duro.
• Dormir cuanto sea posible (al menos ocho horas diarias). Descansar bien, si se espera trabajar mucho durante el día, y recordar que el sueño no es acumulativo: el sueño perdido no se recupera.
• Dormir enseguida después de una guardia.
• Realizar un exhaustivo uso de los medios de recreación disponibles. Dejar a sus hombres totalmente libres de presiones u órdenes durante los descansos.
• Seleccionar los mejores individuos para la tarea.
• Asignar más de un individuo a una tarea, ya que de esta manera pueden trabajar en grupo y mantenerse despierto uno al otro.
FATIGA DE COMBATE EN LAS TRIPULACIONES BLINDADAS Y MECANIZADAS
--------------------------------------------------------------------------------
Conclusiones
La FEC, en algunos o todos los individuos de una organización -aun desde la menor de ellas- puede llevar al fracaso de la misión, a disminuir el rendimiento y la eficacia del conjunto, y culminar en la muerte de algún camarada. En consecuencia, los resultados suelen ser graves y dolorosas las secuelas.
Como hemos visto, resulta necesario conocer y hacer conocer a los subordinados el tema de la FEC, conocer su naturaleza, su origen y sus alcances, tener presente los tratamientos, pero por sobre todo, conocer de qué manera se la previene.
Recuerde: Todos los signos de FEC pueden irse rápidamente si se los maneja en forma adecuada.
Las actividades para la preparación psicológica antes del combate han quedado registradas en los anales de la historia militar con innumerables ejemplos. Tal es el caso del Mayor General Ernest N Harmon, del Ejército de los EE.UU., quien en sus notas sobre las experiencias de combate durante las campañas en Africa en 1943, decía:
"Es absolutamente imperioso involucrar en la mente del soldado un espíritu de combate disciplinado, en el concepto que hay que pagar un precio para alcanzar el éxito y que deben tener la voluntad para sacrificarse a fin de lograr el objetivo. A los hombres se les tiene que enseñar que las cargas y bombas no están dirigidas contra ellos personalmente y que tienen una buena posibilidad de sobrevivir, no obstante la intensidad del fuego adversario."
De la Revista del Suboficial.
Willy